La teoría de la generación espontánea sostenía que las formas de vida podían surgir de objetos inanimados o de otras especies, una creencia que prevaleció desde el siglo IV a.C. hasta el siglo XIX d.C. cuando fue reemplazada por la biogénesis. Un experimento expuso un trozo de carne al aire para demostrar que otras especies podían producirse, y efectivamente se observaron gusanos desarrollándose a través de la descomposición de la carne, apoyando la teoría de