Tomar decisiones es parte de la vida diaria pero cuando se trata de decisiones importantes puede causar angustia. Al tomar una decisión, es importante analizar claramente el tema a decidir, considerar las posibles consecuencias de cada opción y sintetizar la información antes de comprometerse con una decisión final. También es útil desplazarse entre los hemisferios cerebral izquierdo y derecho para considerar el tema desde una perspectiva lógica y otra intuitiva.
2. La mayoría de las personas estamos tomando decisiones todos
los días, de manera automática, como por ejemplo:
Qué nos vamos a poner de ropa ese día,
o qué compras vamos a realizar en el supermercado,
o a cuáles amigos vamos a invitar a la casa..... ;
lo cual no nos produce ningún malestar
y forma parte del diario vivir.
3. Sin embargo cuando nos ponemos a pensar que “tenemos que tomar una
decisión” se nos empieza a complicar la vida y podemos llegar a
experimentar crecientes niveles de angustia.
“Por cierto, que también este nivel de estrés está relacionado a la
jerarquía del contenido a ser decidido. (No es lo mismo decidir qué
ropa comprar, a si debemos terminar una relación de pareja).”
lo que hace muchas veces, que vayamos “chuteando” o dejando
para más adelante la decisión final, lo cual nos angustia más ya
que este estado de decisión irresoluta nos comienza a dar vueltas
de una manera repetitiva en nuestras cabezas y podemos volvernos
bastante obsesivos y cayendo en círculos viciosos del tipo: me
angustia pensar en tomar una decisión.
4. ...por lo tanto la evado...pero a corto plazo vuelve a emerger el
contenido de manera más potente e intrusiva en nuestras
cogniciones (pensamientos),; lo cual redunda en variados
síntomas de malestar general tanto físicos como psicológicos.
Todo esto puede significar, finalmente, en que nuestras vida se
inunda de estos contenidos, dejándonos desgastados y sin energías
para avocarnos a otras temas, como la vida familiar o laboral,
entre otras.
5. - Comprensión y operacionalización del contenido a ser
decidido (tenerlo muy claro y definido concretamente para
no confundirnos o agrandarlo en nuestra mente)
- Análisis de sus posibles consecuencias, en el caso
de optar por una u otra resolución.
- Síntesis de lo analizado, tanto en sus distintas
alternativas facetas y posibles consecuencias.
- Toma de decisión final; y consecuente compromiso
personal con ella.
6. Tomar decisiones es la manera en la cual nosotros alcanzamos
nuestras metas o algo que queremos obtener para nuestro
beneficio
Antes que nada nosotros debemos tener un compromiso serio
con lo que queremos lograr a través de un acto de voluntad y
así llegar a la acción que es la señal de que se ha tomado ya
una decisión.
Una decisión tomada seriamente, genera la energía que nos lleva
a la acción para alcanzar nuestra meta. Así que había que
preguntarnos, ¿qué quiero yo realmente?, ya que el poder está
supeditado al querer.
Hay que pensar que muchas personas en este mundo
desperdician su vida por no saber qué quieren, y por la
incapacidad para tomar decisiones.
7. Tomar una decisión verdaderamente, significa comprometerse a lograr un
resultado y luego, apartarse de cualquier otra posibilidad. Hay que terminar
con dudas y temores, y enfocarse sólo en el resultado o meta que se persigue.
Son las opciones que tomamos y no las condiciones de nuestro medio
ambiente lo que moldea nuestro destino.
Nuestra mejor decisión siempre será: vivir la vida con excelencia. El
genio de la física, Einstein, decía “es importante ser firmes y constantes
en nuestras metas, pero flexibles en los medios para lograrlas”.
Después de lo expuesto anteriormente vamos a enfocarnos para
tomar decisiones lo más asertivas posibles, y para esto vamos a
hablar de las funciones de nuestros hemisferios cerebrales.
El hemisferio izquierdo es el lógico, el analítico. El hemisferio
derecho, es el de la intuición, el que sueña, el creativo. Al tomar una
decisión debemos desplazar nuestros pensamientos por los dos
hemisferios
8. Esto quiere decir que no sólo debemos de pensar en
analizar, sino también en lo que se sentiría el tener mi
objetivo ya logrado, la satisfacción de alcanzarlo (el
canal de los sueños), ya que hay dos modos distintos de
pensar, uno tan válido como el otro, pero cada uno
igualmente defectuoso por sí solo. Para el conocimiento
integral de la realidad, y el pleno desarrollo de las
potencialidades humanas, hay que expandir ambos
modos de conocimiento y de conciencia, y así equilibrar
la razón y la emoción aprendiendo a movernos de un
hemisferio al otro, del análisis a la creatividad y
viceversa.
Lo anterior quiere decir que al ir a tomar una decisión, debo pensar realmente qué es lo
que quiero y para qué lo quiero, cuáles serían las ventajas y las desventajas. Analizar los
recursos que necesito para lograrlo. Por ejemplo: el cuándo, el cómo, el dinero, etc.
(hemisferio izquierdo).
9. Por el otro lado, pensar en cómo me voy a sentir
al lograrlo, visualizarme ya con mi objetivo, en
el lugar, en el tiempo y con los recursos ya
utilizados (hemisferio derecho). ¿Esto es bueno
para mí y para los que me rodean? ¿Qué me
proporciona el haberlo logrado? ¿Qué clase de
sentimientos quiero experimentar?
Al tomar decisiones de esta manera,
desplazando los hemisferios, nos daremos
cuenta qué es lo que tengo que modificar o
agregar para que mi meta se dé de la mejor
manera, ya que no sólo la analizamos, sino
que también la vivenciamos a futuro.
Nuestras decisiones determinan quienes somos,
por lo que primero hay que decidir: pensar sólo
lo mejor, hacer sólo lo mejor, esperar sólo lo
mejor.
10. ¿Cómo ser asertivo en la toma de decisiones
gerenciales?
Piensa de manera asertiva. Ser asertivo implica
desarrollar la habilidad de aplicar el razonamiento y el
aprendizaje de experiencias pasadas en la toma de
decisiones responsables. Mantén una buena disposición
para lograr lo que deseas teniendo en cuenta que, si bien
los resultados dependen de muchos factores, la actitud
con que tomes las decisiones te acercará al éxito.
Eres el protagonista: hazte cargo de tu decisión, no
delegues. Cuando tomas una decisión por ti mismo, te
vuelves protagonista de tu vida. En cambio, si le pides a
otro que decida por ti, estarás transfiriendo la
responsabilidad que implica equivocarte, pero no
aprenderás de tus errores y no sabrás cómo enfrentarte
con la situación de elegir qué opción es la más
conveniente.
Delimita asertivamente un problema. Antes de tomar una
decisión, debes conocer todas las opciones posibles e
identificar las aristas de la información con la que
cuentas para identificar los aspectos esenciales de los
secundarios. De este modo simplificarás la problemática
y darás respuesta sólo a lo significativo del problema
11. e
ad
Analiza y piensa posibles opciones de respuesta a tu problema. En base a
lo que has delimitado como problema a resolver, identifica una serie de
estrategias alternativas que podrían transformarse en respuestas
enc a tom
efectivas. Tómate el tiempo necesario, ya que cuanto mayor sea el número
s?
de alternativas posibles, más cerca estarás de escoger la más adecuada
para esa situación.
iale
en l
Realiza un análisis de conveniencia. Antes de decidir, realiza un análisis de
cada alternativa que has pensado. Para ello, identifica los aspectos positivos y
isio ertivo
negativos de cada una. También puede servirte de gran ayuda responder a
ger
cierto tipo de preguntas, entre otras: ¿es una opción ética o práctica?,
¿resulta viable de implementar?
nes
r as
Recuerda que la “decisión perfecta” no existe. Partiendo de la base de que ninguna
decisión será la perfecta, podrás asegurarte, si tuviste en cuenta estos pasos, que te
acercarás a la más conveniente. Además, pensando de esta manera podrás sacarte
o se
el “peso” de perseguir una perfección mítica y actuarás con más naturalidad y
convicción.
dec
Cóm
Confía en tu intuición. Si bien los pasos aquí planteados te darán las herramientas necesarias
para abordar la toma de una decisión responsable y asertiva, hay una serie de elementos que no
podrás dejar a un lado antes de implementar lo decidido. Presta atención a tu intuición, tu “voz
¿
interior” puede aportarte datos valiosos. Convérsalo con personas de tu confianza, ya que si bien
la decisión es tuya, ponerla en palabras o recibir la opinión de alguien en quien confías podría
brindarte mayor claridad en el asunto.