Este poema está dedicado a los niños del mundo por su alegría, ternura y por ser la esperanza. Celebra la inocencia y el valor de los niños, y pide que se les proteja de la violencia, la injusticia y el sufrimiento, y que se les brinde educación y formación para construir un futuro mejor.

1. DEDICADAS A TODOS LOS NIÑOS DEL MUNDO, POR SU ALEGRÍA,
TERNURA Y POR SER LA ESPERANZA.
Comencemos estás trovas
cantándole a la niñez,
son el futuro del mundo
de singular sencillez.
Son los niños un tesoro
del más cuantioso valor,
regalémosles un mundo
de paz, justicia y amor
Sus risas son como flores
que adornan este jardín
llenan la vida de gloria,
de alegría y festín.
Su ternura es un ejemplo
de tolerancia y perdón,
en medio de la violencia
son fuente de inspiración.
Los niños no se merecen
el dolor y sufrimiento
de la guerra, la injusticia,
del hambre y desplazamiento.
Son seres tan inocentes
que debemos proteger,
defendemos sus derechos
que es ese nuestro deber.

2. Si ellos son la esperanza
necesitan formación,
seamos su testimonio
brindemos educación.
Hagamos el compromiso
de educar con calidad
Colombia lo necesita
y es un signo de bondad.
Si educamos con amor
el mundo se salvará,
los niños serán felices
y la paz renacerá.
Cada niño que se educa
se le da motivación
para construir su vida
con plena satisfacción.
Dios bendiga la niñez
por su inocencia y candor
les regale la alegría
y los libre del dolor.
Son los niños la semilla
que nos mandó el creador
para continuar su obra
y anunciarla con amor.
Pintemos un arco iris
de esperanza y de ilusión,
y que los niños del mundo
entonen esta canción.