Los logaritmos se utilizan para comparar cantidades extremadamente grandes y pequeñas, en fórmulas de interés compuesto, para medir la intensidad de terremotos en la escala de Richter, el brillo de las estrellas, la intensidad del sonido en decibelios, evaluar la complejidad de problemas computacionales, describir el decaimiento radiactivo y medir semitonos en música.