Fuente:
The religious experience of Saint Vincent de Paul, José María Román, C.M. • Third Asian Vincentian Institute
(Mother House, Paris, September-December 2006).
6. que fue salvado por
una poderosa
irrupción de la gracia
desde el abismo de la
perdición hasta la
cumbre de la
santidad.
7. No. Lo típico de
Vicente de Paúl es
menos espectacular
y, por tanto, más
difícil:
8. ser un cristiano
mediocre, un
sacerdote mediocre a
quien la lenta obra de
la gracia transformó
maravillosamente…
9. a través de un largo
proceso de
purificación y de
pruebas, de trabajos
y de luchas…
10. tras un proceso
"forzado" de conversión
hasta convertirse en un
santo que emprendió
obras admirables y
grandes.
11. A través de él y de sus
primeros biógrafos,
sabemos que durante su
infancia, que fue
bastante corriente, se
alternaron rasgos de
bondad con rasgos de
vanidad y orgullo
adolescente.
12. Por ejemplo: dar la
harina que
correspondía a la
familia a los pobres al
volver del molino o
dar sus pequeños
ahorros como limosna
a los mendigos.
14. Conocemos también
sus primeros años
sacerdotales, ocupados
por la ilusión de una
ambición terrena de
tener un buen empleo…
15. …de utilizar su
sacerdocio como medio
de prosperidad y de
provecho, más que
como un servicio
desinteresado para la
gloria de Dios y la
salvación de las almas.
16. Así evolucionan sus
primeros treinta años,
hasta que un día tiene
la experiencia religiosa
fundamental de su vida,
que le dará una nueva
dimensión y un nuevo
sentido.
17. Mientras era capellán de
Margarita de Valois conoció
a un famoso predicador
que, debido al exceso de
ocio que le permitía su
cargo, fue terriblemente
tentado contra su fe y sintió
muchas veces el deseo de
arrojarse por la ventana.
19. Le decía que cuando la
tentación era grande,
bastaba con señalar con
los dedos en dirección a
Roma o hacia la iglesia
más cercana para indicar
su firme determinación
de creer en todas las
enseñanzas de la Santa
Madre Iglesia.
20. Nada funcionaba. Las
dudas y la angustia
continuaban. Vicente hizo
entonces algo heroico.
Pidió a Dios que le
transmitiera la tentación
del doctor para que éste
se liberara de su
sufrimiento, si era Su
voluntad.
21. Sus plegarias fueron
escuchadas. El médico
murió en perfecta paz,
después de que la luz
serena de la fe iluminara
su espíritu atormentado.
Pero a partir de ese
momento, San Vicente
sería visitado por
terribles tentaciones.
23. Durante este periodo,
Vicente sufrió
terriblemente. Algo
parecido a la noche
oscura del alma
descrita por San
Juan de la Cruz se
apoderó de él.
24. No podía recitar el
Credo. Escribió el
Credo y lo cosió en el
forro de su sotana.
Hizo un pacto con
Dios: cada vez que
pusiera las manos
sobre él, quería
reafirmar su fe.
25. Al mismo tiempo, se
dedicó a actos contrarios
al impulso de la tentación:
vivir la fe en intensos actos
de caridad mediante visitas
diarias a los enfermos del
hospital. Poco a poco se
dio cuenta de la necesidad
de vivir profundamente la
caridad…
26. …y esta forma de vivir le
llevó al mayor
descubrimiento de su
vida. Un día, escribió su
primer biógrafo, "tomó la
firme e irrevocable
decisión de dedicar toda
su vida al servicio de los
pobres por amor a
Nuestro Señor
Jesucristo”.
27. "Apenas se había decidido a
ello, cuando las sugestiones
del maligno se desvanecieron.
Su corazón, que había estado
oprimido durante tanto
tiempo, se llenó ahora de
dulce libertad y su alma se
inundó de una luz maravillosa
que le permitió ver todas las
verdades de la fe con perfecta
claridad”.
28. Así descubrió el poder
liberador de la caridad. A
partir de ese momento se
consumó la conversión de
Vicente de Paúl y descubrió
su vocación. La experiencia
básica de su vida ha sido
precisamente la necesidad
de compartir las privaciones
y sufrimientos del prójimo
para poder ayudarle más
eficazmente.
29. Aún tenía mucho que
aprender sobre las
exigencias concretas
de su vocación y
encontrar la manera
de actualizarlas. Esta
iluminación no tardó
en llegar.
30. En enero de 1617,
en Folleville, una
pequeña población
del norte de Francia,
descubrió la
pobreza espiritual
de los pobres del
campo…
31. …en el lecho de
muerte de un
campesino
moribundo al que
persuadió para que
hiciera una
confesión general
de toda su vida.
32. Vio una multitud de
campesinos y jornaleros
pobres "que están
condenados por no
conocer las verdades
necesarias de la salvación
y por falta de confesión".
Este descubrimiento le
abrasó como si fuera él
mismo quien corriera el
riesgo de ser condenado.
33. Una vez más la
identificación con
las necesidades y
sufrimientos del
prójimo le decidió a
hacer de la
evangelización de
los pobres el eje de
su sacerdocio.
35. Al cabo de unos
meses, en agosto
del mismo año, en
otra ciudad,
Chatillon-les-
Dombes, tuvo su
segunda
iluminación.
36. Una familia pobre del
pueblo se moría
literariamente de
hambre. Vicente
predicó desde el
púlpito un sermón
sobre las
necesidades
materiales de
aquellos pobres.
37. Pocas horas después se
sorprendió al ver que todo
el pueblo acudía en ayuda
de aquella familia. Tanto
es así que tendrían
comida de sobra para ese
día y el siguiente, pero
después, cuando se
hayan consumido las
provisiones, ¿volverán a
su miserable modo de
vida?
38. "Esta caridad no está
bien organizada",
reflexionó. Y así fundó
la primera Cofradía de
la Caridad en la que
sus miembros
ayudarán por turnos a
todos los pobres y
enfermos de la
población”.
40. "Los pobres se mueren de
hambre y están
condenados" es la frase
inmortal con la que
Vicente resumió su doble
experiencia. Vivir, crear y
actuar para remediar esas
dos necesidades será en
el futuro el programa de
vida de San Vicente de
Paúl, su manera de
entender el cristianismo.
41. Fuente:
The religious experience of Saint Vincent de Paul
José María Román, C.M. • Third Asian Vincentian Institute
(Mother House, Paris, September-December 2006).
Imágenes: Depaul Image Acrhive