La vida en línea permite una forma más amplia de socializar a través de la tecnología, pero también puede limitar las interacciones cara a cara. Aunque la dependencia de la tecnología facilita algunas tareas como el trabajo y la búsqueda de información, también reduce las convivencias en persona y el uso de recursos físicos como los libros. Sin embargo, la tecnología también tiene ventajas como permitir la reunión virtual de personas lejanas a través de videollamadas y chats.