Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
Vidente Por Regina Prina Badano
1. Instituto Privado D-164 “Miguel de Cervantes Saavedra”
Lengua y Literatura I
Profesora: Emma Céparo
Alumna: Regina Prina Badano
Vidente
(por Regina Prina Badano)
Eran las 8.15 de la noche, de
un viernes 13 de septiembre, venía
de una juntada con amigos del club
por el cumpleaños de Rocío.
Me encontraba caminando
sola en plena noche, no había nadie
y estaba todo muy silencioso. Tenía
que llegar a casa, hacía mucho frío,
por suerte había decidido llevar una
chaqueta de cuero. Odio el silencio y
la soledad por la noche, así que me puse uno de mis auriculares para escuchar música,
era lo único que me ayudaba a soportar el miedo que me invadía. Pasado un rato,
escuché pasos que venían avanzando de atrás mío, como si una persona me seguía,
esa presencia sonora me tocó el hombro derecho. Me dí vuelta, para ver quién era,
pero no era nadie.
-Parece que queremos jugar a las escondidas, ¿o no?-. Pensé.
Pasó lo mismo unas 5 veces, pero no era nadie, creí que estaba alusinando,
pero, a la sexta, al darme vuelta, vi a mi izquierda una casa que no había visto antes. Se
veía tenebrosa y muy oscura, tenía un techo negro, y alrededor, volaban cuervos. Sabía
que en esos lugares, no debía entrar, (lo aprendí en las películas de miedo), así que
seguí mi camino hacia casa.
Al llegar, comí esa riquísima lasaña de verdura, que preparaba mamá. Al
finalizar, no obstante mi cansancio, levanté los platos, los deje en la pileta de la cocina,
y me fui a dormir.
Al otro día pensé que iba a tener mal aliento, pero no, mi aliento olía a pasta
dental, y eran las 6.00 de la mañana, mi mamá me gritaba:
-¡A levantarse Vicky, vamos a la escuela!-
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Lengua y Literatura I
Profesora: Emma Céparo
Alumna: Regina Prina Badano
-Pero mamá hoy es sábado- respondí, pensando que era fin de semana.
- ¡No hija! Hoy es viernes 13 de septiembre - se sintió desde abajo-
- ¡Imposible! - dije
- ¡Imposible… pero real!, dale vestite para ir a la escuela – respondió riendo
mamá.
Fui a la escuela, como todos los viernes, y una y otra vez siguió pasando mismo,
cada vez que tenía una juntada con amigos, la presencia extraña me tocaba 6 veces el
hombro, veía la casa tenebrosa, siempre en el mismo lugar, sobrevolaban cuervos,
oscura y con su techo negro, al llegar a casa cenaba lasaña y me iba a dormir.
Esto pasó trece veces, pero no me quejo, porque las trece comí lasaña que es lo
que más me gusta.-
La catorceava vez, decidí a que tenía que entrar a la casa tenebrosa, y así lo
hice. La puerta era alta y ruidosa, al ingresar busqué un interruptor para encender la
luz, luego de de media hora lo encontré. Encendí la luz, pero el foco reventó.
-¡Claro!- dije enojada- ¡ Después de media hora buscando la luz se revienta el
foco !,
¡Es el colmo, me estoy perdiendo la lasaña maravillosa de mamá! .- En ese
momento me acordé de que tenía que llamar a mamá para avisar que iba a llegar un
poco tarde a casa.
-¡Ay, Dios mío, estoy hecha puré!- me dije.- no tengo batería. Hoy sinceramente
no es mi día. Quizás empiece a creer en esas cosas de mala suerte-.
De pronto, comencé a escuchar esa canción de moda “Calling all the monsters”
(llamando a los monstruos). Luego de un rato comencé a ver chicos que murieron por
diferentes casos: Angeles Rawson, el joven García de Rugby del Club Rowing, el
muchacho que atendía el negocio de carteras apellidado Barzola que estaba cerca de
casa, y varios otros que no reconocía. Todos querían hablarme.
Estaba tan asustada, que corrí hacia la salida, de una patada abrí la puerta y salí
como un rayo hacia mi casa, el teléfono misteriosamente se prendió, todavía tenía
batería, marcaba las 20.15 horas. Llegué a casa, comí mi lasaña favorita y me acosté a
dormir.
Al otro día si era sábado, y me despertó mi hermano diciendo:
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Profesora: Emma Céparo
Alumna: Regina Prina Badano
-¡Victoria levantate, dale! ¡Juguemos a la play !
- ¿Qué día es hoy?- pregunté.
- ¡Sábado! – me respondió.
A partir de ese Viernes 13, cuando fui a la casa horrorosa, tengo visiones, y
aprendí a usarlas para ayudar a los demás, veo muertos a cada rato, algunos molestan
otros no, solo quieren conversar. Hay veces que mamá cree que hablo sola, le cuento
lo que me pasa y que es lo que veo. Ella pensó que mejor era mejor ir a una a ver una
sicóloga cada viernes… Pero todo sigue igual… Soy vidente, y ya no tengo miedo.