El documento contrasta la Web 1.0, que consistía en sitios web creados por expertos para ser consumidos por usuarios, con la Web 2.0, que facilita herramientas para que los propios usuarios generen y compartan contenido a través de micromedios como blogs, podcasts, wikis, Flickr, YouTube y Twitter. Estos micromedios permiten publicar, comentar y distribuir texto, imágenes, videos y audio de forma colaborativa.