El documento describe la importancia de la palabra en la condición humana. La palabra puede vivificar o destruir, y refleja nuestra esencia humana. Para que la palabra tenga un sentido humano positivo, se requiere compromiso, esfuerzo y adiestramiento para comunicarnos de manera abierta, correcta y adecuada. Las palabras pueden ser destructivas cuando hieren o dividen, pero también pueden enaltecer la vida cuando nacen para la alegría, la compartición y mejorar la calidad de vida de los demás.
1. <br /> <br />Lo que más nos delata para mostrar nuestra condición humana, es la palabra. Ella nos vivifica, nos realiza o también nos destruye. Surge de lo profundo del corazón o de la pura razón, y a veces de la mera superficialidad de lo que somos.<br />El ser humano es la palabra, es su lengua. Ella nos delata en nuestra mejor expresión humana o nos traiciona, a veces de manera vil, si no somos coherentes con los más elementales principios humanos a través de nuestro accionar cotidiano.<br />Al ser la palabra la existencia misma, porque confirma nuestro particular modo de ser, de ver y sumir la vida, se convierte en un desafío, en una necesidad vital, en un adiestramiento, para que surja esbelta, tratable, sincera ante todo, y profundamente contagiada del amor humano que debe reflejar en todo su ser.<br />Como señala Giuseppe Colombero: “Las palabras son voces que llaman a alguien desde la lejanía, desde la ausencia y lo hacen existir aquí, delante de nosotros, dando lugar a la presencia”. En verdad, la clave de la palabra es la presencia de alguien que efectivamente existe a través del dialogo en cuanto realidad común, actuante, existente, exigente, empeñativa y volitiva.<br />No puede ser la simplicidad su acompañante; es el compromiso y el empeño para que la palabra tenga sentido humano. El aprendizaje de la palabra a través de la lengua exige autopensamiento, autodisciplina, autoconciencia y adiestramiento para aprender a comunicarnos abierta, correcta y adecuadamente.<br />Por supuesto que “el poder de la palabra malévola es devastador “(G. Colombero), hiriente, con olor a muerte porque destruye, divide, bloquea, crea silencio, malicia y causa mucho dolor.<br />En cambio, qué enaltecedor cuando las palabras nacen para la alegría de la vida, para la compartencia, y sobre todo para cambiar y enaltecer la calidad de la vida de los demás; pues, la palabra buena y sincera nos atrae, nos une, destruye barreara y nos enseña a deleitarnos con el prójimo.<br /> <br />Diosverdadluzcaridadpalabravidaregaloamorcaminosinceraprójimovoluntadalegría buenaatentofiel<br />cosα+cosβ=2cos12α+βcos12α-β<br />