Se trata de un cuadro psiquiátrico que aparece en pacientes con una conducta adictiva –abuso de alcohol u otras drogas– y que además sufren una dolencia mental, como ansiedad, depresión y trastornos de personalidad. El consumo de algunas sustancias suele ocasionar patologías psiquiátricas y muchos individuos con trastornos mentales utilizan drogas; por ejemplo, lo hacen el 61% de los bipolares, el 47% de los esquizofrénicos y el 32% de los deprimidos. En otros casos, la propia adicción es la causa directa de enfermedades en el organismo, como la intoxicación, el síndrome de abstinencia o el delirium.