1. EJEMPLOS DE BUEN TRATO HACIA LOS NIÑOS
1. “Tener siempre el amor, el respeto y la paciencia
como pilares. Ponernos en su lugar: hablarle a su
altura, respetar sus ritmos, empatizar con su
motricidad, ver a través de sus ojos. Así volvemos a
aprender y a reencantarnos del mundo nosotros
mismos como padres”.
2. “Brindarles contención emocional, escucharlos,
cuidarlos, defenderlos de las injusticias, jugar con
ellos, hablarles, mirarles, abrazarles, cantarles,
dejarles expresar sus emociones, respetar sus
creencias, creer en su palabra, hacerles sentir
amados y felices”.
3. “Escucharlos y contenerlos emocionalmente. Validar
sus emociones. Empatizar con sus problemas.
Preguntarles por qué están tristes y consolarlos con
abrazos y palabras comprensivas. Evitar
menospreciar su dolor, con la típica frase «pero cómo
vas a llorar por eso»”.
4. “Fomentar sus intereses y apoyarlos: no matar sus
sueños de niño diciéndoles «cómo vas a ser
bombero, si no ganan plata», «estudiar a los
dinosaurios no
tiene campo», etc.”
5. “Explicarle las
cosas: los por qué y
para qué. Decirles
«tú puedes hazlo,
si no nunca sabrás
si podías». Decirles
«te quiero»,
preguntarles
«cómo te fue», etc.
Entender que, si se
ensucian, no
importa. Depende
de nosotros como
padres crearles hábitos, seguridad y confianza”
l Buen Trato se refiere a prácticas y relaciones de
amor y respeto que se tienen consigo mismo y
con los demás.
El objetivo es que niños, niñas y adolescentes sean más
felices, que fomenten la creatividad y las buenas
relaciones con las personas con las que conviven.
Una modalidad de convivencia cotidiana que genera
una transformación social y cultural a partir de la
construcción colectiva de vínculos sanos.
E
2. ¿Cómo desarrollamos habilidades para el buen
trato?
El primer paso es identificar qué entendemos por
infancia, transformar creencias de antaño según las
cuales los niños y niñas son adultos pequeños cuya única
responsabilidad es obedecer, lejos de juegos o de
desborde de creatividad.
Como padres de familia, tenemos el rol de proteger,
orientar y enseñar principios, valores, emociones y
sentimientos, proveer no solo alimentos o vestuario,
también respeto y dignidad, por eso, prácticas como el
diálogo, el juego, la escucha, la atención, el estudio, entre
otras, deben ser cotidianas en casa, todo ello basado en
el respeto. E
s muy importante diferenciar disciplina de castigo físico
y comprender que, así como nosotros como adultos
tenemos derechos y deberes, los niños y niñas, también.
El buen trato empieza en casa y con el ejemplo.
Veremos a continuación las habilidades que deben
desarrollar en casa los padres de familia y/o cuidadores.
Habilidades del buen trato
Amarse a sí mismo y a la familia
Escuchar y ser escuchado
Identificar, reconocer y validar
sentimientos y emociones
Aprender a dar y recibir obsequios,
halagos, retroalimentación
Ayudar a los demás
Respetar los valores y normas
sociales
Aceptar las ideas y opiniones de los
demás, aun cuando sean diferentes a las
propias