La paciente Kelly Saihua de 32 años ingresó al hospital por apendicitis pero sufrió una negligencia médica que llevó a la amputación de sus manos y pies. Fue diagnosticada incorrectamente en un primer hospital y no recibió el tratamiento adecuado, lo que causó una infección generalizada. Tras ser tratada en otros hospitales, una junta médica determinó que la falta de diagnóstico correcto en el primer hospital fue la causa de su situación. Los médicos involucrados en el primer hospital fueron sentenciados por lesiones culpos