El documento afirma que la campaña contra las bolsas de plástico de los supermercados es engañosa. Alega que las bolsas de plástico son reciclables y se descomponen más rápido de lo que se dice, y que prohibirlas beneficia económicamente a los supermercados y perjudica a los trabajadores. También argumenta que el plástico es más fácil de reciclar que otros materiales y que deberían exigirse mejores políticas de reciclaje.