El romanticismo fue un movimiento literario influyente en Venezuela en el siglo XIX. Algunos de los principales exponentes fueron los poetas José Antonio Maitín, cuyo poema más famoso fue Canto Fúnebre, y Abigail Lozano, quien escribió poemas patrióticos como Canto a Bolívar. Otros escritores importantes de este periodo fueron Fermín Toro, Juan Vicente González y Cecilio Acosta. El romanticismo venezolano alcanzó su apogeo con el poeta Antonio Pérez Bonalde a finales del
1. Dentro de la historia literaria de Venezuela, las obras más
resaltantes y que influyeron en los siguientes movimientos de
escritores, se escribieron en el Romanticismo.
El primer gran romántico es considerado el poeta José Antonio
Maitín (1804-1874), cuya letra estaba impregnada de sus más
profundas intimidades, en un lenguaje muchas veces crudo pero
que llegaba al pueblo fácilmente. Su obra más icónica fue CANTO
FÚNEBRE (1851) influenciada por la muerte de su esposa, cuya
poesía estaba repleta de profunda melancolía y tristeza. Uno de
sus más grandes inspiradores fue el poeta español José Zorrilla
Otro exponente de los inicios de la literatura romántica en
Venezuela fue otro poeta llamado Abigail Lozano (1821-1866),
quien además era político y periodista. Influenciado por el
proyecto independentista de Bolívar, sus poemas exaltaban a la
patria, y es por ese encasillamiento que quizás su obra no fue
considerada más significativa, pues no se adecuó a los
movimientos nuevos literarios que daban pauta en Europa. Sus
principales obras fueron: CANTO A BOLÍVAR y CANTOS A LA
PATRIA.
Víctor Rodríguez – C.I. 7.220.787
Universidad Fermín Toro – Escuela de Comunicación Social – Cátedra: Literatura Latinoamericana
2. Es bueno mencionar que aunque Andrés Bello, era uno de
los poetas más significativos del momento con una obra de
corte neoclásico, como «Silva a la agricultura de la zona
tórrida» entre otras, sin embargo posteriormente muestra
acercamiento por el romanticismo luego de una estadía en
Londres y de allí muchas de sus escritos y críticas van en su
defensa, llamándolo «la nueva literatura». En sus propias
palabras: «el Romanticismo, que es la poesía de los tiempos
modernos, emancipada de las reglas y clasificaciones
convencionales, y adaptada a las exigencias de nuestro
siglo.»
Hacia mediados del siglo XIX otros escritores dejaron su huella,
quienes representaron una élite intelectual en Venezuela, cuya
obra estaba cargada de existencialismo pero sin el apasionamiento
«vulgar» de Maitin o la exaltación de Lozano.
Entre ellos estaba Domingo Ramón Hernández, creador del
poemario «Flores y Lágrimas» quien fue el poeta más popular de
su época, quien retrataba con sus versos las realidades del pueblo.
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3. Igualmente, el romanticismo fue acogido por los otros
poetas venezolanos, como Fermín Toro, Juan Vicente
González y Cecilio Acosta.
“Los mártires” de Fermín Toro es una novela encajada
plenamente en el romanticismo hispanoamericana, la cual
utilizaba la prosa como un instrumento social a través del
cual se podía exponer la problemática social y económica de
una sociedad.
Pudiésemos llamar a esta etapa del romanticismo:
Romanticismo Social, del cual formó parte Juan Vicente
González. Escribió varias biografías, siendo la más
importantes la de José Félix Ribas; igualmente, criticando al
caudillismo escribió «Epístolas catalinarias sobre el 8 de
Julio» y su obra con más sentimiento «Las Mesenianas»,
donde describe con mucha tristeza a la Venezuela del
momento, en sus avatares de búsqueda de la libertad.
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4. Cecilio Acosta, neoclásico pero influenciado por el
romanticismo de la época, fue autor de una de sus más
conocidas obras “Cosas sabidas y cosas por saberse” escrita
en forma de ensayo epistolar, dirigida a un amigo suyo,
residente de algún lugar del campo venezolano. Esta obra
muestra su profundidad de pensamiento como pedagogo ,
preocupado por la realidad que vivía el país en esos
momentos.
La última etapa del romanticismo literario venezolano
originario estaba compuesto por un grupo de escritores
nacidos entre los años 1850 y 1860, sin embargo la mayoría
carecían en su obra de la pasión de los pioneros, con pocas
excepciones, como los poemas de Tomás Ignacio Potentini y
los de Elías Calixto Pompa.
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5. Sin embargo, una de las mayores excepciones a esta etapa
del decaimiento del romanticismo está representada por
Antonio Pérez Bonalde, quien es hoy considerado el
máximo exponente de la lírica y el romanticismo en
Venezuela.
De toda esta generación es el único que asume el
romanticismo, sin olvidar sus raíces europeas, adaptándola
a la realidad venezolana y gestando la base del modernismo
literario.
Fue hombre de amplia cultura, quien dominaba varios
idiomas y pudo viajar por el mundo nutriéndose de
experiencias.
Su obra más resaltante la publicó en 1877, su libro de
poemas Estrofas, que incluye su composición, »Vuelta a la
patria», que representa el poema lírico venezolano más
importante del siglo XIX. Posteriormente, en 1880 en su
escribe su compendio Ritmos, que recogía »Poema del
Niágara», el romanticismo puro hecho naturaleza.
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