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DDA.doc
1. MANEJO EN EL AULA DEL NIÑO CON DÉFICIT DE ATENCIÓN E
HIPERACTIVIDAD
Gloria Cecilia Henao López
Psicóloga – Educadora Especial - Neuropsicóloga
Universidad de San Buenaventura
Los alumnos con TDA / TDAH tienen importantes problemas con las habilidades
de organización, estudio y comportamiento. De hecho, ésta es una de las
características clave del trastorno. Estos alumnos necesitan asistencia directa,
estructuración y entrenamiento en:
La organización de su material
La organización de su lugar de trabajo
El registro de las tareas asignadas
La confección de listas
Planificar sus actividades por orden de importancia
La planificación de las tareas asignadas para el corto plazo
La división de las tareas asignadas para el largo plazo
Conocer las normas del trabajo aceptable
Leer y utilizar el calendario
Leer el reloj y seguir una agenda
Saber qué deben llevar al hogar y dejar allí
Saber qué deben llevar al hogar y traer de vuelta
Saber cuándo y dónde cambiar de tarea
Saber qué hacer específicamente durante el trabajo estático
Saber qué hacer cuando han completado el trabajo estático
Saber qué materiales se necesitan y esperan.
ACCIONES PROPUESTAS
1. Métodos para registrar las tareas encargadas y organizar el área de
trabajo y los materiales
2. A los alumnos con TDA /TDAH suele resultarles difícil registrar las tareas para el
hogar con cualquier sistema (sea calendario mensual o una hoja diaria o
semanal). El maestro puede intentar las siguientes medidas para que las tareas
asignadas sean registradas correctamente.
1. Designarle al niño un compañero como “socio de estudio”. Ese alumno
ayudará a que en la hoja o calendario de tareas queden registrados todos
los deberes. Por lo general, estos compañeros de estudio se sientan en la
misma mesa que el niño o cerca de él.
2. Describir todas las tareas encargadas en el tablero, no limitarse a
enunciarlas verbalmente.
3. Los alumnos que tienen problemas especiales con estas habilidades suelen
mejorar con una lista diaria. Después de registrar las tareas en el
calendario (incluyendo las pruebas, los informes sobre libros y los proyectos
en curso) hay que ayudar a los alumnos a confeccionar una lista de “cosas
por hacer”. Las listas de “cosas por hacer”, en las que los niños van
tachando las tareas a medida que las realizan, son muy eficaces.
4. Dedique un par de minutos al final del día escolar a revisar las tareas para
el hogar, realice un control rápido para comprobar que el niño se está
llevando los libros y materiales necesarios, etc.
5. Comuníquese con los padres cuando aparecen problemas en las tareas
para el hogar. Los padres deben conocer el sistema aplicado por el
maestro, y lo que se está intentando para proporcionar una ayuda adicional.
Tienen que hacer su parte, ayudando con los deberes, la organización y las
habilidades de estudio.
6. Explique claramente cuáles son los materiales que espera que los niños
lleven a clase (por ejemplo, lápices afilados, borrador). Cuando el niño no
ha llevado el material necesario, el maestro, para demostrar su seriedad en
lo que pide, le proporcionará sustitutos de calidad inferior, menos deseables
(por ejemplo, hojas de formularios para que usen el dorso, lápices cortos y
mordidos). No hay que reforzar la irresponsabilidad y la desorganización
del niño, permitiéndole que pida prestado materiales buenos, a usted o a los
compañeros, sobre todo si lo hace continuamente.
7. Recoja las tareas realizadas en el hogar. Los alumnos las depositarán
cotidianamente en un lugar señalado a tal efecto, o el maestro las tomará
directamente de cada alumno.
3. 8. Prevea un tiempo “de limpieza”, durante el cual los alumnos ordenarán sus
pupitres. Los niños con problemas de organización necesitan que un adulto
los ayude periódicamente a ordenar sus papeles y desecharlos o reciclarlos
cuando son inútiles. A tal fin, recurra a un ayudante, un voluntario o un
compañero muy organizado.
9. Cuide que las tareas para el hogar repasen o pongan en práctica
información ya proporcionada al alumno, y no conocimientos nuevos que él
tenga que adquirir por su cuenta, con la ayuda de uno de sus padres.
2. Como ayudar a los alumnos en la organización de los trabajos escritos
1. Incluye normas sistemáticas de trabajo (por ejemplo, escribir a doble
espacio, incluir un encabezamiento con el nombre, la fecha, el tema y el
número de página).
2. Enseñe al alumno a dejar blancos adecuados entre palabra y palabra y a
evitar el abultamiento, y apiñamiento de palabras, tomando como medida
de espaciado el ancho de su dedo índice.
3. Con líneas finas, trace los márgenes izquierdo y derecho en la hoja de
papel, y enseñe a los niños a no excederlos.
4. Muchos alumnos intentan escribir sin sostener el papel sobre el escritorio.
A menudo apoyan la cabeza sobre la mano libre. Enseñe y exija que una
mano sostenga el papel. Si resulta difícil acostumbrar, pruebe fijándole el
brazo con cinta.
5. A los alumnos más pequeños, enséñeles las proporciones de las letras:
designe el límite superior como “línea de la cabeza”, la línea media como
”línea del cinturón” y la base como “línea del pie”.
4. 3. Como evitar las confusiones visuales
A los alumnos con DDA / + H, y también a los que tienen problemas para el
procesamiento óptico, les cuesta concentrarse cuando hay confusiones visuales
que los distraen.
Ayude a estos niños a prestar atención con las siguientes medidas:
1. Entregue material impreso (proyectos y pruebas) en copias legibles, a doble
o triple espacio, no apiñadas.
2. Borre todo lo que está en el pizarrón y si no es útil. Emplee colores siempre
que le resulte posible, para orientar la atención. Usar preferibles tableros
blancos.
3. Evite el apiñamiento de objetos en los escritorios. Ayude a los alumnos a
mantenerlos lo más despejados que sea posible.
4. Es útil codificar con colores los archivos para los alumnos.
5. Los círculos autoadhesivos de color en las tapas y lomos de los textos
ayudan a estos alumnos a ubicar los libros más rápidamente (por ejemplo,
empleando un círculo azul para el “rincón del escritor” y un punto verde para
el “rincón del lector”).
6. Cuide que el alumno tenga un lugar adecuado para guardar sus materiales
(lo indispensable: cuantas menos cosas guarde, por menos cosas tendrá
que preocuparse).
7. El maestro puede probar en el aula una organización con bandejas
rotuladas “Trabajos a corregir”, “trabajos corregidos para devolver”,
“trabajos que necesitan ayuda”. Los alumnos dónde tiene que depositar
sus tareas para que el maestro las controle. Los asistentes, ayudantes y
padres voluntarios pueden retirar las tareas de la bandeja rotulada “trabajos
que necesitan ayuda”, y brindarla a los alumnos del caso.
4. Técnicas para el manejo y la organización del tiempo
1. Ayude al manejo y la organización del tiempo por parte del propio alumno,
poniendo un reloj de cartón frente a su escritorio, con las manecillas en la
5. hora en que debe salir del aula. Escriba esa hora en palabras y números,
como recordatorio adicional.
2. Ayude al alumno a confeccionar un horario. Péguelo en el escritorio.
3. A algunos alumnos los ayuda a manejar su tiempo el empleo de un reloj
que emita una señal cada diez o quince minutos. Si este sistema no
molesta o distrae demasiado, permita que el alumno con DDA/T+H vea el
reloj durante su trabajo individual estático. En el caso de que complete su
tarea en el marco temporal fijado, el maestro o el ayudante lo reforzará, en
los términos de un contrato.
5. Ayude a los alumnos a organizar sus ideas
En las secciones sobre categorías académicas examinaremos técnicas
específicas para la organización del conocimiento; por ejemplo, la preescritura, la
cartografía del relato, la lectura para determinar “el meollo del texto”, los pasos
organizativos para resolver problemas de matemáticas, y otras habilidades. Todas
ellas son difíciles de adquirir para algunos niños, en particular los que tienen
discapacidades de aprendizaje y trastorno por déficit de atención. Los maestros
deben prememorizar esas habilidades y enseñarlas a sus alumnos.
6. Participación de los padres
Los padres deben compartir la responsabilidad de enseñar a los niños habilidades
para la organización y el estudio. Los maestros necesitan trabajar con los padres
a fin de ayudar al niño en las tareas para el hogar.
Corresponde a los padres:
- Proporcionar un lugar tranquilo de trabajo, lejos del televisor.
- Proporcionar materiales e iluminación adecuados.
- Prever un lugar y un sistema para controlar con el niño el calendario de
tareas asignadas o la hoja de trabajo para el hogar (así como para recibir
las notas, las autorizaciones especiales y otras comunicaciones de la
escuela).
- Ayudar a establecer el orden de las actividades y la lista de lo que se deba
hacer por la noche.
6. - Establecer una rutina tan sistemática como resulte posible (por ejemplo,
hacer las tareas para el hogar, cenar, acostarse)
- Asegurarse de que el niño haya guardado los libros, los cuadernos, las
carpetas, etcétera, en su mochila, para el día siguiente.
- Ayudar a confeccionar listas, horarios, notas recordatorias.
- Recompensar las habilidades para la organización en el hogar.
Si el niño trae habitualmente un trabajo mínimo para el hogar, dice que no le han
dado deberes o que los hizo en clase, los padres tienen que pedir aclaraciones al
maestro. Esa falta de tareas asignadas no es frecuente. Puede ser que al niño le
falte percepción, que no se dé cuenta, o prefiera pensar que está al día con el
trabajo para el hogar. Los padres deben también comunicarse con el maestro
cuando el alumno lleva a casa demasiado trabajo. En ambos casos se necesita
comunicación y flexibilidad entre el hogar y la escuela.
Desde luego, hay muchos hogares caóticos en los que no se podrá ayudar a los
niños a desarrollar estas habilidades. Como maestros, tenemos que hacer todo lo
posible para proporcionar la estructura y modelar tales aptitudes para nuestros
alumnos.
7. La “técnica de la tortuga” para favorecer el autocontrol
La técnica de la “tortuga” fue diseñada por M. Schneider (1974) como un método
eficaz para el autocontrol de la conducta impulsiva en el aula, revelándose muy útil
en situaciones de descontrol por carga emocional. Resulta de mucha utilidad en
niños preescolares y hasta los 7 años de edad. A partir de esta edad, la
escenificación de la tortuga se utiliza como un planteamiento lúdico de una técnica
de relajación y autocontrol. Los niños mayores de 8 años se divierten con la
historia, pero a ellos le plantearemos la actividad como una técnica de relajación y
autocontrol más que como un juego.
Esta técnica, como las anteriores, se aplica con todo el grupo de clase, y se
introduce utilizando la historia de una tortuga cuyo comportamiento refleja la falta
de control emocional de los niños hiperactivos.
1. El profesor lee la historia de la tortuga a todos los alumnos
2. Con la imagen mental que provoca el cuento, el terapeuta invitará a los niños a
dramatizar la sensación de frustración de la tortuga, su rabia contenida y su
intento de introducirse en el caparazón. Cuando la tortuga se introduce en el
caparazón para vencer los sentimientos de rabia y furia, los niños
escenificarán esta actitud pegando la barbilla al pecho, colocando los brazos a
lo largo del cuerpo y presionando fuertemente barbilla, brazos y puños
cerrados mientras cuentan hasta 10. La distensión posterior provoca una
relajación inmediata.
3. Esta sesión, que se realiza durante una hora de clase y en presencia por
profesor o el terapeuta de apoyo, concluye con la invitación (a todos los niños
a la clase) a realizar la tortuga en aquellos momentos en que sientan ganas
de resolver una situación agresivamente o sientan que la cólera les desborda.
4. Para motivar la aplicación de está técnica, se propone a los niños un refuerzo
colectivo: una tortuguita de verdad. Si todos los niños aplican la técnica de la
tortuga obtendrán puntos para la tortuga. Tortuga que todos aprenderán a
cuidar y que se llevarán por turnos los fines de semana para que no se quede
sola.
5. El profesor dibujará una tortuga grande en una cartulina. El caparazón de la
tortuga estará cubierto de “escamas” casillas que serán los puntos a conseguir
(cada profesor conociendo el grado de control de su clase, podrá poner más o
menos escamas).
8. 6. Los niños podrán tachar o colorear una de las escamas en dos ocasiones: 1)
si han conseguido hacer la tortuga en un momento difícil o 2) si han recordado
a otro niño que lo hiciera cuando han visto que se iba a descontrolar.
7. Cuando entre todos se consiga rellenar la tortuga, el profesor comprará una
tortuguita de verdad para el aula.
8. El terapeuta, el profesor de apoyo o el orientador reforzaran los avancen en el
cartel de la tortuga en aquellos momentos en los que entre el aula a realizar
alguna actividad.
HISTORIA DE UNA TORTUGA
“ En una época muy remota vivía una tortuga joven y alegre. Tenía ………. años
de edad y justo entonces acababa de empezar……. curso. Se llamaba tortuguita.
A tortuguita no le gustaba ir al colegio. Prefería estar en casa con su madre y su
hermanito. No quería estudiar ni aprender nada de nada; solo le gustaba jugar o
correr con sus amigos o pasar las horas muertas viendo la televisión. Le parecía
horrible tener que hacer cuentas y más cuentas; y aquellos horribles problemas de
matemáticas que nunca entendía. Odiaba con toda el alma leer y lo hacía
bastante mal y era incapaz de acordarse de apuntar los deberes que le
mandaban. Tampoco se acordaba nunca de llevar los libros al colegio.
En clase jamás escuchaba a la profesora y se pasaba el rato haciendo ruidos que
volvían locos a todos. Cuando se aburría, y sucedía muy a menudo, interrumpía
la clase chillando o diciendo tonterías que hacían reír a todos. En ocasiones
intentaba trabajar, pero lo hacía rápido para terminar cuanto antes y se volvía loca
de rabia cuando, al final, le decían que lo había hecho mal. Cuando esto sucedía
arrugaba las hojas o las rompía en mil pedazos. Así transcurrían los días.
Cada mañana camino al colegio, se decía a sí misma que iba a esforzarse en todo
lo posible ara que no la castigasen en todo el día. Pero al final, siembre acababa
metida en algún lío. Casi siempre se enfurecía con alguien, y se peleaba
constantemente, aunque sólo fuera porque creía que el que le había empujado en
la cola lo había hecho a propósito. Se encontraba metida siempre en dificultades
y empezó a estar harta del colegio. Además una idea empezó a rondarle por la
cabeza: “soy una tortuga muy mala” se decía. Estuvo pensando esto mucho
tiempo sintiéndose muy mal.
Un día, cuando se sentía más triste y desanimada que nunca, se encontró con la
tortuga más grande y más vieja de la ciudad. Era una tortuga sabía, tenía por lo
9. menos 100 años y su tamaño era enorme. La tortuga sabía se acerco a la
Tortuguita y le pregunto que le ocurría. Tortuguita tardo en responder,
impresionada por semejante tamaño. Pero la vieja tortuga era tan bondadosa
como grande y estaba deseosa de ayudarla. “!Hola!”, dijo con voz profunda y
atronadora, “ voy a contarte un secreto. No comprendes que llevas sobre ti la
solución para los problemas que te agobian.
Tortuguita no sabía de qué le estaba hablando. “Tu caparazón, tu caparazón”,
exclamó la tortuga sabía, “para eso tienes una coraza”. Puedes esconderte en su
interior siempre que te des cuenta de lo que estás haciendo o diciendo te da rabia.
Entonces, cuando te encuentras dentro de tu concha dispondrás de un momento
de tranquilidad para estudiar tu problema y buscar la mejor solución.
Así que ya lo sabes, la próxima vez que te irrites, métete inmediatamente en tu
caparazón.
A tortuguita le gustó la idea y estaba impaciente por probar su nuevo secreto en el
colegio. Llegó al día siguiente y de nuevo, tortuguita cometió un error que
estropeó su hoja de papel blanca reluciente. Empezó a experimentar otra vez
sentimientos de furia y rabia y, cuando estaba a punto de perder la paciencia y
arrugar la hoja, se acordó de lo que había dicho la vieja tortuga. Rápida como el
rayo encogió sus brazos, piernas y cabeza, apretándolos contra su cuerpo,
deslizándose hacia el interior de su caparazón. Permaneció así hasta que tuvo
tiempo de pensar qué era lo mejor que podía hacer para resolver su problema con
la hoja. Fue estupendo para ella encontrarse allí tranquila y confortable dentro de
su concha donde nadie podía molestarla.
Cuando por fin salió de su concha se quedó sorprendida al ver que su maestra la
miraba sonriente. Tortuguita explicó que se había puesto furiosa porque había
cometido un error. La maestra le dijo que estaba orgullosa de ella porque había
sabido controlarse. Luego, entre las dos, resolvieron el fallo de la hoja. Parecía
increíble que con una goma y borrando con cuidado, la hoja pudiera volver a
quedar limpia.
Tortuguita continuó aplicando su secreto mágico cada vez que tenía problemas,
incluso en el recreo. Pronto, todos los niños que habían dejado de jugar con ella
por su mal carácter descubrieron que ya no se enfurruñaba cuando perdía en un
juego ni le pegaba a todo el mundo por cualquier motivo. Al final del curso.
Tortuguita aprobó todo y jamás le faltaron amigos.
FIN
10. COMO MEJORAR LA CONDUCTA EN CLASE
No termina las tareas, se dispersa y parece poco motivado
Adaptar la exigencia de la tarea a su capacidad de atención y control
estructurando la tarea en tiempos cortos.
Reforzar el trabajo terminado
Reforzar el trabajo BIEN terminado
Trabajar en una mesa individual en los momentos que requieran mayor
concentración
Reforzar con atención cuando está sentado trabajando
Se levanta continuamente del asiento
Ignorarle cuando acuda a nosotros sin el trabajo terminado
Ir a su asiento a verle cuando este trabajando sentado especialmente
Reforzarle con puntos si trabaja sentado (midiendo el tiempo con un
cronometro de cocina)
Se levanta constantemente para enseñar la tarea no terminada al profesor.
Repasar.
11. HOJA DE REGISTRO PARA LA PRIMERA SESIÓN DE AUTOEVALUACIÓN
COSAS QUE ME SALEN BIEN COSAS QUE ME SALEN MAL
____________________________ ____________________________
____________________________ ____________________________
____________________________ ____________________________
____________________________ ____________________________
____________________________ ____________________________
¿ QUÉ SUCEDE
DESPUÉS?
_________________
_________________
¿ EN QUE
SITUACIONES SUELE
OCURRIRME?
_____________________
_________________
¿ FORMAS DE
SOLUCIONARLO?
_____________________
_________________
¿ QUÉ NECESITO
PARA CONSEGUIRLO?
_____________________
_________________
12. FICHA DE AUTOEVALUACIÓNDE LA SESIÓN
¿QUÉ HEMOS HECHO HOY?
1. ME SALIO MAL 2 PASABLE 3. BIEN 4. MUY BIEN
5. GENIAL
13. COMO EXPLICAR EL TRASTORNO DE BAJO NIVEL DE ATENCIÓN A LOS
NIÑOS JUAN Y LA OBRA TEATRAL DE HALLOWEEN
Este año, la clase de la Profesora Paola fue seleccionada para montar la obra de
Halloween de la escuela. La profesora Paola le había contado a sus alumnos
acerca de la obra y todos en la clase se sentían muy motivados. Todos los años
los niños de la Escuela Elemental Maplewood esperaban con alegría la llegada de
la obra de Halloween y cada año se seleccionaba una clase diferente para
presentarla. Era una buena ocasión para que los estudiantes de la obra
exhibieran sus disfraces de Halloween y actuarán en los distintos papeles.
Además, el profesor Santiago, el director de la escuela, preparaba todos los años
una fiesta especial de Halloween y compraba una gran panetela para la clase que
montaba la obra teatral.
Todos los niños en la clase de la profesora Paola estaban ocupados el la
preparación de la obra. La profesora Paola leyó el libreto a los alumnos. El
profesor David, el director de disciplina de la escuela, estaba montanto las luces
especiales en el escenario para la obra, y hasta el esposo de la profesora Paola
estaba participando con la construcción de una estructura de madera para la casa
embrujada de la obra. Todo se estaba programando y los ensayos iban a
comenzar en tres semanas. Solo faltaba por decidir quienes harían que papeles
en la obra.
Juan nunca antes había actuado en una obra. Cuando tenía siete años había
visto a su hermana mayor, Marcela, representar el papel principal en la obra
teatral de su clase. Se fijó en que todo el mundo aplaudió y le prestó mucha
atención. Juan deseaba en secreto tener la oportunidad de desempeñar el papel
principal este año. Quería actuar en el papel del niño que se transforma en héroe
de la noche de Halloween después de salvar a los demás niños de la bruja
malvada que vive en la casa de los fantasmas. Con frecuencia, cuando Juan
soñaba despierto se veía haciendo cosas valientes como esa. Cuando no soñaba
de una cosa, soñaba de la otra. Ese era parte de su problema.
Juan soñó que le daban el papel en la obra y que era el héroe de su clase. No
obstante, el sabía que no había muchas probabilidades de que le dieran el papel.
Estudiar para la obra y aprenderse los vocablos de memoria tomaría mucho
tiempo, y la profesora Paola seguramente le dará el papel del niño que salva a
todos los demás niños a uno de los alumnos como siempre presta atención y hace
las tareas escolares en la casa. El problema de Juan era que soñaba despierto
casi todo el tiempo, hablaba demasiado con sus amigos y casi nunca terminaba
las tareas de la clase. Eso no era todo. A Juan le costaba mucho trabajo
quedarse sentado tranquilo, se retorcía mucho en el asiento y la profesora Paola
siempre le tenía que recordar que no echara la silla hacia atrás porque se podía
14. caer. Y hablando de caer, su lápiz lo hacía a menudo y también los papeles de su
escritorio. ¡Sencillamente no lograba organizarse¡
La profesora Paola parecía comprender a Juan. Sabía que Juan tenía más
dificultades que algunos de los otros muchachos a la hora de concentrarse en el
trabajo. Le corrió la silla para que estuviera más cerca de ella y así recordarle que
debía prestar atención. Le ofrecía ayuda suplementaria en caso de ser necesario.
Cuando hablaba demasiado con sus amigos, la profesora Paola lo inducía a
regresar a su trabajo. A Juan le gustaba que ella lo hacía de una manera discreta
para que los demás niños no se dieran cuenta. Pero por encima de todo, Juan
sentía que la maestra le tenía aprecio de verdad y eso lo hacía sentirse bien.
El año pasado la profesora Milena no era tan amable. Le gritaba a Juan y lo
abochornaba frente a los demás niños. La Profesora Milena se ponía muy brava
cuando Juan respondía a las preguntas sin levantar la mano primero o cuando
hablaba demasiado con otros estudiantes sin permiso. No podía controlarse muy
bien. Si tenía algo que decir, lo decía sin acordarse de las reglas de la clase de
esperar su turno. Juan pensaba que la Profesora Milena siempre lo estaba
regañando porque su escritorio estaba estaba desordenado y lleno de papeles. La
profesora Milena llamó mucho a los padres de Juan el año pasado para quejarse
de su conducta y lo castigaban mucho en casa por no prestar atención en sus
clases. Los padres de Juan comenzaban a preocuparse mucho. Sabían que Juan
era un niño con muchas capacidades y no entendían por qué tenía tanto
problemas en la escuela. Juan tampoco lo entendía.
Un día la Profesora Paola repartió el libreto de la obra de Halloween e todos los
niños en su clase. Les pidió que lo llevaran para la casa y lo leyeran. Juan trajo el
libreto a la casa pero el sabía que nunca lo escogerían para actuar en el papel que
deseaba.
Esa noche Juan no tenía muchas ganas de comer su comida. No tenía deseos de
comer el postre ni ver la televisión. Incluso cuando su perro, Paco, le brincó arriba
para jugar, Juan no le hizo caso. La madre de Juan le preguntó qué le pasaba.
Juan le dijo que deseaba obtener un papel en la obra pero que no valía la pena
tratar de lograrlo debido a sus problemas en la escuela. Su madre le dijo que no
se preocupara y que tratara de prestar más atención en la escuela. También le
dijo que ella hablaría con la profesora Paola para que todos juntos pensaran en
como ayudarlo con sus problemas.
Al día siguiente la profesora Paola se reunió con Juan y sus padres para
conversar sobre los problemas de Juan. La Profesora Paola le dijo a sus padres
que era un placer tener a un muchacho tan estupendo como Juan en su clase.
También dijo que ella comprendía que Juan tenía un problema a la hora de prestar
15. atención, terminar todos sus trabajos en la clase, sentarse tranquilo y mantener su
escritorio y sus papeles limpios. Le explicó además a los padres de Juan que ella
conocía de otros estudiantes que tenían los mismos problemas. La profesora
Paola le preguntó a Juan y a sus padres si les gustaría trabajar juntos en un plan
para ayudar a Juan a mejorar en la escuela. Todos estuvieron de acuerdo en que
les gustaría ayudar de cualquier forma posible. La profesora Paola le dijo a Juan
que ella le recordaría prestar atención, sentarse tranquilo, terminar su trabajo y ser
ordenado. Dijo que todos los días ella llenaría una Tarjeta de Metas. Le anotaría
los puntos en la tarjeta para que Juan y us padres supieran cómo estaba
comportándose en la escuela todos los días. Juan aceptó llevar la tarjeta después
de la escuela a sus padres en la casa y devolverla a la mañana siguiente.
La profesora Paola llenaba la tarjeta de Metas de Juan diariamente y le daba
puntos por su trabajo en la escuela. Si tenía un día bueno se ganaba muchos
puntos, sus padres le daban algún tipo de recompensa, pero si tenía un día malo y
no ganaba muchos puntos, perdía la recompensa e incluso podía en ocasiones
perder tiempo de ver televisión por la noche o acostarse un poco más temprano.
Durante los días siguientes Juan hizo un verdadero esfuerzo por seguir el plan en
la escuela. Cuando se olvidaba de prestar atención, su maestra sólo se acercaba
a su escritorio y suavemente le recordaba mantener la atención en su trabajo.
Todos los días después que la profesora Paola llenaba la tarjeta de metas, Juan la
llevaba a la casa para enseñársela a sus padres. Después de un tiempo todos
comenzaron a notar que Juan ganaba cada día más puntos y que había mejorado
en la escuela. Atendía mejor, terminaba sus trabajos en la clase, permanecía más
tiempo sentado tranquilo y su trabajo era cada vez mas limpio. Juan también era
cada día más feliz. Todos los días ganaba muchos puntos y se sentía mejor con
respecto a si mismo. Cuando la profesora Paola le preguntó a cada uno de los
niños en qué papel le gustaría actuar en la obra de Halloween, Juan levantó la
mano y le dijo que a él le gustaría actuar en un papel del niño que salvó a todos
los niños en la casa de los fantasmas. La profesora Paola, en vista que Juan
había mejorado tanto en la escuela le permitió tener el papel. Todos los niños de
la clase estuvieron de acuerdo en que Juan realmente se merecía hacer el papel.
El día de la obra de Halloween, Juan estaba nervioso pero también muy motivado.
Su padres y su hermana Margarita, habían venido para verlo actuar. Cuando
terminó la obra, todos aplaudieron y Juan fue aclamado de pié por el público y los
demás alumnos. Juan se sintió orgulloso de sí mismo, y también se sintieron
orgullosos de él sus padres y su hermana. Al día siguiente, Juan y sus
compañeros de clase celebraron cuando el profesor Santiago le permitió a la
profesora Paola que celebraran una gran fiesta en el salón e clase.