En el siglo XV, la nobleza inglesa era menos numerosa y más unificada que en el continente. Las ciudades dependían del rey y tenían libertades económicas. Aunque la nobleza enfrentó al rey como en otros lugares, la administración real inglesa fue más fuerte y centralizada. La victoria en la Guerra de los Cien Años aseguró la lealtad de la nobleza a la monarquía por más de 100 años, pero cuando Inglaterra perdió territorios franceses la nobleza luchó por el trono desatando
1. Absolutismo ingles
En el siglo XV, la nobleza inglesa era menos numerosa que en otros países del continente y estaba
unificada; no existían señores con dominios territoriales independientes. Las ciudades, dependieron del
rey, y por esto tuvieron libertades económicas y comerciales. Como en el resto de las sociedades
europeas occidentales, durante el siglo XIV la nobleza inglesa —reunida en el Parlamento— enfrenté a la
monarquía. Sin embargo, la administración y la autoridad real en Inglaterra fueron mucho más fuertes y
estuvieron centralizadas mucho antes que en el resto del continente. Además, la lealtad de la nobleza a
la monarquía estuvo asegurada durante más de cien años (entre 1339 y 1453 se desarrolló la Guerra de
los Cien Años) por las victorias inglesas en los campos de batalla, en territorio francés. Pero cuando los
ingleses fueron expulsados de Francia, los nobles más poderosos comenzaron a luchar entre sí por la
sucesión al trono. Entre 1455 y 1485 se desarrollé la Guerra de ¡as Dos Rosas entre la Casa de Lancaster
(rosa roja) y la Casa de York (rosa blanca), las dos más grandes familias de terratenientes del reino.
Los Tudor y la nueva monarquía absoluta
En 1485, Enrique VII, heredero de la Casa de Lancaster y de la Casa de York, resulté vencedor en la
Guerra de las Dos Rosas y fundó la dinastía Tudor. Su objetivo más importante fue concentrar y reforzar,
nuevamente, el poder de las instituciones centrales de la monarquía, debilitadas por los enfrentamientos
entre los nobles. Bajo su administración, los dominios reales se ampliaron y los ingresos de la corona se
triplicaron. El Parlamento, que se reunía todos los años, dejó de ser convocado. Finalmente, el poder
absoluto del rey se consolidó cuando Inglaterra se enfrenté con la Iglesia Católica de Roma, y Enrique VIII
se convirtió en el jefe de la Iglesia inglesa reformada, que se llamó anglicana.
William Shakespeare (1564-1616) fue un escritor inglés. y uno de los más grandes dramaturgos de todos
los tiempos. Escribió dramas históricos inspirados en la tradición inglesa y en la antigüedad, como
Ricardo III, Enrique V, Julio César, Antonio y Cleopatra, y también comedias de intriga y tragedias como
Romeo y Julieta, Hamlety Rey Lear, entre otras.
“La monarquía se había convertido bajo los Tudor en un poder absoluto. La alta nobleza, al fin de la
Guerra de las Dos Rosas, estaba aniquilada casi por completo; la nobleza interior, los campesinos
propietarios de tierras y los burgueses ciudadanos querían ante todo paz y orden. Shakespeare, en sus
obras, ve el mundo con los ojos de un burgués. Su defensa de la monarquía, lo mismo que la de sus
contemporáneos, se explica por su miedo al caos.” Arnold Hauser, historiador húngaro-inglés
contemporáneo, especialista en historia del arte.