El Cristo Pantocrátor es una obra representativa del arte bizantino que se caracteriza por su marcado teocentrismo. Representa a Cristo como un rey divino con rasgos que transmiten bondad y autoridad. Los colores, gestos y símbolos que contiene la pintura, como el libro en la mano izquierda, tienen un significado religioso y simbólico profundo en la época medieval.
1. CRISTO PANTOCRÁTOR
El Cristo Pantocrátor es una obra representativa del arte bizantino que se dio en la Edad Media entre
los años 500 y 1400. Esta época se caracterizó por el marcado teocentrismo. Es importante recordar
que fue un periodo de muchas pérdidas humanas en nombre de Dios. Por otro lado, la pirámide
social ponía en su cúspide al clero como ente regulador de la vida en este momento histórico. El
clero, siendo representación de Dios en la tierra, muestra la importancia que tiene la religión en la
vida del ser humano de la época.
Con el contexto anterior, se puede entender la pintura como una representación y humanización de
la imagen de Cristo, que en la Edad Media era de suma importancia, puesto que todos los ideales
medievales eran en torno a la religión.
La pintura no es una escena como tal, pero permite hacer un reconocimiento de un ser que no pudo
ser observado en carne y hueso, pero que a través del arte logra ser identificado con ciertos rasgos
característicos que a su vez tienen una simbología. Por ejemplo, el rostro siempre se observa
severo, pero a su vez su mirada refleja bondad.
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2. En el vestido también hay una carga semántica puesto que el Cristo Pantocrátor tiene una túnica
morada con una franja de oro y además tiene un manto de color azul. En los colores podemos
encontrar varios elementos: el morado y el dorado que se relacionan directamente con la imagen del
rey, en este caso se ve como Cristo es un rey divino.
Según el sitio web orthodoxworld.ru, hay un misterio oculto y es el de la Encarnación, citando un
aparte de la biblia: “Al volverme, vi siete candeleros de oro, y en medio de los candeleros a un Hijo
de Hombre, vestido de una túnica de talar, ceñido al talle con un ceñidor de oro”. Ap. 1-13 y es esta
imagen del Apocalipsis la que se refleja en la franja de oro del Pantocrátor.
El azul, color del manto, representa la humanidad del señor, pero no solo eso, también el amor
misericordioso de Dios a los hombres.
También se hace visible que una de las manos de Cristo, se encuentra en posición de bendición.
Pero la posición de las manos no es tan solo ese gesto. El significado intrínseco de la posición, se
da por el misterio de los tres dedos, que simbolizan las Tres Personas de la Santísima Trinidad. Los
otros dos, no son más que la muestra de las dos naturalezas de Cristo: El Jesús histórico y el Cristo
de la fe.
En el libro que posee en la otra mano también hay una simbología importante y es ese mensaje
salvador que trae; es la prueba viva de la existencia de Dios y es a su vez, la prueba de lo que
decían los profetas.
Por otro lado, la economía en la Edad Media era basada en el feudalismo y se debía pedir permiso
para realizar cualquier actividad mercantil al clero. En el caso de esta pintura, no hay una
representación del sistema económico de la época, pero sí se puede hacer una analogía. Cristo es
la máxima autoridad en la vida de todo católico – cristiano y todo se hace según su voluntad. Lo
mismo pasaba en el Medioevo, el clero era máxima autoridad por ser representación terrenal de
Dios y también se desarrollaban ciertas actividades según fuera su voluntad.
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3. En este cuadro, solo puede evidenciarse la presencia misericordiosa de Dios con nosotros, en
ningún momento se logra apreciar una crítica del pintor, al contrario, es más ese sentido de Cristo y
su naturaleza humana.
Entrando a otro punto, cuando se trata de buscar un autor, es muy difícil encontrar la respuesta. Esto
se da porque el Pantocrátor fue una corriente que se utilizó para referirse a Dios padre omnipotente
o a Cristo y no hay un autor definido, por ende no se puede saber quién fue la persona o institución
que la encargó. Lo que sí se sabe es que las diferentes personas que se centraron en este estilo de
pintura tenían intereses religiosos, debido también a la época en que esta surgió. En el arte bizantino
se retomaron partes del arte paleocristiano oriental.
Es importante contextualizar mejor los hechos que dieron pie a este tipo de arte que se ha llamado
bizantino. Uno de sus mosaicos más representativos fue este que hoy analizamos: El Cristo
Pantocrátor (actualmente es conservado en Estambul, antigua Constantinopla) y para que surgiera
esta idea de pintura, un hecho definitivo fue la ruptura entre la iglesia de oriente y la de occidente.
El argumento de la obra es netamente religioso, desde cada detalle se puede interpretar un
significado, tal como se planteaba en párrafos anteriores y es que este tipo de mosaicos que fue tan
importante para el arte bizantino tiene unos elementos que reflejan no solo las convicciones del
cristianismo sino también la representación de las profecías del Antiguo Testamento o bien, los
principios que dio Jesús por su paso en la tierra, para poder alcanzar la felicidad y para ser prueba
fidedigna de que Cristo sí es realmente el “camino, la verdad y la vida”. Por esto encontramos
elementos que demuestran su misericordia divina e irrefutable; la autoridad que es, pero la bondad
que transmite; su naturaleza humana, pero con la realeza divina que lo hace ser miembro de Dios.
En fin, es entonces este cuadro, patrimonio del arte, de una cultura y sobre todo de una religión, a tal
punto, que diario convergen miles de personas a visitar las imágenes del Cristo Pantocrátor.
La pintura o mosaicos de este tipo surgen por la necesidad de representar a Cristo y expresar la
existencia de tres corrientes religiosas que tenían gran influencia en la época que desarrolló este
estilo artístico: la del cristianismo incipiente, la del racionalismo griego y el islamismo. Aunque
muchas personas la utilizaron para decorar las iglesias tanto en el interior como en el exterior.
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4. El Cristo Pantocrátor es una imagen figurativa porque contiene información diferente a la propia
realidad. Además la imagen se realizó por representación, ya que como bien se ha planteado, es
una clara representación de Cristo humanizado.
Los signos que se hacen visibles en la obra, son por ejemplo la bendición y hay también símbolos
que son entendidos desde un concepto moral como lo planteábamos anteriormente con las sagradas
escrituras que tiene Cristo en su mano.
Para realizar un análisis de esta obra es importante entender unos signos, símbolos y figuras y este
entendimiento solo se logra a partir de unos códigos. En el Pantocrátorhay varios códigos icónicos y
en esta clasificación están los subcódigos iconológicos que se evidencian en la posición de la mano
en señal de bendición que se entiende por convención y tradición. Por otro lado, está el subcódigo
estético, por el cual la obra nos parece bellísima.
En la corriente artística denominada "Pantocrátor" podemos analizar en el proceso de ver y percibir
los siguientes pasos:
En primer lugar, la sensación, se puede denotar en lo grande, ya que la mayoría de pinturas en esta
corriente son de gran tamaño para poder ser observadas por todo el mundo en las iglesias, donde
normalmente son ubicadas. Los colores apagados son los preferidos en este tipo de arte.
La atención, que en este caso es espontánea debido a que habitualmente estamos acostumbrados a
tener a Cristo como imagen divina, siempre lo tenemos presente y queremos ver la imagen de
Cristo, ya que nos simboliza fe y salvación.
Después está la selección que podemos evidenciar claramente en esta corriente porque usualmente
el Pantocrátor se caracteriza por dar con su mano derecha la bendición y por tener en la mano
izquierda la Sagrada Escritura. Símbolos que a los observadores llaman la atención, ya que de una
manera u otra están transmitiendo un significado determinado.
Por último, la percepción se puede evidenciar en cuanto a que el Pantocrátor es la representación de
una figura divina que en la sociedad de esa época y en la actualidad tienen gran relevancia e
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5. importancia y por ende estarán en la memoria ya sea de una manera directa o indirecta, con
sentimientos que nos refleja esta divinidad.
La lectura denotada y connotada del texto, se ha visto a lo largo de esta reflexión identificando los
elementos que la componen y el contenido latente de la misma.
De acuerdo con lo que se ha analizado de la obra y conociendo el contexto histórico y el autor es
posible hacer un juicio estético de la misma, en este caso, el juicio que nos merece la obra es
positivo, teniendo en cuenta los conceptos de composición, iluminación, color, en fin. Se nota que
todos los colores estuvieron precisamente aplicados por la significación que tienen, que hay factores
en el rostro de la imagen que permiten sacar conclusiones y que no se pintaron porque sí, es más,
es tan positivo el juicio estético que se le ha dado a este tipo de pintura en todos los tiempos que se
ha utilizado una y otra vez a lo largo de esta corriente artística bizantina.
El juicio estético del autor es un juicio positivo, debido a que después de observado el Pantocrátor
da una apreciación de belleza, por lo que este estilo representa la imagen de alguien divino que en
dicha época tenía gran importancia. En este tipo de pinturas siempre se logra reflejar la autoridad de
Cristo. Evoca en sus dos manos dos símbolos que para los feligreses son importantes y en algunas
ocasiones muestra su vida como padre y la protección que un padre le debe brindar a su hijo. El
creador de esta corriente quiere tomar la religión como base principal de las pinturas. El arte
bizantino se consolida como expresión artística a partir del siglo VI, se relacionaba con el mundo
helenístico. Es importante recordar que Bizancio fue quien continuó con este tipo de arte, de ahí su
nombre. La religión predominaba, tenía gran fuerza en la vida de las personas
También conociendo las tres grandes etapas de división del arte bizantino, es que se entiende la
relevancia del Cristo Pantocrátor, a tal punto que no fue el estilo de pintura de un solo artista, sino de
muchos. En el arte probizantino (527 – 726), aparece todo el fenómeno iconoclasta con el papa León
XIII, quien manda a destruir todas las imágenes de Jesús, de la Virgen María y demás santos. Esta
era se prolongó hasta los años 726 - 843 y hubo muchos enfrentamientos entre iconoclastas e
iconódulos. Con esto se demuestra un cambio de paradigmas icónicos por parte de los artistas que
se atrevieron a plasmar a Cristo humanizado.
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