El documento discute la hipótesis de que los griegos plagaron la filosofía oriental. Argumenta que no hay evidencia de que existiera una "filosofía oriental" distinta de las matemáticas y astronomía de la época, y que estas últimas no alcanzaron el nivel de sofisticación de la ciencia griega. Concluye que los griegos no copiaron una filosofía oriental preexistente y fueron en realidad los creadores de la filosofía.