2. INICIO DE LA REVOLUCIÓN
En 1908, James Creelman entrevistó a
Díaz. El gobernante se sintió en la
necesidad de justificar la falta de
democracia. Argumentó que finalmente
había llegado el día en que México
podría elegir a sus gobernantes sin el
peligro de “revoluciones armadas y sin
daño para el crédito y el progreso
nacionales”.
3. Díaz aseguró que no se reelegiría
y que vería con beneplácito el
surgimiento de un partido de
oposición y de comicios
verdaderos.
La entrevista desató la
organización, la actividad política
y los anhelos democráticos.
4. LA CARRERA ELECTORAL
HACIA 1910
Todos vieron en la edad de Díaz
el principal aliciente para ocupar
la vicepresidencia, por las
elevadas posibilidades de que
muriera en el periodo de gobierno
siguiente, de 1910-1916.
5. El general Bernardo Reyes intentó ocupar
la candidatura como compañero de fórmula
de Díaz, pero fue desplazado por Ramón
Corral (del grupo de los científicos).
Francisco I. Madero (hacendado y
empresario coahuilense), fue el candidato
por el Partido Antirreeleccionista.
En 1909 publicó el libro La sucesión
presidencial de 1910 en el que criticó el
alto costo que significaba la dictadura y la
necesidad de establecer una democracia.
6. El día de las elecciones, el 21 de junio de
1910, Madero se encontraba encarcelado, al
igual que muchos de sus seguidores.
Al sufrir el fraude, decidió lanzarse a la
lucha armada.
Redactó su Plan de San Luis Potosí:
calificó de ilegítimas las elecciones y llamó
a “hacer la guerra” al régimen, asumió la
presidencia provisional y designó el día 20
de noviembre para que “… todos los
ciudadanos (…) tomaran las armas”
7. El Plan incluyó un importantísimo artículo
proponiendo la restitución de tierras, con lo
cual se ganó el apoyo de los campesinos,
pueblos y pequeños propietarios.
Fue una verdadera revolución social.
El corazón de la revuelta estuvo en la frontera
norte, donde fue relativamente fácil introducir
armamento y víveres desde E.U.
Principales líderes: Abraham González,
Pascual Orozco, Silvestre Terrazas, Toribio
Ortega y por supuesto, Pancho Villa (cuyo
nombre era Doroteo Arango)