Los signos vitales permiten vigilar las funciones del cuerpo y no deben evaluarse de forma automática sino de manera científica y consciente. Incluyen la temperatura, pulso, respiración, tensión arterial y oximetría, cuyos valores normales varían según la edad. Se describen los mecanismos de regulación de la temperatura, respiración y métodos para medir el pulso y la tensión arterial.