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SÍNTESIS 
Realidad 
¿Objetiva o construida? 
Volumen I 
de Humberto Maturana 
por David Alcántara
Datos sobre la versión del libro de síntesis 
Editorial: Anthropos, Barcelona 
Traducción: Capítulo tres por María 
Pilar Vallés y capítulo 
cuatro por Heidi Cazés. 
Edición: Primera, 1995 
Páginas: 162 
ISBN: 84-7658-483-0 
Datos sobre detalles de la redacción 
 Las páginas citadas, todas, están indicadas con la abreviación “p.” y entre paré-ntesis. 
 En aquellos casos que se usa doble “pp.” se hace referencia a todas aquellas 
páginas que se comprenden entre ambos números de página inmediatamente 
señalados, con ellos incluidos. 
 Las frases que se encuentren entre los símbolos “” se refieren a una interpre-tación, 
no literal, sobre ciertas ideas que se encuentran en su página correspon-diente. 
 Las frases que se encuentren escritas en cursiva pueden referirse a dos cosas: si 
se trata una o dos palabras entonces son consideradas importantes y por ello 
son des-tacadas, pero si es una frase o un párrafo, o más párrafos, entonces es 
una reescritura literal de aquello que se encuentra en la página correspondiente, 
con excepción de los paréntesis que no se encuentran en cursiva. 
 Aquellas frases continuadas por tres puntos (…) expresan una conexión 
indirecta entre las ideas que se proponen, esto es, una forma de expresar que 
ambas escrituras forman parte de la cita que les acompaña pero que, a su vez, 
poseen contenido intermedio en el libro original que no se consideró necesario 
citar. 
 El número de las figuras no respeta el orden original del libro, son una adapta-ción 
propia de éste documento. 
 Las páginas citadas debajo de los títulos corresponden a la extensión del 
capítulo en el libro original. 
 Según regla APA de citación, la abreviación Ibíd. (Íbidem) hace referencia a la 
última cita utilizada. 
 Si bien el documento es un diálogo entre co-autores, ésta síntesis está escrita en 
tercera persona, con excepción de aquellas citas literales del texto que se 
ofrecerán en cursiva. Los paréntesis sin cursiva, entremedio de las citas lite-rales, 
también son de mi autoría.
REALIDAD 
¿Objetiva o construida? 
Volumen I
REALIDAD 
¿Objetiva o construida? 
Volumen I 
I 
BIOLOGÍA DEL FENÓMENO SOCIAL
INTRODUCCIÓN 
(pp. 3-8) 
Somos seres sociales (ya que vivimos cotidianamente imbricados al ser de otros) a la vez que somos 
seres individuales (en un devenir de experiencias intransferibles) y en la historia Occidental se ha 
pensado que ambas cosas se contradicen en su existencia, por ello esto es un tema que es considera-do 
inc lus ive como un ‘dilema’. Pero pese a esto, existe el registro de variados sistemas sociales que 
han vivido en armonía frente a lo que parece excluyente. ¿Cómo explicamos esto? Sin duda que se 
puede explicar desde una perspectiva biológica en donde lo individual sólo es posible socialmente y 
lo social sólo se puede formar desde la individualidad. Pero antes de continuar tenemos que decidir 
hacernos cargo de las siguientes premisas básicas que fundan las explicaciones en éste ámbito (bio-lógico): 
1) ¿Qué es una respuesta aceptable? Los científicos tienen un modo de saber si algo es o no 
una respuesta aceptable sin saber de antemano qué respuesta específica es la que se puede 
encontrar, y se logra con ‘la propos ición de un mecanismo (sistema concreto o abstracto 
determinado estructuralmente) que como resultado de su operar genere el fenómeno que es 
investigado’. Por éste motivo el autor se propone explicar los fenómenos sociales desde la 
definición de mecanismos biológicos que den como resultado los sistemas (sociales) que 
reconocemos cotidianamente. 
2) ¿Qué son los seres vivos? Todo ser vivo es un sistema estructuralmente determinado (DE), 
es decir, nada externo puede determinar qué pasa dentro de nosotros y lo exterior sólo pue-de 
gatillar aquello que nuestra propia organización define. Y decimos que la conducta de 
un ser vivo es adecuada sólo si sus cambios permiten congruencia estructural con los cam-bios 
del medio que lo contiene y hace posible en su continua dinámica interna de autopro-ducción; 
de autopoiesis. Un ser vivo es un sistema en continuo cambio estructural. 
3) ¿Cómo es el cambio estructural? Desde la estructura inicial de la existencia de un ser vivo 
distinguimos dos modos de cambio en él: como producto de su propia dinámica interna o 
gatillados desde el medio (que cambia junto con él). Por esto la historia particular (ontoge-nia) 
y general (filogenia) de un ser vivo a cada instante se escribe como una selección que 
el medio hace de él, ya que es aquello que gatillas sus cambios estructurales en sus interac-ciones 
a lo largo de su realización y conservación de organización y adaptación. 
4) La conservación de la organización. A modo de ‘relación universal’, Humberto Maturana 
dice que los seres vivos, así como cualquier sistema DE, existe sólo en la medida en que la 
organización que lo define se mantenga invariante; siendo la organización el conjunto de 
relaciones entre elementos que dan a un sistema su identidad de clase y la estructura la for-ma 
particular de existir de una identidad de clase cualquiera. Y la organización de un ser 
vivo es su autopoiesis, la cual sólo se mantiene operativa en la medida que los cambios en 
su estructura no la alteren relacionalmente. Un ser vivo sólo existe si su organización, DE 
desde sí mismo, no se extingue en su curso de cambios estructurales históricos. 
5) Conservación de la adaptación. Un ser vivo, al igual que todo sistema, existe sólo en la me-dida 
en que el medio que lo contiene, y con el cual interactúa, permite que se conserve su 
organización. Cuando existe ésta congruencia estructural entre organismo y medio decimos 
que el ser vivo se ha adaptado al medio; y si esta no existe el ser vivo muere. Por lo tanto, 
también a modo universal, todo sistema DE existe sólo en la medida en que conserva su or-ganización 
y adaptación; en donde una implica a la otra. Y en esta deriva toda circunstancia
del presente (histórico) queda determinada por el mismo presente y sus procesos participan-tes 
en la conservación de sus dinámicas internas y externas. Además toda deriva existe sólo 
como una co-deriva: toda ontogenia es una co-deriva ontogénica y toda filogenia es una co-deriva 
filogénica en la que tanto organismo como medio conservan su adaptación y organi-zación 
en un curso de cambios estructurales (necesariamente) congruentes. 
Veamos ahora cuáles son las consecuencias en el plano social, de seguir éstas nociones básicas del 
ámbito biológico recién expuestas. 
SISTEMAS SOCIALES 
(pp. 8-10) 
“Cada vez que los miembros de un conjunto de seres vivos constituyen con su conducta una red de 
interacciones que opera para ellos como un medio en el que ellos se realizan como seres vivos, y en 
el que ellos, por lo tanto, conservan su organización y adaptación y existen en una coderiva 
contingente a su participación en dicha red de interacciones, tenemos un sistema social. (p.8)” 
Lo recién expuesto constituye la organización de los sistemas sociales, ya que desde éstas caracte-rísticas 
distinguimos que se genera todo fenómeno conductual considerado como social, y es un re-sultado 
inevitable de las interacciones recurrentes que se dan entre seres vivos. Veamos las impli-cancias 
de esto: 
1. Todo sistema social necesariamente debe estar constituido por sistemas vivos, de modo que 
no es sistema ‘social’ aque l que no permite la realización y conservación del vivir de sus 
miembros. 
2. Cada sistema social se diferencia según las características de las interacciones (recurrentes) 
que lo realizan, es decir, las conductas que son aceptadas como adecuadas por sus miem-bros. 
3. Las propiedades de un sistema social están determinadas por los seres vivos que la integran, 
por esto no hay componentes superfluos en él ya que todo cambio es algo que modifica al 
sistema en su totalidad y no algo que se pueda obviar. 
4. Así como cada miembro define su sistema social, así también el sistema, una vez constitui-do, 
define a cada uno de sus miembros desde la selectividad de cambios estructurales espe-cíficos 
que permite en torno a su realización. 
5. Los componentes de un sistema social pueden participar de la realización de otros sistemas 
sociales siempre y cuando sigan participando de las relaciones que conservan al primero en 
su organización pese al cambio estructural provocado por el devenir de cambios de la reali-zación 
del segundo. 
6. Pese a que los sistemas sociales son esencialmente conservadores, existen en un continuo 
cambio estructural debido a: muerte o migración de miembros, incorporación de miembros 
nuevos o cambios en las propiedades de los miembros ya existentes.
SOCIEDADES HUMANAS 
(pp. 10-15) 
- Todo miembro de una sociedad humana (cualquiera) siempre realiza con su conducta a di-cha 
sociedad al mismo tiempo que ésta selecciona a sus miembros en base a las mismas 
conductas (que son consideradas las adecuadas). 
- Los seres humanos podemos, y de hechos somos, miembros de muchos sistemas sociales de 
modo simultáneo o sucesivo, ya que lo que importa en una relación social no es la sinceri-dad 
del acto sino la coordinación (consensual) efectiva de las conductas. 
- El mecanismo fundamental de interacción en el operar de los miembros de un sistema so-cial 
humano es el lenguaje. Es más, el lenguaje surge desde el fenómeno social, ya que es la 
conducta primaria de coordinación conductual que es aprendida transgeneracionalmente por 
los miembros de una sociedad la que señala ideas descriptoras como objetos de l ‘mundo’ 
que luego vuelven a ser coordinadas de modo recursivo: por lo que es la interacción recu-rrente 
dentro de una sociedad la que permite dar origen a lo lingüístico. O lo que es lo mis-mo, 
decimos que hay lenguaje en un fenómeno social, y originado desde un fenómeno so-cial, 
cuando vemos que ciertas coordinaciones consensuales primarias de acciones son usa-das 
como objetos de significación al ser coordinadas consensualmente (y recursivamente) 
sobre su (previa) coordinación consensual. 
- Debido a que sólo desde interacciones recurrentes es posible generar un dominio de coordi-nación 
de conductas donde se conserva la autopoiesis de sus miembros, al mismo tiempo 
que existen en un ámbito de acoplamiento estructural recíproco espontaneo que permite que 
surja un sistema social, decimos que un sistema social sólo puede nacer desde la co-opera-ción 
de sus miembros. Y en el caso humano el placer de la compañía del otro no conoce e-dad, 
ya que es la pegajosidad biológica de nuestro ser, que es el amor y no la competencia, 
lo que permite que surja el fenómeno social. 
- Es constitutivo de lo humano ser social y lingüístico así como individual y colectivo. Por 
esto es que hay dos modos de re-configurar una dinámica social: tanto desde la reflexión in-dividual 
(creación de un nuevo dominio que permite situar al otro como un ámbito de refle-xión) 
como de las experiencias vividas en otro ámbito social (que están sujetas a la disposi-ción 
del organismo a vivirlas). Y donde sólo el amor es la emoción que permite la creación 
de un dominio común de interacciones en donde todos los dominios particulares son con-templados 
y aceptados en la conservación de la identidad y adaptación de cada uno. 
- Todo sistema social humano es estable en la medida que no se interfiere en lo que lo con-serva, 
lo cual puede quedar definido éticamente por el hecho implícito y explícito de reco-nocer 
el otro siempre como un legítimo en convivencia con uno o moralmente por la insti-tucionalización 
de relaciones contingentes de subordinación humana a la jerarquía. 
- Necesariamente el sistema social humano debe conservar la identidad humana de los seres 
vivos que lo conforman. 
- El único modo de que se conserve un sistema social humano es desde el amor: desde la 
honestidad y la co-laboración, y la aceptación en general, como fundamento cotidiano de 
nuestro ser cultural. Por esto un acuerdo de trabajo jamás será un sistema social, ya que 
coordinan sus conductas en compromiso de una tarea y no en la espontaneidad del amor.
REFLEXIONES 
(pp. 15-18) 
Pese a que todo lo fundamental ya está dicho, expresa el autor, quedan aún unas cuentas afirmacio-nes 
por hacer en torno a un ámbito reflexivo sobre el fenómeno social: 
a) El ser humano es constitutivamente social: no existe lo humano fuera de lo social ya que lo 
genético no funda lo humano sino sólo lo humanizable. Toda conducta que es conservada 
es y será nuestra forma de ser humano. 
b) Debido a que toda sociedad es conservadora por esencia, una innovación al principio sólo 
puede ser resistida para más tarde, o ser erradicada por negación, o ser aceptada por acepta-ción 
en la seducción. 
c) Sin amor no hay socialización: sólo el amor permite fundar un espacio de convivencia ge-nuino 
que de origen a lo social, pese a que la coerción genera hipocresía que es capaz de 
suplir la efectividad en la coordinación de las conductas por un tiempo. 
d) Lo social se funda en la co-laboración y no en la competencia : y no podría ser de otro mo-do 
ya que la competencia niega y el amor acepta, y no puede haber fenómenos sociales 
donde se niega al otro en convivencia; ni siquiera el caso de la ‘sana’ competencia ya que 
donde se valida la negación del otro siempre nos vemos negados a nosotros mismos. 
e) Lo social se da en el lenguaje, el lenguaje es humano y lo humano se da en la reflexión y 
autoconsciencia que permite responsabilidad y libertad o la irresponsabilidad y esclavitud. 
Lo ‘espiritual’ surge en consciencia de nosotros mismos y de otro en una reflexión sobre 
nuestra relación con todo. 
f) Lo social y lo individual son inseparables. Sólo en la irresponsabilidad social que permite la 
configuración de un ámbito de enajenación que genera el apego y la posesión sobre lo que 
el otro necesita, negándolo en su legitimidad, puede hacer surgir deseos de contradicción 
entre ambos, pero esto es de origen cultural y no biológico. 
g) Todo problema cultural es humano y por tanto ético. Todo problema social se reduce al 
hecho de si aceptado o no las diferencias y similitudes en la legitimidad de la convivencia 
con otros. O lo que es lo mismo, los problemas sociales sólo podrán solucionarse desde el 
desapego a las promesas de perfección ideológicas y la búsqueda de un convivir ético (en 
aceptación) donde todo lo que se haga se haga porque se quiere querer lo que se hace.
REALIDAD 
¿Objetiva o construida? 
Volumen I 
II 
ONTOLOGÍA DEL CONVERSAR
INTRODUCCIÓN 
(pp. 19-20) 
Vivimos en una cultura que niega las emociones porque piensa que sólo traen arbitrariedad a las 
conductas respecto de fundamentos exclusivamente racionales. Es más, se piensa que emoción y 
razón corresponden a espacios antagónicos de las psiquis humana. Pero aún así también sabemos 
que hay emociones que ninguna razón puede alterar y que, en general, el único modo de resolver 
problemas culturales es conversando. ¿Por qué entonces hablamos de contradicción? 
Humberto Maturana piensa que los seres humanos somos un caso particular de trenzado cotidiano 
de emociones y lenguaje, donde jamás está presente sólo una o la otra : y esto es lo que él ha llama-do 
el conversar; del latín ‘cum’ y ‘versare’, es decir, como un modo de dar vueltas juntos. 
EL LENGUAJE Y EL LENGUAJEAR 
(pp. 20-21) 
Como fenómeno biológico, el lengua je es un ‘fluir en interacciones recurrentes que constituye un 
sistema de coordinaciones consensuales de coordinaciones consensuales de conductas’. Pero el len-guaje 
como proceso no es algo que forme parte de la corporalidad (o del sistema nervioso) de los 
participantes ya que su operar surge en un dominio relacional de interacciones, y aún así podemos 
decir que en nuestra corporalidad se intersecta el operar biológico de múltiples tipos distintos de 
identidades y modos de convivencia. 
El lenguaje posee elementos que lo constituyen como tal y pueden ser señalados en dos tipos: 
- Distinciones de objetos: Esto ocurre cuando algún gesto, sonido, conducta o postura cual-quiera 
se acopla a un fluir de coordinaciones de acciones primarias tal que dicho gesto, so-nido, 
conducta o postura modifica las emociones de los participantes y de ese modo pasa a 
formar parte consensual de dicho fluir de coordinaciones de acciones como una palabra que 
connota una idea o noción particular. 
- Distinciones de relaciones de distinciones entre objetos: Ocurre como coordinación consen-sual 
de las palabras como un modo de convivir ‘recursivo’. O lo que es lo mismo, cada vez 
que coordinamos consensualmente las coordinaciones consensuales primarias decimos que 
se está en un fluir recursivo de interacciones en el lenguajear. Aquí se originan los fenóme-nos 
de reflexión y autoconsciencia. 
EL RAZONAR Y LO RACIONAL 
(pp. 21-22) 
La razón y la lógica, expresa el autor, no son entidades fundamentadas trascendentalmente sino ex-presiones 
de nuestro operar como seres vivos. Así, el razonar es lo que distinguimos día a día como 
‘la proposic ión de argumentos construidos con la concatenación de palabras y nociones que compo-nen, 
en su significación, modos operacionales de coordinaciones consensuales de conductas en un 
dominio particular’, y la lógica sólo un tema de ‘regularidades en el operar constitutivo del lengua-je’; 
y no una alusión a algo externo. Lo racional sería un ‘operar en discursos o explicaciones que 
se traducen en un operar en conductas o en la justificación de argumentos; al mismo tiempo que se 
respeta la lógica regular del razonar’.
Por esto, tanto razonar como lo racional pertenecen al ámbito de las coherencias operacionales de la 
coordinación consensual de conductas (lenguaje); ya que se fundan en las coherencias operacionales 
de nuestro vivir. En fin, como ya se señaló, todo sistema racional es un ‘sistema de coordinaciones 
consensuales de conductas que se forma desde la aplicación recurrente y recursiva de elementos y 
conjuntos de elementos de coordinaciones consensuales conductuales particulares que se asumen 
como premisas básicas aceptadas a priori (desde la emoción)’, por esto la diferencia entre sistemas 
racionales es una diferencia entre razones que son sustentadas por premisas básicas aceptadas a 
priori. 
EL EMOCIONAR 
(pp. 22-24) 
Humberto Maturana dice que lo que distinguimos en la vida cotidiana como emociones es una ‘con-figuración 
estructural de nuestra corporalidad que se traduce en una disposición particular hacia 
ciertos tipos de acciones que, a su vez, especifican el dominio de interacciones posibles en ese ins-tante’. 
Así, el emocionar es un fluir de una emoción a otra y por tanto un curso cambiante de un do-minio 
de acciones posibles a otro. Y es por esto que todo lo humano, en tanto animal y humano, por 
lo tanto incluye todo lo racional, sólo es posible desde las emociones que especifican a cada instante 
su dominio de acciones. Es decir, como ya se señaló, inclusive todo sistema racional se sustenta en 
un conjunto de premisas básicas que son aceptadas (a priori) no racionalmente, sino desde una e-moción 
(sea de aceptación o de preferencia). El final siempre hacemos lo que queremos, y es por 
esto que uno no puede convencer al otro a través de argumentos, sino sólo ‘seducirlo a que quiera el 
querer que queremos’. 
LA CONDUCTA Y LAS ACCIONES 
(pp. 24-25) 
‘Todo operar o cambio de operar de un organismo con respecto a su entorno’, sea cual sea el domi-nio 
en que fue distinguido, es una acción o conducta en ese dominio. Y en el caso particular de los 
seres humanos, todo espacio de conductas y acciones es vivido como ‘experiencias recursivas en el 
lenguaje’, esto es, en la coordinación consensual de coordinaciones consensuales de acciones que es 
permitida por el cierre operacional del sistema nervioso, que genera dinámicas de co-relaciones sen-so- 
motoras como dominios conductuales ante toda dinámica relacional externa en la cual participa 
como organismo. 
O lo que es lo mismo, todo dominio de acciones o conductas es permitido por un dominio de co-re-laciones 
senso-motoras, de modo que todo cambio en un dominio relacional humano es un cambio 
en su operar biológico (que lo hace posible), donde cada co-relación senso-motora es equivalente a 
coordinaciones consensuales de acciones o conductas. Cabe aún una diferencia: cuando hablamos 
de acciones nos referimos a los efectos externos del quehacer y cuando hablamos de conducta nos 
referimos a las tramas relacionales que dieron origen al quehacer. 
EL CONVERSAR 
(pp. 25-26) 
Todo ser humano vive desde que es un embrión hasta que es un adulto dentro de un entorno de con-vivencia 
compuesto por sus seres cercanos, de modo que el emocionar que adquiere (siempre) es
congruente respecto del emocionar de ellos (sus cercanos) debido a que en todo momento él sigue 
el curso contingente de sentires respecto al ocurrir de cada circunstancia junto a ellos. Se alegrará, 
enojará o enternecerá según cómo sus cercanos se alegran, enojan o enternecen. Y junto con esto, al 
mismo tiempo, ocurre constantemente una expansión de su dominio general de coordinaciones con-sensuales 
de conductas o acciones en los cuales participa, primero como en un aumento de comple-jidad 
(una asimilación recursiva del lenguaje) y luego como un entrelazamiento con sus emociones. 
Como resultado inevitable de la convivencia de un ser humano en su vida ocurre un entrelazamiento 
del fluir del lenguajear y del emocionar. A esto Humberto Maturana lo llama el conversar. Todo 
esto ocurre como un ‘fluir de coordinaciones recursivas consensuales de conductas o acciones’ que 
va cambiando de dominio según la disposición corporal que regula el fluir de su emocionar a cada 
instante, en conversaciones que conforman una red cerrada de interacciones que definen un modo 
específico de convivir; según un modo específico (consensual) de lenguaje. 
LO HUMANO 
(pp. 26-29) 
Lo humano surge en la historia evolutiva del linaje homínido al que pertenecemos al surgir el len-guajear. 
Veamos un par de cosas respecto de esto: 
- Linaje: Especie que ha conservado transgeneracionalmente un modo particular de vivir co-mo 
un modo histórico reproductivo específico. 
- Ontogenia: Proceso de continuos cambios estructurales que definen a una especie particu-lar 
a lo largo de su epigénesis. 
- Fenotipo ontogénico: Modo de vivir como una configuración dinámica de relaciones onto-génicas 
entre el ser vivo y su medio tal que constituye un linaje con identidad de clase 
definida. Está determinado tanto por lo genético (genotipo), como ámbito inicial que define 
los posibles procesos ontogénicos a seguir, como por lo histórico (fenotipo), a lo largo de 
un devenir epigenético que concreta modos particulares de ontogenia en su epigénesis. 
De lo anterior extraemos que de cambiar el fenotipo ontogénico de un linaje cambia entonces la i-dentidad 
de clase de las especies que lo componen, quedando en un estado que sigue sujeto a las 
mismas posibilidades de cambio que el anterior. Así la conclusión es la siguiente: para distinguir los 
cambios de una especie en su devenir evolutivo necesariamente se debe conocer su identidad de 
clase conservada, ya que es en torno a ella que los cambios resultan como tales en el devenir de su 
vivir. Y en el caso humano no es diferente, ya que si queremos saber cómo llegó a ser lo que deci-mos 
que es primero debemos ver qué es lo que se ha conservado. 
Hace más o menos tres y medio millones de años atrás nuestros ancestro en África se constituyeron 
como un linaje homínido que se concentró en la recolección, el compartir alimentos, el criar a los 
niños en un espacio de cercanía corporal y sensualidad y, en definitiva, en la convivencia consen-sual. 
Así es que decimos que el lenguaje, como fenómeno de coordinaciones consensuales de coor-dinaciones 
consensuales de conductas, se origina operacionalmente en un trasfondo emocional de 
aceptación plena y legítima, no en la competencia o la negación. El fenotipo ontogénico del conver-sar 
(como trenzado del emocionar y el lenguajear) es posible sólo desde la emoción del amor y con 
un compromiso estructural (corporal) tal que involucra al sistema nervioso, la laringe y el rostro en 
una evolución que permite el lenguajear (sonoro) en el convivir.
CONSECUENCIAS 
(pp. 29-34) 
Veamos algunas consecuencias de reconocer y aceptar que todo lo humano se da (necesariamente) 
en algún tipo de conversación: 
1) Toda experiencia humana, desde lo físico hasta lo místico, tiene lugar en un dominio de co-ordinaciones 
consensuales de acciones y de emociones como redes de conversaciones que 
definen diferentes dominios según sus acciones o emociones que lo integren. 
2) Todas nuestra emociones tienen origen en un linaje mamífero de primates bípedos, y sólo 
parte de él es modulado consensualmente (y recursivamente) por el lenguajear. Además, 
todo sistema racional se funda en una emoción que puede, o no, cambiar, de modo que a 
veces podemos cambiar tanto de emociones como de razones (espontáneamente) de modo 
inconsciente según dinámicas internas que pueden, o no, traerse a la mano en el conversar. 
3) ‘Todo dominio humano es un dominio de conversaciones internas o externas’, de modo que 
todo vivir humano es diferente de otro en la medida que se diferencian de él según las emo-ciones 
(involucradas) y lenguajes (coordinados) que entrelazan su fluir en su vivir y convi-vir. 
Además, debido a la complejidad de la configuración recursiva del lenguajear es que el 
fluir en conversaciones del convivir humano genera emociones que no son posibles de otra 
manera: tal es el caso del asco, la vergüenza o la ambición; en ellos se manifiesta acepta-ción 
o negación a ámbitos que sólo son posibles en la reflexión (sobre el propio quehacer o 
el de otros). Veamos tres ejemplos de tipos de conversaciones que quedan diferenciadas se-gún 
la emoción que funda sus acciones: 
i. Social. Sistema de convivencia constituido con un trasfondo emocional de amor en 
dinámicas completamente espontáneas. 
ii. Laboral. Sistema de convivencia constituido con un trasfondo emocional de acepta-ción 
ligada al cumplimiento de tareas en dinámicas de acuerdos. 
iii. Jerárquico. Sistema de convivencia constituido con un trasfondo emocional de nega-ción 
y autonegación en dinámicas de orden y obediencia. 
Pero además, una cultura sólo puede existir como una red cerrada de conversaciones que o-rientan 
el existir humano y no humano y que es asimilada por quienes nacen dentro de ella 
de modo natural y espontaneo independientemente del trasfondo emocional que las define. 
4) Algunas conversaciones se traen a la mano desde el lenguajear con dominios emocionales 
contradictorios, es decir, que se niegan mutuamente. Veamos dos ejemplos: 
i. Cuando acusamos a otro por no cumplir promesas que nunca hizo y cuya compañía 
deseamos no se pierda. 
ii. Cuando nos autodepresiamos reflexivamente al mismo tiempo que nos vemos impo-sibilitados 
de poder cambiar lo que constitutivamente somos. 
5) Nuestra corporalidad es el nodo de intersección, simultanea o sucesiva, de una multidi-mensionalidad 
de espacios (dominios) relacionales de interacciones en conversaciones. El 
resultado de esto es crucial (ya que): el emocionar de una conversación puede afectar el de 
otra de modo indirecto/recíproco a través de la corporalidad de sus participantes. Así, algu-
nas veces decimos que lo que ocurre es injustificable o creativo ya que no era esperable 
dentro de las coherencias del dominio en el que ocurre. 
6) La mayor parte de los sufrimientos surgen de conversaciones recurrentes o entrecruzamien-to 
de conversaciones que nos llevan repetidamente a operar en dominios contradictorios de 
acciones; y esto tiene algo positivo: el sufrimiento acabará cuando la contradicción cese o 
se haga un hecho esporádico y no repetitivo. Por esto la psicoterapia es efectiva de modo 
general en lo que busca pero particular en el método que usa. 
CONCLUSIONES 
(pp. 34-36) 
Lo humano existe en el entrecruzamientos de muchas conversaciones, por tanto de múltiples domi-nios 
operacionales (y realidades). A su vez, toda conversación necesariamente es una dinámica re-cursiva 
que entrelaza el fluir de las emociones con las coordinaciones consensuales de acciones. Así 
vemos que lo humano es tanto racional como emocional y no puramente racional, como la fantasía 
Occidental lo piensa: las presentan como aquello que debemos evitar porque trae arbitrariedad ante 
la razón. 
Finalmente, ésta nueva forma de comprender lo humano en el conversar nos permite definir dos 
conceptos que el autor considera cruciales para el vivir humano: 
- Responsabilidad: Experiencia reflexiva de estar consciente de si queremos o no las conse-cuencias 
de nuestros actos. 
- Libertad: Experiencia reflexiva de estar consciente de si quiero o no el querer o no de las 
consecuencias de una acción. Lo que a su vez nos lleva a hacernos cargo de que si quere-mos 
o no el querer o no de esa acción es un hecho que cambiará nuestro querer o no el que-rer 
o no de la misma acción.
REALIDAD 
¿Objetiva o construida? 
Volumen I 
III 
BIOLOGÍA DE LA EXPERIENCIA 
ESTÉTICA
INTRODUCCIÓN 
(pp. 37-38) 
En éste artículo Humberto Maturana busca reflexionar en torno a los fundamentos biológicos que 
hacen posible la experiencia que nosotros denominamos cotidianamente como la estética. Pero para 
hacer esto, como ya lo ha aclarado en otros artículos, procederá a investigar como un científico y no 
como un filosofo. Veamos cuál es la diferencia: debido a que “lo que uno quiere mantener invaria-ble 
o conservar es lo que determina lo que uno permite que cambie en las diferentes circunstancias 
de la vida”, incluyendo los constructos teóricos, tenemos que (el): 
- Filósofo: Es quien trata de mantener coherencia con conceptos y principios explicativos ya 
dados; todo lo que cambia lo hace en torno al resguardo de los principios básicos que han 
decidido conservar. 
- Científico: Es quien conserva su atención en las coherencias operacionales de todos los 
procesos empíricos involucrados en la experiencia misma que quiere explicar así como del 
mecanismo propositivo de la explicación y de sus criterios de validación; por lo tanto, es 
quien permite que cambie todo concepto o idea existente en función de lo ya señalado. 
Ambos se mueven en su vida diaria en el terreno de las experiencias, la diferencia está en que el fi-lósofo 
valida, o invalida, su experiencia según nociones conceptuales, en cambio el científico vali-da, 
o invalida, su experiencia desde otra experiencia, inclusive si ésta experiencia rechaza las nocio-nes 
conceptuales básicas ya consensuadas por él. 
Los títulos que vienen a continuación abordan de modo sucinto las consecuencias directas e indirec-tas 
de ser un sistema vivo, algo no trivial y que demarca los parámetros estructurales de nuestro e-xistir 
como seres humanos. 
NOSOTROS COMO OBSERVADRES 
(pp. 39-42) 
Los seres humanos operamos como sistemas vivos que distinguen: separamos cosas, unimos cosas, 
vemos partes, vemos un todo; tenemos noción sistémica. Además todo lo que distinguimos lo trata-mos 
como si fuera independiente de nosotros (de nuestro operar), en tanto que nuestro operar (ha-cer 
fáctico) siempre es un complejo trenzado de modulación recíproca entre el lenguaje y las emo-ciones 
en un fluir de emocionar y lenguajear. Profundicemos un poco en esto: 
Lenguaje 
El autor sostiene que si reflexionamos sobre lo que en la vida diaria hacemos estando en el lenguaje 
observaremos que lo que hacemos es ‘movernos en interacciones recurrentes con otros (u otros) en 
un flujo de coordinaciones consensuales de acciones o conductas como rasgo esencial de vivir en un 
dominio socia l’. Por lo tanto, más importante que el acto mismo del habla, o su tipología o simbo-lismo, 
es el dominio particular de coordinaciones dentro del cual se opera pero que no agota al len-guaje. 
La intencionalidad, entonces, no es un rasgo que de origen al lenguaje sino un comentario de 
un observador sobre el flujo recursivo de las mismas en el proceso del lenguajear. 
Las coordinaciones consensuales recursivas de acciones y conductas son el fundamento del lengua-je, 
y el simbolismo o la intencionalidad son consecuencias de éste modo social de vivir y convivir.
Emociones 
Nuevamente, si reflexionamos sobre lo que en la vida diaria distinguimos como una emoción, ob-servaremos 
que es una ‘configuración estructural corporal (incluyendo al sistema nervioso) que se 
traduce en una disposición corporal dinámica que especifica a cada instante un dominio particular 
de acciones posibles’. Por esto para distinguir una emoción debemos mirar las acciones y para fun-damentar 
las acciones debemos mirar la emoción: así el amor es una emoción que especifica accio-nes 
que tratan al otro como legítimo en convivencia con uno, y la agresión todo lo contrario. 
Un cambio de emoción es un cambio además de cerebro y cuerpo, de modo que un cambio de ac-ciones 
es un cambio biológico en el sentido (emocional) corporal de nuestro vivir: el autor llama a 
esto la capacidad de emocionarnos. Pero un sentimiento o deseo no es una emoción, ya que aquellos 
son juicios de valor que se hacen desde la reflexión (lingüística) y que trascienden el dominio de 
nuestro operar biológico, por lo que los animales no tienen sentimientos. 
Lenguaje y emociones 
Así como el lenguajeo modula nuestras emociones éstas también modulan nuestro fluir en coordina-ciones 
consensuales recursivas de acciones o conductas, especificando a cada instante cuál será el 
dominio en el cual nos ‘moveremos’. A este complejo trenzado Humberto Maturana lo llama el 
conversar. Lo humano necesariamente (y únicamente) se da en conversaciones, ya que todo vivir 
humano, de cualquier dominio, siempre es especificado como un fluir en interacciones recurrentes 
de coordinaciones consensuales recursivas de acciones y emociones. 
NOSOTROS COMO SISTEMAS VIVOS 
(pp. 42-46) 
Los sistemas vivos son unidades compuestas que poseen una organización que define su identidad 
de clase y los hace conformarse de modo discreto en el dominio relacional en el que operamos co-mo 
totalidad en interacciones. Veamos de qué se trata ésta organización particular: 
“Redes cerradas de producciones moleculares en las que las moléculas producidas generan 
mediante sus interacciones la misma red de moléculas que las produjo a ellas; y lo hacen en forma 
de interacciones dentro de la misma red que especifica a cada instante su extensión . (p.42)” 
Por un lado los sistemas vivos son abiertos al paso de energía (moléculas) pero por otro lado son ce-rrados 
operacionalmente en el conjunto de relaciones que les da su identidad de clase (y no ante un 
grupo particular o específico de moléculas). Por lo tanto un ser vivo existe en un flujo molecular 
continuo en sí mismo; en donde las moléculas que le pertenecen son las que operan en su constitu-ción 
organizacional y no todas aquellas que pueden haber sido producidas por él. Un sistema vivo 
es un sistema autopoiético. 
Ésta forma singular de existir de lo seres humanos, como sistemas vivos, tiene las siguientes conse-cuencias: 
1. Los sistemas autopoiéticos existen dinámicamente en un continuo de cambios estructurales 
determinados (DE) exclusivamente por su interior: nada externo a un ser vivo puede deter-minar 
lo que le ocurre al ser vivo, sólo puede ‘gatillar’ sus cambios. Así, todo lo que un ser 
vivo humano vive está DE por su interior; y esto incluye a la experiencia estética.
2. El único modo en que un sistema vivo existe es en interacciones recurrentes con su medio. 
Ésta interacciones gatillas cambios estructurales en ambos, pero en la conservación de la 
identidad de ambos (en el caso del ser vivo su autopoiesis). Cuando se da congruencia la 
estructural dinámica en sus cambios, y ambos pueden co-existir, decimos que se da una re-lación 
de ‘adaptación’. 
3. Si bien la organización de un sistema vivo (su autopoiesis) es fija, su estructura sí puede va-riar. 
Por esto cada ser vivo existe en la realización de su identidad de clase como un modo 
particular de ser en su espacio relacional y en un medio particular: su fisiología y anatomía 
se modelan recíprocamente con el fluir de sus interacciones, en un encuentro indirecto recí-proco 
(ortogonal) de dos dominios diferentes y disjuntos; su operación interna y externa 
como sistema vivo. 
4. La diferentes clases de sistemas vivos son diferentes corporeidades (genotipo filogénico) y 
diferentes modos de vivir en interacciones recurrentes con su medio (fenotipo ontogénico). 
Un perro es la suma de una corporeidad perruna y una vida perruna, y un humano es la su-ma 
de un cuerpo humano y una vida humana. 
5. Los sistemas vivos siguen un curso de transformaciones estructurales congruentes con el 
medio que los contiene, o mueren. Pero a su vez todo vivir es un convivir, de modo que en 
la historia evolutiva de los seres vivos se puede distinguir una co-participación de ellos en 
pos de la creación constante de un medio adecuado para ellos; por tanto de ellos mismos. 
“La co-existencia sosegada en un mundo recíprocamente adaptado es un aspecto espontáneo de 
una forma de vida naturalmente cambiante en una biosfera que se altera sólo en situaciones de 
transición en las condiciones de las interrelaciones que pueden surgir como resultado de los 
cambios estructurales independientes que los participantes puedan experimentar. (p.46)” 
NUESTRO SISTEMA NERVIOSO 
(pp. 46-50)
El sistema nervioso (SN) no es un componente que media entre las interacciones del organismo y su 
medio. Veamos algunos datos sobre esto: 
1. El SN es una ‘red cerrada de neuronas’ que opera como cambios de relaciones de actividad 
que genera cambios de relaciones de actividad ente sus componentes en forma de varios 
tipos: polarización de la membrana, liberación de nuerohumores o efectos mecánicos de 
contracción muscular. 
2. Si bien el SN no se intersecta organizacionalmente con el resto de la fisiología y anatomía 
del organismo, sí lo hace estructuralmente a través de las superficies sensoras y efectoras 
internas. Así, a su vez, las superficies sensoras y efectoras externas del organismo son las 
que median entre las interacciones de él y el medio que lo contiene y hace posible en su 
operar. El resultado de esto es que el SN opera en su dominio como cambios de relaciones 
de actividad y no en el dominio (total) del organismo donde se tienen las interacciones (di-rectas) 
con el medio. 
3. Así como el comportamiento del organismo, que el observador ve como intersección es-tructural 
de él con su medio, es una conducta, el comportamiento del SN, que el observador 
ve en su intersección estructura con el resto de la fisiología del organismo, son sus co-rela-ciones 
senso-efectoras. Así, el comportamiento del organismo cambia cuando cambia el 
comportamiento del SN, y viceversa. 
4. Como ya se señaló, el dominio operacional del SN y del organismo no se intersecta. El do-minio 
de su realización estructural sí. Nada de lo que es ‘propio’ de uno lo es de otro. El 
organismo es ciego ante lo que ocurre en el dominio del SN y el SN es ciego ante lo que 
ocurre en la dinámica operacional del organismo. La única conexión (estructural) existente 
entre ellos ocurre a través de las superficies sensoriales y efectoras internas. 
5. Cuando cambia la estructura de los elementos neuronales que se intersectan en las superfi-cies 
sensoriales del organismo, la estructura del SN también cambia de modo contingente al 
flujo de interacciones que el dominio en el que el organismo (como totalidad) interactúa 
con su medio. Y viceversa: cuando cambia la estructura de los elementos neuronales de las 
superficies efectoras entonces la conductas del organismo cambia de modo contingente se-gún 
el cambio de las relaciones de actividad (cerradas) del SN.
Finalmente, cabe señalar que cada co-relación senso-efectora se suma a otras en forma de una diná-mica 
de co-relaciones senso-efectoras que constituirán el comportamiento conductual del organismo 
que es adecuado para la conservación de su vivir, siendo el operar del SN siempre coherente con el 
ocurrir de sus interacciones como organismo; y viceversa. 
NOSOTROS LOS SERES HUMANOS 
(pp. 50-52) 
Lo único particular que tiene el vivir humano respecto de cualquier otro vivir es la multidimensio-nalidad 
de los mundos que crea en sus conversaciones. Veamos cómo ocurre esto: 
1. El ser humano se forma desde la unión de una corporalidad humana (como Homo sapiens) 
y una forma de vivir humana (en conversaciones), y esto es posible porque en el entrelaza-miento 
de nuestro lenguajear y emocionar el SN cambia de modo contingente al flujo de 
nuestros dominios consensuales de coordinaciones de acciones y emociones a través de la 
creación de co-relaciones senso-efectoras que generan a cada instante el comportamiento 
del organismo que es adecuado para su dominio. 
2. Humberto Maturana piensa que lo humano ha de haber surgido hace más o menos tres mi-llones 
de años atrás (unas doscientas mil generaciones más o menos) cuando nuestros an-cestros 
(que eran primate bípedos) comenzaron a vivir en conversaciones, en un lenguajear 
y emocionar que eran transmitidos de generación en generación; tal que se modificó desde 
entonces nuestra anatomía y fisiología de cara y laringe hasta permitir las coordinaciones 
motoras del habla. 
3. Lo anterior es posible porque ‘todo siempre se abre al cambio sólo en torno a aquello que se 
desea conservar’, de modo que si deseamos conservar un convivir en conversaciones toda 
nuestra biología estará cambiando en pos de conseguir la creación del vivir cultural como 
una extensión de la misma. Como consecuencia, nosotros actualmente tenemos dos linajes a 
los cuales constituimos: uno biológico y uno cultural; ambos se modulan recíprocamente y 
conforman lo que hoy vemos como el vivir humano. 
4. El vivir humano es un vivir cultural, una cultura es una red cerrada de conversaciones y una 
red cerrada de conversaciones sólo es posible como parte de un linaje específico de una es-pecie. 
Por esto el autor menciona que el vivir humano es un vivir necesariamente recursivo 
en la transmisión generacional de su modo de vivir, donde toda coordinación consensual es 
objeto de coordinaciones consensuales, y donde toda coordinación consensual recursiva (o 
no) de acciones modula nuestro emocionar, y viceversa. 
5. Vivir en conversaciones es vivir en un dominio operacional-relacional que está constante-mente, 
producto de su carácter recursivo, abierto al incremento de complejidad ya que todo 
ocurrir nuevo en su ocurrir es ipso facto una forma que pasa a formar parte de los siguientes 
ocurrires que le precederán. 
NUESTRA EXISTENCIA PSÍQUICA 
(pp. 53-57)
El autor afirma que lo que distinguimos como la ‘psique’ es la forma parcial o total de la relaciones 
de un organismo en su dominio de existencia. Pero el problema de la sociedad Occidental es que de-signa 
el alma o la psique como algo trascendental, dado desde afuera, independiente de nuestro ope-rar 
biológico y Humberto Maturana no piensa así. Él cree que la psique se desarrolla en un dominio 
diferente y disjunto al fisiológico o anatómico, pero a su vez permitido por ellos. Lo que él busca no 
es rechazar las experiencias, jamás podemos hacer eso, lo que sí podemos hacer es rechazar y cam-biar 
las explicaciones sobre ellas, como un vivir cultural (humano) en explicaciones. 
Cada palabra es una ‘distinción de relaciones en un dominio de coexistencia lingüística en un fluir 
de cambios estructurales en coordinaciones consensuales de haceres y emociones’, y desde allí se 
construyen ideas y ámbitos recursivos más complejos , mientras conserva su organización (autopoié-tica) 
y adaptación con el medio que lo contiene y hace posible en su operar; por éste motivo es que 
palabras como alma, psique o espíritu no pueden significar más que esto: relaciones de elementos, 
los elementos mismos o una mezcla de ambos. 
En definitiva, ‘la psique (en cierto momento) corresponde al dominio total de relaciones en que un 
organismo está inmerso en su medio (en ese momento)’. Y la forma de describirlos es mediante los 
comportamientos de este, sus co-relaciones senso-efectoras y conductas, y desde allí esbozar el do-minio 
como la suma general de todas las relaciones de todos lo dominios que hacen posibles todas 
los comportamientos que son expresión de todos los cambios estructurales de los cuales el organis-mo 
es parte hasta ese momento. Cuando Humberto Maturana habla del alma o de la psique lo hace 
designando el dominio general de relaciones en el que está inmerso independientemente si el obser-vador 
es capaz de verlo o no, ya que están implícitas en nosotros. 
Los diferentes espacios psíquicos denotan diferentes modos de hacer las cosas pero más allá de los 
comportamientos mismos: es lo que determina nuestra forma de oler, tocar, sentir, gustar, crecer, 
despertar o reaccionar. Por ejemplo, nosotros distinguimos todos los días que los perros de calle son 
diferentes a los perros de casa, así como personas que viven en un lado son diferentes de las que vi-ven 
en otro lado: se mueven distinto, se relacionan distinto, reaccionan distinto. El caso humano es 
particular en el sentido de que en principio es posible que todo sea percibido por nosotros, pero úni-ca 
y exclusivamente como una conversación. Todo el vivir humano se hace en conversaciones de 
modo que todo lo que forme parte de nuestro dominio psíquico, visible o invisible, necesariamente 
se forma como conversación, a través de la reflexión consciente, para poder entrar en el dominio de 
las coordinaciones consensuales humanas. Y algunas veces ocurren similitudes en ciertas relaciones 
particulares que nos pueden llevar, como en el caso de Jung, a crear nociones como ‘arquetipo’ o 
‘inconsciente colectivo’. 
Como ya se señaló, no tiene sentido operacional decir que la vida humana, y su espacio psíquico 
respectivo, nace del entrejuego de una realidad independiente de nosotros y nosotros: ya que todo 
nace como una abstracción de las coherencias de nuestras experiencias para explicar nuestras mis-mas 
experiencias, como un cierre epistémico que permite coherencia operacional entre lo que ex-plicamos 
y lo explicado, como un espacio constitutivo común entre el dominio biológico y el hu-mano. 
“El mundo no está allí para ser experimentado, el mundo surge en las explicaciones del observador 
del acontecimiento de su vida en un proceso de responder a preguntas que se plantea acerca de sus 
experiencias mientras las distingue como rasgos del acontecimiento de su vida. (p.57)” 
Las explicaciones son esencialmente superfluas para nuestro vivir, pero una vez que se crean en el 
lenguajear, con la intencionalidad y sus actos como consecuencia, modulan nuestro vivir relacional
en conversaciones en la creación del mundo y ya no pueden ser considerada superfluas del todo, 
porque se entrecruzan con las emociones en las conversaciones d nuestro vivir cultural. 
LA EXPERIENCIA ESTÉTICA 
(pp. 57-59) 
Primero que todo, repitiendo lo que ya se ha expuesto, las ‘experiencias’ son distinciones que un 
observador hace en su vida como rasgos que son parte de su vida, y por tanto sólo son posibles en 
conversaciones. La experiencia estética (también) es una distinción de nuestra vida, una muy parti-cular, 
porque se refiere al ‘bienestar originado por un estado de consciencia de sentirnos coherentes 
con nuestro dominio de existencia como un mundo que formulamos en nuestra vida’. Por lo tanto la 
estética hace alusión a circunstancias de nuestro vivir que van mucho más allá de las instancias 
particulares. 
La experiencia estética entonces, como distinción reflexiva que hace un observador en su armonía 
con el mundo que nace con su vivir, se asocia a un sentimiento de plena conectividad interna y ex-terna 
con el mundo (que uno mismo formula y) que genera en el espacio psíquico un sentir de bien-estar 
natural. Lo contrario a las coherencias de la armonía estética es la contradicción y la incompa-tibilidad, 
que llevan al sufrimiento. 
Así como el vivir humano (en conversaciones) tiene una multidimensionalidad de espacios psíqui-cos, 
así la experiencia estética es una distinción que involucra todas éstas dimensiones y que es po-sible 
porque al ser distinguida como tal en nuestra vida podemos darnos cuenta que es una experien-cia 
que involucra la armonía en las coherencias operacionales de nuestra existencia. Por esto el au-tor 
piensa, además, que la experiencia estética tiene muchas dimensiones, todas igualmente armo-niosas 
y coherentes, y que podemos comprenderlas y captarlas en nuestro vivir, pese a que a veces 
no podemos describirla, gracias a nuestra mirada poética. 
La coherencia estética se pierde cuando nuestras emociones traen consigo dominios de acciones 
contradictorios que nos hacen perder la armonía operacional y relacional en el mundo. 
LA EXITENCIA HUMANA 
(pp. 59-60) 
Humberto Maturana es categórico en decir que él piensa que ‘todo vivir es naturalmente armonioso 
en el bienestar natural que traen consigo sus fundamentos biológicos’; tales como la conservación 
de su adaptación y organización en su fluir continuo de transformaciones estructurales en un acopla-miento 
estructural recíproco con el medio que lo contiene, en el operar de un fenotipo ontogénico 
que tiene ésta posibilidad gracias a la herencia evolutiva de su genotipo (filogénico). 
O lo que es lo mismo: si bien sólo el ser humano puede tener lo que denominamos una experiencia 
estética (involucrando distinciones en el conversar), los aspectos del vivir que son distinguidos por 
nosotros en esa experiencia y que hacen que digamos que ésta sea estética son aspectos del vivir de 
todo organismo, y no sólo de quienes pueden distinguirla como parte de su vivir (en la auto-obser-vación). 
Sólo la ruptura de las coherencias operacionales y relacionales entre el organismo y su me-dio 
puede ocasionar una distorsión que acabe con la estética de nuestro vivir.
COMENTARIOS FINALES 
(pp. 60-62) 
Todo ser vivo existe en un espacio psíquico ya que todo ser vivo existe en un espacio relacional co-mo 
una dimensión de coherencias que dan la armonía de su vivir y el sentir del bienestar. Además, 
el autor menciona tres motivos por los cuales decide nombrar ésta característica de lo vivo como un 
espacio de lo psíquico: 
i. para manteneros alertas sobre la existencia de las dimensiones invisibles en nuestro mo-do 
de vivir; 
ii. porque los seres humanos nos diferenciamos de otros animales sólo en que nuestro mo-do 
de vivir es multidimensional en conversaciones; 
iii. nada de lo que denominado psique, alma o espíritu está operacionalmente fuera del vi-vir 
cotidiano. 
El espacio psíquico de nuestro vivir humano no es fenoménicamente diferente al de otro ser vivo, la 
diferencia está en que a través de la distinción reflexiva podemos dar cuenta de él y de cómo éste 
surge desde un dominio biológico, lo trasciende y luego opera en un dominio relacional en conver-saciones. 
Pero todo ser vivo tiene congruencia emocional con su medio, todos configuran sus senti-res 
relacionales íntimos, de modo que todos ellos sienten lo que nosotros sentimos cuando decimos 
que eso que distinguimos es una experiencia estética. Después de todo, todos somos miembros de la 
misma biosfera. 
“Considero que la manera de vivir biológico natural es constitutivamente estética y fácil, y que nos 
hemos vuelto culturalmente ciegos a esta condición. En esta ceguera hemos hecho de la belleza una 
utilidad, creando fealdad en todas las dimensiones de nuestra vida, y a través de esa fealdad, más 
ceguera en la pérdida de nuestra capacidad de ver, de oír, de oler, de tocar y de entender, la 
interconectividad de la biosfera a la cual pertenecemos. (p.61)”
REALIDAD 
¿Objetiva o construida? 
Volumen I 
III 
LA CIENCIA Y LA VIDA DIARIA: 
LA ONTOLOGÍA DE LAS EXPLICACIONES 
CIENTIFÍCAS
INTRODUCCIÓN 
(pp. 63-64) 
La historia del pensamiento Occidental se ha escrito junto a la palabra ciencia otorgándole a ésta un 
significado muy particular: como el supuesto método específico que puede validar cualquier cono-cimiento 
a través de un fundamento metodológico sin importar el dominio fenomenal en el que es-temos 
involucrados . Es más, hoy en día se piensa, expresa el autor, que la ciencia crece en validez 
y en universalidad gracias a que ésta (supuestamente) permite tener conexión con una supuesta rea-lidad 
independiente del observador, a la cual se le hace alusión como fundamento objetivo de todas 
las explicaciones. 
Humberto Maturana dice que éste artículo trata sobre sus reflexiones como biólogo: en torno a la 
creación del dominio cognitivo de la ciencia como el resultado de un operar humano fundado en su 
biología. 
OBSERVDOR Y OBSERVACIÓN 
(pp. 64-65) 
La observación es lo que hace un observador cuando distingue en el lenguaje las diferentes entida-des 
que usamos como objetos de nuestras explicaciones y reflexiones en la vida diaria, en la partici-pación 
en las diferentes conversaciones en las cuales nos desenvolvemos (espontáneamente) como 
seres humanos. 
Los científicos hacen ciencia como observadores que explican lo que observan. Pero como observa-dores 
somos seres humanos, y como seres humanos es que ya nos encontramos observando desde 
antes que deseemos explicar cómo es que hacemos lo que hacemos. Es más, estamos dentro del len-guaje, 
y sin poder salir de él, desde antes que nos preguntemos y reflexionemos a través del mismo 
lenguaje sobre el lenguaje y nuestro modo de convivir en el lenguajear; así como nos encontramos 
siendo sistemas vivientes que observan desde antes que observemos nuestro observar como siste-mas 
vivientes. 
Teniendo en cuenta que no hay observación sin observador, y viceversa, sólo tenemos dos caminos 
posibles para la explicación de las capacidades cognitivas: a) como algo dado desde afuera o b) co-mo 
resultado de nuestro operar biológico. El autor comenta que seguirá a lo largo de éste artículo la 
justificación del segundo camino. 
COGNICIÓN 
(pp. 65-66) 
Los sistemas vivientes son sistemas determinado en su estructura, esto es, que no permiten interac-ciones 
instructivas ya que todo cambio que ocurre en ellos ocurre definido por sí mismo y no por 
agentes externos, pese a que estos últimos sí pueden gatillarlos. Esto nos incluye a nosotros como 
seres humanos: los observadores, constitutivamente, no podemos realizar explicaciones o afirma-ciones 
que estén sustentadas en una alusión a una realidad independiente de las operaciones me-diante 
las cuales explicamos y afirmamos lo que decimos. Es por éste motivo que al referirnos a la 
cognición, como dominio del conocimiento, debemos revelar ‘lo que hacemos los seres humanos en 
él y/o cómo se generan las operaciones en coordinaciones de acciones que generan dicho hacer’.
Así el conocimiento, en definitiva, es una acción (operaciones, distinciones, pensamientos, reflexio-nes 
o comportamientos) considerada adecuada en un dominio, al cual llamamos cognitivo, según 
apruebe, o no, ciertos criterios de validez (aceptabilidad) establecidos, desde la emoción, por sus 
integrantes; por lo tanto la cognición es capacidad operacional que un sistema viviente lenguajeante 
otorga a otro según sus criterios en tal o cual dominio de acciones. Por esto mismo, existen tantos 
dominios cognitivos como dominio en los cuales ciertos criterios consideren que ciertas acciones 
son adecuadas, dentro de los cuales la ciencia es uno particular que tiene su propio criterio de acep-tabilidad. 
ACTOS 
(pp. 67-68) 
Humberto comenta a continuación que a lo que él se refiere con la palabra acto es ‘todo lo que ha-cemos 
en cualquier dominio operacional’, sin importar cuán abstracto sea: así, caminar es un acto 
en el dominio del caminar, pensar es un acto en el dominio de pensamiento, y así sucesivamente. Si-guiendo 
con ésta idea, una explicación científica es un acto en el dominio de las explicaciones cien-tíficas. 
Pero además debemos reconocer que todo acto brota de una dinámica de estados por parte del siste-ma 
viviente, y la principal consecuencia de esto es que en diferentes dominios lo que pueden pare-cer 
diferentes actos pueden brotar de las mismas dinámicas internas del organismo. Así, en el caso 
de los seres humanos todo acto (fenoménicamente), ya sea hablar, caminar o tener una experiencia 
espiritual, se ve internamente como generado por parte de una misma dinámica (como una red ce-rrada 
de cambios de relaciones de actividad del sistema nervioso que genera co-relaciones senso-efectoras) 
pero externamente reflejado en cada dominio como un acto diferente. 
EMOCIONES 
(pp. 68-69) 
Distinguimos emociones observado los distintos dominios de acciones y explicamos las acciones de 
tal o cual dominio según las emociones que las generaron. En definitiva, las emociones son ‘confi-guraciones 
estructurales que generan disposiciones corporales dinámicas que, a su vez, especifican 
nuestros dominios de acciones (sean abstractos o concretos), y el de los animales en general, a cada 
instante’. Por esto a cada cambio de emociones en el flujo de nuestro emocionar tenemos un cambio 
en los diferentes dominios de acciones en los cuales convivimos. 
LENGUAJE 
(pp. 69-71) 
Si miramos a dos o más personas de lejos en sus interacciones recurrentes y queremos saber si está 
o no hablando entre ellas, entones tenemos que distinguir dos cosas: a) primero un curso de coordi-nación 
consensual de acciones en interacciones recurrentes entre ellos y luego b) una dinámica re-cursiva 
que da sentido a cada acción como una conducta asociada a promesas, pedidos, preguntas o 
inquietudes. O lo que es lo mismo, para hablar de lenguaje no basta con interacciones recurrentes en 
coordinaciones consensuales sino que además se debe distinguir un dominio de coordinaciones de 
acciones sobre el cual las coordinaciones de acciones presentes se fundan, que es aprendido y no 
instintivo, y que da sentido operacional a las dinámicas de coordinaciones. Todo el vivir humano
(entonces) es un operar dentro de una red entrelaza de diferentes y disjuntas dinámicas de coordina-ciones 
consensuales de coordinaciones consensuales de acciones como haceres y emociones. 
Señalemos algunas afirmaciones sobre las consecuencias de esto: 
- Lenguajear no es operar con símbolos abstractos de comunicación. 
- Los símbolos no pre-existen al lenguaje, sino todo lo contrario: son distinciones de relacio-nes 
consensuales entre distinciones (coordinaciones de acciones) posteriores a él. 
- Si bien todo lenguajear se lleva a cabo a través de los cambios en las corporalidades de sus 
participantes, su operar en coordinaciones consensuales de coordinaciones consensuales de 
acciones se realiza en un dominio relacional diferente y disjunto al anatómico y fisiológico. 
- El curso de los cambios corporales (de emociones) de cada participante se entrelaza con sus 
operaciones en el lenguaje, afectándose ambas de modo indirecto/recíproco. 
- Lo que un observador distingue como contenido de una interacción en el lenguaje son las 
relaciones del proceso del lenguajear en su red de lenguajear. 
CONVERSACIONES 
(pp. 71-72) 
Los seres humanos somos mamíferos que vivimos juntos en la coordinación de conductas y accio-nes, 
por esto es que somos animales que aprendemos consensualmente a coordinar tanto nuestras 
emociones como el lenguaje. Cuando estamos dentro de cada dominio cognitivo operamos en coor-dinación 
recursiva consensual de acciones en el lenguaje, pero cuando vivimos y convivimos en la 
vida cotidiana nos movemos por más de un dominio, de modo que también coordinamos consen-sualmente 
y recursivamente nuestras emociones. El autor llama a éste fluir en el entrelazamiento de 
la coordinación consensual recursiva del lenguaje y las emociones el conversar, un fluir que se da 
siempre dentro de una red cerrada que especifica los límites del sentido recursivo de las coordina-ciones 
consensuales, a lo cual él llama conversaciones. Si cambia el lenguajear cambia el emocio-nar, 
y si cambia el emocionar cambia el lenguajear: ‘todo lo que generamos en las actividades del 
vivir humano surge de una compleja danza entre emociones y lenguaje’. 
Cada red de conversaciones es un dominio en el que los participantes, implícita o explícitamente, 
exponen criterios de validez (desde la emoción) que aceptan ciertas conductas como legítimas y que 
demarcan el tipo de acción que caracteriza a tal dominio, como conocimiento que forma parte de un 
dominio cognitivo (social); y la ciencia no es la excepción en esto. 
EL CIENTÍFICO 
(pp. 72-73) 
La ciencia es una actividad humana: por ello sólo es válida dentro del contexto humano en el que 
surge. Y toda actividad humana está compuesta, como una red cerrada de conversaciones, por dos 
elementos esenciales: a) la emoción fundante que es la curiosidad, en tanto pasión y deseo por 
explicar, y b) un criterio de validez implícito y explícito que acepta ciertas conductas como ade-cuadas 
y otras como no adecuadas; en esto radica toda la efectividad operacional del dominio.
EPLICACIONES CIENTÍFICAS 
(pp. 73-74) 
Lo que hacemos en la vida diaria cuando decimos que explicamos una experiencia (situación o fe-nómeno) 
es re-formular dicha experiencia en base a otras experiencias que no estén incluidas dentro 
de la proposición de la interrogante que las originó. Si la re-formulación es aceptada por los partici-pantes 
del dominio cognitivo en el cual se opera entonces ésta se convierte ipso facto en una expli-cación; 
y tanto la pregunta como el deseo de preguntar desaparecen. A su vez, la nueva explicación 
puede ser usada como una nueva experiencia que sirva de re-formulación para otras experiencias 
que en el conversar exijan una explicación: por esto, existen tantos dominios explicativos de accio-nes 
como criterios de validez consensuales para su aceptación. 
Además, como toda experiencia que es re-formulada se traduce en una nueva experiencia, el autor 
plantea que el camino de la pasión explicativa de los científicos lleva al observado a una constante 
ampliación de su dominio experiencial, en una dinámica recursiva que en principio es interminable. 
CRITERIO DE VALIDACIÓN 
(pp. 74-84) 
La explicación científica opera como cualquier otra explicación en su esencia, pero tiene una carac-terística 
particular; la proposición se hace mediante una proposición que ha de cumplir con cuatro 
condiciones elementales: 
i. la presentación de la experiencia que ha de explicarse en términos de lo que un obser-vador 
tiene que hacer en su dominio de experiencias para poder experimentarla; 
ii. la re-formulación de la experiencia que ha de explicarse, presentada en i), en la forma 
de un ‘mecanismo generativo que realizado por el observador en su dominio dé como 
resultado de su operar a dicha experiencia’; 
iii. la deducción de ciertas experiencias (operaciones) necesarias para que otro observador, 
operando en su dominio, logre experimentar lo que debe experimentar a lo largo del 
mecanismo descrito en ii); 
iv. la vivencia de las experiencias deducidas en iii) sobre el mecanismo propuesto en ii) 
acerca de la experiencia presentada en i) por el observador en su propio dominio expe-riencial. 
Sólo cuando las cuatro condiciones son satisfechas podemos decir lo siguiente: 
- La proposición del mecanismo generativo presentado en ii) es una explicación científica 
sobre la experiencia presentada en i). 
- La explicación es válida sólo mientras conserve éstas (dichas) cuatro condiciones. 
- La validez no es en sí sino sólo validada (y aceptada) por los participantes del dominio de 
acciones en donde el criterio de validez para las explicaciones es considerado como el cien-tífico 
y a su vez es satisfecho con la proposición de la re-formulación. 
Ahora, para tomar consciencia de qué es lo que hacemos cuando hacemos ciencia, Humberto nos 
presenta los siguientes puntos como consecuencias del operar en un dominio cognitivo de explica-ciones 
científicas:
1. Las explicaciones científicas, como proposición de un mecanismo generativo, operan en un 
dominio diferente y disjunto al dominio de la experiencia que como resultado de su operar 
hacen surgir, por ello no las sustituyen, y además es que son constitutivamente no-reduccio-nistas. 
2. Las explicaciones científicas surgen todas desde las experiencias de completa soledad del 
sistema viviente en su determinismo estructural (DE) individual, por ello se hacen válidas 
sólo en la medida en que más tarde formen parte de una comunidad consensual en la cual se 
satisfaga el criterio de validación respectivo que han establecido como participantes. O lo 
que es lo mismo, sólo hay explicaciones científicas dentro de una comunidad de científicos 
que operan en un dominio cognitivo de explicaciones científicas. 
3. Las explicaciones científicas, como mecanismo generativos, son constitutivamente mecani-cistas 
ya que sólo pueden referirse a sistemas DE (o respecto del DE vinculado al dominio 
operacional de la proposición especificada). Por éste motivo (además) es que una explica-ción 
científica sólo es válida dentro de las coherencias operacionales de la praxis del vivir 
del observador en el ámbito de DE del dominio particular en el cual él las propuso; e allí la 
necesidad por deducir dichas coherencias en el paso iii) para poder vivenciarlas en el paso 
iv). Esto, a saber, no es una limitación sino una condición constitutiva (de todas nuestras 
posibilidades) de los seres humano en tanto sistemas vivos. 
4. El dominio de la explicación científica y el de la experiencia que busca ser explicada no se 
intersectan ni se reducen, más bien mantienen una relación generativa en el sentido de que 
se influencian; pero jamás dejan de ser independientes. Comprender esto es comprender 
que se puede relacionar, por ejemplo, co-relativamente el cuerpo con el fenómeno de la 
consciencia y el lenguaje pero que ninguno de ambos dominios se reduce al operar del otro. 
5. Debido que toda explicación científica opera en un dominio desde el cual siempre el resul-tado 
de su operar se distingue como una abstracción posible de su operar, y no algo inme-diatamente 
concreto, es que tenemos éstas dos consecuencias: 
a) En principio no hay restricción a ningún fenómeno de poder ser explicado, sin importar 
cuán abstracto éste parezca. 
b) El hecho de que el operar de la corporalidad sea mecanicista no implica que no puedan 
ser usados co-relativamente para explicar los fenómeno del dominio relacional humano. 
6. Debido a que toda explicación científica surge de las coherencias operacionales de la praxis 
del vivir de un observador en una comunidad científica consensual, es que ninguna de ellas 
hace alusión (en ningún caso) a una realidad independiente de su operar (de todo lo que él 
hace), sino todo lo contrario: se re-formulan las experiencias en base a otras experiencias. 
Por éste motivo es que la “universalidad” de la validez de una proposición científica no vie-ne 
dada por la alusión a una realidad objetiva independiente, sino al consenso mismo de los 
participantes del dominio cognitivo, esto es, a la coincidencia de aceptación de las coheren-cias 
operacionales de las proposiciones en base a los criterios de validez respectivos del do-minio. 
7. Debido a que toda explicación científica es una re-formulación de una experiencia en base a 
otra experiencia, en el dominio de las experiencias del observador, por principio cualquier 
persona puede en su vida diaria elaborarlas. Pero lo interesante es que cuando validamos de 
facto cualquier explicación lo hacemos haciendo uso de las mismas coherencias operacio-
nales que en el caso particular científico, de modo que lo único que diferencia al dominio 
científico de cualquier otro no es su coherencia operacional consensual sino las emociones 
(pasión y deseo) que fundan la impecabilidad de las acciones y el respeto por la diferencia 
de los dominios fenoménicos de nuestra experiencia. Cabe destacar además que producto 
de nuestro DE es que el único modo de explicar el operar intrínseco de nosotros los sistema 
vivientes, formalmente, en la cotidianeidad del vivir, es a través del criterio de la validación 
de las explicaciones científicas, pese a que casi nunca operamos sólo de ésta forma, ya que 
en la vida diaria solemos validar de facto algunas explicaciones sin la severidad conceptual 
que involucran las explicaciones científicas. 
“… el criterio de validación de la explicaciones científicas es una formalización de la 
validación operacional del flujo de la práctica de vivir de los sistemas vivientes. (p.80)” 
8. Aquí el autor cita uno de los pensamiento de Albert Einstein en el cual se expresa que es un 
milagro que las teorías científicas, que son libres creaciones de la mente humana, nos per-mitan 
comprender el universo en el que vivimos. Él dice estar en desacuerdo con los princi-pios 
sobre los que se basa ésta emoción de impresión, ya que brota desde la suposición de 
que existe una realidad objetiva (independiente) que opera en sí misma sin importar si al-guien 
la distingue o no. Como ya hemos trabajado aquí, Humberto piensa que todo criterio 
de validación de explicaciones científicas se basa en las coherencias operacionales del vivir 
de un observador DE que convive consensualmente en un dominio cognitivo junto a otros 
observadores con quienes comparte una emoción común fundamental, y no es en base a la 
suposición de una realidad objetiva; por lo que no está de acuerdo su asombro. 
Pero ¿cómo entendemos éste contraste entre soledad estructural y consenso cognitivo? Ma-turana 
expone que los puntos i) y ii) refieren a la soledad de nuestro DE, de la mente de ca-da 
observador, en conjunto a toda la arbitrariedad que esto permite en un dominio consen-sual 
(por lo que es la parte poética del hacer ciencia), en cambio los puntos iii) y iv) hacen 
alusión a deducciones y vivencias de experiencias en otros dominio, distintos a los del ob-servador 
que hace la proposición, pero que se basan en las coherencias operacionales del 
mecanismo propuesto en ii) y en referencia al fenómeno presentado en i). 
Finalmente, el único modo de generar consciencia sobre nuestro dominio experiencial es en 
base a la re-formulación de experiencias en base a otras experiencias como una constitución 
de facto acerca de nuestra comprensión, esto es, de aquellas circunstancias que generan lo 
que se distingue. Por esto es que sólo es posible hacer ciencia desde nuestra corporalidad, 
aunque esto no quite que las explicaciones sean creaciones libres de nuestro observar. 
9. Lo que hace a una explicación ser científica es la aprobación consensual de los criterios de 
validez expuestos por los participantes de su dominio cognitivo (científico) y no la predic-ción, 
objetivación o cuantificación de los fenómenos; aunque esto no quita, por supuesto, 
que éstas características puedan adherirse, la cuantificación como la aplicación métrica de 
un sistema de comparaciones repetibles que es usado en dos o más dominios de las obser-vaciones 
y la predicción como un cálculo (tentativo) en abstracción de coherencias opera-cionales 
sobre los cambios de estados de un sistema DE, como forma de facilitar la deduc-ción 
de las coherencias operacionales del dominio experiencial referidos en los puntos iii) y 
iv) respecto de puntos i) y ii) (cuales quieran sean estos). O lo que es lo mismo, la predic-ción 
y la cuantificación pueden ser parte de la explicación, y de hecho son útiles, pero no 
constituyen su validación ya que de hecho sólo son una herramienta que permite lograr la
aprobación sobre los puntos ya expuestos, los cuales sí son los elementos consensuales de 
validación del dominio cognitivo (científico). 
10. Los conceptos de falsabilidad, verificabilidad o confirmación expresados por Karl Popper 
en “The Logic of Scientific Discovery (1959)” tampoco son del interés del autor, y por un 
motivo medular: el único modo de verificar el conocimiento directa o indirectamente, por 
connotación o denotación, es teniendo un patrón estándar de comparación con forma de 
realidad objetiva, independiente y trascendental respecto de la comunidad de observadores, 
cosa que Humberto Maturana descarta por que no tiene apoyo operacional biológico para 
ser fundamentado. Por esto, inclusive cuando los observadores siguen los puntos iii) y iv) 
con su experiencia acerca de un mecanismo propuesto, jamás se hace alusión a alguna rea-lidad 
trascendental ya que sólo se busca vivir lo que el otro vivió experimentando lo que él 
experimentó. 
Por otro lado, el autor reconoce que la universalidad como causa de la validación de la ex-plicaciones 
científicas es la idea que predomina en Occidente, pero él no está en acuerdo 
con esto, veamos algunos puntos de por qué piensa así: 
a) Los mecanismos generativos propuestos en las explicaciones son expresados, en los 
puntos i) y ii), y aceptados, en los puntos iii) y iv) , según su validez ante los criterios de 
un dominio cognitivo (el científico, por ejemplo) sin necesidad de hacer alusión a rea-lidades 
independientes (y trascendentales). 
b) En el proceso mediante el cual una comunidad valida una proposición, según los crite-rios 
respectivos de su dominio, tampoco hay nada externo ya que todo surge de las pro-pias 
coherencias operacionales de cada observador que busca experimentar los elemen-tos 
deducidos en el punto iii). 
c) Los seres humanos somos sistemas DE y por esto es que jamás podemos hacer distin-ciones 
sobre algo que sea externo a nuestra operacionalidad biológica; en fin, no pode-mos 
distinguir algo que supuestamente existe más allá de nuestro distinguirlo. 
d) Inclusive desde la emoción, cada científico opera en la praxis de su vivir no bajo el de-seo 
de la falsación sino sobre el de la curiosidad y de la validación de proposiciones. 
LA CIENCIA COMO UN DOMINIO COGNITIVO 
(pp. 84-95) 
Las explicaciones científicas no son en sí: es el uso de los criterios de validación científicos lo que 
las constituye, y cuando usamos una explicación científica para validar una afirmación entonces ha-cemos 
que ésta sea (también) científica; de modo que una afirmación es científica sólo si su expli-cación 
es científica. Es por éste motivo que una comunidad científica se constituye cuando sus ob-servadores 
operan validando científicamente sus afirmaciones, y cuando esto ocurre tenemos un 
dominio cognitivo científico. 
Como podemos ver, el dominio cognitivo científico no es ontológicamente distinto a cualquier otro, 
ya que se constituye del mismo modo esencial: con el uso de criterios de validez definidos desde la 
emoción (fundamental) de sus participantes. Éste hecho, el que sean distintos pero que surjan igual, 
tiene varias consecuencias: 
1. La universalidad no es una causa sino un efecto. La universalidad no es lo que da la validez 
a las explicaciones científicas sino un resultado de la coordinación de las conductas de los
observadores, de modo que, además, sólo hay universalidad dentro de la comunidad que 
consensualmente establece los criterios de validez que hacen que éstas explicaciones se 
vuelvan universales como conductas consideradas adecuadas por los participantes; y en éste 
sentido es igual a cualquier otro dominio cognitivo; y esto es así pese a que pierde su ir-resistible 
seducción de objetivación trascendental. 
2. Como vimos, el dominio cognitivo de la ciencia surge operacionalmente del mismo modo 
que cualquier otro dominio cognitivo, su diferencia está en los criterios de validez que fue-ron 
usados. Veamos algo sobre esto: 
a) El criterio de validez de las explicaciones científicas (CVEC) describe lo que natural-mente 
hace cualquier científico, implícita o explícitamente, en su práctica investigativa. 
b) Todas las operaciones que se validan frente a los CVEC surgen de facto como parte de 
la praxis cotidiana del vivir del observador que las ejecuta, y no puede ser ajeno a ello. 
c) Debido a que siempre el mecanismo propuesto ante los CVEC opera en un dominio fe-nomenal 
diferente y disjunto del de la experiencia que se busca explicar, la ciencia es 
constitutivamente un dominio cognitivo multidimensional de co-relaciones estrictamen-te 
no-reduccionistas. 
d) Cada observador, en la medida que genere explicaciones sobre los fenómenos o situa-ciones 
en base al CVEC, opera de modo recursivo en reflexiones que permiten que éste 
esté en una constante ampliación de su dominio experiencial y dimensional. 
3. La emocionalidad de un científico es lo que hace surgir las interrogantes (lo poético) como 
preguntas que no desea dejar sin responder, generando la pasión por explicar, y junto con 
además llevándolo corporalmente a formar parte del dominio cognitivo donde su emoción 
es la base de la consensualidad relacional. Todo aquello es fruto de la emoción, pero la va-lidación 
de las proposiciones desde la perspectiva de los cuatro puntos ya señalados no lo 
es, ya que su aplicación es constitutivamente independiente a ellas. Finalmente, el autor 
comenta que no hay ciencia en su inicio sin la emociones, ya que la poética de su operar se 
funda en interrogantes que brotan desde ellas, pero también que, una vez que las preguntas 
ya existen y las tenemos presentes, las emociones no deben alterar el estricto procedimiento 
de validación que hará a cada proposición de un mecanismo ser científico. 
4. La dicotomía objetivo-subjetivo hace alusión a la eterna posibilidad de encontrar en lo obje-tivo 
una realidad independiente y trascendental y de ver lo subjetivo como lo que no forma 
parte de esa realidad, de modo que la ciencia que el autor propone como método y valida-ción 
no incluye ni puede incluir el concepto de subjetivación en su abstracción, ya que todo 
lo que se hace en la ciencia surge desde las coherencias operacionales de coordinaciones 
consensuales que un observador acopla a dinámicas recursivas en la constitución de un do-minio 
experiencial en constante expansión pero jamás puede dar referencia a algo externo. 
5. Después de todo lo que se ha expresado, Humberto Maturana dice que de todos modos los 
conceptos de ‘objetividad’ y ‘universalidad’ sí pueden ser usados desde su mirada episté - 
mica, pero que deben ser reformulados ya no como constructos ontológicos sino morales, 
lejos de todo fanatismo: 
- Objetividad: Compromiso del observador de no permitir que sus deseos y preferencias al-teren, 
tergiversen o interfieran con la aplicación del CVEC.
- Universalidad: Suceder en comunidad (que es) inevitable ya que es constitutivo de un do-minio 
cognitivo en tanto todos operan desde una emoción fundamental que los lleva a va-lorar 
los mismos criterios de validación para considerar (las mismas) conductas (como) a-decuadas. 
6. Debido a que la operacionalidad de los CVEC no requiere de alusiones a ningún tipo de 
realidad trascendental, es que pueden ser aplicado a cualquier observador sin importar sus 
valores, creencia espiritual o visión de la realidad; entendiendo espiritualidad como ‘expe-riencia 
de pertenencia a una comunidad cósmica mayor como fundamento y sentido de la 
armonía con todo’. Y esto tiene una repercusión medular: si consideramos la sabiduría co-mo 
el conocimiento sobre los mundos que habitamos como seres humanos en base a la res-ponsabilidad 
y la comprensión, entonces los científicos no siempre son (necesariamente) 
sabios, ya que la ciencia puede no abarcar la totalidad de las múltiples dimensiones del vivir 
humano en su expansión experiencial. 
“… las experiencias nunca son el problema en el dominio de la coexistencia humana, pero 
es en el dominio de las explicaciones y del uso de nuestras experiencias donde podemos 
entrar en polémicas fatales. (p.90)” 
7. La ciencia, como todo dominio cognitivo, produce conocimiento de modo operacional, esto 
es, en ausencia de valores, creencias o deseos; como ya se dijo recientemente. Los concep-tos 
de progreso (como aquello que deseamos que surja en el devenir de los seres humanos), 
responsabilidad (como consciencia de si queremos o no las consecuencia de nuestros actos) 
y ética (como preocupación por el otro desde nuestro actuar) son legítimos fuera de todo 
dominio cognitivo, dentro de lo que es la vida diaria de nosotros como seres humanos, en 
donde operamos como nodo corporal de intersección de múltiples conversaciones desde las 
cuales el conocimiento producido en los dominios cognitivos es usado y aplicado en la co-munidad: 
pasamos por ejemplo de tener un conocimiento técnico a ser técnicos en el hacer. 
8. Según el pensamiento de l autor los conceptos tales como “ley natura l” o “verdad” tampoco 
tienen cabida. En la historia se ha hablado de la ley natural como un modo de hacer referen-cia 
a una realidad objetiva independiente (trascendental) que nada (supuestamente) tiene 
que ver con la aplicación de criterios de validez por parte de observadores participantes de 
algún domino cognitivo. La naturaleza (entonces) no es en sí, sólo es una proposición expli-cativa 
de nuestra experiencia fundada en elementos de nuestra experiencia. El concepto de 
verdad, sea relativa o absoluta, tiende a la misma idea, por esto tampoco es tomada en con-sideración. 
O lo que es lo mismo, una explicación científica no es válida por estar referida a 
una verdad o a la naturaleza sino todo lo contrario: la verdad y la naturaleza se fundan en 
las explicaciones científicas como re-formulación de nuestra experiencia. 
9. La ciencia, como dominio cognitivo, cambia conforme cambian las preguntas que nos hace-mos 
en él, y éstas también con las respuestas que vamos aceptando: en general, la ciencia 
cambia conforme cambia nuestro dominio de experiencia en el flujo de la praxis de nuestro 
vivir. Los seres humanos vivimos en un entrelazamiento estructural recursivo entre corpora-lidad 
y lenguaje, como dominios diferentes y disjuntos en su operar, de modo que todo len-guajear 
se lleva a cabo, a nivel fisiológico, según la dinámica motoro-sensorial a través de 
la cual los seres humanos hacemos todo lo que hacemos; ya sea práctico como teórico (en 
su distinción en el dominio relacional de nuestro convivir), porque aquí se reconoce a am-bos 
como parte de las coordinaciones consensuales de coordinaciones consensuales de ac-ciones 
de los observadores.
10. La creatividad es una valoración hecha por un observador sobre alguna actividad que él ve 
como novedosa porque le resulta inesperada. Y esto de hecho ocurre porque mientras más 
compleja es nuestra dinámica de estados interna (incluyendo al sistema nervioso), entonces 
más inesperada relacionalmente será el tipo de conversación que se expondrá frente a un 
espectador: mientras más multidimensional sea nuestra vida, nuestras acciones y distincio-nes 
parecerán más novedosas, pero no por ello dejarán de hacerse dentro de un marco ope-racional 
de coherencias que sigue formando parte de la praxis del vivir del observador. Fi-nalmente, 
creatividad no es sinónimo de acciones a realidades ocultas, objetivas o indepen-dientes, 
sino el comentario de un observador. 
11. El dominio de las explicaciones científicas es un dominio de explicaciones “esenciales”, 
esto es, que no cambian, pero no en relación con la visualización de realidades independien-tes 
u objetivas sino porque son distinciones que surgen y permanecen dentro del mismo do-mino 
en el cual estamos constituidos como sistemas vivientes. 
CONCLUSIÓN 
(pp. 95-101) 
“La ciencia es el dominio de las explicaciones y declaraciones científicas que los científicos 
generamos por medio de la aplicación del criterio de validación de las explicaciones científicas. 
Como tal, los científicos abordamos la ciencia con la explicación y comprensión de nuestra 
experiencia humana, y no con la explicación o comprensión de la naturaleza o la realidad como si 
éstas fueran dominios objetivos de existencia independiente de lo que hacemos. 
La experiencia humana está libre de contenido. (p.95)” 
Nada existe en el vivir ‘humano’ fuera del lenguaje: todo objeto, naturaleza o realidad abstracta o 
concreta con la que nos topamos en la vida diaria es una experiencia que desde nuestro interior 
brota como una re-formulación de experiencias vividas desde otras experiencias vividas a través del 
lenguaje, como siendo parte de un dominio cognitivo que existe sólo a través de la coordinación 
consensual de conductas acoplada a un fenómeno de recursión. O lo que es lo mismo, sólo existi-mos 
humanamente en el lenguaje encerrados dentro de nuestro propio dominio experiencial, pero 
no como una limitación sino todo lo contrario: es la condición de posibilidad de toda explicación. 
Hacer ciencia, en fin de cuentas, es medularmente buscar comprender nuestra experiencia (existen-cia) 
como seres humanos; entendiendo la comprensión como reflexión en el lenguaje que operacio-nalmente 
no sale del dominio lingüístico. Y para poder hacer esto debemos realizar un procedimien-to 
aparentemente contradictorio: hemos de reflexionar sobre las experiencias como objetos que sa-bemos 
que no son independientes de nosotros pero que sí parecerán serlo (producto de la indiferen-cia 
emocional con la cual los tratamos), de otro modo no podríamos contemplarlo. Y, como ya vi-mos, 
el CVEC nos proporcionan esto de modo efectivo ya que no parten de suposiciones trascen-dentales 
sino desde la validación de toda experiencia desde otra experiencia. 
Nada es en sí. Toda explicación que vivimos como válida dentro de un dominio cognitivo científi-co, 
sin importar cuán extraño o loco parezca el mecanismo generativo que consideramos aceptable 
según el CVEC, ha sido creada por nosotros y (necesariamente) transformará nuestro convivir hu-mano, 
por lo que no podemos pretender inocencia (ya que): 
“Todo lo que distinguimos lo distinguimos en el lenguaje; todo lo que experimentamos, lo 
experimentamos al distinguir nuestra experiencia en el lenguaje… La experiencia, el suceso de
vivir, no nos presenta ningún problema, nuestros problemas surgen con nuestras explicaciones de 
nuestras experiencias y con las demandas que nos imponen a nosotros y a los otros seres humanos 
con quienes coexistimos. (p.98)” 
Los seres humanos vivimos distintos mundos en la coordinación consensual de conductas (en inte-racciones 
recurrentes) dependiendo de qué coherencias operacionales hemos usado para generar 
nuestros constructos explicativos (ya que distintas explicaciones son distintos modos de vivir). Pero, 
aún así, el vivir sigue siendo algo que nos sucede (desde las coherencia de nuestra vida) y no algo 
que hagamos o forcemos; y además nos pasa (todo) como perteneciente (aparentemente) a un único 
dominio experiencial que radica en nuestra corporalidad como nodo de intersección estructural de 
las conversaciones (como coherencias operacionales) en las que convivimos. Y es por esto que si no 
tenemos cuidado podemos confundir el operar de los mecanismos esperando que generen fenóme-nos 
que corresponden a dominios diferentes. 
La ciencia es una posibilidad cognitiva de comprender la vida humana, ya que nos permite reflexio-nes 
(recursivas) sobre nuestro dominio de experiencias desde nuestro dominio de experiencias a tra-vés 
de la aplicación de los CVEC, y todo como parte de nuestra vida diaria; de nuestra cotidianei-dad. 
Pero siempre hemos de estar conscientes de que el valor y efectividad operacional de las expli-caciones 
científicas se dará sólo en la medida de que su práctica se funde en las coherencias opera-cionales 
del observador, y su respectiva aplicación de criterios, y no en fanatismos o preferencias. 
Además, como ya mencionaba el autor anteriormente, la ciencia pasa por un momento cultural en el 
cual a renunciado, casi por completo, a la sabiduría: a veces los científicos están dispuestos a dejar 
todo de lado, controlarlo, negarlo y hasta destruirlo con tal de hacer lo que les gusta bajo el funda-mento 
de que “todo es por el bien de la humanidad; por la ciencia”, y dejando de lado el respeto y 
el reconocimiento de que la base de una sociedad es la honestidad, el amor y la confianza. 
PANORAMA GENERAL 
(pp. 101-102) 
Si ya hemos aceptado que la ciencia como dominio cognitivo no se encarga de descubrir una reali-dad 
independiente, trascendental u objetiva respecto del operar de los observadores de su comuni-dad, 
sino todo lo contrario, esto es, explicar la experiencia desde las coherencias de la experiencia, 
entonces también podemos aceptar un cambio de mirada; que queda reflejado en los siguientes pun-tos: 
1. La verdad no es causa sino consecuencia: ya ningún argumento puede ser utilizado desde 
una verdad validada por sí misma, por lo que el observador puede decidir qué pensar. 
2. La naturaleza ya no es un dominio autónomo e independiente de entidades objetivas que se 
usan como referencia para validar argumentos sino todo lo contrario: son una consecuencia 
de nuestro operar en el lenguaje y como tal puede tomarse o dejarse, puede utilizarse o no 
para operar en el fluir de coordinaciones consensuales de acciones. 
3. Hacer ciencia es expandir el dominio experiencial desde la re-formulación de las propias 
experiencias desde otras experiencias a través de un método estricto (CVEC) que ha de ser 
aceptado, ejecutado y resguardado por los integrantes del dominio cognitivo respectivo. 
Esto se puede extender al total de la vida diaria, y no tiene por qué quedarse sólo en domi-nios 
de investigación particulares u oficiales.
4. Las emociones ya no son motivo de arbitrariedad respecto de la búsqueda de verdades tras-cendentales, 
ya que vuelven a ser valoradas y se les reconoce como el fundamento de la res-ponsabilidad, 
esto es, del estado de consciencia de si queremos o no las consecuencias de 
los actos que queremos. 
5. La ciencia ya no es un dominio cognitivo privilegiado, en tanto se funda en una (supuesta) 
operacionalidad única; después de todo, la vida diaria se funda en coherencias operaciona-les 
del mismo tipo a las del dominio científico, esto es, operar sin confundir los dominios 
operacionales y validando todas las acciones de modo sistemático. Por lo que la única 
diferencia está en su emoción fundante que es la pasión por explicar. 
6. Somos conscientes (ahora) de que el mayor daño y peligro espiritual es creerse dueño de 
alguna verdad trascendental o único defensor legítimo de algún principio, ya que siguiendo 
ese camino se llegará seguro al callejón sin salida del fanatismo y el empoderamiento: nos 
volvemos ciegos a las coherencias sistémicas de las circunstancias y dejamos de ser respon-sable 
porque negamos las emociones que fundan nuestros actos. 
7. La clave de la ciencia es permitirnos ser responsables y libres desde la reflexión sobre las 
coherencias (necesariamente recursivas; en tanto se dan en el lenguaje) de nuestras circuns-tancias 
humanas.
REALIDAD 
¿Objetiva o construida? 
Volumen I 
IV 
ORIGEN DE LAS ESPECIES POR MEDIO DE 
LA DERIVA NATURAL 
o la Diversificación de los Linajes a través de la 
conservación y cambio de los Fenotipos 
Ontogénicos
INTRODUCCIÓN 
(pp. 105-107) 
“El propósito de este artículo es reconsiderar y proponer una nueva respuesta a las preguntas 
biológicas fundamentales que, según nos parece, están presentes de una manera explícita o 
implícita en las preocupaciones que dieron origen a la teoría evolutiva de Darwin. (p.105)” 
Éstas preocupaciones que aquejan la mente del antiguo biólogo sobre el origen de las especies, co-mo 
lo señala el autor, pueden ser expresadas a través de las siguientes cuatro preguntas: 
i. ¿cómo se explica la diversidad y la semejanza que observamos entre los seres vivos?; 
ii. ¿cómo se explica que las distintas clases de seres vivos actualmente existentes se hallen 
en un ámbito natural en total congruencia con su circunstancia, y cuando esa congruen-cia 
se pierde ellos se mueran?; 
iii. ¿cómo se explica que los taxónomos, que con frecuencia clasifican a los seres vivos só-lo 
considerando unas pocas dimensiones de su vivir, puedan clasificarlos haciendo cate-gorías 
sistemáticas que los ordenan y relacionan de una manera que resulta biológica-mente 
significativa?; 
iv. ¿qué representa lo que el taxónomo distingue al clasificar a un ser vivo y formular una 
categoría taxonómica con sentido biológico?. 
El autor piensa que la repuesta a éstas preguntas fundamentales por parte de la teoría moderna 
(Darwiniana) de la evolución admite como válido los siguientes supuestos básicos: 
a) El medio, no así el nicho, pre-existe al vivir del organismo. 
b) La adaptación es una variable: pueden haber organismo más o menos adaptados así como 
estrategias para lograr mejor adaptación. 
c) La evolución es un proceso de exclusivo cambio genético en la unidad evolutiva que es la 
población y no el individuo. 
d) Todo cambio es generado por una fuerza externa: en la historia evolutiva ésta fuerza es la 
presión selectiva (la cual toma la forma de la competencia) y ella es la que origina la sobre-vida 
diferencial de los organismo y poblaciones. 
Inmediatamente el autor se propone presentar una nueva teoría evolutiva como alternativa al mode-lo 
Darwiniano, ya que no está de acuerdo con las premisas básicas que él sostiene, y lo hará toman-do 
como premisa primaria fundamental el entendimiento y comprensión de lo vivo como sistema 
autopoiético de primer y segundo orden: por lo tanto, como un ente estructuralmente determinado 
(DE) que existe sólo mientras conserva tanto su adaptación como organización en el fluir de sus 
cambios estructurales recíprocos congruentes con el medio que lo contiene y permite en su operar; 
dando especial atención a la conducta como aquello que guía su devenir evolutivo. 
CONSIDERACIONES EPISTEMOLÓGICAS 
(pp. 107-109) 
Determinismo estructural 
Desde la abstracción descriptica de todas las regularidades de las coherencias operacionales de cual-quier 
sistema se extrae que toda explicación (y esto incluye a las científicas) sobre un sistema sólo 
es posible, implícita o explícitamente, si reconocemos que tanto su dinámica interna como externa
dependen de su estructura. Inclusive la noción de probabilidad y mecanismo sólo son posibles si re-conocemos 
que operamos desde un dominio subyacente al que establece las regularidades estructu-rales 
que resultan ser inobservables directamente hacia su dominio. 
Seres vivos como sistemas determinados estructuralmente 
Desde su biología, los seres vivos son sistemas DE: todo lo que les ocurre a cada instante les ocurre 
determinado por su dinámica estructural interna de ese instante y no por la dinámica, interna o ex-terna, 
de elementos ajenos a ellos. Por lo tanto, en su fluir de interacciones (recurrentes) el ser vivo 
es tocado sólo por aquellos agentes que su propia estructura reconoce y especifica, y que el observa-dor 
no tiene como distinguir relacionalmente (externamente) desde su operar: su curso y devenir es 
indiferente a las características de los agentes externos pero a su vez sigue un curso congruente de 
cambios estructurales con respecto a ellos. El ser vivo es ciego ante lo interno o externo de sus cam-bios, 
ya que esa diferenciación nace desde la distinción de un observador desde otro dominio opera-cional: 
fenómenos del interior y fenómenos del exterior del organismo son diferentes y operan en 
dominio fenoménicos disjuntos entre sí; y no son reductibles. 
Explicaciones científicas 
Una explicación científica consiste en la re-formulación de una experiencia en base a otras expe-riencias 
mediante la proposición de un mecanismo generativo que, dentro del dominio del cual es 
especificado, como resultado de su operar hace surgir el fenómeno o situación que se busca expli-car. 
Por lo tanto, el mecanismo y la experiencia explicada pertenecen a dominios fenoménicos dis-juntos 
y diferentes, no reductibles el uno al otro y tampoco posibles fuera del ámbito del determi-nismo 
estructural. 
CONSIDERACIONES BIOLÓGICAS 
(pp. 109-120) 
Deriva ontogénica 
Un ser vivo es un sistema dinámico (en continua transformación) espontáneo (no forzado) que exis-te 
en su dominio relacional sólo en tanto que los cambios que le son gatillados desde el medio per-miten 
la conservación de su organización (de primer o segundo orden) y su adaptación. Por lo tan-to, 
un ser vivo es un ininterrumpido operar de cambios en torno a la conservación de su acoplamien-to 
estructural con el medio. 
El curso ontogénico de un ser vivo se escribe momento a momento según las interacciones con el 
medio que lo contiene y que gatilla los cambios estructurales que permiten su operar autopoiético, 
en una deriva constante que como proceso tiene las siguientes consecuencias: 
a) La ‘ontogenia’ de un ser vivo es ‘deriva estructural’. 
b) La conservación de organización y adaptación (OyA) es una invariante de todo ser vivo. 
c) La conservación de OyA es un fenómeno sistémico que trasciende la fenomenología propia-mente 
biológica y se extiende al plano relacional de interacciones son su medio. 
d) La ontogenia es un suceder espontaneo: no lo hacemos, sólo nos ocurre.
Deriva 
Estructural 
Ontogénica 
El ser vivo y su dominio de existencia 
En la deriva estructural ontogénica de un ser vivo, tanto ser vivo como su dominio de existencia (ni-cho) 
cambian juntos de forma congruente y espontánea, por lo que éste último no pre-existe al ope-rar 
del sistema en su vivir. Veamos un par de puntos acerca de lo que un observador distingue en la 
ontogenia de un ser vivo: 
- El observador distingue el ‘medio’; como el gran espacio (o dominio) en el que el ser vivo 
es contenido: como todo aquello que ve y que no ve pero que supone que existe. 
- El observador distingue el ‘nicho’; como aquella parte que está contenida en el medio y con 
la cual el ser vivo se encuentra a cada instante de su vivir. No hay nicho sin ser vivo ni ser 
vivo sin nicho: el único modo de saber algo sobre el ser vivo es observando el nicho y vice-versa. 
El nicho es lo que Von Uexkull (1957) llama su Umwelt; y el mismo ser vivo tiene 
tantas identidades como en diferentes nichos puede estar inmerso. 
- El observador distingue el ‘entorno’; como todo aquello que rodea al ser vivo y que es parte 
del medio pero que no corresponde al nicho. 
Entorno Entorno 
Nicho 
Medio 
La conclusión principal que se extrae de lo recién señalado queda expresada en lo siguiente: 
i. así como el nicho no pre-existe al vivir del ser vivo, entonces tampoco el medio y el en-torno 
pre-existen su vivir; 
ii. debido a que nada existe antes del operar del ser vivo, de modo que desde antes que el 
ser vivo opere de un cierto modo nada existe como tal, entonces el ser vivo (en su deri-va 
estructural ontogénica) no se adapta al medio ni éste selecciona los cambios que este 
sufre; 
iii. debido a que no existe ninguno antes del otro, y que una vez que existen (medio y ser 
vivo) cambian juntos de modo congruente en su estructura, en estricto rigor toda deriva 
(de ser vivo o medio) es una co-deriva (ser-vivo/medio).
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Síntesis sobre Realidad ¿Objetiva o construida? Tomo I, Humberto Maturana

  • 1. SÍNTESIS Realidad ¿Objetiva o construida? Volumen I de Humberto Maturana por David Alcántara
  • 2. Datos sobre la versión del libro de síntesis Editorial: Anthropos, Barcelona Traducción: Capítulo tres por María Pilar Vallés y capítulo cuatro por Heidi Cazés. Edición: Primera, 1995 Páginas: 162 ISBN: 84-7658-483-0 Datos sobre detalles de la redacción  Las páginas citadas, todas, están indicadas con la abreviación “p.” y entre paré-ntesis.  En aquellos casos que se usa doble “pp.” se hace referencia a todas aquellas páginas que se comprenden entre ambos números de página inmediatamente señalados, con ellos incluidos.  Las frases que se encuentren entre los símbolos “” se refieren a una interpre-tación, no literal, sobre ciertas ideas que se encuentran en su página correspon-diente.  Las frases que se encuentren escritas en cursiva pueden referirse a dos cosas: si se trata una o dos palabras entonces son consideradas importantes y por ello son des-tacadas, pero si es una frase o un párrafo, o más párrafos, entonces es una reescritura literal de aquello que se encuentra en la página correspondiente, con excepción de los paréntesis que no se encuentran en cursiva.  Aquellas frases continuadas por tres puntos (…) expresan una conexión indirecta entre las ideas que se proponen, esto es, una forma de expresar que ambas escrituras forman parte de la cita que les acompaña pero que, a su vez, poseen contenido intermedio en el libro original que no se consideró necesario citar.  El número de las figuras no respeta el orden original del libro, son una adapta-ción propia de éste documento.  Las páginas citadas debajo de los títulos corresponden a la extensión del capítulo en el libro original.  Según regla APA de citación, la abreviación Ibíd. (Íbidem) hace referencia a la última cita utilizada.  Si bien el documento es un diálogo entre co-autores, ésta síntesis está escrita en tercera persona, con excepción de aquellas citas literales del texto que se ofrecerán en cursiva. Los paréntesis sin cursiva, entremedio de las citas lite-rales, también son de mi autoría.
  • 3. REALIDAD ¿Objetiva o construida? Volumen I
  • 4. REALIDAD ¿Objetiva o construida? Volumen I I BIOLOGÍA DEL FENÓMENO SOCIAL
  • 5. INTRODUCCIÓN (pp. 3-8) Somos seres sociales (ya que vivimos cotidianamente imbricados al ser de otros) a la vez que somos seres individuales (en un devenir de experiencias intransferibles) y en la historia Occidental se ha pensado que ambas cosas se contradicen en su existencia, por ello esto es un tema que es considera-do inc lus ive como un ‘dilema’. Pero pese a esto, existe el registro de variados sistemas sociales que han vivido en armonía frente a lo que parece excluyente. ¿Cómo explicamos esto? Sin duda que se puede explicar desde una perspectiva biológica en donde lo individual sólo es posible socialmente y lo social sólo se puede formar desde la individualidad. Pero antes de continuar tenemos que decidir hacernos cargo de las siguientes premisas básicas que fundan las explicaciones en éste ámbito (bio-lógico): 1) ¿Qué es una respuesta aceptable? Los científicos tienen un modo de saber si algo es o no una respuesta aceptable sin saber de antemano qué respuesta específica es la que se puede encontrar, y se logra con ‘la propos ición de un mecanismo (sistema concreto o abstracto determinado estructuralmente) que como resultado de su operar genere el fenómeno que es investigado’. Por éste motivo el autor se propone explicar los fenómenos sociales desde la definición de mecanismos biológicos que den como resultado los sistemas (sociales) que reconocemos cotidianamente. 2) ¿Qué son los seres vivos? Todo ser vivo es un sistema estructuralmente determinado (DE), es decir, nada externo puede determinar qué pasa dentro de nosotros y lo exterior sólo pue-de gatillar aquello que nuestra propia organización define. Y decimos que la conducta de un ser vivo es adecuada sólo si sus cambios permiten congruencia estructural con los cam-bios del medio que lo contiene y hace posible en su continua dinámica interna de autopro-ducción; de autopoiesis. Un ser vivo es un sistema en continuo cambio estructural. 3) ¿Cómo es el cambio estructural? Desde la estructura inicial de la existencia de un ser vivo distinguimos dos modos de cambio en él: como producto de su propia dinámica interna o gatillados desde el medio (que cambia junto con él). Por esto la historia particular (ontoge-nia) y general (filogenia) de un ser vivo a cada instante se escribe como una selección que el medio hace de él, ya que es aquello que gatillas sus cambios estructurales en sus interac-ciones a lo largo de su realización y conservación de organización y adaptación. 4) La conservación de la organización. A modo de ‘relación universal’, Humberto Maturana dice que los seres vivos, así como cualquier sistema DE, existe sólo en la medida en que la organización que lo define se mantenga invariante; siendo la organización el conjunto de relaciones entre elementos que dan a un sistema su identidad de clase y la estructura la for-ma particular de existir de una identidad de clase cualquiera. Y la organización de un ser vivo es su autopoiesis, la cual sólo se mantiene operativa en la medida que los cambios en su estructura no la alteren relacionalmente. Un ser vivo sólo existe si su organización, DE desde sí mismo, no se extingue en su curso de cambios estructurales históricos. 5) Conservación de la adaptación. Un ser vivo, al igual que todo sistema, existe sólo en la me-dida en que el medio que lo contiene, y con el cual interactúa, permite que se conserve su organización. Cuando existe ésta congruencia estructural entre organismo y medio decimos que el ser vivo se ha adaptado al medio; y si esta no existe el ser vivo muere. Por lo tanto, también a modo universal, todo sistema DE existe sólo en la medida en que conserva su or-ganización y adaptación; en donde una implica a la otra. Y en esta deriva toda circunstancia
  • 6. del presente (histórico) queda determinada por el mismo presente y sus procesos participan-tes en la conservación de sus dinámicas internas y externas. Además toda deriva existe sólo como una co-deriva: toda ontogenia es una co-deriva ontogénica y toda filogenia es una co-deriva filogénica en la que tanto organismo como medio conservan su adaptación y organi-zación en un curso de cambios estructurales (necesariamente) congruentes. Veamos ahora cuáles son las consecuencias en el plano social, de seguir éstas nociones básicas del ámbito biológico recién expuestas. SISTEMAS SOCIALES (pp. 8-10) “Cada vez que los miembros de un conjunto de seres vivos constituyen con su conducta una red de interacciones que opera para ellos como un medio en el que ellos se realizan como seres vivos, y en el que ellos, por lo tanto, conservan su organización y adaptación y existen en una coderiva contingente a su participación en dicha red de interacciones, tenemos un sistema social. (p.8)” Lo recién expuesto constituye la organización de los sistemas sociales, ya que desde éstas caracte-rísticas distinguimos que se genera todo fenómeno conductual considerado como social, y es un re-sultado inevitable de las interacciones recurrentes que se dan entre seres vivos. Veamos las impli-cancias de esto: 1. Todo sistema social necesariamente debe estar constituido por sistemas vivos, de modo que no es sistema ‘social’ aque l que no permite la realización y conservación del vivir de sus miembros. 2. Cada sistema social se diferencia según las características de las interacciones (recurrentes) que lo realizan, es decir, las conductas que son aceptadas como adecuadas por sus miem-bros. 3. Las propiedades de un sistema social están determinadas por los seres vivos que la integran, por esto no hay componentes superfluos en él ya que todo cambio es algo que modifica al sistema en su totalidad y no algo que se pueda obviar. 4. Así como cada miembro define su sistema social, así también el sistema, una vez constitui-do, define a cada uno de sus miembros desde la selectividad de cambios estructurales espe-cíficos que permite en torno a su realización. 5. Los componentes de un sistema social pueden participar de la realización de otros sistemas sociales siempre y cuando sigan participando de las relaciones que conservan al primero en su organización pese al cambio estructural provocado por el devenir de cambios de la reali-zación del segundo. 6. Pese a que los sistemas sociales son esencialmente conservadores, existen en un continuo cambio estructural debido a: muerte o migración de miembros, incorporación de miembros nuevos o cambios en las propiedades de los miembros ya existentes.
  • 7. SOCIEDADES HUMANAS (pp. 10-15) - Todo miembro de una sociedad humana (cualquiera) siempre realiza con su conducta a di-cha sociedad al mismo tiempo que ésta selecciona a sus miembros en base a las mismas conductas (que son consideradas las adecuadas). - Los seres humanos podemos, y de hechos somos, miembros de muchos sistemas sociales de modo simultáneo o sucesivo, ya que lo que importa en una relación social no es la sinceri-dad del acto sino la coordinación (consensual) efectiva de las conductas. - El mecanismo fundamental de interacción en el operar de los miembros de un sistema so-cial humano es el lenguaje. Es más, el lenguaje surge desde el fenómeno social, ya que es la conducta primaria de coordinación conductual que es aprendida transgeneracionalmente por los miembros de una sociedad la que señala ideas descriptoras como objetos de l ‘mundo’ que luego vuelven a ser coordinadas de modo recursivo: por lo que es la interacción recu-rrente dentro de una sociedad la que permite dar origen a lo lingüístico. O lo que es lo mis-mo, decimos que hay lenguaje en un fenómeno social, y originado desde un fenómeno so-cial, cuando vemos que ciertas coordinaciones consensuales primarias de acciones son usa-das como objetos de significación al ser coordinadas consensualmente (y recursivamente) sobre su (previa) coordinación consensual. - Debido a que sólo desde interacciones recurrentes es posible generar un dominio de coordi-nación de conductas donde se conserva la autopoiesis de sus miembros, al mismo tiempo que existen en un ámbito de acoplamiento estructural recíproco espontaneo que permite que surja un sistema social, decimos que un sistema social sólo puede nacer desde la co-opera-ción de sus miembros. Y en el caso humano el placer de la compañía del otro no conoce e-dad, ya que es la pegajosidad biológica de nuestro ser, que es el amor y no la competencia, lo que permite que surja el fenómeno social. - Es constitutivo de lo humano ser social y lingüístico así como individual y colectivo. Por esto es que hay dos modos de re-configurar una dinámica social: tanto desde la reflexión in-dividual (creación de un nuevo dominio que permite situar al otro como un ámbito de refle-xión) como de las experiencias vividas en otro ámbito social (que están sujetas a la disposi-ción del organismo a vivirlas). Y donde sólo el amor es la emoción que permite la creación de un dominio común de interacciones en donde todos los dominios particulares son con-templados y aceptados en la conservación de la identidad y adaptación de cada uno. - Todo sistema social humano es estable en la medida que no se interfiere en lo que lo con-serva, lo cual puede quedar definido éticamente por el hecho implícito y explícito de reco-nocer el otro siempre como un legítimo en convivencia con uno o moralmente por la insti-tucionalización de relaciones contingentes de subordinación humana a la jerarquía. - Necesariamente el sistema social humano debe conservar la identidad humana de los seres vivos que lo conforman. - El único modo de que se conserve un sistema social humano es desde el amor: desde la honestidad y la co-laboración, y la aceptación en general, como fundamento cotidiano de nuestro ser cultural. Por esto un acuerdo de trabajo jamás será un sistema social, ya que coordinan sus conductas en compromiso de una tarea y no en la espontaneidad del amor.
  • 8. REFLEXIONES (pp. 15-18) Pese a que todo lo fundamental ya está dicho, expresa el autor, quedan aún unas cuentas afirmacio-nes por hacer en torno a un ámbito reflexivo sobre el fenómeno social: a) El ser humano es constitutivamente social: no existe lo humano fuera de lo social ya que lo genético no funda lo humano sino sólo lo humanizable. Toda conducta que es conservada es y será nuestra forma de ser humano. b) Debido a que toda sociedad es conservadora por esencia, una innovación al principio sólo puede ser resistida para más tarde, o ser erradicada por negación, o ser aceptada por acepta-ción en la seducción. c) Sin amor no hay socialización: sólo el amor permite fundar un espacio de convivencia ge-nuino que de origen a lo social, pese a que la coerción genera hipocresía que es capaz de suplir la efectividad en la coordinación de las conductas por un tiempo. d) Lo social se funda en la co-laboración y no en la competencia : y no podría ser de otro mo-do ya que la competencia niega y el amor acepta, y no puede haber fenómenos sociales donde se niega al otro en convivencia; ni siquiera el caso de la ‘sana’ competencia ya que donde se valida la negación del otro siempre nos vemos negados a nosotros mismos. e) Lo social se da en el lenguaje, el lenguaje es humano y lo humano se da en la reflexión y autoconsciencia que permite responsabilidad y libertad o la irresponsabilidad y esclavitud. Lo ‘espiritual’ surge en consciencia de nosotros mismos y de otro en una reflexión sobre nuestra relación con todo. f) Lo social y lo individual son inseparables. Sólo en la irresponsabilidad social que permite la configuración de un ámbito de enajenación que genera el apego y la posesión sobre lo que el otro necesita, negándolo en su legitimidad, puede hacer surgir deseos de contradicción entre ambos, pero esto es de origen cultural y no biológico. g) Todo problema cultural es humano y por tanto ético. Todo problema social se reduce al hecho de si aceptado o no las diferencias y similitudes en la legitimidad de la convivencia con otros. O lo que es lo mismo, los problemas sociales sólo podrán solucionarse desde el desapego a las promesas de perfección ideológicas y la búsqueda de un convivir ético (en aceptación) donde todo lo que se haga se haga porque se quiere querer lo que se hace.
  • 9. REALIDAD ¿Objetiva o construida? Volumen I II ONTOLOGÍA DEL CONVERSAR
  • 10. INTRODUCCIÓN (pp. 19-20) Vivimos en una cultura que niega las emociones porque piensa que sólo traen arbitrariedad a las conductas respecto de fundamentos exclusivamente racionales. Es más, se piensa que emoción y razón corresponden a espacios antagónicos de las psiquis humana. Pero aún así también sabemos que hay emociones que ninguna razón puede alterar y que, en general, el único modo de resolver problemas culturales es conversando. ¿Por qué entonces hablamos de contradicción? Humberto Maturana piensa que los seres humanos somos un caso particular de trenzado cotidiano de emociones y lenguaje, donde jamás está presente sólo una o la otra : y esto es lo que él ha llama-do el conversar; del latín ‘cum’ y ‘versare’, es decir, como un modo de dar vueltas juntos. EL LENGUAJE Y EL LENGUAJEAR (pp. 20-21) Como fenómeno biológico, el lengua je es un ‘fluir en interacciones recurrentes que constituye un sistema de coordinaciones consensuales de coordinaciones consensuales de conductas’. Pero el len-guaje como proceso no es algo que forme parte de la corporalidad (o del sistema nervioso) de los participantes ya que su operar surge en un dominio relacional de interacciones, y aún así podemos decir que en nuestra corporalidad se intersecta el operar biológico de múltiples tipos distintos de identidades y modos de convivencia. El lenguaje posee elementos que lo constituyen como tal y pueden ser señalados en dos tipos: - Distinciones de objetos: Esto ocurre cuando algún gesto, sonido, conducta o postura cual-quiera se acopla a un fluir de coordinaciones de acciones primarias tal que dicho gesto, so-nido, conducta o postura modifica las emociones de los participantes y de ese modo pasa a formar parte consensual de dicho fluir de coordinaciones de acciones como una palabra que connota una idea o noción particular. - Distinciones de relaciones de distinciones entre objetos: Ocurre como coordinación consen-sual de las palabras como un modo de convivir ‘recursivo’. O lo que es lo mismo, cada vez que coordinamos consensualmente las coordinaciones consensuales primarias decimos que se está en un fluir recursivo de interacciones en el lenguajear. Aquí se originan los fenóme-nos de reflexión y autoconsciencia. EL RAZONAR Y LO RACIONAL (pp. 21-22) La razón y la lógica, expresa el autor, no son entidades fundamentadas trascendentalmente sino ex-presiones de nuestro operar como seres vivos. Así, el razonar es lo que distinguimos día a día como ‘la proposic ión de argumentos construidos con la concatenación de palabras y nociones que compo-nen, en su significación, modos operacionales de coordinaciones consensuales de conductas en un dominio particular’, y la lógica sólo un tema de ‘regularidades en el operar constitutivo del lengua-je’; y no una alusión a algo externo. Lo racional sería un ‘operar en discursos o explicaciones que se traducen en un operar en conductas o en la justificación de argumentos; al mismo tiempo que se respeta la lógica regular del razonar’.
  • 11. Por esto, tanto razonar como lo racional pertenecen al ámbito de las coherencias operacionales de la coordinación consensual de conductas (lenguaje); ya que se fundan en las coherencias operacionales de nuestro vivir. En fin, como ya se señaló, todo sistema racional es un ‘sistema de coordinaciones consensuales de conductas que se forma desde la aplicación recurrente y recursiva de elementos y conjuntos de elementos de coordinaciones consensuales conductuales particulares que se asumen como premisas básicas aceptadas a priori (desde la emoción)’, por esto la diferencia entre sistemas racionales es una diferencia entre razones que son sustentadas por premisas básicas aceptadas a priori. EL EMOCIONAR (pp. 22-24) Humberto Maturana dice que lo que distinguimos en la vida cotidiana como emociones es una ‘con-figuración estructural de nuestra corporalidad que se traduce en una disposición particular hacia ciertos tipos de acciones que, a su vez, especifican el dominio de interacciones posibles en ese ins-tante’. Así, el emocionar es un fluir de una emoción a otra y por tanto un curso cambiante de un do-minio de acciones posibles a otro. Y es por esto que todo lo humano, en tanto animal y humano, por lo tanto incluye todo lo racional, sólo es posible desde las emociones que especifican a cada instante su dominio de acciones. Es decir, como ya se señaló, inclusive todo sistema racional se sustenta en un conjunto de premisas básicas que son aceptadas (a priori) no racionalmente, sino desde una e-moción (sea de aceptación o de preferencia). El final siempre hacemos lo que queremos, y es por esto que uno no puede convencer al otro a través de argumentos, sino sólo ‘seducirlo a que quiera el querer que queremos’. LA CONDUCTA Y LAS ACCIONES (pp. 24-25) ‘Todo operar o cambio de operar de un organismo con respecto a su entorno’, sea cual sea el domi-nio en que fue distinguido, es una acción o conducta en ese dominio. Y en el caso particular de los seres humanos, todo espacio de conductas y acciones es vivido como ‘experiencias recursivas en el lenguaje’, esto es, en la coordinación consensual de coordinaciones consensuales de acciones que es permitida por el cierre operacional del sistema nervioso, que genera dinámicas de co-relaciones sen-so- motoras como dominios conductuales ante toda dinámica relacional externa en la cual participa como organismo. O lo que es lo mismo, todo dominio de acciones o conductas es permitido por un dominio de co-re-laciones senso-motoras, de modo que todo cambio en un dominio relacional humano es un cambio en su operar biológico (que lo hace posible), donde cada co-relación senso-motora es equivalente a coordinaciones consensuales de acciones o conductas. Cabe aún una diferencia: cuando hablamos de acciones nos referimos a los efectos externos del quehacer y cuando hablamos de conducta nos referimos a las tramas relacionales que dieron origen al quehacer. EL CONVERSAR (pp. 25-26) Todo ser humano vive desde que es un embrión hasta que es un adulto dentro de un entorno de con-vivencia compuesto por sus seres cercanos, de modo que el emocionar que adquiere (siempre) es
  • 12. congruente respecto del emocionar de ellos (sus cercanos) debido a que en todo momento él sigue el curso contingente de sentires respecto al ocurrir de cada circunstancia junto a ellos. Se alegrará, enojará o enternecerá según cómo sus cercanos se alegran, enojan o enternecen. Y junto con esto, al mismo tiempo, ocurre constantemente una expansión de su dominio general de coordinaciones con-sensuales de conductas o acciones en los cuales participa, primero como en un aumento de comple-jidad (una asimilación recursiva del lenguaje) y luego como un entrelazamiento con sus emociones. Como resultado inevitable de la convivencia de un ser humano en su vida ocurre un entrelazamiento del fluir del lenguajear y del emocionar. A esto Humberto Maturana lo llama el conversar. Todo esto ocurre como un ‘fluir de coordinaciones recursivas consensuales de conductas o acciones’ que va cambiando de dominio según la disposición corporal que regula el fluir de su emocionar a cada instante, en conversaciones que conforman una red cerrada de interacciones que definen un modo específico de convivir; según un modo específico (consensual) de lenguaje. LO HUMANO (pp. 26-29) Lo humano surge en la historia evolutiva del linaje homínido al que pertenecemos al surgir el len-guajear. Veamos un par de cosas respecto de esto: - Linaje: Especie que ha conservado transgeneracionalmente un modo particular de vivir co-mo un modo histórico reproductivo específico. - Ontogenia: Proceso de continuos cambios estructurales que definen a una especie particu-lar a lo largo de su epigénesis. - Fenotipo ontogénico: Modo de vivir como una configuración dinámica de relaciones onto-génicas entre el ser vivo y su medio tal que constituye un linaje con identidad de clase definida. Está determinado tanto por lo genético (genotipo), como ámbito inicial que define los posibles procesos ontogénicos a seguir, como por lo histórico (fenotipo), a lo largo de un devenir epigenético que concreta modos particulares de ontogenia en su epigénesis. De lo anterior extraemos que de cambiar el fenotipo ontogénico de un linaje cambia entonces la i-dentidad de clase de las especies que lo componen, quedando en un estado que sigue sujeto a las mismas posibilidades de cambio que el anterior. Así la conclusión es la siguiente: para distinguir los cambios de una especie en su devenir evolutivo necesariamente se debe conocer su identidad de clase conservada, ya que es en torno a ella que los cambios resultan como tales en el devenir de su vivir. Y en el caso humano no es diferente, ya que si queremos saber cómo llegó a ser lo que deci-mos que es primero debemos ver qué es lo que se ha conservado. Hace más o menos tres y medio millones de años atrás nuestros ancestro en África se constituyeron como un linaje homínido que se concentró en la recolección, el compartir alimentos, el criar a los niños en un espacio de cercanía corporal y sensualidad y, en definitiva, en la convivencia consen-sual. Así es que decimos que el lenguaje, como fenómeno de coordinaciones consensuales de coor-dinaciones consensuales de conductas, se origina operacionalmente en un trasfondo emocional de aceptación plena y legítima, no en la competencia o la negación. El fenotipo ontogénico del conver-sar (como trenzado del emocionar y el lenguajear) es posible sólo desde la emoción del amor y con un compromiso estructural (corporal) tal que involucra al sistema nervioso, la laringe y el rostro en una evolución que permite el lenguajear (sonoro) en el convivir.
  • 13. CONSECUENCIAS (pp. 29-34) Veamos algunas consecuencias de reconocer y aceptar que todo lo humano se da (necesariamente) en algún tipo de conversación: 1) Toda experiencia humana, desde lo físico hasta lo místico, tiene lugar en un dominio de co-ordinaciones consensuales de acciones y de emociones como redes de conversaciones que definen diferentes dominios según sus acciones o emociones que lo integren. 2) Todas nuestra emociones tienen origen en un linaje mamífero de primates bípedos, y sólo parte de él es modulado consensualmente (y recursivamente) por el lenguajear. Además, todo sistema racional se funda en una emoción que puede, o no, cambiar, de modo que a veces podemos cambiar tanto de emociones como de razones (espontáneamente) de modo inconsciente según dinámicas internas que pueden, o no, traerse a la mano en el conversar. 3) ‘Todo dominio humano es un dominio de conversaciones internas o externas’, de modo que todo vivir humano es diferente de otro en la medida que se diferencian de él según las emo-ciones (involucradas) y lenguajes (coordinados) que entrelazan su fluir en su vivir y convi-vir. Además, debido a la complejidad de la configuración recursiva del lenguajear es que el fluir en conversaciones del convivir humano genera emociones que no son posibles de otra manera: tal es el caso del asco, la vergüenza o la ambición; en ellos se manifiesta acepta-ción o negación a ámbitos que sólo son posibles en la reflexión (sobre el propio quehacer o el de otros). Veamos tres ejemplos de tipos de conversaciones que quedan diferenciadas se-gún la emoción que funda sus acciones: i. Social. Sistema de convivencia constituido con un trasfondo emocional de amor en dinámicas completamente espontáneas. ii. Laboral. Sistema de convivencia constituido con un trasfondo emocional de acepta-ción ligada al cumplimiento de tareas en dinámicas de acuerdos. iii. Jerárquico. Sistema de convivencia constituido con un trasfondo emocional de nega-ción y autonegación en dinámicas de orden y obediencia. Pero además, una cultura sólo puede existir como una red cerrada de conversaciones que o-rientan el existir humano y no humano y que es asimilada por quienes nacen dentro de ella de modo natural y espontaneo independientemente del trasfondo emocional que las define. 4) Algunas conversaciones se traen a la mano desde el lenguajear con dominios emocionales contradictorios, es decir, que se niegan mutuamente. Veamos dos ejemplos: i. Cuando acusamos a otro por no cumplir promesas que nunca hizo y cuya compañía deseamos no se pierda. ii. Cuando nos autodepresiamos reflexivamente al mismo tiempo que nos vemos impo-sibilitados de poder cambiar lo que constitutivamente somos. 5) Nuestra corporalidad es el nodo de intersección, simultanea o sucesiva, de una multidi-mensionalidad de espacios (dominios) relacionales de interacciones en conversaciones. El resultado de esto es crucial (ya que): el emocionar de una conversación puede afectar el de otra de modo indirecto/recíproco a través de la corporalidad de sus participantes. Así, algu-
  • 14. nas veces decimos que lo que ocurre es injustificable o creativo ya que no era esperable dentro de las coherencias del dominio en el que ocurre. 6) La mayor parte de los sufrimientos surgen de conversaciones recurrentes o entrecruzamien-to de conversaciones que nos llevan repetidamente a operar en dominios contradictorios de acciones; y esto tiene algo positivo: el sufrimiento acabará cuando la contradicción cese o se haga un hecho esporádico y no repetitivo. Por esto la psicoterapia es efectiva de modo general en lo que busca pero particular en el método que usa. CONCLUSIONES (pp. 34-36) Lo humano existe en el entrecruzamientos de muchas conversaciones, por tanto de múltiples domi-nios operacionales (y realidades). A su vez, toda conversación necesariamente es una dinámica re-cursiva que entrelaza el fluir de las emociones con las coordinaciones consensuales de acciones. Así vemos que lo humano es tanto racional como emocional y no puramente racional, como la fantasía Occidental lo piensa: las presentan como aquello que debemos evitar porque trae arbitrariedad ante la razón. Finalmente, ésta nueva forma de comprender lo humano en el conversar nos permite definir dos conceptos que el autor considera cruciales para el vivir humano: - Responsabilidad: Experiencia reflexiva de estar consciente de si queremos o no las conse-cuencias de nuestros actos. - Libertad: Experiencia reflexiva de estar consciente de si quiero o no el querer o no de las consecuencias de una acción. Lo que a su vez nos lleva a hacernos cargo de que si quere-mos o no el querer o no de esa acción es un hecho que cambiará nuestro querer o no el que-rer o no de la misma acción.
  • 15. REALIDAD ¿Objetiva o construida? Volumen I III BIOLOGÍA DE LA EXPERIENCIA ESTÉTICA
  • 16. INTRODUCCIÓN (pp. 37-38) En éste artículo Humberto Maturana busca reflexionar en torno a los fundamentos biológicos que hacen posible la experiencia que nosotros denominamos cotidianamente como la estética. Pero para hacer esto, como ya lo ha aclarado en otros artículos, procederá a investigar como un científico y no como un filosofo. Veamos cuál es la diferencia: debido a que “lo que uno quiere mantener invaria-ble o conservar es lo que determina lo que uno permite que cambie en las diferentes circunstancias de la vida”, incluyendo los constructos teóricos, tenemos que (el): - Filósofo: Es quien trata de mantener coherencia con conceptos y principios explicativos ya dados; todo lo que cambia lo hace en torno al resguardo de los principios básicos que han decidido conservar. - Científico: Es quien conserva su atención en las coherencias operacionales de todos los procesos empíricos involucrados en la experiencia misma que quiere explicar así como del mecanismo propositivo de la explicación y de sus criterios de validación; por lo tanto, es quien permite que cambie todo concepto o idea existente en función de lo ya señalado. Ambos se mueven en su vida diaria en el terreno de las experiencias, la diferencia está en que el fi-lósofo valida, o invalida, su experiencia según nociones conceptuales, en cambio el científico vali-da, o invalida, su experiencia desde otra experiencia, inclusive si ésta experiencia rechaza las nocio-nes conceptuales básicas ya consensuadas por él. Los títulos que vienen a continuación abordan de modo sucinto las consecuencias directas e indirec-tas de ser un sistema vivo, algo no trivial y que demarca los parámetros estructurales de nuestro e-xistir como seres humanos. NOSOTROS COMO OBSERVADRES (pp. 39-42) Los seres humanos operamos como sistemas vivos que distinguen: separamos cosas, unimos cosas, vemos partes, vemos un todo; tenemos noción sistémica. Además todo lo que distinguimos lo trata-mos como si fuera independiente de nosotros (de nuestro operar), en tanto que nuestro operar (ha-cer fáctico) siempre es un complejo trenzado de modulación recíproca entre el lenguaje y las emo-ciones en un fluir de emocionar y lenguajear. Profundicemos un poco en esto: Lenguaje El autor sostiene que si reflexionamos sobre lo que en la vida diaria hacemos estando en el lenguaje observaremos que lo que hacemos es ‘movernos en interacciones recurrentes con otros (u otros) en un flujo de coordinaciones consensuales de acciones o conductas como rasgo esencial de vivir en un dominio socia l’. Por lo tanto, más importante que el acto mismo del habla, o su tipología o simbo-lismo, es el dominio particular de coordinaciones dentro del cual se opera pero que no agota al len-guaje. La intencionalidad, entonces, no es un rasgo que de origen al lenguaje sino un comentario de un observador sobre el flujo recursivo de las mismas en el proceso del lenguajear. Las coordinaciones consensuales recursivas de acciones y conductas son el fundamento del lengua-je, y el simbolismo o la intencionalidad son consecuencias de éste modo social de vivir y convivir.
  • 17. Emociones Nuevamente, si reflexionamos sobre lo que en la vida diaria distinguimos como una emoción, ob-servaremos que es una ‘configuración estructural corporal (incluyendo al sistema nervioso) que se traduce en una disposición corporal dinámica que especifica a cada instante un dominio particular de acciones posibles’. Por esto para distinguir una emoción debemos mirar las acciones y para fun-damentar las acciones debemos mirar la emoción: así el amor es una emoción que especifica accio-nes que tratan al otro como legítimo en convivencia con uno, y la agresión todo lo contrario. Un cambio de emoción es un cambio además de cerebro y cuerpo, de modo que un cambio de ac-ciones es un cambio biológico en el sentido (emocional) corporal de nuestro vivir: el autor llama a esto la capacidad de emocionarnos. Pero un sentimiento o deseo no es una emoción, ya que aquellos son juicios de valor que se hacen desde la reflexión (lingüística) y que trascienden el dominio de nuestro operar biológico, por lo que los animales no tienen sentimientos. Lenguaje y emociones Así como el lenguajeo modula nuestras emociones éstas también modulan nuestro fluir en coordina-ciones consensuales recursivas de acciones o conductas, especificando a cada instante cuál será el dominio en el cual nos ‘moveremos’. A este complejo trenzado Humberto Maturana lo llama el conversar. Lo humano necesariamente (y únicamente) se da en conversaciones, ya que todo vivir humano, de cualquier dominio, siempre es especificado como un fluir en interacciones recurrentes de coordinaciones consensuales recursivas de acciones y emociones. NOSOTROS COMO SISTEMAS VIVOS (pp. 42-46) Los sistemas vivos son unidades compuestas que poseen una organización que define su identidad de clase y los hace conformarse de modo discreto en el dominio relacional en el que operamos co-mo totalidad en interacciones. Veamos de qué se trata ésta organización particular: “Redes cerradas de producciones moleculares en las que las moléculas producidas generan mediante sus interacciones la misma red de moléculas que las produjo a ellas; y lo hacen en forma de interacciones dentro de la misma red que especifica a cada instante su extensión . (p.42)” Por un lado los sistemas vivos son abiertos al paso de energía (moléculas) pero por otro lado son ce-rrados operacionalmente en el conjunto de relaciones que les da su identidad de clase (y no ante un grupo particular o específico de moléculas). Por lo tanto un ser vivo existe en un flujo molecular continuo en sí mismo; en donde las moléculas que le pertenecen son las que operan en su constitu-ción organizacional y no todas aquellas que pueden haber sido producidas por él. Un sistema vivo es un sistema autopoiético. Ésta forma singular de existir de lo seres humanos, como sistemas vivos, tiene las siguientes conse-cuencias: 1. Los sistemas autopoiéticos existen dinámicamente en un continuo de cambios estructurales determinados (DE) exclusivamente por su interior: nada externo a un ser vivo puede deter-minar lo que le ocurre al ser vivo, sólo puede ‘gatillar’ sus cambios. Así, todo lo que un ser vivo humano vive está DE por su interior; y esto incluye a la experiencia estética.
  • 18. 2. El único modo en que un sistema vivo existe es en interacciones recurrentes con su medio. Ésta interacciones gatillas cambios estructurales en ambos, pero en la conservación de la identidad de ambos (en el caso del ser vivo su autopoiesis). Cuando se da congruencia la estructural dinámica en sus cambios, y ambos pueden co-existir, decimos que se da una re-lación de ‘adaptación’. 3. Si bien la organización de un sistema vivo (su autopoiesis) es fija, su estructura sí puede va-riar. Por esto cada ser vivo existe en la realización de su identidad de clase como un modo particular de ser en su espacio relacional y en un medio particular: su fisiología y anatomía se modelan recíprocamente con el fluir de sus interacciones, en un encuentro indirecto recí-proco (ortogonal) de dos dominios diferentes y disjuntos; su operación interna y externa como sistema vivo. 4. La diferentes clases de sistemas vivos son diferentes corporeidades (genotipo filogénico) y diferentes modos de vivir en interacciones recurrentes con su medio (fenotipo ontogénico). Un perro es la suma de una corporeidad perruna y una vida perruna, y un humano es la su-ma de un cuerpo humano y una vida humana. 5. Los sistemas vivos siguen un curso de transformaciones estructurales congruentes con el medio que los contiene, o mueren. Pero a su vez todo vivir es un convivir, de modo que en la historia evolutiva de los seres vivos se puede distinguir una co-participación de ellos en pos de la creación constante de un medio adecuado para ellos; por tanto de ellos mismos. “La co-existencia sosegada en un mundo recíprocamente adaptado es un aspecto espontáneo de una forma de vida naturalmente cambiante en una biosfera que se altera sólo en situaciones de transición en las condiciones de las interrelaciones que pueden surgir como resultado de los cambios estructurales independientes que los participantes puedan experimentar. (p.46)” NUESTRO SISTEMA NERVIOSO (pp. 46-50)
  • 19. El sistema nervioso (SN) no es un componente que media entre las interacciones del organismo y su medio. Veamos algunos datos sobre esto: 1. El SN es una ‘red cerrada de neuronas’ que opera como cambios de relaciones de actividad que genera cambios de relaciones de actividad ente sus componentes en forma de varios tipos: polarización de la membrana, liberación de nuerohumores o efectos mecánicos de contracción muscular. 2. Si bien el SN no se intersecta organizacionalmente con el resto de la fisiología y anatomía del organismo, sí lo hace estructuralmente a través de las superficies sensoras y efectoras internas. Así, a su vez, las superficies sensoras y efectoras externas del organismo son las que median entre las interacciones de él y el medio que lo contiene y hace posible en su operar. El resultado de esto es que el SN opera en su dominio como cambios de relaciones de actividad y no en el dominio (total) del organismo donde se tienen las interacciones (di-rectas) con el medio. 3. Así como el comportamiento del organismo, que el observador ve como intersección es-tructural de él con su medio, es una conducta, el comportamiento del SN, que el observador ve en su intersección estructura con el resto de la fisiología del organismo, son sus co-rela-ciones senso-efectoras. Así, el comportamiento del organismo cambia cuando cambia el comportamiento del SN, y viceversa. 4. Como ya se señaló, el dominio operacional del SN y del organismo no se intersecta. El do-minio de su realización estructural sí. Nada de lo que es ‘propio’ de uno lo es de otro. El organismo es ciego ante lo que ocurre en el dominio del SN y el SN es ciego ante lo que ocurre en la dinámica operacional del organismo. La única conexión (estructural) existente entre ellos ocurre a través de las superficies sensoriales y efectoras internas. 5. Cuando cambia la estructura de los elementos neuronales que se intersectan en las superfi-cies sensoriales del organismo, la estructura del SN también cambia de modo contingente al flujo de interacciones que el dominio en el que el organismo (como totalidad) interactúa con su medio. Y viceversa: cuando cambia la estructura de los elementos neuronales de las superficies efectoras entonces la conductas del organismo cambia de modo contingente se-gún el cambio de las relaciones de actividad (cerradas) del SN.
  • 20. Finalmente, cabe señalar que cada co-relación senso-efectora se suma a otras en forma de una diná-mica de co-relaciones senso-efectoras que constituirán el comportamiento conductual del organismo que es adecuado para la conservación de su vivir, siendo el operar del SN siempre coherente con el ocurrir de sus interacciones como organismo; y viceversa. NOSOTROS LOS SERES HUMANOS (pp. 50-52) Lo único particular que tiene el vivir humano respecto de cualquier otro vivir es la multidimensio-nalidad de los mundos que crea en sus conversaciones. Veamos cómo ocurre esto: 1. El ser humano se forma desde la unión de una corporalidad humana (como Homo sapiens) y una forma de vivir humana (en conversaciones), y esto es posible porque en el entrelaza-miento de nuestro lenguajear y emocionar el SN cambia de modo contingente al flujo de nuestros dominios consensuales de coordinaciones de acciones y emociones a través de la creación de co-relaciones senso-efectoras que generan a cada instante el comportamiento del organismo que es adecuado para su dominio. 2. Humberto Maturana piensa que lo humano ha de haber surgido hace más o menos tres mi-llones de años atrás (unas doscientas mil generaciones más o menos) cuando nuestros an-cestros (que eran primate bípedos) comenzaron a vivir en conversaciones, en un lenguajear y emocionar que eran transmitidos de generación en generación; tal que se modificó desde entonces nuestra anatomía y fisiología de cara y laringe hasta permitir las coordinaciones motoras del habla. 3. Lo anterior es posible porque ‘todo siempre se abre al cambio sólo en torno a aquello que se desea conservar’, de modo que si deseamos conservar un convivir en conversaciones toda nuestra biología estará cambiando en pos de conseguir la creación del vivir cultural como una extensión de la misma. Como consecuencia, nosotros actualmente tenemos dos linajes a los cuales constituimos: uno biológico y uno cultural; ambos se modulan recíprocamente y conforman lo que hoy vemos como el vivir humano. 4. El vivir humano es un vivir cultural, una cultura es una red cerrada de conversaciones y una red cerrada de conversaciones sólo es posible como parte de un linaje específico de una es-pecie. Por esto el autor menciona que el vivir humano es un vivir necesariamente recursivo en la transmisión generacional de su modo de vivir, donde toda coordinación consensual es objeto de coordinaciones consensuales, y donde toda coordinación consensual recursiva (o no) de acciones modula nuestro emocionar, y viceversa. 5. Vivir en conversaciones es vivir en un dominio operacional-relacional que está constante-mente, producto de su carácter recursivo, abierto al incremento de complejidad ya que todo ocurrir nuevo en su ocurrir es ipso facto una forma que pasa a formar parte de los siguientes ocurrires que le precederán. NUESTRA EXISTENCIA PSÍQUICA (pp. 53-57)
  • 21. El autor afirma que lo que distinguimos como la ‘psique’ es la forma parcial o total de la relaciones de un organismo en su dominio de existencia. Pero el problema de la sociedad Occidental es que de-signa el alma o la psique como algo trascendental, dado desde afuera, independiente de nuestro ope-rar biológico y Humberto Maturana no piensa así. Él cree que la psique se desarrolla en un dominio diferente y disjunto al fisiológico o anatómico, pero a su vez permitido por ellos. Lo que él busca no es rechazar las experiencias, jamás podemos hacer eso, lo que sí podemos hacer es rechazar y cam-biar las explicaciones sobre ellas, como un vivir cultural (humano) en explicaciones. Cada palabra es una ‘distinción de relaciones en un dominio de coexistencia lingüística en un fluir de cambios estructurales en coordinaciones consensuales de haceres y emociones’, y desde allí se construyen ideas y ámbitos recursivos más complejos , mientras conserva su organización (autopoié-tica) y adaptación con el medio que lo contiene y hace posible en su operar; por éste motivo es que palabras como alma, psique o espíritu no pueden significar más que esto: relaciones de elementos, los elementos mismos o una mezcla de ambos. En definitiva, ‘la psique (en cierto momento) corresponde al dominio total de relaciones en que un organismo está inmerso en su medio (en ese momento)’. Y la forma de describirlos es mediante los comportamientos de este, sus co-relaciones senso-efectoras y conductas, y desde allí esbozar el do-minio como la suma general de todas las relaciones de todos lo dominios que hacen posibles todas los comportamientos que son expresión de todos los cambios estructurales de los cuales el organis-mo es parte hasta ese momento. Cuando Humberto Maturana habla del alma o de la psique lo hace designando el dominio general de relaciones en el que está inmerso independientemente si el obser-vador es capaz de verlo o no, ya que están implícitas en nosotros. Los diferentes espacios psíquicos denotan diferentes modos de hacer las cosas pero más allá de los comportamientos mismos: es lo que determina nuestra forma de oler, tocar, sentir, gustar, crecer, despertar o reaccionar. Por ejemplo, nosotros distinguimos todos los días que los perros de calle son diferentes a los perros de casa, así como personas que viven en un lado son diferentes de las que vi-ven en otro lado: se mueven distinto, se relacionan distinto, reaccionan distinto. El caso humano es particular en el sentido de que en principio es posible que todo sea percibido por nosotros, pero úni-ca y exclusivamente como una conversación. Todo el vivir humano se hace en conversaciones de modo que todo lo que forme parte de nuestro dominio psíquico, visible o invisible, necesariamente se forma como conversación, a través de la reflexión consciente, para poder entrar en el dominio de las coordinaciones consensuales humanas. Y algunas veces ocurren similitudes en ciertas relaciones particulares que nos pueden llevar, como en el caso de Jung, a crear nociones como ‘arquetipo’ o ‘inconsciente colectivo’. Como ya se señaló, no tiene sentido operacional decir que la vida humana, y su espacio psíquico respectivo, nace del entrejuego de una realidad independiente de nosotros y nosotros: ya que todo nace como una abstracción de las coherencias de nuestras experiencias para explicar nuestras mis-mas experiencias, como un cierre epistémico que permite coherencia operacional entre lo que ex-plicamos y lo explicado, como un espacio constitutivo común entre el dominio biológico y el hu-mano. “El mundo no está allí para ser experimentado, el mundo surge en las explicaciones del observador del acontecimiento de su vida en un proceso de responder a preguntas que se plantea acerca de sus experiencias mientras las distingue como rasgos del acontecimiento de su vida. (p.57)” Las explicaciones son esencialmente superfluas para nuestro vivir, pero una vez que se crean en el lenguajear, con la intencionalidad y sus actos como consecuencia, modulan nuestro vivir relacional
  • 22. en conversaciones en la creación del mundo y ya no pueden ser considerada superfluas del todo, porque se entrecruzan con las emociones en las conversaciones d nuestro vivir cultural. LA EXPERIENCIA ESTÉTICA (pp. 57-59) Primero que todo, repitiendo lo que ya se ha expuesto, las ‘experiencias’ son distinciones que un observador hace en su vida como rasgos que son parte de su vida, y por tanto sólo son posibles en conversaciones. La experiencia estética (también) es una distinción de nuestra vida, una muy parti-cular, porque se refiere al ‘bienestar originado por un estado de consciencia de sentirnos coherentes con nuestro dominio de existencia como un mundo que formulamos en nuestra vida’. Por lo tanto la estética hace alusión a circunstancias de nuestro vivir que van mucho más allá de las instancias particulares. La experiencia estética entonces, como distinción reflexiva que hace un observador en su armonía con el mundo que nace con su vivir, se asocia a un sentimiento de plena conectividad interna y ex-terna con el mundo (que uno mismo formula y) que genera en el espacio psíquico un sentir de bien-estar natural. Lo contrario a las coherencias de la armonía estética es la contradicción y la incompa-tibilidad, que llevan al sufrimiento. Así como el vivir humano (en conversaciones) tiene una multidimensionalidad de espacios psíqui-cos, así la experiencia estética es una distinción que involucra todas éstas dimensiones y que es po-sible porque al ser distinguida como tal en nuestra vida podemos darnos cuenta que es una experien-cia que involucra la armonía en las coherencias operacionales de nuestra existencia. Por esto el au-tor piensa, además, que la experiencia estética tiene muchas dimensiones, todas igualmente armo-niosas y coherentes, y que podemos comprenderlas y captarlas en nuestro vivir, pese a que a veces no podemos describirla, gracias a nuestra mirada poética. La coherencia estética se pierde cuando nuestras emociones traen consigo dominios de acciones contradictorios que nos hacen perder la armonía operacional y relacional en el mundo. LA EXITENCIA HUMANA (pp. 59-60) Humberto Maturana es categórico en decir que él piensa que ‘todo vivir es naturalmente armonioso en el bienestar natural que traen consigo sus fundamentos biológicos’; tales como la conservación de su adaptación y organización en su fluir continuo de transformaciones estructurales en un acopla-miento estructural recíproco con el medio que lo contiene, en el operar de un fenotipo ontogénico que tiene ésta posibilidad gracias a la herencia evolutiva de su genotipo (filogénico). O lo que es lo mismo: si bien sólo el ser humano puede tener lo que denominamos una experiencia estética (involucrando distinciones en el conversar), los aspectos del vivir que son distinguidos por nosotros en esa experiencia y que hacen que digamos que ésta sea estética son aspectos del vivir de todo organismo, y no sólo de quienes pueden distinguirla como parte de su vivir (en la auto-obser-vación). Sólo la ruptura de las coherencias operacionales y relacionales entre el organismo y su me-dio puede ocasionar una distorsión que acabe con la estética de nuestro vivir.
  • 23. COMENTARIOS FINALES (pp. 60-62) Todo ser vivo existe en un espacio psíquico ya que todo ser vivo existe en un espacio relacional co-mo una dimensión de coherencias que dan la armonía de su vivir y el sentir del bienestar. Además, el autor menciona tres motivos por los cuales decide nombrar ésta característica de lo vivo como un espacio de lo psíquico: i. para manteneros alertas sobre la existencia de las dimensiones invisibles en nuestro mo-do de vivir; ii. porque los seres humanos nos diferenciamos de otros animales sólo en que nuestro mo-do de vivir es multidimensional en conversaciones; iii. nada de lo que denominado psique, alma o espíritu está operacionalmente fuera del vi-vir cotidiano. El espacio psíquico de nuestro vivir humano no es fenoménicamente diferente al de otro ser vivo, la diferencia está en que a través de la distinción reflexiva podemos dar cuenta de él y de cómo éste surge desde un dominio biológico, lo trasciende y luego opera en un dominio relacional en conver-saciones. Pero todo ser vivo tiene congruencia emocional con su medio, todos configuran sus senti-res relacionales íntimos, de modo que todos ellos sienten lo que nosotros sentimos cuando decimos que eso que distinguimos es una experiencia estética. Después de todo, todos somos miembros de la misma biosfera. “Considero que la manera de vivir biológico natural es constitutivamente estética y fácil, y que nos hemos vuelto culturalmente ciegos a esta condición. En esta ceguera hemos hecho de la belleza una utilidad, creando fealdad en todas las dimensiones de nuestra vida, y a través de esa fealdad, más ceguera en la pérdida de nuestra capacidad de ver, de oír, de oler, de tocar y de entender, la interconectividad de la biosfera a la cual pertenecemos. (p.61)”
  • 24. REALIDAD ¿Objetiva o construida? Volumen I III LA CIENCIA Y LA VIDA DIARIA: LA ONTOLOGÍA DE LAS EXPLICACIONES CIENTIFÍCAS
  • 25. INTRODUCCIÓN (pp. 63-64) La historia del pensamiento Occidental se ha escrito junto a la palabra ciencia otorgándole a ésta un significado muy particular: como el supuesto método específico que puede validar cualquier cono-cimiento a través de un fundamento metodológico sin importar el dominio fenomenal en el que es-temos involucrados . Es más, hoy en día se piensa, expresa el autor, que la ciencia crece en validez y en universalidad gracias a que ésta (supuestamente) permite tener conexión con una supuesta rea-lidad independiente del observador, a la cual se le hace alusión como fundamento objetivo de todas las explicaciones. Humberto Maturana dice que éste artículo trata sobre sus reflexiones como biólogo: en torno a la creación del dominio cognitivo de la ciencia como el resultado de un operar humano fundado en su biología. OBSERVDOR Y OBSERVACIÓN (pp. 64-65) La observación es lo que hace un observador cuando distingue en el lenguaje las diferentes entida-des que usamos como objetos de nuestras explicaciones y reflexiones en la vida diaria, en la partici-pación en las diferentes conversaciones en las cuales nos desenvolvemos (espontáneamente) como seres humanos. Los científicos hacen ciencia como observadores que explican lo que observan. Pero como observa-dores somos seres humanos, y como seres humanos es que ya nos encontramos observando desde antes que deseemos explicar cómo es que hacemos lo que hacemos. Es más, estamos dentro del len-guaje, y sin poder salir de él, desde antes que nos preguntemos y reflexionemos a través del mismo lenguaje sobre el lenguaje y nuestro modo de convivir en el lenguajear; así como nos encontramos siendo sistemas vivientes que observan desde antes que observemos nuestro observar como siste-mas vivientes. Teniendo en cuenta que no hay observación sin observador, y viceversa, sólo tenemos dos caminos posibles para la explicación de las capacidades cognitivas: a) como algo dado desde afuera o b) co-mo resultado de nuestro operar biológico. El autor comenta que seguirá a lo largo de éste artículo la justificación del segundo camino. COGNICIÓN (pp. 65-66) Los sistemas vivientes son sistemas determinado en su estructura, esto es, que no permiten interac-ciones instructivas ya que todo cambio que ocurre en ellos ocurre definido por sí mismo y no por agentes externos, pese a que estos últimos sí pueden gatillarlos. Esto nos incluye a nosotros como seres humanos: los observadores, constitutivamente, no podemos realizar explicaciones o afirma-ciones que estén sustentadas en una alusión a una realidad independiente de las operaciones me-diante las cuales explicamos y afirmamos lo que decimos. Es por éste motivo que al referirnos a la cognición, como dominio del conocimiento, debemos revelar ‘lo que hacemos los seres humanos en él y/o cómo se generan las operaciones en coordinaciones de acciones que generan dicho hacer’.
  • 26. Así el conocimiento, en definitiva, es una acción (operaciones, distinciones, pensamientos, reflexio-nes o comportamientos) considerada adecuada en un dominio, al cual llamamos cognitivo, según apruebe, o no, ciertos criterios de validez (aceptabilidad) establecidos, desde la emoción, por sus integrantes; por lo tanto la cognición es capacidad operacional que un sistema viviente lenguajeante otorga a otro según sus criterios en tal o cual dominio de acciones. Por esto mismo, existen tantos dominios cognitivos como dominio en los cuales ciertos criterios consideren que ciertas acciones son adecuadas, dentro de los cuales la ciencia es uno particular que tiene su propio criterio de acep-tabilidad. ACTOS (pp. 67-68) Humberto comenta a continuación que a lo que él se refiere con la palabra acto es ‘todo lo que ha-cemos en cualquier dominio operacional’, sin importar cuán abstracto sea: así, caminar es un acto en el dominio del caminar, pensar es un acto en el dominio de pensamiento, y así sucesivamente. Si-guiendo con ésta idea, una explicación científica es un acto en el dominio de las explicaciones cien-tíficas. Pero además debemos reconocer que todo acto brota de una dinámica de estados por parte del siste-ma viviente, y la principal consecuencia de esto es que en diferentes dominios lo que pueden pare-cer diferentes actos pueden brotar de las mismas dinámicas internas del organismo. Así, en el caso de los seres humanos todo acto (fenoménicamente), ya sea hablar, caminar o tener una experiencia espiritual, se ve internamente como generado por parte de una misma dinámica (como una red ce-rrada de cambios de relaciones de actividad del sistema nervioso que genera co-relaciones senso-efectoras) pero externamente reflejado en cada dominio como un acto diferente. EMOCIONES (pp. 68-69) Distinguimos emociones observado los distintos dominios de acciones y explicamos las acciones de tal o cual dominio según las emociones que las generaron. En definitiva, las emociones son ‘confi-guraciones estructurales que generan disposiciones corporales dinámicas que, a su vez, especifican nuestros dominios de acciones (sean abstractos o concretos), y el de los animales en general, a cada instante’. Por esto a cada cambio de emociones en el flujo de nuestro emocionar tenemos un cambio en los diferentes dominios de acciones en los cuales convivimos. LENGUAJE (pp. 69-71) Si miramos a dos o más personas de lejos en sus interacciones recurrentes y queremos saber si está o no hablando entre ellas, entones tenemos que distinguir dos cosas: a) primero un curso de coordi-nación consensual de acciones en interacciones recurrentes entre ellos y luego b) una dinámica re-cursiva que da sentido a cada acción como una conducta asociada a promesas, pedidos, preguntas o inquietudes. O lo que es lo mismo, para hablar de lenguaje no basta con interacciones recurrentes en coordinaciones consensuales sino que además se debe distinguir un dominio de coordinaciones de acciones sobre el cual las coordinaciones de acciones presentes se fundan, que es aprendido y no instintivo, y que da sentido operacional a las dinámicas de coordinaciones. Todo el vivir humano
  • 27. (entonces) es un operar dentro de una red entrelaza de diferentes y disjuntas dinámicas de coordina-ciones consensuales de coordinaciones consensuales de acciones como haceres y emociones. Señalemos algunas afirmaciones sobre las consecuencias de esto: - Lenguajear no es operar con símbolos abstractos de comunicación. - Los símbolos no pre-existen al lenguaje, sino todo lo contrario: son distinciones de relacio-nes consensuales entre distinciones (coordinaciones de acciones) posteriores a él. - Si bien todo lenguajear se lleva a cabo a través de los cambios en las corporalidades de sus participantes, su operar en coordinaciones consensuales de coordinaciones consensuales de acciones se realiza en un dominio relacional diferente y disjunto al anatómico y fisiológico. - El curso de los cambios corporales (de emociones) de cada participante se entrelaza con sus operaciones en el lenguaje, afectándose ambas de modo indirecto/recíproco. - Lo que un observador distingue como contenido de una interacción en el lenguaje son las relaciones del proceso del lenguajear en su red de lenguajear. CONVERSACIONES (pp. 71-72) Los seres humanos somos mamíferos que vivimos juntos en la coordinación de conductas y accio-nes, por esto es que somos animales que aprendemos consensualmente a coordinar tanto nuestras emociones como el lenguaje. Cuando estamos dentro de cada dominio cognitivo operamos en coor-dinación recursiva consensual de acciones en el lenguaje, pero cuando vivimos y convivimos en la vida cotidiana nos movemos por más de un dominio, de modo que también coordinamos consen-sualmente y recursivamente nuestras emociones. El autor llama a éste fluir en el entrelazamiento de la coordinación consensual recursiva del lenguaje y las emociones el conversar, un fluir que se da siempre dentro de una red cerrada que especifica los límites del sentido recursivo de las coordina-ciones consensuales, a lo cual él llama conversaciones. Si cambia el lenguajear cambia el emocio-nar, y si cambia el emocionar cambia el lenguajear: ‘todo lo que generamos en las actividades del vivir humano surge de una compleja danza entre emociones y lenguaje’. Cada red de conversaciones es un dominio en el que los participantes, implícita o explícitamente, exponen criterios de validez (desde la emoción) que aceptan ciertas conductas como legítimas y que demarcan el tipo de acción que caracteriza a tal dominio, como conocimiento que forma parte de un dominio cognitivo (social); y la ciencia no es la excepción en esto. EL CIENTÍFICO (pp. 72-73) La ciencia es una actividad humana: por ello sólo es válida dentro del contexto humano en el que surge. Y toda actividad humana está compuesta, como una red cerrada de conversaciones, por dos elementos esenciales: a) la emoción fundante que es la curiosidad, en tanto pasión y deseo por explicar, y b) un criterio de validez implícito y explícito que acepta ciertas conductas como ade-cuadas y otras como no adecuadas; en esto radica toda la efectividad operacional del dominio.
  • 28. EPLICACIONES CIENTÍFICAS (pp. 73-74) Lo que hacemos en la vida diaria cuando decimos que explicamos una experiencia (situación o fe-nómeno) es re-formular dicha experiencia en base a otras experiencias que no estén incluidas dentro de la proposición de la interrogante que las originó. Si la re-formulación es aceptada por los partici-pantes del dominio cognitivo en el cual se opera entonces ésta se convierte ipso facto en una expli-cación; y tanto la pregunta como el deseo de preguntar desaparecen. A su vez, la nueva explicación puede ser usada como una nueva experiencia que sirva de re-formulación para otras experiencias que en el conversar exijan una explicación: por esto, existen tantos dominios explicativos de accio-nes como criterios de validez consensuales para su aceptación. Además, como toda experiencia que es re-formulada se traduce en una nueva experiencia, el autor plantea que el camino de la pasión explicativa de los científicos lleva al observado a una constante ampliación de su dominio experiencial, en una dinámica recursiva que en principio es interminable. CRITERIO DE VALIDACIÓN (pp. 74-84) La explicación científica opera como cualquier otra explicación en su esencia, pero tiene una carac-terística particular; la proposición se hace mediante una proposición que ha de cumplir con cuatro condiciones elementales: i. la presentación de la experiencia que ha de explicarse en términos de lo que un obser-vador tiene que hacer en su dominio de experiencias para poder experimentarla; ii. la re-formulación de la experiencia que ha de explicarse, presentada en i), en la forma de un ‘mecanismo generativo que realizado por el observador en su dominio dé como resultado de su operar a dicha experiencia’; iii. la deducción de ciertas experiencias (operaciones) necesarias para que otro observador, operando en su dominio, logre experimentar lo que debe experimentar a lo largo del mecanismo descrito en ii); iv. la vivencia de las experiencias deducidas en iii) sobre el mecanismo propuesto en ii) acerca de la experiencia presentada en i) por el observador en su propio dominio expe-riencial. Sólo cuando las cuatro condiciones son satisfechas podemos decir lo siguiente: - La proposición del mecanismo generativo presentado en ii) es una explicación científica sobre la experiencia presentada en i). - La explicación es válida sólo mientras conserve éstas (dichas) cuatro condiciones. - La validez no es en sí sino sólo validada (y aceptada) por los participantes del dominio de acciones en donde el criterio de validez para las explicaciones es considerado como el cien-tífico y a su vez es satisfecho con la proposición de la re-formulación. Ahora, para tomar consciencia de qué es lo que hacemos cuando hacemos ciencia, Humberto nos presenta los siguientes puntos como consecuencias del operar en un dominio cognitivo de explica-ciones científicas:
  • 29. 1. Las explicaciones científicas, como proposición de un mecanismo generativo, operan en un dominio diferente y disjunto al dominio de la experiencia que como resultado de su operar hacen surgir, por ello no las sustituyen, y además es que son constitutivamente no-reduccio-nistas. 2. Las explicaciones científicas surgen todas desde las experiencias de completa soledad del sistema viviente en su determinismo estructural (DE) individual, por ello se hacen válidas sólo en la medida en que más tarde formen parte de una comunidad consensual en la cual se satisfaga el criterio de validación respectivo que han establecido como participantes. O lo que es lo mismo, sólo hay explicaciones científicas dentro de una comunidad de científicos que operan en un dominio cognitivo de explicaciones científicas. 3. Las explicaciones científicas, como mecanismo generativos, son constitutivamente mecani-cistas ya que sólo pueden referirse a sistemas DE (o respecto del DE vinculado al dominio operacional de la proposición especificada). Por éste motivo (además) es que una explica-ción científica sólo es válida dentro de las coherencias operacionales de la praxis del vivir del observador en el ámbito de DE del dominio particular en el cual él las propuso; e allí la necesidad por deducir dichas coherencias en el paso iii) para poder vivenciarlas en el paso iv). Esto, a saber, no es una limitación sino una condición constitutiva (de todas nuestras posibilidades) de los seres humano en tanto sistemas vivos. 4. El dominio de la explicación científica y el de la experiencia que busca ser explicada no se intersectan ni se reducen, más bien mantienen una relación generativa en el sentido de que se influencian; pero jamás dejan de ser independientes. Comprender esto es comprender que se puede relacionar, por ejemplo, co-relativamente el cuerpo con el fenómeno de la consciencia y el lenguaje pero que ninguno de ambos dominios se reduce al operar del otro. 5. Debido que toda explicación científica opera en un dominio desde el cual siempre el resul-tado de su operar se distingue como una abstracción posible de su operar, y no algo inme-diatamente concreto, es que tenemos éstas dos consecuencias: a) En principio no hay restricción a ningún fenómeno de poder ser explicado, sin importar cuán abstracto éste parezca. b) El hecho de que el operar de la corporalidad sea mecanicista no implica que no puedan ser usados co-relativamente para explicar los fenómeno del dominio relacional humano. 6. Debido a que toda explicación científica surge de las coherencias operacionales de la praxis del vivir de un observador en una comunidad científica consensual, es que ninguna de ellas hace alusión (en ningún caso) a una realidad independiente de su operar (de todo lo que él hace), sino todo lo contrario: se re-formulan las experiencias en base a otras experiencias. Por éste motivo es que la “universalidad” de la validez de una proposición científica no vie-ne dada por la alusión a una realidad objetiva independiente, sino al consenso mismo de los participantes del dominio cognitivo, esto es, a la coincidencia de aceptación de las coheren-cias operacionales de las proposiciones en base a los criterios de validez respectivos del do-minio. 7. Debido a que toda explicación científica es una re-formulación de una experiencia en base a otra experiencia, en el dominio de las experiencias del observador, por principio cualquier persona puede en su vida diaria elaborarlas. Pero lo interesante es que cuando validamos de facto cualquier explicación lo hacemos haciendo uso de las mismas coherencias operacio-
  • 30. nales que en el caso particular científico, de modo que lo único que diferencia al dominio científico de cualquier otro no es su coherencia operacional consensual sino las emociones (pasión y deseo) que fundan la impecabilidad de las acciones y el respeto por la diferencia de los dominios fenoménicos de nuestra experiencia. Cabe destacar además que producto de nuestro DE es que el único modo de explicar el operar intrínseco de nosotros los sistema vivientes, formalmente, en la cotidianeidad del vivir, es a través del criterio de la validación de las explicaciones científicas, pese a que casi nunca operamos sólo de ésta forma, ya que en la vida diaria solemos validar de facto algunas explicaciones sin la severidad conceptual que involucran las explicaciones científicas. “… el criterio de validación de la explicaciones científicas es una formalización de la validación operacional del flujo de la práctica de vivir de los sistemas vivientes. (p.80)” 8. Aquí el autor cita uno de los pensamiento de Albert Einstein en el cual se expresa que es un milagro que las teorías científicas, que son libres creaciones de la mente humana, nos per-mitan comprender el universo en el que vivimos. Él dice estar en desacuerdo con los princi-pios sobre los que se basa ésta emoción de impresión, ya que brota desde la suposición de que existe una realidad objetiva (independiente) que opera en sí misma sin importar si al-guien la distingue o no. Como ya hemos trabajado aquí, Humberto piensa que todo criterio de validación de explicaciones científicas se basa en las coherencias operacionales del vivir de un observador DE que convive consensualmente en un dominio cognitivo junto a otros observadores con quienes comparte una emoción común fundamental, y no es en base a la suposición de una realidad objetiva; por lo que no está de acuerdo su asombro. Pero ¿cómo entendemos éste contraste entre soledad estructural y consenso cognitivo? Ma-turana expone que los puntos i) y ii) refieren a la soledad de nuestro DE, de la mente de ca-da observador, en conjunto a toda la arbitrariedad que esto permite en un dominio consen-sual (por lo que es la parte poética del hacer ciencia), en cambio los puntos iii) y iv) hacen alusión a deducciones y vivencias de experiencias en otros dominio, distintos a los del ob-servador que hace la proposición, pero que se basan en las coherencias operacionales del mecanismo propuesto en ii) y en referencia al fenómeno presentado en i). Finalmente, el único modo de generar consciencia sobre nuestro dominio experiencial es en base a la re-formulación de experiencias en base a otras experiencias como una constitución de facto acerca de nuestra comprensión, esto es, de aquellas circunstancias que generan lo que se distingue. Por esto es que sólo es posible hacer ciencia desde nuestra corporalidad, aunque esto no quite que las explicaciones sean creaciones libres de nuestro observar. 9. Lo que hace a una explicación ser científica es la aprobación consensual de los criterios de validez expuestos por los participantes de su dominio cognitivo (científico) y no la predic-ción, objetivación o cuantificación de los fenómenos; aunque esto no quita, por supuesto, que éstas características puedan adherirse, la cuantificación como la aplicación métrica de un sistema de comparaciones repetibles que es usado en dos o más dominios de las obser-vaciones y la predicción como un cálculo (tentativo) en abstracción de coherencias opera-cionales sobre los cambios de estados de un sistema DE, como forma de facilitar la deduc-ción de las coherencias operacionales del dominio experiencial referidos en los puntos iii) y iv) respecto de puntos i) y ii) (cuales quieran sean estos). O lo que es lo mismo, la predic-ción y la cuantificación pueden ser parte de la explicación, y de hecho son útiles, pero no constituyen su validación ya que de hecho sólo son una herramienta que permite lograr la
  • 31. aprobación sobre los puntos ya expuestos, los cuales sí son los elementos consensuales de validación del dominio cognitivo (científico). 10. Los conceptos de falsabilidad, verificabilidad o confirmación expresados por Karl Popper en “The Logic of Scientific Discovery (1959)” tampoco son del interés del autor, y por un motivo medular: el único modo de verificar el conocimiento directa o indirectamente, por connotación o denotación, es teniendo un patrón estándar de comparación con forma de realidad objetiva, independiente y trascendental respecto de la comunidad de observadores, cosa que Humberto Maturana descarta por que no tiene apoyo operacional biológico para ser fundamentado. Por esto, inclusive cuando los observadores siguen los puntos iii) y iv) con su experiencia acerca de un mecanismo propuesto, jamás se hace alusión a alguna rea-lidad trascendental ya que sólo se busca vivir lo que el otro vivió experimentando lo que él experimentó. Por otro lado, el autor reconoce que la universalidad como causa de la validación de la ex-plicaciones científicas es la idea que predomina en Occidente, pero él no está en acuerdo con esto, veamos algunos puntos de por qué piensa así: a) Los mecanismos generativos propuestos en las explicaciones son expresados, en los puntos i) y ii), y aceptados, en los puntos iii) y iv) , según su validez ante los criterios de un dominio cognitivo (el científico, por ejemplo) sin necesidad de hacer alusión a rea-lidades independientes (y trascendentales). b) En el proceso mediante el cual una comunidad valida una proposición, según los crite-rios respectivos de su dominio, tampoco hay nada externo ya que todo surge de las pro-pias coherencias operacionales de cada observador que busca experimentar los elemen-tos deducidos en el punto iii). c) Los seres humanos somos sistemas DE y por esto es que jamás podemos hacer distin-ciones sobre algo que sea externo a nuestra operacionalidad biológica; en fin, no pode-mos distinguir algo que supuestamente existe más allá de nuestro distinguirlo. d) Inclusive desde la emoción, cada científico opera en la praxis de su vivir no bajo el de-seo de la falsación sino sobre el de la curiosidad y de la validación de proposiciones. LA CIENCIA COMO UN DOMINIO COGNITIVO (pp. 84-95) Las explicaciones científicas no son en sí: es el uso de los criterios de validación científicos lo que las constituye, y cuando usamos una explicación científica para validar una afirmación entonces ha-cemos que ésta sea (también) científica; de modo que una afirmación es científica sólo si su expli-cación es científica. Es por éste motivo que una comunidad científica se constituye cuando sus ob-servadores operan validando científicamente sus afirmaciones, y cuando esto ocurre tenemos un dominio cognitivo científico. Como podemos ver, el dominio cognitivo científico no es ontológicamente distinto a cualquier otro, ya que se constituye del mismo modo esencial: con el uso de criterios de validez definidos desde la emoción (fundamental) de sus participantes. Éste hecho, el que sean distintos pero que surjan igual, tiene varias consecuencias: 1. La universalidad no es una causa sino un efecto. La universalidad no es lo que da la validez a las explicaciones científicas sino un resultado de la coordinación de las conductas de los
  • 32. observadores, de modo que, además, sólo hay universalidad dentro de la comunidad que consensualmente establece los criterios de validez que hacen que éstas explicaciones se vuelvan universales como conductas consideradas adecuadas por los participantes; y en éste sentido es igual a cualquier otro dominio cognitivo; y esto es así pese a que pierde su ir-resistible seducción de objetivación trascendental. 2. Como vimos, el dominio cognitivo de la ciencia surge operacionalmente del mismo modo que cualquier otro dominio cognitivo, su diferencia está en los criterios de validez que fue-ron usados. Veamos algo sobre esto: a) El criterio de validez de las explicaciones científicas (CVEC) describe lo que natural-mente hace cualquier científico, implícita o explícitamente, en su práctica investigativa. b) Todas las operaciones que se validan frente a los CVEC surgen de facto como parte de la praxis cotidiana del vivir del observador que las ejecuta, y no puede ser ajeno a ello. c) Debido a que siempre el mecanismo propuesto ante los CVEC opera en un dominio fe-nomenal diferente y disjunto del de la experiencia que se busca explicar, la ciencia es constitutivamente un dominio cognitivo multidimensional de co-relaciones estrictamen-te no-reduccionistas. d) Cada observador, en la medida que genere explicaciones sobre los fenómenos o situa-ciones en base al CVEC, opera de modo recursivo en reflexiones que permiten que éste esté en una constante ampliación de su dominio experiencial y dimensional. 3. La emocionalidad de un científico es lo que hace surgir las interrogantes (lo poético) como preguntas que no desea dejar sin responder, generando la pasión por explicar, y junto con además llevándolo corporalmente a formar parte del dominio cognitivo donde su emoción es la base de la consensualidad relacional. Todo aquello es fruto de la emoción, pero la va-lidación de las proposiciones desde la perspectiva de los cuatro puntos ya señalados no lo es, ya que su aplicación es constitutivamente independiente a ellas. Finalmente, el autor comenta que no hay ciencia en su inicio sin la emociones, ya que la poética de su operar se funda en interrogantes que brotan desde ellas, pero también que, una vez que las preguntas ya existen y las tenemos presentes, las emociones no deben alterar el estricto procedimiento de validación que hará a cada proposición de un mecanismo ser científico. 4. La dicotomía objetivo-subjetivo hace alusión a la eterna posibilidad de encontrar en lo obje-tivo una realidad independiente y trascendental y de ver lo subjetivo como lo que no forma parte de esa realidad, de modo que la ciencia que el autor propone como método y valida-ción no incluye ni puede incluir el concepto de subjetivación en su abstracción, ya que todo lo que se hace en la ciencia surge desde las coherencias operacionales de coordinaciones consensuales que un observador acopla a dinámicas recursivas en la constitución de un do-minio experiencial en constante expansión pero jamás puede dar referencia a algo externo. 5. Después de todo lo que se ha expresado, Humberto Maturana dice que de todos modos los conceptos de ‘objetividad’ y ‘universalidad’ sí pueden ser usados desde su mirada episté - mica, pero que deben ser reformulados ya no como constructos ontológicos sino morales, lejos de todo fanatismo: - Objetividad: Compromiso del observador de no permitir que sus deseos y preferencias al-teren, tergiversen o interfieran con la aplicación del CVEC.
  • 33. - Universalidad: Suceder en comunidad (que es) inevitable ya que es constitutivo de un do-minio cognitivo en tanto todos operan desde una emoción fundamental que los lleva a va-lorar los mismos criterios de validación para considerar (las mismas) conductas (como) a-decuadas. 6. Debido a que la operacionalidad de los CVEC no requiere de alusiones a ningún tipo de realidad trascendental, es que pueden ser aplicado a cualquier observador sin importar sus valores, creencia espiritual o visión de la realidad; entendiendo espiritualidad como ‘expe-riencia de pertenencia a una comunidad cósmica mayor como fundamento y sentido de la armonía con todo’. Y esto tiene una repercusión medular: si consideramos la sabiduría co-mo el conocimiento sobre los mundos que habitamos como seres humanos en base a la res-ponsabilidad y la comprensión, entonces los científicos no siempre son (necesariamente) sabios, ya que la ciencia puede no abarcar la totalidad de las múltiples dimensiones del vivir humano en su expansión experiencial. “… las experiencias nunca son el problema en el dominio de la coexistencia humana, pero es en el dominio de las explicaciones y del uso de nuestras experiencias donde podemos entrar en polémicas fatales. (p.90)” 7. La ciencia, como todo dominio cognitivo, produce conocimiento de modo operacional, esto es, en ausencia de valores, creencias o deseos; como ya se dijo recientemente. Los concep-tos de progreso (como aquello que deseamos que surja en el devenir de los seres humanos), responsabilidad (como consciencia de si queremos o no las consecuencia de nuestros actos) y ética (como preocupación por el otro desde nuestro actuar) son legítimos fuera de todo dominio cognitivo, dentro de lo que es la vida diaria de nosotros como seres humanos, en donde operamos como nodo corporal de intersección de múltiples conversaciones desde las cuales el conocimiento producido en los dominios cognitivos es usado y aplicado en la co-munidad: pasamos por ejemplo de tener un conocimiento técnico a ser técnicos en el hacer. 8. Según el pensamiento de l autor los conceptos tales como “ley natura l” o “verdad” tampoco tienen cabida. En la historia se ha hablado de la ley natural como un modo de hacer referen-cia a una realidad objetiva independiente (trascendental) que nada (supuestamente) tiene que ver con la aplicación de criterios de validez por parte de observadores participantes de algún domino cognitivo. La naturaleza (entonces) no es en sí, sólo es una proposición expli-cativa de nuestra experiencia fundada en elementos de nuestra experiencia. El concepto de verdad, sea relativa o absoluta, tiende a la misma idea, por esto tampoco es tomada en con-sideración. O lo que es lo mismo, una explicación científica no es válida por estar referida a una verdad o a la naturaleza sino todo lo contrario: la verdad y la naturaleza se fundan en las explicaciones científicas como re-formulación de nuestra experiencia. 9. La ciencia, como dominio cognitivo, cambia conforme cambian las preguntas que nos hace-mos en él, y éstas también con las respuestas que vamos aceptando: en general, la ciencia cambia conforme cambia nuestro dominio de experiencia en el flujo de la praxis de nuestro vivir. Los seres humanos vivimos en un entrelazamiento estructural recursivo entre corpora-lidad y lenguaje, como dominios diferentes y disjuntos en su operar, de modo que todo len-guajear se lleva a cabo, a nivel fisiológico, según la dinámica motoro-sensorial a través de la cual los seres humanos hacemos todo lo que hacemos; ya sea práctico como teórico (en su distinción en el dominio relacional de nuestro convivir), porque aquí se reconoce a am-bos como parte de las coordinaciones consensuales de coordinaciones consensuales de ac-ciones de los observadores.
  • 34. 10. La creatividad es una valoración hecha por un observador sobre alguna actividad que él ve como novedosa porque le resulta inesperada. Y esto de hecho ocurre porque mientras más compleja es nuestra dinámica de estados interna (incluyendo al sistema nervioso), entonces más inesperada relacionalmente será el tipo de conversación que se expondrá frente a un espectador: mientras más multidimensional sea nuestra vida, nuestras acciones y distincio-nes parecerán más novedosas, pero no por ello dejarán de hacerse dentro de un marco ope-racional de coherencias que sigue formando parte de la praxis del vivir del observador. Fi-nalmente, creatividad no es sinónimo de acciones a realidades ocultas, objetivas o indepen-dientes, sino el comentario de un observador. 11. El dominio de las explicaciones científicas es un dominio de explicaciones “esenciales”, esto es, que no cambian, pero no en relación con la visualización de realidades independien-tes u objetivas sino porque son distinciones que surgen y permanecen dentro del mismo do-mino en el cual estamos constituidos como sistemas vivientes. CONCLUSIÓN (pp. 95-101) “La ciencia es el dominio de las explicaciones y declaraciones científicas que los científicos generamos por medio de la aplicación del criterio de validación de las explicaciones científicas. Como tal, los científicos abordamos la ciencia con la explicación y comprensión de nuestra experiencia humana, y no con la explicación o comprensión de la naturaleza o la realidad como si éstas fueran dominios objetivos de existencia independiente de lo que hacemos. La experiencia humana está libre de contenido. (p.95)” Nada existe en el vivir ‘humano’ fuera del lenguaje: todo objeto, naturaleza o realidad abstracta o concreta con la que nos topamos en la vida diaria es una experiencia que desde nuestro interior brota como una re-formulación de experiencias vividas desde otras experiencias vividas a través del lenguaje, como siendo parte de un dominio cognitivo que existe sólo a través de la coordinación consensual de conductas acoplada a un fenómeno de recursión. O lo que es lo mismo, sólo existi-mos humanamente en el lenguaje encerrados dentro de nuestro propio dominio experiencial, pero no como una limitación sino todo lo contrario: es la condición de posibilidad de toda explicación. Hacer ciencia, en fin de cuentas, es medularmente buscar comprender nuestra experiencia (existen-cia) como seres humanos; entendiendo la comprensión como reflexión en el lenguaje que operacio-nalmente no sale del dominio lingüístico. Y para poder hacer esto debemos realizar un procedimien-to aparentemente contradictorio: hemos de reflexionar sobre las experiencias como objetos que sa-bemos que no son independientes de nosotros pero que sí parecerán serlo (producto de la indiferen-cia emocional con la cual los tratamos), de otro modo no podríamos contemplarlo. Y, como ya vi-mos, el CVEC nos proporcionan esto de modo efectivo ya que no parten de suposiciones trascen-dentales sino desde la validación de toda experiencia desde otra experiencia. Nada es en sí. Toda explicación que vivimos como válida dentro de un dominio cognitivo científi-co, sin importar cuán extraño o loco parezca el mecanismo generativo que consideramos aceptable según el CVEC, ha sido creada por nosotros y (necesariamente) transformará nuestro convivir hu-mano, por lo que no podemos pretender inocencia (ya que): “Todo lo que distinguimos lo distinguimos en el lenguaje; todo lo que experimentamos, lo experimentamos al distinguir nuestra experiencia en el lenguaje… La experiencia, el suceso de
  • 35. vivir, no nos presenta ningún problema, nuestros problemas surgen con nuestras explicaciones de nuestras experiencias y con las demandas que nos imponen a nosotros y a los otros seres humanos con quienes coexistimos. (p.98)” Los seres humanos vivimos distintos mundos en la coordinación consensual de conductas (en inte-racciones recurrentes) dependiendo de qué coherencias operacionales hemos usado para generar nuestros constructos explicativos (ya que distintas explicaciones son distintos modos de vivir). Pero, aún así, el vivir sigue siendo algo que nos sucede (desde las coherencia de nuestra vida) y no algo que hagamos o forcemos; y además nos pasa (todo) como perteneciente (aparentemente) a un único dominio experiencial que radica en nuestra corporalidad como nodo de intersección estructural de las conversaciones (como coherencias operacionales) en las que convivimos. Y es por esto que si no tenemos cuidado podemos confundir el operar de los mecanismos esperando que generen fenóme-nos que corresponden a dominios diferentes. La ciencia es una posibilidad cognitiva de comprender la vida humana, ya que nos permite reflexio-nes (recursivas) sobre nuestro dominio de experiencias desde nuestro dominio de experiencias a tra-vés de la aplicación de los CVEC, y todo como parte de nuestra vida diaria; de nuestra cotidianei-dad. Pero siempre hemos de estar conscientes de que el valor y efectividad operacional de las expli-caciones científicas se dará sólo en la medida de que su práctica se funde en las coherencias opera-cionales del observador, y su respectiva aplicación de criterios, y no en fanatismos o preferencias. Además, como ya mencionaba el autor anteriormente, la ciencia pasa por un momento cultural en el cual a renunciado, casi por completo, a la sabiduría: a veces los científicos están dispuestos a dejar todo de lado, controlarlo, negarlo y hasta destruirlo con tal de hacer lo que les gusta bajo el funda-mento de que “todo es por el bien de la humanidad; por la ciencia”, y dejando de lado el respeto y el reconocimiento de que la base de una sociedad es la honestidad, el amor y la confianza. PANORAMA GENERAL (pp. 101-102) Si ya hemos aceptado que la ciencia como dominio cognitivo no se encarga de descubrir una reali-dad independiente, trascendental u objetiva respecto del operar de los observadores de su comuni-dad, sino todo lo contrario, esto es, explicar la experiencia desde las coherencias de la experiencia, entonces también podemos aceptar un cambio de mirada; que queda reflejado en los siguientes pun-tos: 1. La verdad no es causa sino consecuencia: ya ningún argumento puede ser utilizado desde una verdad validada por sí misma, por lo que el observador puede decidir qué pensar. 2. La naturaleza ya no es un dominio autónomo e independiente de entidades objetivas que se usan como referencia para validar argumentos sino todo lo contrario: son una consecuencia de nuestro operar en el lenguaje y como tal puede tomarse o dejarse, puede utilizarse o no para operar en el fluir de coordinaciones consensuales de acciones. 3. Hacer ciencia es expandir el dominio experiencial desde la re-formulación de las propias experiencias desde otras experiencias a través de un método estricto (CVEC) que ha de ser aceptado, ejecutado y resguardado por los integrantes del dominio cognitivo respectivo. Esto se puede extender al total de la vida diaria, y no tiene por qué quedarse sólo en domi-nios de investigación particulares u oficiales.
  • 36. 4. Las emociones ya no son motivo de arbitrariedad respecto de la búsqueda de verdades tras-cendentales, ya que vuelven a ser valoradas y se les reconoce como el fundamento de la res-ponsabilidad, esto es, del estado de consciencia de si queremos o no las consecuencias de los actos que queremos. 5. La ciencia ya no es un dominio cognitivo privilegiado, en tanto se funda en una (supuesta) operacionalidad única; después de todo, la vida diaria se funda en coherencias operaciona-les del mismo tipo a las del dominio científico, esto es, operar sin confundir los dominios operacionales y validando todas las acciones de modo sistemático. Por lo que la única diferencia está en su emoción fundante que es la pasión por explicar. 6. Somos conscientes (ahora) de que el mayor daño y peligro espiritual es creerse dueño de alguna verdad trascendental o único defensor legítimo de algún principio, ya que siguiendo ese camino se llegará seguro al callejón sin salida del fanatismo y el empoderamiento: nos volvemos ciegos a las coherencias sistémicas de las circunstancias y dejamos de ser respon-sable porque negamos las emociones que fundan nuestros actos. 7. La clave de la ciencia es permitirnos ser responsables y libres desde la reflexión sobre las coherencias (necesariamente recursivas; en tanto se dan en el lenguaje) de nuestras circuns-tancias humanas.
  • 37. REALIDAD ¿Objetiva o construida? Volumen I IV ORIGEN DE LAS ESPECIES POR MEDIO DE LA DERIVA NATURAL o la Diversificación de los Linajes a través de la conservación y cambio de los Fenotipos Ontogénicos
  • 38. INTRODUCCIÓN (pp. 105-107) “El propósito de este artículo es reconsiderar y proponer una nueva respuesta a las preguntas biológicas fundamentales que, según nos parece, están presentes de una manera explícita o implícita en las preocupaciones que dieron origen a la teoría evolutiva de Darwin. (p.105)” Éstas preocupaciones que aquejan la mente del antiguo biólogo sobre el origen de las especies, co-mo lo señala el autor, pueden ser expresadas a través de las siguientes cuatro preguntas: i. ¿cómo se explica la diversidad y la semejanza que observamos entre los seres vivos?; ii. ¿cómo se explica que las distintas clases de seres vivos actualmente existentes se hallen en un ámbito natural en total congruencia con su circunstancia, y cuando esa congruen-cia se pierde ellos se mueran?; iii. ¿cómo se explica que los taxónomos, que con frecuencia clasifican a los seres vivos só-lo considerando unas pocas dimensiones de su vivir, puedan clasificarlos haciendo cate-gorías sistemáticas que los ordenan y relacionan de una manera que resulta biológica-mente significativa?; iv. ¿qué representa lo que el taxónomo distingue al clasificar a un ser vivo y formular una categoría taxonómica con sentido biológico?. El autor piensa que la repuesta a éstas preguntas fundamentales por parte de la teoría moderna (Darwiniana) de la evolución admite como válido los siguientes supuestos básicos: a) El medio, no así el nicho, pre-existe al vivir del organismo. b) La adaptación es una variable: pueden haber organismo más o menos adaptados así como estrategias para lograr mejor adaptación. c) La evolución es un proceso de exclusivo cambio genético en la unidad evolutiva que es la población y no el individuo. d) Todo cambio es generado por una fuerza externa: en la historia evolutiva ésta fuerza es la presión selectiva (la cual toma la forma de la competencia) y ella es la que origina la sobre-vida diferencial de los organismo y poblaciones. Inmediatamente el autor se propone presentar una nueva teoría evolutiva como alternativa al mode-lo Darwiniano, ya que no está de acuerdo con las premisas básicas que él sostiene, y lo hará toman-do como premisa primaria fundamental el entendimiento y comprensión de lo vivo como sistema autopoiético de primer y segundo orden: por lo tanto, como un ente estructuralmente determinado (DE) que existe sólo mientras conserva tanto su adaptación como organización en el fluir de sus cambios estructurales recíprocos congruentes con el medio que lo contiene y permite en su operar; dando especial atención a la conducta como aquello que guía su devenir evolutivo. CONSIDERACIONES EPISTEMOLÓGICAS (pp. 107-109) Determinismo estructural Desde la abstracción descriptica de todas las regularidades de las coherencias operacionales de cual-quier sistema se extrae que toda explicación (y esto incluye a las científicas) sobre un sistema sólo es posible, implícita o explícitamente, si reconocemos que tanto su dinámica interna como externa
  • 39. dependen de su estructura. Inclusive la noción de probabilidad y mecanismo sólo son posibles si re-conocemos que operamos desde un dominio subyacente al que establece las regularidades estructu-rales que resultan ser inobservables directamente hacia su dominio. Seres vivos como sistemas determinados estructuralmente Desde su biología, los seres vivos son sistemas DE: todo lo que les ocurre a cada instante les ocurre determinado por su dinámica estructural interna de ese instante y no por la dinámica, interna o ex-terna, de elementos ajenos a ellos. Por lo tanto, en su fluir de interacciones (recurrentes) el ser vivo es tocado sólo por aquellos agentes que su propia estructura reconoce y especifica, y que el observa-dor no tiene como distinguir relacionalmente (externamente) desde su operar: su curso y devenir es indiferente a las características de los agentes externos pero a su vez sigue un curso congruente de cambios estructurales con respecto a ellos. El ser vivo es ciego ante lo interno o externo de sus cam-bios, ya que esa diferenciación nace desde la distinción de un observador desde otro dominio opera-cional: fenómenos del interior y fenómenos del exterior del organismo son diferentes y operan en dominio fenoménicos disjuntos entre sí; y no son reductibles. Explicaciones científicas Una explicación científica consiste en la re-formulación de una experiencia en base a otras expe-riencias mediante la proposición de un mecanismo generativo que, dentro del dominio del cual es especificado, como resultado de su operar hace surgir el fenómeno o situación que se busca expli-car. Por lo tanto, el mecanismo y la experiencia explicada pertenecen a dominios fenoménicos dis-juntos y diferentes, no reductibles el uno al otro y tampoco posibles fuera del ámbito del determi-nismo estructural. CONSIDERACIONES BIOLÓGICAS (pp. 109-120) Deriva ontogénica Un ser vivo es un sistema dinámico (en continua transformación) espontáneo (no forzado) que exis-te en su dominio relacional sólo en tanto que los cambios que le son gatillados desde el medio per-miten la conservación de su organización (de primer o segundo orden) y su adaptación. Por lo tan-to, un ser vivo es un ininterrumpido operar de cambios en torno a la conservación de su acoplamien-to estructural con el medio. El curso ontogénico de un ser vivo se escribe momento a momento según las interacciones con el medio que lo contiene y que gatilla los cambios estructurales que permiten su operar autopoiético, en una deriva constante que como proceso tiene las siguientes consecuencias: a) La ‘ontogenia’ de un ser vivo es ‘deriva estructural’. b) La conservación de organización y adaptación (OyA) es una invariante de todo ser vivo. c) La conservación de OyA es un fenómeno sistémico que trasciende la fenomenología propia-mente biológica y se extiende al plano relacional de interacciones son su medio. d) La ontogenia es un suceder espontaneo: no lo hacemos, sólo nos ocurre.
  • 40. Deriva Estructural Ontogénica El ser vivo y su dominio de existencia En la deriva estructural ontogénica de un ser vivo, tanto ser vivo como su dominio de existencia (ni-cho) cambian juntos de forma congruente y espontánea, por lo que éste último no pre-existe al ope-rar del sistema en su vivir. Veamos un par de puntos acerca de lo que un observador distingue en la ontogenia de un ser vivo: - El observador distingue el ‘medio’; como el gran espacio (o dominio) en el que el ser vivo es contenido: como todo aquello que ve y que no ve pero que supone que existe. - El observador distingue el ‘nicho’; como aquella parte que está contenida en el medio y con la cual el ser vivo se encuentra a cada instante de su vivir. No hay nicho sin ser vivo ni ser vivo sin nicho: el único modo de saber algo sobre el ser vivo es observando el nicho y vice-versa. El nicho es lo que Von Uexkull (1957) llama su Umwelt; y el mismo ser vivo tiene tantas identidades como en diferentes nichos puede estar inmerso. - El observador distingue el ‘entorno’; como todo aquello que rodea al ser vivo y que es parte del medio pero que no corresponde al nicho. Entorno Entorno Nicho Medio La conclusión principal que se extrae de lo recién señalado queda expresada en lo siguiente: i. así como el nicho no pre-existe al vivir del ser vivo, entonces tampoco el medio y el en-torno pre-existen su vivir; ii. debido a que nada existe antes del operar del ser vivo, de modo que desde antes que el ser vivo opere de un cierto modo nada existe como tal, entonces el ser vivo (en su deri-va estructural ontogénica) no se adapta al medio ni éste selecciona los cambios que este sufre; iii. debido a que no existe ninguno antes del otro, y que una vez que existen (medio y ser vivo) cambian juntos de modo congruente en su estructura, en estricto rigor toda deriva (de ser vivo o medio) es una co-deriva (ser-vivo/medio).