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CATALUÑA EN EL PROCESO DE LA HISTORIA. (HASTA EL XIX)
1. ESTA HISTORIA COMENZÓ HACE MUCHO TIEMPO
‘’El pasado de largo recorrido ha servido, está sirviendo, para fabricar
derechos históricos, reivindicadores de identidades primigenias que se
contraponen a la memoria del Estado común. El monopolio de la historia larga,
de la tradición, investida ahora de ropaje de modernidad, lo tienen los
nacionalismos sin Estado. Los viejos mitos no inventados en la España
franquista, pero sí difundidos y propalados en el marco del franquismo, desde
la unidad nacional de los Reyes Católicos a la épica imperial pasando por la
galería de héroes de aquel Gran Relato, han sido tan fustigados que hoy se
esconden en la trastienda de las sacristías, mientras que en los altares
autonómicos florecen, inasequibles al desaliento, los numerosos mitos que
integran el imaginario épico y lírico de los nacionalismos al uso’’
Ricardo García Cárcel ‘La herencia del pasado. Las memorias históricas de
España’. Galaxia Gutenberg.
En el almacén de la historia encontramos de todo
No se pretende aquí hacer un estudio histórico, solo dar unas pinceladas que
contextualicen el problema de la cuestión nacional y relativicen la importancia de la
lucha política en torno a elementos históricos, utilizados como arma para legitimar
formas de relación actuales. Hemos pasado momentos en ocasiones comunes y en
otras divergentes, que nunca deberían tener el mismo rango para legitimar leyes
fundamentales que los actuales pactos políticos formulados por los actuales
pobladores en nuestro contexto político, social, cultural… pactos actuales que recogen
la historia y sentimientos más recientes. Algunas precisiones sobre las historias de
España, mejor en plural, porque hay tantas historias como posturas y territorios
diferentes y sus relaciones.
La Península Ibérica existe en cuanto suelo desde hace millones de años y lleva
poblada probablemente cientos de miles de años, -hace 500.000 los
pitecantropienses, 200.000 los Neandertal, 40.000 Homo sapiens, según J. Vicens
Vives-. Atapuerca tiene datas de 780.000 años.
Los asentamientos y organizaciones colectivas que compusieron sus pueblos,
inventaron bastante de las tradiciones e historias que conocemos para darse fuerzas y
diferenciarse de los vecinos en muchos casos enemigos por el simple hecho de estar
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al lado. Está demostrado por multitud de historiadores, que mucho de lo estudiado por
cada cual sobre historia, en muchas ocasiones se trata de leyendas inventadas para
legitimar dinastías, pueblos e identidad, -todos los pueblos tienden a generar historias
de bravura y libertad contrastadas- a veces son interpretaciones de hechos regios
elegidos para mayor gloria real, en parte se trataría de posturas personales de los
autores, cuyas tesis mantienen de inicio y con los estudios tratan de reafirmarlas, lo
cual lleva a buscar solo en esa dirección y separar lo que abra otros caminos
interpretativos. Tan falso puede ser el mito de Don Pelayo, como el catalán de Otger
Cathaló, o el del Cid Campeador, que podría haberse configurado uniendo dos
personas distintas; muchos pueblos tenían mitos similares de heroicidad en la lucha
por la creación de identidad y resistencia al invasor.
Añadamos que bastantes hechos y relatos de los que se toman referencias por los
historiadores, están contados cien o doscientos años después de que ocurrieran los
acontecimientos, lo cual abre una ventana de incertidumbre muy grande sobre la
veracidad de lo contado por un individuo que tendría su propia intencionalidad al
resaltar aquellos hechos y perseguiría un objetivo beneficioso para sí y los suyos con
la interpretación de los mismos. Basta que unos cuantos historiadores citen a dichos
‘cronistas’ para que tales hechos y su interpretación se den por buenos por corrientes
enteras de estudiosos de la historia. Hasta que otras corrientes lo ponen en cuestión y
fabrican otros relatos. De ahí la prevención que deberíamos tener para tomar
decisiones políticas actuales basadas en gran parte en criterios referenciados en
acontecimientos históricos.
Este aspecto de incertidumbre sobre el estudio de la historia es extensible a todos los
historiadores y cronistas, que destacarán aquello que más se aproxime a lo que
busquen. En el uso político del presente, en cada momento, la historia previamente
seleccionada, se tomará como argumento para construir el relato adecuado a la
finalidad ideológica. Esto es así en el terreno del españolismo y del catalanismo, no se
puede pretender la inexistencia de España como nación antes del XIX, en cuanto que
el tema de soberanía nacional y reconocimiento de una ciudadanía sean conceptos
nacidos en la Ilustración, y al mismo tiempo pretender la existencia de Cataluña desde
el año 1.000. Lo cual es un absurdo conceptual por utilizar distintos criterios.
Los estudios sobre pobladores en la Península pueden acercarse a tres mil años AC, -
5.000 años a.C. Mesopotamia y Egipto- aumentando su importancia política para influir
sobre el presente, a partir de los años setecientos, con las diferenciaciones entre
aquellos pobladores que para simplificar, llamaríamos árabes y cristianos. Se hacen
más relevantes para uso político desde las primeras identificaciones o citas de España
y Cataluña y en las experiencias compartidas de los últimos 300 años, que es cuando
consolidan la importancia de uso habitual en los relatos nacionalistas, los cuales
toman como referencia y fecha significativa de identidad nacional el 11 de septiembre
de 1714, caída de Barcelona, de ahí la insistencia en celebrar el referéndum sobre la
independencia en este preciso año que viene que conmemora el 300 aniversario. Visto
lo anterior, si un congreso a celebrar en 2014 tiene como objetivo encontrar las
diferencias entre España y Cataluña, no lo duden, las verán en las conclusiones.
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Antigüedad y Edad Media peninsulares. Aparición de Catalunya
Sabemos que en la Península vivieron pobladores de procedencias distintas desde
hace 3.000 años, -Si miramos Atapuerca desde mucho más atrás- J. Vicens Vives en
Aproximación a la Historia de España, 7ª edición de 1970, reseña la cohabitación de
pueblos: indoeuropeos, argáricos, fenicios, -tartesios-, helenos, iberos, celtas,
celtíberos, cartagineses; y romanos que durante cientos de años compartieron con
pueblos germanos; francos, suevos, alanos, visigodos. Y naturalmente, árabes –con
sirios y bereberes- y godos; musulmanes y cristianos, y sus mezclas mozárabes,
convivieron cientos de años.
Cataluña se configura como núcleo poblacional con cierta entidad, entre la presión
carolingia por el norte y la musulmana por el sur, como otros núcleos en el entorno
pirenaico, cuya orografía dotaba de frontera y protección natural. En el caso de
Cataluña con mayor influencia romanista que el resto dado la potente base romana de
Tarragona que le aproxima a la historia colectiva española. En el 752, los primitivos
catalanes se designaron como gothi mientras que para los franceses eran hispani, los
condes godos rehusaron obediencia al wadi musulmán y se entregaron al rey
carolingio de los francos, Pipino el Breve. En el 785 los carolingios conquistaron
Gerona y en 801 Barcelona. Tendencia generalizada en toda Hispania es vincularse a
los godos, probablemente como elemento diferenciador de la época, cristianismo-
islam.
A partir del S-IX los franceses introducen el término de Marca Hispánica, o Marca
Gótica, como frontera geográfica entre la Galia y al-Ándalus. Las unidades
administrativas en ese territorio fueron los condados. A finales del S-IX, Wifredo el
Velloso, conde de Barcelona une bajo su autoridad los condados catalanes y crea la
dinastía condal. En el 985 Almanzor saquea e incendia Barcelona, sin que los francos
pudieran garantizar su protección e independencia, recuperada por Borrell II sin apoyo
francés, dotará de cierta autonomía a Catalunya, para qué rendir vasallaje a monarcas
que no protegen, -será útil en el mito de la autoliberación catalana, contrapuesto a otro
mito de vínculos de sangre carolingia, ambos son usados-, en 1010 montan una
expedición contra Córdoba en la que se unieron varios condes y obispos catalanes, -
poder político y religioso conformaban el poder en la Edad Media- dicha acción puede
considerarse el primer acto de afirmación colectiva de Cataluña autónoma respecto al
poder carolingio.
Las crónicas catalanas más tempranas son la Gesta Comitum Barcinonensium et
Regum Aragonia, redactadas en el monasterio de Ripoll en diversas fases entre el XII
y XIV. Es característico de estos relatos prescindir de la Hispania prerromana y
romana e incluso dejar en segundo plano la visigoda…La inicial liberación de las
tierras catalanas… había corrido a cargo de Carlomagno. La propia dinastía de los
condes de Barcelona, en vez de intentar emparentar con el linaje godo, hacía
descender su sangre de la imperial de los carolingios. ‘Historia de la nación y del
nacionalismo español’ VVAA. Galaxia Gutenberg.
Lo que se conoce del Medievo es su inestabilidad, entorno indefinido donde se
mueven colaboración y lucha, entre árabes y godos, o cristianos y entre unos y otros
dentro de cada grupo que no puede considerarse colectivo compacto. Alianzas
cambiantes y cruzadas, provocan cambios en reglas de convivencia, normas, cultura,
religión,… lo cual facilitará en el futuro que cada historiador pueda tomar referencias
diversas y hechos supuestamente ciertos que defiendan una u otra postura adecuados
para desarrollar su particular teoría. Y si no, se inventan para justificar legitimidades a
la carta, glorias, e historias.
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Lenguas y dialectos en la Península Ibérica hacia el año 950
El nombre de Cataluña aparece a finales del S-XI, en 1114 los pisanos denominaron a
Ramón Berenguer III Dux Catalanensis, Rector Catalanicus o Catalanicus Heros, y al
país Catalonia. La palabra Castilla –inicialmente un terreno entre Burgos y Álava-
aparece por primera vez escrita por el monje Vitulo en el 800, aunque la formación de
la Corona de Castilla nace del núcleo resistente asturiano leonés. En el S-IX aparece
en una crónica literaria, la Crónica Albeldense. Los primeros textos literarios en catalán
datan del S-XII y el romance castellano más arcaico, Glosas Emilianenses data del S-
X, en castellano, latín y euskera, ilustraba los sermones de San Agustín.
En 1137 pactarán matrimonio Ramón Berenguer IV de Catalunya, con Petronila, hija
de Ramiro II de Aragón, punto de partida de la futura Corona de Aragón. Conquistan
Lérida y Tortosa en 1153 y termina la presencia musulmana en Cataluña, apareciendo
entonces el mito de la cuatribarrada. El siguiente mito es Jaime I, nacido en Francia en
1208 y artífice de bodas y casamientos varios para urdir alianzas –en todos los reinos
y territorios, el pueblo estaba al margen- Conquistan Baleares en 1229 y Sicilia en
1282 por el rey de Aragón. Posteriormente en 1412, en el Compromiso de Caspe, los
reinos de Aragón y Valencia y principado de Cataluña, discuten la sucesión de la
Corona aragonesa y vincularán la dinastía Trastámara, castellana, con la Corona de
Aragón, al entronizar a Fernando I. Aquí Cataluña se integra en el marco global
español.
Cataluña se incorpora tarde a la Reconquista en contraste con Castilla, pero la
europeización no es un fenómeno catalán. Ahí está el Camino de Santiago como
fuente de relaciones europeas para Castilla. La vocación marítima de Cataluña, con su
extraordinaria proyección mediterránea, no puede hacernos olvidar la proyección
marítima de Castilla, que en 1262 llega ya al Atlántico con la reconquista de Cádiz.
Ricardo García Cárcel, ‘La herencia del pasado’.
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Siglos XV y XVI. Monarquía española. Rex Hispaniae
Durante el siglo XV la Península es un hervidero de guerras civiles, rebeliones,
movimientos subversivos, corrimientos de alianzas… nuevos equilibrios de poder
tratan de asentarse, campesinos y clase urbanas, señores y burgueses, patricios y
nobles, remensas y artesanos, nobles y monarcas, campo y urbes… las clases altas
en disputa sumaban a las bajas a sus apoyos. En otro lugar se relata el levantamiento
de los catalanes contra Juan II de Aragón, padre de Fernando el Católico en una de
esas revoluciones producto de contradicciones citadas. Ahora interesa destacar que
estos acontecimientos configuran la llegada de un poder central, de Isabel y Fernando,
las necesidades sociales exigen eliminar barreras locales, las burguesías financieras,
comerciales y artesanas emergentes empujan para ampliar la masa crítica de pueblos
y territorios dotados de normas y criterios comunes.
Escribe Jaime Vicens Vives en ‘Aproximación a la Historia de España’: ‘Al socaire de
esta subversión social se plantea el problema de la organización de los pueblos
peninsulares. Entre unos y otros se anudaron entonces tantas relaciones que era
imposible su subsistencia en la forma política consagrada en el siglo XII. Magnates
castellanos y aragoneses cruzan la frontera y se instalan en el corazón de los
problemas políticos de los vecinos; buques vizcaínos y andaluces constituyen el
equipo ligero de la navegación catalana y mallorquina en este período; y ante las
arremetidas de Luis XI en el Rosellón en 1473 son los barceloneses los primeros que
se ilusionan con las lanzas castellanas que su príncipe heredero podrá traer de
Segovia. La monarquía del Renacimiento se está gestando en la Península,
gestándose con signo castellano…por el simple empirismo de su demografía en auge,
y la libertad de acción que reivindica su realeza, y de los recursos que, a pesar de la
contracción, continúan proporcionándole los rebaños de la Mesta’
Lenguas y dialectos en la España medieval, año 1500
Una gran experiencia de la envergadura que adquirió el comercio internacional de
mercancías, financiero y artesanal, la facilita el Museo de las Ferias de Medina del
Campo, documentada con miles de originales. Las ferias que se conocen en Castilla y
León desde el siglo X, en Medina del Campo se instalan como gran mercado en 1404,
documentadas en 1421 con las ‘Ordenanzas de aposentamiento de feriantes’ las
calles y lugares de instalación de cada grupo de feriantes permite apreciar el número
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de oficios y comerciantes; mercado de lana, en bruto, -las balas salen para Italia,
Francia, Flandes, Inglaterra- en paños mayores, lenceros, sederos, plateros, silleros,
carpinteros, freneros, joyeros, especieros, armeros, calceteros y jubeteros, buhoneros,
barberos, comerciantes de pez, cera, esparto, sebo, aceite, pellejeros, peleteros,
paños menores, herreros, caldereros, zapateros, mercaderes de cueros y cordobanes,
albarderos, animales grandes y pequeños… En el museo hay miles de contratos de
transacciones de múltiples productos, incluidos esclavos, documentando
particularidades, fechas, nombres de comprador y vendedor, cantidades,
procedencia,…
En 1491 los Reyes Católicos las dan consideración de ferias generales del reino,
convocadas en mayo y octubre; lo que en principio eran grandes mercados de
productos que se van convirtiendo en mercados financieros con la península,
burgaleses, sevillanos, catalanes y con Europa, numerosos agentes de casas de
finanzas de Amberes, Lyón, Génova, Florencia, Lisboa… de similar rango a los de
Londres, Marsella, Venecia o Milán. Los cambistas y banqueros y los corredores que
fijan los cambios de las monedas -y de algunas mercaderías-, pasan a ser los
protagonistas y los contratos documentados, visibles en el museo, son letras de
cambio, avisos de giro, poderes notariales, libros de cuentas con equivalencia de
cambio de monedas, endosos de créditos, órdenes de pago, cartas de aviso, pagos
fraccionados, señalamientos… De influencia capital es la unificación y control de los
pesos y medidas reduciendo su proliferación, a la que prestan especial atención los
Reyes Católicos y los mercados de Medina.
De gran significación será el comercio de arte que utilizaba los puertos de Santander,
Laredo, Castro Urdiales y San Sebastián, para intercambiar en Medina del Campo, en
la que se documenta una nómina de un centenar de artistas afincados. Los libros, y los
impresos, fue otro sector de envergadura durante la segunda mitad del S-XVI en
Salamanca y Medina, en su comercio e industria –papeleros, ilustradores,
encuadernadores, galeristas, - aunque la larga tradición impresora sigue dominando
en Valladolid, Burgos, Alcalá o Toledo, los mercaderes e industriales censados 150, se
asientan en la población procedentes de Salamanca, Sevilla, Lyón, Venecia, Roma,
París, Amberes, Colonia o Génova. Grandes cargamentos de miles de kilos de papel y
libros en bruto, sin encuadernar, entran por los puertos del Cantábrico a Medina que
confecciona y distribuyen a Salamanca, Valladolid, Alcalá, Toledo y Sevilla hacia
América.
Los documentos citados anteriormente, incluidos testamentos y cartas de dote,
muestran nuevas clases ascendentes, por encima de las actividades agrarias, agentes
y emisarios de negocios, funcionarios, notarios, escribanos, letrados, clérigos,
medicina y farmacia, banqueros, jerarquías de la iglesia y la milicia, menestrales,
artesanos, ganaderos, comerciantes, pequeños industriales de variados ramos,
cerámica, metal, madera, papel, textil, joyería, arte, construcción, servicios de
transporte y comercio,… que pujan a cambios sociales, necesitan para desarrollarse
territorios con mayor masa crítica legal y demográfica, también nos hablan de las
interrelaciones peninsulares y europeas, de aquellos pobladores españoles con
estímulos de apertura y desarrollos parejos a los europeos en muchos sectores
punteros –todo lo contrario de algunos tópicos de Castilla cerrada al mundo-. Las crisis
quiebras, dos default de Felipe II, crisis financieras de finales del XVI, la ruptura del eje
comercial con Flandes y el traslado de la Corte a Madrid, acabarán con la pujanza de
Medina del Campo que llegó a tener una población de 20.000 habitantes, similar a
Barcelona.
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Letra de cambio del Museo de las Ferias de Medina del Campo
Existe una idea asentada entre amplias capas de población, que para separarse del
nacionalismo español, distorsionan la realidad sobre la creación de las naciones en la
Edad Moderna, obviando la existencia territorial con formas de estado dotadas con
gobierno más o menos unificado, político, económico, militar, cultural, religioso,
ampliamente documentada. No comparto la conclusión que se quiere extraer de lo
escrito en la polémica sobre el independentismo, que parecería justificar los
nacionalismos periféricos en una pretendida invención de un estado español
inexistente, fallido, lo cual no deja de sorprender, puesto que los nacionalismos
periféricos pretenden justificar su linaje e historia medieval contraponiéndolo a la
inexistencia de la correspondiente historia española. Como simplificación de estas
posturas se puede tomar lo escrito por M.A.:
‘España es hoy así por un puro avatar político de finales de la Edad Media. El
concepto de nación es una estructura mental y territorial de la burguesía, que
no cuaja hasta la Revolución Francesa. Hasta entonces, "España" no existe.
Hasta el siglo XIX era un batiburrillo de reinos, derechos forales y eclesiales’’
El término español se conoce desde el siglo XI para designar a los habitantes de los
varios reinos cristianos del norte peninsular, -primeros testimonios escritos del
castellano y euskera siglo X y catalán el XI- lo cual no debe llevar a pensar ya en la
existencia del estado español o España. Juan Pablo Fusi (‘Historia mínima de España’
Edit. Turner. 2012) En el XIII nacen las primeras historias sobre España ‘Chronicom
Mundi’ de 1236, la ‘De Rebus Hispanie’ 1243, ‘Estoria de Espania’ de Alfonso X, 1271-
1283, ello parece indicar que existe una realidad con identidad propia, sea la que
fuere, que se empieza a identificar con la palabra España. Esa realidad toma un gran
impulso con la unión del Reino de Castilla –unida anteriormente con León- y la Corona
de Aragón; y posteriormente Navarra, siendo a partir de entonces cuando se empieza
a identificar en el extranjero el término España como un estado.
Con los Reyes Católicos podemos considerar a España un ente común, tipo estado,
hasta entonces eran pequeños territorios, denominados reinos, condados, señoríos,
villas… con diferentes mandatarios e intereses particulares, en muchas ocasiones
contradictorios, núcleos que se agrupaban y deshacían, asentaban en unos u otros
lugares peninsulares en función de los matrimonios de nobles, de luchas vecinales,
conquistas territoriales a cristianos y/o árabes, de pactos comerciales… Los núcleos
humanos tuvieron amplia diversidad de formas de vida, alianzas, costumbres y bases
legales, en resumen, no puede hablarse de un ente común hasta el reinado de los
Reyes Católicos ‘’Sin duda, los jefes de una España fragmentada no tuvieron
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constantemente, en el transcurso de acontecimientos inconexos, una conciencia
perfectamente clara de los fines perseguidos?’ Pierre Vilar. Historia de España,
Librairie Espagnole 1971.
Con el reinado de Isabel y Fernando – (1474/1504) y (1479/1516)- termina un ‘período
extraordinariamente complejo de tensiones y luchas. Todos los reinos peninsulares –
Castilla, Navarra, Aragón, y dentro Cataluña,- se vieron sacudidos a lo largo del siglo
XV por procesos de crisis dinásticas, guerras civiles, tensiones entre la monarquía y la
nobleza, luchas nobiliarias, revueltas sociales, conflictos territoriales y fronterizos,
injerencias e intervenciones políticas y militares en los reinos vecinos, guerras de
expansión territorial. El orden peninsular quedó literalmente roto hasta los reyes
Católicos. Juan Pablo Fusi, Historia mínima de España. Con los Reyes Católicos se
pasa la frontera de la Edad Media a la Moderna, nacen nuevas clases, nuevos
equilibrios de poder, y se experimenta un salto en la formación de un estado, el
proceso tendrá al menos una centuria de continuidad con los reinados de Carlos V y
Felipe II hasta 1598, y se profundizará con el resto de los austrias.
a) En el interior, doblegaron a los grandes nobles, y reformaron sus ejércitos que
desviaron a las guerras externas y a los individuos los impulsaron a aventura de
conquistas, dominaron las maestranzas de las órdenes religioso-militares pusieron en
marcha instituciones como una policía de estado y leyes comunes, -a pesar de que se
mantienen las de cada reino- reorganización financiera, desarrollo económico con
cierta extensión, vías de comunicación, un aparato de gobierno y burocrático
introduciendo sus corregidores en grandes municipios, convirtieron los procuradores
de las cortes en funcionarios estatales, fundaron Consejos a modo de ministerios, de
Castilla, de Aragón, de hacienda, de Indias, en Justicia fundaron una cancillería y las
audiencias, y sobre todo crearon y pusieron en marcha proyectos comunes que van
configurando la unificación. Y la toma de Granada.
‘Al Ándalus, fue sin disputa el estado más poderoso de Europa, sus destellos
deslumbraban a las bárbaras cortes europeas. J. Vicens Vives’. Añado que aquella al
Ándalus tuvo muy poco que ver, dada sus mezclas, reglas, cultura, con los árabes de
entonces de otras latitudes y menos con los árabes conocidos hoy.
b) En el exterior, el Mediterráneo por las guerras,- los intereses de Aragón y realizadas
con las tropas castellanas- en el Atlántico por el descubrimiento y conquista de las
Américas y en Europa por las constantes disputas y guerras. El peso fundamental en
esa unión del nuevo reino de España lo determinan las mejores posiciones
demográficas de esa época, Castilla 4.500.000 millones de personas, Aragón 850.000
y Navarra 120.000.
Posteriormente a Isabel y Fernando la identidad se reafirma con Carlos V y consolida
con Felipe II, y Felipe III, permaneciendo, el reino de España, con una estabilidad,
según Fusi, ‘incuestionablemente superior durante los siglos XVI y XVII, a Francia e
Inglaterra, las otras dos grandes naciones modernas’. Naturalmente la concepción
nacional de los estados es algo más moderno, nace de las ideas de la Ilustración que
entroniza la consideración del ser humano, los futuros ciudadanos, en aquellos
momentos la burguesía, compartiendo la soberanía, y apartando en mayor o menor
medida, a las monarquías hereditarias de los dioses hasta entonces soberanas y
propietarias de los países, territorios y pueblos junto con su corte, condes, duques,…
la nobleza y el clero.
‘1479-1598. Tres reinados y poco más de un siglo. Este tiempo bastó para
proporcionar a España uno de los más brillantes triunfos que la historia conoce.’
Pierre Vilar. Historia de España.
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No, España como nación, no nació en Covadonga, -a pesar de las tesis que defienden
ya una monarquía española visigoda- pero aceptar eso, no impide comprender que
existiera desde los Reyes Católicos un proyecto con bastantes cuestiones en común,
al menos con experiencia similar al resto de naciones tradicionales que son aceptadas
habitualmente antes del XIX, es un contrasentido aceptar otras naciones europeas y
no hacerlo con España. Y todavía mayor hacerlo porque las europeas fueran más
férreamente centralizadas, que significa menos tolerantes con los pueblos y
costumbres, en definitiva criticar la inexistencia de España por su mayor respeto y
consideración a los pueblos del XVI, a pesar de que el signo de los tiempos empujara
la centralización de poderes.
Aunque el concepto nación, esté vinculado al de soberanía, no solo de monarquías
sino principalmente de ciudadanía, no tiene la misma consideración en unos siglos u
otros, nación implica ciudadanos, y este concepto aparecerá durante la Ilustración.
Mientras tanto en la transición del feudalismo, S-XIV y XV las monarquías comenzarán
a apoyarse en las burguesías nacientes para dominar el poder feudal de aristocracia y
nobleza, lo cual conduce a centralizar poderes, eliminar feudos y taifas, concentrar la
fuerza militar, política, religiosa, económica.
La España de los Reyes Católicos siglo XV
Sirva como ejemplo de la diversidad de la Edad Media, -y del poder concentrado
también- la situación que deja ver el testamento de Carlos V, del que se recogen abajo
los territorios gobernados bajo su mando, lo cual aunque esté lejos de considerar
aquello como un Estado en el sentido moderno, pero, al tiempo permite observar
rasgos significativos que tenderían a concentrar el poder de situaciones tan diversas,
aunque solo fuera para simplificar sus relaciones.
Muchas y diversas son las conclusiones que pueden extraerse de la situación que
refleja aquella Monarquía Española, entre otras posibles dentro de este trabajo sobre
la identidad de Cataluña, parece relevante destacar que: la existencia de tal cúmulo de
propiedades permite esperar que se produjeran múltiples interrelaciones de todo signo
en los españoles, señas de ello se pueden ver a nuestro alrededor y en aquellos
lugares. El Monasterio del Escorial, sede de Felipe II, contiene una extensa
concentración de obras de personajes nativos de esos territorios, escribanos, filósofos,
pintores, arquitectos, militares, religiosos, artesanos…así a la gran mezcla de antiguos
pobladores peninsulares, se une la mezcla de culturas e influencias del S-XV. Interesa
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resaltarlo, por cuanto presenta españoles tolerantes, abiertos, a los que no costó
demasiado esfuerzo convivir con gentes y culturas diferentes, lo cual no invalida la
existencia de ultras opuestos, que expulsaran, o trataran de arrinconar a las minorías.
Podemos admitir dentro de las variadas interpretaciones de todo hecho histórico, que
hubo mayorías de españoles, incluidos muchos de sus élites, que supieron convivir
con gentes culturas, religiones, razas, con intereses distintos. ¿Por qué no va a ser
posible hoy entre Cataluña y España?
Lo que sigue está basado en gran parte en: Carmen Iglesias ‘No siempre lo peor es
cierto’, Galaxia Gutenberg. En algunos lugares como España, Isabel y Fernando
comienzan unificar políticas, criterios, estructuras y objetivos en torno a proyectos
comunes, y lo que es significativo, desde fuera durante los S XV y XVI se comienza a
hablar de España, normalmente mal y con desprecio, por las distintas victorias y
barbaridades realizadas en batallas libradas contra italianos y franceses o alemanes.
Países Bajos, Nápoles o Sicilia, Venecia o Génova, los romanos o el papado, no verán
solo ni principalmente castellanos, catalanes, valencianos o aragoneses, se referirán a
ellos como los españoles, añadiendo una sarta de adjetivos insultantes, lo cual se
acentúa por las intervenciones en Europa, -los adjetivos italianos por el papado de los
valencianos Borgia S-XV son espeluznantes-.
Así pues, desde otros países nos ven como españoles que tenemos una historia en
gran parte común, por mucho que nos interese destacar únicamente lo diferente, por
tanto en dichos insultos caben los de españoles moros y judíos, marranos y
circuncisos, anticristianos, para resaltar parte de nuestra historia en la que tenemos
relaciones y mezclas africanas, orientales, islámicas, judías,... y muchos de nosotros
mientras tanto preocupados por la pureza en un territorio como esta Península,
históricamente de paso. La Rex Hispaniae a un lado del emperador y la Rex
Francorum al otro, comienzan a ser evidentes para los europeos del S-XVI.
Independientemente de la procedencia o localización geográfica de cada reino, los
europeos veían gente que ellos interpretaban como representantes de un colectivo, la
Monarquía española, cuyas huellas de entonces son visibles hoy por el centro y sur de
Europa. Veamos la Monarquía hispánica a través del testamento en 1554 de Carlos V,
a favor de su hijo Felipe II, depositado en el Archivo de Simancas, que traducido,
recoge la siguiente relación de propiedades con sus denominaciones de la época:
‘’Nos, don Carlos por la divina clemencia, Emperador de los Romanos
Rey de: Alemania, Castilla, León, Aragón, Dos Sicilias, Hierusalem, Ungría, Dalmacia,
Croacia, Navarra, Granada, Toledo, Valencia, Galizia, Sevilla, Mallorca, Cerdeña,
Córdova, Córcega, Murcia, Jaén, los Algarves, Algezira, Gibraltar, Islas Canarias, de
las Indias, islas y Tierra Firme del Mar Océano,
Archiduque de: Austria
Duque de: Borgoña, Brabante, Lothoringia, Carintia, Carniola, Linburg, Lucenburg,
Güeldres, Athenas, Neopatria.
Conde de: Barcelona, Flandes, Tirol, Ausburg, Arthois, Borgoña, palatino de Henao,
Olandia, Zelandia, Ferrete, Friburg, Hanurg, Rosellón, Hutfania, Lamgrave de Alsacia,
Marqués de: Burgonia y del Sacro Romano Imperio, Oristán, Gociano
Príncipe de: Cataluña, Suevia
Señor de: Frisia, la Marcha Esclavonia, Puerto Haon, Vizcaya, Molina, Salinas, trípoli,
Malinas
Mi hijo y heredero que mire mucho por la conservación del patrimonio real de los
dichos reinos, estados y señoríos y que no venda ni enajene, ni empeñe alguna de las
ciudades, villas y lugares, vasallos, jurisdicciones, rentas, pechos y derechos ni otra
cosa alguna perteneciente a la Corona Real…’’
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En este maremágnum de títulos sobre los territorios que conforman la Monarquía
Hispánica, -Felipe II tiende a comportarse como monarca, poder político no jurídico, de
todos los territorios y no como rey de cada uno- las Coronas, forman un conjunto de
reinos y señoríos unidos políticamente bajo el mando de un solo titular, pero
claramente diferenciados, conservan peculiaridades y legislaciones distintas. Se
transmite hereditariamente como unidad, formando parte del proceso de concentración
de poderes de la Edad Media. Los títulos no los proporcionan las coronas, sino los
reinos o territorios que las conforman. Serán los Reyes Católicos los que al unir las
Coronas de Castilla y Aragón, citarán testamentariamente los reinos que las
componen entremezclándolos, lo cual tenderá a que las Coronas pierdan
protagonismo, ganándolo la unión del conjunto así formado por los reinos y territorios
heredados que son donde directamente actúan los reyes. Es la tendencia a la
concentración de poder político por un lado que coexistirá en una lucha constante con
la realidad española.
‘’El trabajo de la tierra, la autodefensa de los lugares reconquistados, exigían
numerosas concesiones personales o colectivas del tipo de las behetrías (protección
de un hombre o de un grupo por un señor de su elección), o del tipo de las cartas
pueblas (cartas concedidas para la repoblación). Sobre estas bases, aunque el
sistema feudal se desarrolló, las comunidades campesinas o urbanas fueron fuertes y
relativamente libres. Más tarde, cuando la Reconquista se extendió, los diversos
grupos reconquistados (mozárabes, judíos, mudéjares) recibieron a su vez su estatuto,
sus fueros. En definitiva, la sociedad medieval española fue regida por un complejo de
fueros, que han dejado grandes recuerdos… Retengamos algunos aspectos de estos
fenómenos medievales en los que la intervención de las clases ajenas a la nobleza
tuvo ocasión de desplegarse en España… las costumbres económicas comunales de
la vida rural: comunidad de bosques, de ejidos, de montes, a veces repartos periódicos
de campos o cosechas, colectividades pastorales de altos valles o de pastores
trashumantes, comunidades hidráulicas sobre todo, con costumbres de sorprendente
solidez. Un ‘colectivismo agrario’ español se opondrá, hasta bien entrado el siglo XIX a
las conquistas del individualismo moderno. ’’ Pierre Vilar. Historia de España. Traduce
Tuñón de Lara. Librairie Espagnole.1971
12. ‘Cataluña. En el proceso de la historia’. Manuel Herranz Montero Página 12
La Corona de Aragón, siglos XV y XVI. Las glorias del pasado
La Corona de Aragón lo será desde 1286 por la unión de Aragón y Cataluña,
posteriormente integrando los reinos moros de Mallorca y Valencia, los reinos
cristianos de Sicilia y Cerdeña, y durante algún tiempo territorios de Grecia-Morea,
Atenas y Neopatría. Puede haber territorios conquistados por el rey que no integra,
caso de Alfonso VI rey de la Corona de Aragón que conquista Nápoles y sin integrar
dispone herencia distinta. La Corona de Castilla, se forma con la unión de Castilla y
León en 1229, y se van agregando los reinos moros de Córdoba, Murcia, Jaén, Sevilla,
Niebla y posteriormente Canarias en 1402. Navarra se integrará a la Corona común en
1512. Añadamos un párrafo de los escritos por Miguel-Felipe, que no comparto y que
forma parte del debate que recientemente hemos mantenido:
‘Cataluña entre otras cosas fue durante varios siglos cabecera de la Corona de
Aragón…’
Una apreciación previa. Quizás la diferente concepción que tenemos de la Corona de
Aragón y de Catalunya se deba al factor temporal, no hemos tenido en cuenta
suficientemente que la historia está en movimiento, y en horquillas de 400 años puede
pasar de todo y sus inversos, por tanto se pueden encontrar referencias para cada
postura, depende de a qué momentos mire cada uno, parece que Miguel se centra en
los siglos XII y XIII y yo en los S XV y XVI. Es cierto que durante años algunos
historiadores han dado prevalencia de modernidad a la región Mediterránea sobre el
aparente paupérrimo reino interior, pero la realidad ha mostrado fehacientemente que
el interior, Castilla, era uno de los territorios más modernos de Europa en el tránsito de
la Edad Media a la Moderna, con un desarrollo burgués no muy alejado de Flandes y
los Países Bajos, comercio apabullante, gran desarrollo marítimo, e interrelación
política y cultural, etc.
Lo esencial de la respuesta que desmiente la concepción de Miguel es que si los
catalanes hubieran percibido un poder superior, ser la cabecera de la Corona de
Aragón, no tendríamos estos problemas actuales. De haber sido Catalunya la
cabecera de la Corona de Aragón, el nombre de la corona sería diferente, ser
cabecera significaría tener poder para decidir alianzas, relatos y nombres, amén de
elegir sus reyes y por tanto no tendrían motivos para sentirse desplazados del poder
decisorio de España durante estos 600 últimos años, ya que el rey de la Corona de
Aragón, Fernando, en su unión con Isabel de Castilla, prefigura la España que
posteriormente se fue construyendo. Si hubieran sido la dominante de la Corona de
Aragón, habrían sido la dominante de España, bien porque dominaran a Fernando,
sería políticamente hombre suyo, o porque hubieran decidido otro rey alternativo. Lo
cual no supone pensar que Cataluña no fuera importante en la Corona de Aragón, sin
ella, probablemente no existiría, sería otra cosa.
Tampoco pudieron ser cabecera apoyados en su escasa población, que entonces,
daba poder militar y económico, ni tampoco por su capacidad política de alianzas
papales o francesas o de otros reinos españoles, que les hubieran permitido comandar
aquella unión de Coronas que configura España, si hubieran sido la cabecera de la
Corona de Aragón, estarían co-gobernando España. La expansión de la Corona de
Aragón por Italia hubiera sido imposible sin los ejércitos aragoneses y sin Castilla, que
era quien suministraba personal, para navegar y luchar. Son los Reyes Católicos y
posteriormente Carlos V y Felipe II los encargados de mantener el Mediterráneo fuera
del área de influencia del poder de los turcos.
La demografía siempre fue muy importante para dictaminar grados de influencia, a
mayor población representaba mayor poder, este es un aspecto importantísimo, tener
13. ‘Cataluña. En el proceso de la historia’. Manuel Herranz Montero Página 13
mayor población demostraba en un territorio capacidad de alimentarla, y ello conlleva
aparejado organización social, capacidad de producir alimentos y excedentes
susceptibles de utilizarse en otras tareas, concentrar saberes, organización
administrativa, y entonces significaba capacidad de recursos para tareas militares. En
la época de Fernando e Isabel, la población era muy favorable al área de influencia
castellana, miren las cifras que se citan por los historiadores: Castilla tenía entre
4.500.000 y 6 millones de personas, Aragón entre 850.000 y 1 millón, y Navarra
120.000. Continuamos el debate, en el entorno de la secesión catalana actual, con
referencias históricas. Sigue escribiendo Miguel-Felipe:
‘’En palabras de hoy la Corona de Aragón era una Confederación. Y llegó a
ocupar territorios de Italia (en Cerdeña todavía hay recuerdos del Catalán) y
hasta de Grecia, estuvo volcada al Mediterráneo y no era precisamente por el
lado aragonés. La mayoría de sus territorios antiguos conservan más o menos
recuerdos del Catalán (Véase conflicto educativo balear).
Y ninguna de las partes de la Corona de Aragón fue nunca dominante de
"España", o sea que el argumento no le encuentro sentido.
Y esto es lo que dice la Gran Enciclopedia de Aragón comentando el momento
de la "unificación" del reino de Aragón y los condados catalanes:
"Cataluña, por su mayor densidad demográfica y su dinamismo mercantil,
estaba destinada a ser casi siempre el núcleo rector de la Corona y el más
beneficiado, ya que obtuvo la mayor parte de las veces el apoyo del rey en sus
empresas. Un ejemplo es la expansión por el Mediterráneo, que únicamente
era positivo para los intereses comerciales catalanes y no para los aragoneses,
que no tenían salida al mar. La importancia de Aragón se irá relegando a favor
de las zonas costeras y la capitalidad del reino de Zaragoza es más honorífica
que otra cosa."
La Corona de Aragón, no cada una de sus partes, sino el conjunto, fue dominante en
España, cuando se junta con la Corona de Castilla. Las partes nunca serán tan
importantes como el conjunto. Insisto en el apoyo a las batallas mediterráneas por
parte de los castellanos, solo con ellos pudieron mantener la expansión imperial que
no podían cubrir con su población, solo con los ejércitos castellanos se podía frenar a
los turcos en el Mediterráneo. Los restos de ese dominio, son evidentes hoy día
viajando por Italia, pero resulta curioso que en hablan de esa dominación de los
españoles, refiriéndose a catalanes mercantiles y fenicios y aragoneses bravos
militares. La identificación europea de esas tropelías y otras, era escrita, documentada
e insultada, como españoles.
Y ahora vuelta al grueso de mi argumentación, el poder se manifiesta en hechos
concretos en el ejercicio de la correlación de fuerzas, por ejemplo en la elección del
mando y alianzas estratégicas, y es un hecho que la Corona de Aragón, el conjunto de
los tres reinos acuerdan elegir a la dinastía castellana de los Trastámara, marcando el
preámbulo de la España posterior, cuando suba al trono Fernando. Interesante el
párrafo volcado de Ricardo García Cárcel, ‘La herencia del pasado’, Galaxia
Gutenberg. ‘Convendría, desde luego, tener en cuenta que hasta las primeras décadas
del siglo XVIII el problema es Corona de Castilla versus Corona de Aragón. La
centralidad catalana en la Corona de Aragón es más impostada que real. En el siglo
XV esa centralidad la tenía Valencia, que hizo su revuelta de las Germanías en 1520
sin apoyo de Cataluña o Aragón. Y a finales del siglo XVI fue el Reino de Aragón el
que protagonizó la confrontación con la monarquía con Juan Lanuza como el gran
‘mártir’ de las libertades aragonesas. El protagonismo hegemónico catalán arranca de
la segunda mitad del siglo XVIII cuando ya no existía la Corona de Aragón.’
14. ‘Cataluña. En el proceso de la historia’. Manuel Herranz Montero Página 14
El espacio temporal en el que nos situemos determina la validez de la argumentación
utilizada, si miramos los siglos XIV, XV y XVI, los factores resaltados anteriormente
tanto por Miguel como por mí, pueden variar, ya que asciende el poder de Castilla y
desciende el de la Corona de Aragón, y bastante más el catalán, que valenciano o
aragonés. Respecto a la población en el XIV se extiende la peste negra por España en
varias oleadas, que en el caso de Cataluña reduce la población a la mitad en muchas
comarcas. Hacia 1380 y durante varios años se produce la crisis financiera y
económica de Cataluña, que propicia revueltas de payeses. Lo que parece claro es
que no hay un gran y apacible pasado catalán en estos siglos y mucho menos que
afectara al conjunto de su población, de ahí mi tesis, criticada días atrás en este
debate, sobre la actualidad superior de Catalunya, al afectar ahora en su calidad de
vida al conjunto de la población. Veamos ideas resumidas en relación con el pasado
que escribe Julio Valdeón en ‘Historia de España’, Gran Austral, Espasa. Un aspecto
interesante merece la consideración del independentismo actual en relación a su
interpretación de las glorias catalanas, en las que de entrada la Corona de Aragón
desaparece, identificando dentro de los Países Catalanes al reino de Valencia y
Mallorca. Con su interpretación desaparecen las disputas respecto al papel de
Cataluña y el peso relativo que pudo tener durante cientos de años dentro del tronco
común de la Corona de Aragón, directamente entienden que aquello fueron las trazas
del imperio catalán que hoy busca la independencia, cuyo desarrollo y gloria cortaron
los españoles y al que suman valencianos y mallorquines.
La realidad está lejos de la interpretación de aquellos sueños de grandeza y de su
final. Los siglos XII y XIII pueden considerarse de expansión y desarrollo caminando
junto a los otros reinos de la Corona, el reino de Valencia y de Mallorca y sobre todo
su decadencia tiene mucho que ver con sus contradicciones internas, más que con
factores españolistas. Sus varias revueltas campesinas, tanto en el XIV como en el
XV, son realmente guerras civiles producto del hambre y las desigualdades entre los
grandes señores de la tierra y los payeses, al tiempo que nacen nuevas clases
emergentes en las ciudades, comerciantes y artesanos, burgueses y trabajadores. La
decadencia catalana se fragua dentro y no producida por la intervención ajena, sus
problemas demográficos visualizan problemas internos, nada que ver con la
participación española, influyen las distintas oleadas de peste, ello itera con la
imposibilidad de alimentar la población. Barcelona en el S XV tiene 20.000 habitantes
igual que Medina del Campo, gran centro comercial castellano con Europa.
‘’La prosperidad de Levante fue en verdad, breve. Antes de terminarse el siglo XIV
Mallorca había perdido la tercera parte de sus navíos y casi todas sus compañías
mercantiles. Valencia seguirá siendo rica gracias a su huerta. Pero el hogar de la casa
condal, Cataluña, dará bien pronto síntomas de agotamiento. Los más visibles son de
orden demográfico.
Esto fue el origen de un vasto conflicto agrario. Los campesinos quisieron hacerse
pagar por la escasez de su número y explotar las masías desocupadas, los señores
blandieron contra ellos sus viejos derechos, derecho de maltratar, remensa, malos
usos. Desde 1380 a 1480, la revuelta agraria fue pasando de las formas místicas y
espontaneas a las formas políticas y organizadas, luego a la lucha armada, y minó los
fundamentos del edificio social catalán.
Desde 1350, y desmintiendo las previsiones oficiales, el crecimiento de las ciudades
se paralizó. Después de 1380 estallaron crisis financieras y marítimas. En 1391 y 1392
el conflicto entre la ciudad y el campo y los disturbios urbanos, acarreó la desaparición
de las ricas comunidades judías, sobre todo en Mallorca, también en Gerona y
Barcelona. Mientras que la materia imponible retrocede, la deuda pública aumenta. ’’
Pierre Vilar, Historia de España, Librairie Espagnole, 1971.
15. ‘Cataluña. En el proceso de la historia’. Manuel Herranz Montero Página 15
Guerra civil catalana y decadencia
Siendo monarca aragonés Juan II, -padre de Fernando el Católico- se producen
agitaciones campesinas en Catalunya que se traducirán en guerra civil en 1462,
durante diez años; nuevas crisis estallan en 1484, estas resueltas por el rey Fernando
con la Sentencia arbitral de Guadalupe en 1486, en la que concede al campesinado el
derecho de usufructo, conservando los señores el derecho jurisdiccional. En la guerra
civil de 1462 los agudos contrastes entre sectores aristocráticos y populares estallan,
se amotinan los payeses de remensa –los payeses representan la cuarta parte de la
población catalana-, que se unen a populachos y menesterosos de las ciudades, que
comanda el rey aragonés Juan II, con apoyo de tropas francesas a cambio del
Rosellón y la Cerdeña. En el otro bando se encuentran las fuerzas pactistas, es decir
los sectores sociales dominantes, los grandes señores de la tierra y el patriciado
urbano y dirigentes de la Iglesia… la oligarquía tanto rural como urbana representada
por la Diputación del General, ‘Historia de España, Julio Valdeón’. – Generalitat
creada en 1359, deriva de las juntas que se reunían tras la clausura de las cortes
catalanas para controlar el cumplimiento de lo acordado en el terreno fiscal, con el
paso del tiempo extenderá atribuciones y acumulará mayor poder, identificada con los
sectores más poderosos de Cataluña. En 1412 surge una institución similar en Aragón
y en 1419 en Valencia-.
Los desastres causados por la crisis del S XIV se corrigen en la Corona de Aragón en
la siguiente centuria, a excepción de Cataluña. En el terreno demográfico subió la
población en Aragón, Valencia y Mallorca. Cataluña al contrario perdió entre
1378/1479 alrededor de 1/4 de efectivos demográficos. Cobra empuje el mundo
agrario valenciano, mientras el agrario catalán y mallorquín retrocede. La Cataluña
textil y comercial experimenta un grave retroceso, mientras Valencia es protagonista
de un brillante ascenso en: textil, cerámica, curtidos, muebles, comercio. Entre
1455/1470 no arribó al puerto de Barcelona ningún barco genovés vía Flandes. Y que
entre 1465/1469 no salió del puerto barcelonés ningún navío en dirección a Levante,
mientras se produce un espectacular auge del puerto de Valencia… Al mismo tiempo
en Cataluña quiebra la Taula de Canvi y viven un autentico desorden monetario. En el
reino de Aragón se hallaba en clara expansión el comercio durante el S XV. La Corona
de Aragón, estaba compuesta entonces por los reinos peninsulares de Aragón,
Cataluña y Valencia y de los ultra marem, Mallorca, Cerdeña y Sicilia a los que suma
posteriormente Nápoles, cada uno de ellos conservaba su identidad, pero al mismo
tiempo existía una soberanía única sobre el conjunto, una pluralidad en la base y
fuerte unidad en la cúspide. Las facultades de la corona fueron en auge en la etapa
final de la Edad Media.
16. ‘Cataluña. En el proceso de la historia’. Manuel Herranz Montero Página 16
Siglos XVII y XVIII. Revolución en Cataluña, integración en Francia, Guerra de
Sucesión. Y pérdida de libertades
Las notas que siguen se deben en gran parte al libro de Ricardo García Cárcel, ‘La
herencia del pasado’, Galaxia Gutenberg. Capítulo IV. Hasta los siglos XVI y XVII
Cataluña tiene una historia en parte paralela a la de Castilla, un pasado medieval
glorioso, que se rompe en el XVII por la decadencia moderna de la que siempre
aparecerá como culpable el Estado español. En 1640 se produce una experiencia
revolucionaria catalana y otra secesionista, -en el marco de la guerra con Francia,
desde 1635-. La Guerra dels Segadors, primer gran enfrentamiento contra la
monarquía, sublevación, en el Corpus de Sangre 1640 mataron al virrey y se separan
durante 11 años de la monarquía de Felipe IV, convirtiéndose en provincia francesa,
con malos resultados evidentes al poco tiempo, el centralismo del poder francés era
muy superior al que desplegaba el conde-duque de Olivares, y en 1652 once años
después, se reencuentran con la monarquía española, reintegrándose en España.
Los conflictos del contencioso castellano-catalán fueron entonces el político fiscal, la
valoración del régimen foral y el lingüístico, realmente parecidos a los de hoy,
identidad y economía son la base de muchas disputas en el transcurso de la vida. A
los pocos años, en 1704 volvió el enfrentamiento en el marco de la guerra de Sucesión
por el trono español entre las casas de Austria y Borbón. Los catalanes apoyan al
archiduque Carlos, Austria, frente a Felipe V, Borbón, el rey heredero según
testamento de Carlos II, austracistas contra borbonistas. En contra de la pretendida
unidad del pueblo, no se puede mantener dicha postura en sus apoyos y alianzas,
igual que sucederá en múltiples ocasiones las naciones, los pueblos, contienen
pluralidad de intereses que aún conviviendo no son iguales, ni entonces, ni durante la
guerra franquista, ni en el caso de una secesión actual, puede creerse que el pueblo
caminará juntos en la misma dirección, al contrario las rupturas internas se produjeron
entonces igual que ocurrirá ahora.
Los catalanes inicialmente fueron borbónicos, como indican los elogios dedicados a
Felipe V en visita a sus Cortes 1701/1702, se mantiene borbónica hasta 1704
resistiendo un ataque y sitio a Barcelona, cuando toman la ciudad, salen de ella 6.000
borbónicos. En 1705 se pasan al austriacismo, como toda la corona de Aragón. Las
Cortes 1705/1706 ratifican su posición austracista. A partir de 1707 tras la victoria
borbónica en Almansa, Valencia y Aragón pierden sus fueros. Desde 1707 el
austriacismo solo resiste en Cataluña y desde 1712, solo en Barcelona. El archiduque
Carlos se va a Viena en 1711 para ejercer como emperador, y abandona la pretensión
del trono de España. Así llega el drama de 1714, resistiendo contra franceses y
españoles para defender a la casa de Austria que optó por el otro premio de
emperador Cataluña se queda sola defendiendo lo que el pretendiente había
abandonado. El 11 de septiembre de 1714 las tropas borbónicas entran en la ciudad
de Barcelona, sitiada durante ocho meses y crean al héroe de referencia, Rafael
Casanova, la figura de la fiesta nacional catalana. Interesante reflexión desmitificadora
de Ricardo García Cárcel en ‘La herencia del pasado’ páginas 304 y siguientes.
La guerra perdida, comporta costes, transformaciones físicas en Barcelona,
destrucción de barrios y construcciones militares, supresión de las constituciones
catalanas, gobiernos militares, imposición del catastro, imposiciones culturales,
quedará como la perdida de la libertad de Catalunya. La Generalitat no fue suprimida
por los borbónicos, previamente lo había sido por el Consell de Cent en pleno mandato
austriacista. A partir de entonces los catalanes comerciantes austriascistas colaboran
con los borbónicos, y colaboración militar entre unos y otros y política entre unos y
otros… el desencanto estaba servido. Felipe V, con los decretos de Nueva Planta,
desmantela fueros, cortes de los reinos, diputaciones, fiscalidad local, las reservas e
17. ‘Cataluña. En el proceso de la historia’. Manuel Herranz Montero Página 17
naturalización que obligaban a dotarse de naturales entre los consejeros…cambia la
monarquía descentralizadora de los Austrias y Reyes Católicos, e instaura el
centralismo francés.
La Nueva Planta, las políticas de Felipe V, afectan al conjunto de España, no solo a
los catalanes, en absoluto se trató de que los españoles quitaran a los catalanes sus
fueros, derechos, etc., en toda España desaparecieron las instituciones propias de
cada reino, cortes, diputaciones, administración fiscal… desaparecen las reservas de
naturalización, -limitación de nombramientos reales en cada territorio-, un nuevo
mundo, la Edad Moderna, emergía, la remodelación de nuevos equilibrios de poder, -
entre otros dando paso a las burguesías-, cuyo aspecto de mayor calado es la
intención de dotar a todos los súbditos de mismas reglas, mismos derechos, lo cual
conlleva la idea de una sola monarquía, la centralización de poderes políticos, fiscales,
judiciales y militares, culturales, comerciales y administrativos, avanzaba sobre la
proliferación de normas y particularidades feudales y se extendía por Europa, en
España esa opción de un solo estado la representaron los borbones e irá en aumento
a partir de entonces, frente a comportamientos anteriores de los Austrias, tiempo en el
que existen profusión de normas y poderes locales.
En todo caso, la práctica de políticas centralizadoras nunca fue en España comparable
a las aplicadas por los borbones en Francia, el poder político no ha tenido tanto peso
aquí como allí, bien por respeto a prácticas locales o a las resistencias encontradas en
toda la geografía nacional, producto de nuestras particularidades ‘’El recuerdo de las
gloriosas independencias medievales renacerá periódicamente… La mezcla de
religiones, costumbres morales y razas… Hecho más amenazador para la futura
unidad, cuanto que se trata de una división que corresponde a tres temperamentos en
los hombres y a tres direcciones naturales en la geografía: el Océano, las mesetas y el
Mediterráneo’’ Piere Vilar.
Administración borbónica. Siglo XVIII
Los mapas son de libros de historia de la editorial Istmo, utilizados hace años.
Aparecen territorios en épocas pasadas. Pretenden mostrar que situaciones sobre la
cuestión nacional provienen de lejos y tienen soportes para apoyarse. España, las
Españas, los diferentes reinos, han coexistido en momentos, de todos hay
documentación e historia compartida y separada. Representan reinos creados por
relaciones familiares entre dinastías europeas, y no por lazos de ciudadanos libres,
inexistentes, nada que ver con las naciones tal como las conocemos hoy, concepto y
organización política de hace 200 años que necesita de ciudadanos movilizados.
18. ‘Cataluña. En el proceso de la historia’. Manuel Herranz Montero Página 18
Contextualizar la crisis política, tras una vuelta por la historia
1.- La base de identidad nacional existe, -para todos- no se trata de una fantasía, al
margen de la invención de muchas de sus particularidades y tradiciones. Los estudios
históricos ofrecen explicaciones para nuestras diferentes identidades peninsulares, lo
cual ayuda a entender la complejidad de nuestra historia común con interpretaciones
que pueden ser diversas, pero de ningún modo la niegan. Hay quienes se apoyan en
ello para defender la tesis de la particularidad española del estado fallido, ya que a
partir de ello mantendremos una lucha constante entre movimientos, que para
simplificar denominaremos centralismo y autonomismo, pero, esos conflictos no han
sido muy diferentes en el resto de Europa, solo muestran un camino concreto de
construcción del estado moderno, que con muchos avatares identitarios y de lucha de
clases, nos han traído hasta el actual estado de las autonomías, una particular
interpretación en el camino del federalismo.
2.- El pueblo catalán, como cualquier otro pueblo peninsular, nunca fue un grupo
homogéneo y uniforme en sus intereses durante distintas etapas históricas. Las
revueltas y luchas internas en Cataluña, han sido parecidas a las del resto de España,
con objetivos similares, por el pan, el trabajo y libertad de los de abajo contra los de
arriba. Los momentos gloriosos del pasado no llegaban suficientemente al pueblo
llano, quien carente de alimentación, vestido, vivienda, atención sanitaria, cultural,
educativa… muy poco le permitían decidir sobre sus vidas y haciendas, no eran
demasiado diferentes a las castellanas, como tampoco sus estructuras feudales o el
nacimiento de las emergentes burguesías y poblaciones urbanas.
3.- Quien viaje por España y Cataluña, podrá comprobar la similitud de culturas que
trascienden de sus edificios, calles, iglesias, fábricas, gastronomía, cultivos, aperos,
herramientas, organización social, mitología… incluso si el viaje se ampliara a Europa
occidental, seguiríamos viendo, sueños y aspiraciones parecidas, como transmite la
pintura, arquitectura, o escultura. El arte pone al descubierto historias, personajes y
formas de expresión bastante parecidas, con técnicas que parecen realizadas por las
mismas culturas, porque transitamos por lugares cuyos habitantes han compartido
cientos de años de experiencias comunes. Lógicamente encontraremos
particularidades locales, la cuestión diferencial dependerá mucho de donde se pone el
acento.
4.- La rueda de la historia da muchas vueltas, sin parar, y lo que en momentos estaba
arriba y era avanzado para su época, pasa a estar abajo años después y quedarse
rezagado: el azar, torpezas de los gobernantes, desgaste político, económico y militar
del imperio, guerras, quiebras, agotamiento de una sociedad, obtención de riquezas
fáciles que minimiza el impulso de producir, problemas demográficos, poco
crecimiento y emigración de los jóvenes preparados, expulsión de los judíos y
moriscos que representaban grandes enlaces comerciales, intolerancia, ruptura del
mestizaje, imposición religiosa, desprecio por la ciencia, la maquinaria y el trabajo,
avances de otros imperios, la máquina de vapor en otras naciones… son aspectos que
hacen girar la rueda.
Manuel Herranz Montero. 2013. Publicado en el libro
‘Catalunya. Camino a la secesión’