El manierismo surgió en Italia en el siglo XVI como una reacción al arte renacentista clásico, caracterizado por la tensión, el desequilibrio y la distorsión en lugar del equilibrio y la armonía renacentistas. Fue influenciado por cambios políticos y religiosos turbulentos en Italia y una crisis de fe que llevó a una expresión artística de angustia y desasosiego. Miguel Ángel fue una figura clave en el desarrollo del estilo manierista.
1. EL MANIERISMO
No todo el arte italiano del siglo XVI desarrolla un mismo criterio de
plenitud clásica. A partir de la segunda década del siglo, comienza una
nueva experiencia basada en la innovación y la ruptura, de una enorme
creatividad: el Manierismo. Grandes maestros como Miguel Ángel se
implican en ella, configurando un estilo que pronto traspasará las fronteras
de Italia.
Pero no podemos entender este arte si no analizamos un poco la coyuntura
histórica que lo rodea. Estamos en una encrucijada de cambios políticos y
religiosos que impiden la convivencia desahogada del optimismo
humanista. Italia se ha convertido en un campo de batalla ya que Francia y
España se disputan el dominio de la zona. El punto álgido de la contienda se
da en el Saco de Roma por las tropas de Carlos V. Por otra parte, la
Reforma protestante agudiza la crisis al poner en tela de juicio la
supremacía de Roma y del Papado.
La crisis de fe en la capacidad del individuo y en la razón, valores tan
arraigados en el Renacimiento, trascenderá al arte y se manifiesta en
angustia, desequilibrio, distorsión…, producidas por el desasosiego del ser
humano, que contempla cómo su mundo se viene abajo.
El concepto de manierismo es un término relativamente reciente, pues
como tal sistematización artística no empieza a ser tenida en consideración
hasta bien avanzado el siglo XX. A partir de 1525 se empiezan a abandonar
el equilibrio y la armonía de tendencia clásica. Las composiciones pierden
la simetría, la proporción y la serenidad de las obras renacentistas, y la
atención se centra en el decorativismo más que en la estructura formal de la
obra, es el inicio del Manierismo.
El período manierista es una fase de reacción a las fórmulas clásicas, que
siguen utilizándose, pero ahora buscando su confrontación con la ortodoxia,
buscando su contradicción y la inversión de los términos. Convirtiéndose en
fin, en un movimiento anticlásico.
El nombre manierismo se tomó del término italiano “maniera”, que alude a
una forma propia, personal y con un hondo sentido espiritual de entender el
arte.
Su cronología se iniciaría a partir de 1520, es decir, con las últimas obras de
Rafael y las primeras de Miguel Ángel, al que hay que considerar el punto
de partida de una ruptura personal (a su maniera) y decisiva con respecto al
lenguaje clásico.
Desde ese momento el arte italiano del s. XVI va a buscar: la tensión frente
al equilibro clásico, el agobio espacial frente a la amplitud; la luz
tremolante y vivida frente a la homogénea; la intensidad cromática y el
contraste de luces y sombras frente a la homogeneidad y la suavidad; la
volumetría frente a la gracilidad; la expresividad frente al idealismo; y la
inquietud, la sorpresa y la zozobra frente al orden.
Características:
1. Liberación del culto a la belleza clásica, a la serenidad, al equilibrio y a la
claridad del Renacimiento. A veces se trata de hacer lo contrario de que se
hacía en el Renacimiento.
1. Alejamiento de la realidad. Las obras reflejan una tensión interior que
termina en el irrealismo y la abstracción olvidando la fidelidad a la
realidad del Renacimiento.
2. 2. Es un arte intelectual, refinado y cortesano, por eso no tuvo expansión en las
clases populares y quedó reducido a ciertas elites.
La arquitectura manierista viene determinada por:
1. Un rechazo de los elementos clásicos: desaparece el orden, la armonía, la
unidad…y las formas transmiten tensión y abstracción.
2. Un mayor desarrollo del decorativismo y la plasticidad en las obras.
3. La monumentalidad y el dinamismo de los elementos arquitectónicos, que
son utilizados de forma arbitraria.
Miguel Ángel, Vignola, Giacomo della Porta destacan como arquitectos
manieristas.
La escultura manierista.
El hallazgo en Roma, en 1506, del grupo escultórico helenístico del
Laocoonte, significó un cambio en la escultura del momento. El mismo
Miguel Ángel, influido por la obra, dio un giro a su producción artística,
dotando a sus esculturas de monumentalidad y de idealismo dramático,
características que siguió también la escultura manierista. Las formas
ornamentales, sinuosas, que buscan el desequilibrio y la tensión,
liberándose del culto de la belleza clásica, fueron otras características de la
escultura manierista.
Destacan como escultores además de Miguel Ángel, Benvenuto Cellini
(1500-1571) y Juan de Bolonia o Giambologna (1529-1608)
3. El rapto de la sabina. Giambologna
En pintura las características propiamente dichas son:
1. Una reacción anticlásica: la belleza, armonía y unidad se sustituyen
por tensión, desequlibrio, inestabilidad y ruptura.
2. Angustia del espacio. Se descompone el espacio racional clásico y se
desequilibra. Zonas muy vacías junto a zonas muy llenas, composición
irregular y descompensada, sin ejes de simetría.
3. Inestabilidad de las figuras. No están en reposo pero tampoco en
movimiento. Están en un equilibrio inestable, a punto de caerse.
4. El dibujo es deformador de la realidad. Se imponen las curvas largas,
la línea “serpentinata” de doble curva. Dibujo sofisticado y artificioso
para acentuar los gestos y los escorzos.
5. El colorido está pensado sin valor plástico, no sirve para modelar sino
para decorar. Se utiliza una paleta de tonalidades frías y ácidas, que no
siempre corresponde con la realidad de los objetos representados. Todo
lo contrario al color suave del Renacimiento clásico.
6. Las composiciones están formadas por diversos ejes generalmente
diagonales.
Ver estas obras manieristas:
Última cena, Tintoretto
Estaciones de Arcimboldo
Visitación y descendimiento de Pontormo
Virgen del cuello largo, Parmigianino
Resurrección, Guercino