1. LA ESPERANZA
NOS ABRE A LOS HERMANOS
Adviento 2014
Parroquia del Santo Niño de Cebú - Franciscanos T.O.R. - C/ Lucio del Valle, 4
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En medio de la crisis como la
que estamos viviendo, uno
de los mayores peligros es
perder la esperanza; cuando
en una sociedad se pierde la
esperanza, todo corre el
riesgo de resquebrajarse y
degradarse.
Desde una perspectiva cris-tina
se puede decir que cre-er
en Jesucristo es, precisamente, descubrir en él la es-peranza
última que anima la existencia humana. De
ahí que la Iglesia, que quiere anunciar el evangelio de
Jesús, está llamada a ser LA COMUNIDAD DE LA ES-PERANZA”
ESPERANZA LÚCIDA Y VIGILANTE.
ESPERANZA INCONFORMISTA
Y CREATIVA.
ESPERANZA COMPARTIDA
Y SOLIDARIA.
ESPERANZA ENRAIZADA
EN CRISTO.
LA IGLESIA QUE ALIMENTA
LA ESPERANZA:
EL PAPA FRANCISCO ESTÁ MARCANDO LA LÍNEA
1.- Una Iglesia afectada: “Prefiero una Iglesia accidentada por
salir que enferma por encerrarse”.
2.- Una Iglesia arriesgada: “Que no nos venza el miedo y el
pesimismo, tentaciones del maligno”.
3.- Una Iglesia generosa y gratuita: “Deseo una Iglesia po-bre
y para los pobres”.
4.- Una Iglesia que busca el verdadero reconocimiento.
“Somos príncipes, pero príncipes del crucificado”.
5.- Una Iglesia que sirve: “Que el servicio sea nuestro poder”.
6.- Una Iglesia sencilla y corresponsable: “Esto es lo que
Jesús nos enseña y esto es lo que yo hago. Es mi deber, me
sale del corazón y amo hacerlo”.
7.- Una Iglesia de la comunidad y la fraternidad: “Acoger
con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente a los más
pobres, los más débiles, los más pequeños”.
8.- Una Iglesia encarnada: “El preocuparse, el custodiar,
requiere bondad, pide ser vivido con ternura”.
9.- Una Iglesia universal desde los últimos: “Que la unción
llegue a todos, incluso a las “periferias”, donde nuestro pueblo fiel
más lo espera y valora”.
10.- Una Iglesia de Cristo: “Podemos caminar todo lo que
queramos, podemos edificar tantas cosas, pero si no confesamos a
Jesucristo, la cosa no funciona”.
2. ¡¡¡VEN, SEÑOR
JESÚS!!!
LA ESPERANZA NOS
ABRE A LOS HERMANOS.
Hoy el Adviento que genera esperanza ha
de transitar por ésos mismos caminos con
ésas mismas claves:
Bajar al dolor del mundo.
Encender pequeños fuegos que den
cobijo y calor.
Apostar por lo comunitario: fomentar
experiencias de encuentro y relación.
Defender a los humillados y ofendidos.
Hoy podemos decir que el
mejor servicio que hace la
caridad cristina al mundo
es el de poder avivar, le-vantar
y despertar la es-peranza
de aquéllos que
la han perdido.
LA ESPERANZA NOS
ABRE A LOS HERMANOS.
EL ESPÍRITU Y LA
MÍSTICA DEL ADVIENTO
Esperar es soñar.
Esperar es anhelar.
Esperar es caminar en el amor.
Esperar es inquietarse.
ELOGIO DE LA ESPERANZA
La esperanza es:
Brisa de Dios que mitiga la espera.
Aliento que anida en el corazón trabajado.
Hambre que espera saciarse.
Barrunto de la presencia que sólo creo y adivino.
Peregrinación, no meta. La meta “mata” las esperanza.
Búsqueda, no huida.
Tallo, no espiga.
Llama que no me quema y me alumbra.
Agua que humedece la impaciencia.
Trigo sembrado en la tierra dela espera.
Fe en el Dios de la Promesa y la Palabra.
Vigilancia en la noche y en la duda.
Certeza impalpable que supra el sueño.
Gracia de seguir alcanzar la gloria.