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TEOLOGÍA DE LA LITURGIA SIGLO XX, 1 Cuando la teología abordó el estudio  sistemático  de las celebraciones sacramentales (s. XII y XIII), se partió de una neta  distinción  entre su esencia ( sacramento ) y aquello que, según se pensaba, pertenecía a su ornato y significación ( rito ).  Aunque Santo Tomás no lo hiciera, se llegó con el tiempo a una excesiva  separación  entre sacra- mento y rito. La  liturgia  se identificó con el con- junto de gestos (ceremonias) que acompañan al sacramento; ritos venerables por su tradición, pero  carentes  de relación directa con el miste- rio de salvación celebrado. L 1 de 92
TEOLOGÍA DE LA LITURGIA SIGLO XX, 2 En el siglo XX, el llamado  movimiento litúrgico  (1909-1963) se esforzó por conseguir una noción integral de liturgia: se trataba de alcanzar una concepción que superara la idea del culto como algo reducido a  ceremonia o protocolo  y de recuperar la íntima relación entre el misterio de Cristo y su celebración en el culto. Raíces  de este movimiento: la restauración mo- nástica iniciada en Francia por Prosper  Gué- ranger  (+ 1875) y las disposiciones reformado- ras de  san Pío X  encaminadas a la participación activa de los fieles en los misterios del culto. Primera manifestación  pública : Congreso de Malinas (Bélgica, 1909) promovido por Lambert Beauduin  (1873-1960). L 2 de 92
TEOLOGÍA DE LA LITURGIA SIGLO XX, 3 Primera  fase del movimiento (1909-1914): polémica con Maurice Festugière (+ 1950) según el cual la liturgia, lejos de ser una simple institución ceremonial, constituye la auténtica  fuente de la vida espiritual  de los fieles. Segunda  fase (1918-1939): Ildefons  Herwegen  (+ 1946), abad del monasterio renano de María Laach, concibe un ambicioso proyecto para la formación litúrgica de sus monjes. Romano  Guardini (+ 1968): estudios novedosos de liturgia. Pius  Parsch  (+ 1954): comentarios al misal, al breviario y sobre el año litúrgico. Tercera  fase (1947-1963): clima más sereno con las intervenciones de  Pío XII  (Encíclica  Mediator Dei , 1947). Reconoce los valores del movimiento. La fase se cierra con Vaticano II (Constitución Sacrosanctum Concilium , 1963). L 3 de 92
TEOLOGÍA DE LA LITURGIA SIGLO XX, 4 La encíclica de  Pío XII   Mediator Dei  (1947), primer documento magisterial que trata de ma- nera estructurada la naturaleza del culto de la Iglesia. La liturgia no es  ni  sólo una parte exter- na y sensible del culto divino  ni  un mero con- junto de leyes y preceptos para el rito. Para Pío XII, la liturgia, vista en su contenido  teológico , es la “conti- nuación del oficio sacerdotal de  Cristo ” o “el ejercicio del  sacerdo- cio  de Cristo”; y considerada a partir de su  celebración , es “el culto público del  Cuerpo místico  de Jesucristo”. La liturgia comenzó a ser contemplada como el ejercicio del sacer- docio de  Cristo en su Iglesia  y, por tanto, una  obra de Dios . L 4 de 92
TEOLOGIA DE LA LITURGIA SIGLO XX, 5 El benedictino  Odo Casel  (+ 1948) propuso comprender la liturgia como la presencia ri- tual de la  obra redentora  de Cristo. Recupera la consideración de los sacramentos como “ misterios ” del único misterio de salvación obrado por Dios en la historia. Las celebra- ciones de culto  actualizan , según sus distin- tas y propias modalidades, el único misterio de nuestra  salvación . La Iglesia, en la  liturgia , hace  presente  la acción salvadora de su redentor, ya que en la celebración del culto Cristo mismo está presente y obra  por  la Iglesia y  con  la Iglesia.  CCE 1067 : “En la liturgia, la Iglesia celebra principalmente el  misterio pascual  por el que Cristo realizó la obra de nuestra salvación”. L 5 de 92
OBRA DE LA TRINIDAD, 1 La  liturgia  es en primer lugar una  teofanía : Dios manifiesta su fuerza, y el hombre le reconoce, le adora y le glorifica. Se sitúa dentro de la economía  salvífica  proyectada y revelada por el  Padre , cumplida por el Hijo  y llevada a cabo por el  Espíritu Santo en la etapa de la Iglesia. En la  creación , la vida es  donada  al mundo. Cuando llega el hombre se inicia la historia que vive el drama del rechazo de la comunión con Dios. Llega la “ plenitud de los tiempos ” y la vida es nuevamente do- nada. El Hijo eterno, engendrado antes de todos los siglos y encarna- do en el tiempo por obra del Espíritu Santo,  introduce al hombre  en el misterio de la  comunión  del Dios tres veces santo. L 6 de 92
OBRA DE LA TRINIDAD, 2 CCE 236 : “Los Padres de la Iglesia distinguen entre la  Theologia  y la  Oikonomia , designando con el primer término el misterio de la  vida ín- tima  del Dios-Trinidad, con el segundo todas las  obras  de Dios por las que se  revela  y comu- nica su vida (...). Las obras de Dios revelan quién es en sí mismo; e inversamente, el miste- rio de su Ser íntimo ilumina la inteligencia de todas sus obras”. Una vez cumplida la voluntad del Padre mediante el  misterio pascual , el Hijo entrega su Espíritu a la  Iglesia . Desde la hora pascual, el mis- terio de la comunión de la santidad divina ( theologia ), dispensado en el misterio de Cristo ( oikonomia ), se convierte, en cuanto dado en participación a los hombres mediante el culto de la Iglesia, en  liturgia . L 7 de 92
OBRA DE LA TRINIDAD, 3 La liturgia no es otra cosa en el fondo que la  actualización sacra- mental  continuada de aquel primer acontecimiento por el cual la Palabra-Dios se hizo carne para  santificar  a los hombres y dar gloria  al Padre. Toda celebración sacramental –y de modo eminente la Eucaristía- vive los tres  movimientos de la Pascua de Je- sús: el  Padre  nos dona a su Hijo a- mado, el  Verbo  asume nuestra carne y nuestra muerte para que resucite- mos con Él, y su  Espíritu  nos hace entrar en la comunión eterna del Padre. L 8 de 92
OBRA DE LA TRINIDAD, 4 Juan Pablo II, Ecclesia in Europa (28.06.2003) : “ Se trata de vivir la liturgia como acción de la  Tri- nidad . El  Padre  es quien actúa por nosotros en los misterios celebrados; Él es quien nos habla, nos perdona, nos escucha, nos da su Espíritu; a Él nos dirigimos, lo escuchamos, alabamos e invocamos. Jesús  es quien actúa para nuestra santificación, ha- ciéndonos partícipes de su misterio. El  Espíritu Santo  es el que interviene con su gracia y nos con- vierte en el cuerpo de Cristo, la Iglesia”. La liturgia es primariamente  misterio , acontecimiento y obra  trinita- ria , presencia siempre  actual  de la inefable santidad de Dios dada por Cristo en comunión a los hombres. Se convierte “en  anticipación  de la bienaventuranza final y  participación  de la gloria celestial” ( Idem ). L 9 de 92
OBRA DE LA TRINIDAD, 5 El  Padre  es la fuente y el fin de la liturgia; Cristo, el  Hijo  en- carnado, es el mediador; y el  Espíritu Santo  su artífice. La estructura  trinitaria  de la liturgia im- plica que toda celebración de culto debe ser siempre comprendida y vivida como alabanza de la gloria del Padre ( doxolo- gía ), presencia sacramental de Cristo ( anámnesis ), resplandor de su gloria por obra del Espíritu Santo ( epíclesis ). Todas las fórmulas litúrgicas culminan en una glorificación del  Padre , por Cristo , en la unidad del  Espíritu Santo . L 10 de 92
OBRA DE LA TRINIDAD, 6 La liturgia unifica en su dinámica teológica interna las dimensiones descendente y ascendente  – santificación y culto - del misterio de salvación. “ En la liturgia  terrena , pregustamos y toma- mos parte en aquella liturgia  celestial  que se celebra en la santa ciudad de Jerusalén, hacia la cual nos dirigimos como peregri- nos, y donde Cristo está sentado a la dies- tra de Dios como ministro del santuario y del tabernáculo verdadero” ( Sacrosanctum Concilium 8 ). Final de los  prefacios  y  Sanctus . L 11 de 92
CELEBRACIÓN DEL MISTERIO DE CRISTO, 1 CCE 1067 : “En la liturgia, la Iglesia cele- bra principalmente el  misterio pascual  por el que Cristo realizó la obra de nuestra salvación”. En el  centro  de toda acción li- túrgica se sitúan los ritos y fiestas que ce- lebran el misterio pascual de un modo nu- clear: la  Eucaristía  y el  triduo pascual . Ya desde los tiempos  apostólicos , la Iglesia tuvo conciencia de que el anuncio y la presencia del misterio de la salvación acontecían en las celebraciones de  culto .  Misterio  era para la literatura  patrística la categoría teológica que expresaba tanto la  acción salvadora  de Dios en Cristo, como su  celebración en el culto . L 12 de 92
CELEBRACIÓN DEL MISTERIO DE CRISTO, 2 Para las  primeras  generaciones cristianas, las acciones de culto no se limitaban a ser la expresión ritual de la propia pertenencia a una comunidad religiosa, sino auténticos  misterios  y, por consiguiente, obra de Dios. En el  AT  la Pascua es aquella celebración anual que, en el libro del Éxodo, había recibido el significado de  actualizar  ritualmente la  liberación  de la esclavi- tud de Israel. Con la muerte y resurrección de  Cristo , acontece la liberación plena de la esclavitud (del  pecado  y de la  muerte ) y la constitución per- fecta del pueblo elegido ( la Iglesia ), la nueva y definitiva Alianza, ahora a favor no sólo de una nación, sino de  todos  los hombres de todos los tiempos. L 13 de 92
CELEBRACIÓN DEL MISTERIO DE CRISTO, 3 En el  AT  el rito memorial de la  Pascua  es, al mismo tiempo,  signo rememorativo  de un acontecimiento de salvación del pasado,  mani- festativo  de su presencia  actual  en el hoy y ahora de la celebración de culto, y  profético  de su consumación futura. En el  NT  la celebración eucarística, raíz de la  liturgia  eclesial, fue instituida por el Señor – y así interpretada por la Iglesia- como el memorial  litúrgico de la nueva y definitiva Pascua, es decir, de la  plena  liberación y alianza  eterna  que Cristo mismo sellaría con su sacrificio en la cruz. L 14 de 92
CELEBRACIÓN DEL MISTERIO DE CRISTO, 4 CCE 1363 : “En el sentido empleado por la Sagrada Escritura, el  memorial  no es sola- mente el  recuerdo  de los acontecimientos del pasado, sino la  proclamación  de las ma- ravillas que Dios ha realizado a favor de los hombres. En la celebración  litúrgica , estos acontecimientos se hacen, en cierta forma, presentes y actuales ”. CCE 1364 : “El  memorial  recibe un sentido nuevo en el NT. Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, hace memoria de la Pascua de Cristo y  ésta se hace presente : el sacrificio que Cristo ofreció de una vez para siempre en la cruz,  permanece siempre actual ”. L 15 de 92
CELEBRACIÓN DEL MISTERIO DE CRISTO, 5 En su estructura y realidad última, la liturgia es ante todo una obra del  amor  misericordioso de las  tres divinas Personas  en favor de los hombres ( opus Trinitatis ). Pero además, en su dimensión de respuesta humana al don ofrecido, la liturgia es también una acción de la Iglesia ( actio Ecclesiae ). CCE 1076 : “El día de Pentecostés, por la efusión del Espíritu Santo, la Iglesia se ma- nifiesta al mundo. El don del  Espíritu  inau- gura un  tiempo nuevo  en la dispensación del Misterio: el tiempo de la  Iglesia , durante el cual Cristo manifiesta,  hace presente  y comunica  su obra de salvación mediante la Liturgia  de su Iglesia ‘hasta que él venga’ (1 Co 11, 26)”. L 16 de 92
CELEBRACIÓN DEL MISTERIO DE CRISTO, 6 La celebración  litúrgica  “no sólo recuerda los acontecimientos que nos salvaron, sino que los actualiza , los hace presentes” ( CCE 1104 ). CCE 1068 : “es el  misterio  de Cristo lo que la Iglesia anuncia y celebra en su liturgia, a fin de que los fie- les  vivan  de él y den testimonio del mismo al mundo”. CCE 1085 : “El misterio pascual de Cristo (...)  no  puede permanecer solamente en el  pasado , pues su muerte destruyó a la muerte, y todo lo que Cristo es y todo lo que hizo y padeció por los hombres parti- cipa de la  eternidad  divina y domina así todos los tiempos y en ellos se mantiene permanentemente  presente . El acontecimiento de la Cruz y de la Resurrección permanece y atrae todo hacia la Vida”. L 17 de 92
CELEBRACIÓN DEL MISTERIO DE CRISTO, 7 Sin perder su carácter simbólico, el rito ecle- sial de culto es primordialmente una acción sacramental : “la obra de Cristo en la liturgia es sacramental, porque su misterio de salva- ción se hace presente en ella por el poder de su  Espíritu Santo ” ( CCE 1111 ). Este prin- cipio subraya la íntima conexión entre la epíclesis  (invocación al Padre para que en- víe su Espíritu santificador) y la presencia del misterio de Cristo ( anámnesis ). Se llama “ economía sacramental ” “la comunicación (o ‘dispensa- ción’) de los frutos del misterio pascual de Cristo en la celebra- ción de la liturgia ‘sacramental’ de la Iglesia” ( CCE 1076 ). L 18 de 92
CELEBRACIÓN DEL MISTERIO DE CRISTO, 8 El ser de la celebración litúrgica no es otro que su ser  actualización perenne de la Palabra de salvación  en  y  por medio  del rito de culto. En la celebración litúrgica, el misterio de la salvación se actualiza y se manifiesta  mediante el rito . Ni la Iglesia ni su liturgia  crean  el misterio de Cristo: antes bien, tanto en el orden de la inteli- gencia (teología) como en el de la historia (reve- lación),  primero  es el acontecimiento salvador de Cristo y  después  su celebración memorial. El rito de culto se encuentra en el  fundamento mismo de la posibilidad del acontecer litúrgico y de la fe como acontecimiento  salvador  en la historia. L 19 de 92
LITURGIAS OCCIDENTALES, 1 A lo largo de los siglos, la Iglesia ha celebrado el único e idéntico  misterio de Cristo  –la tradición litúrgica- se- gún una diversidad de usos y de costumbres de venera- ble antigüedad –las  tradiciones litúrgicas . Lejos de dañar a la  unidad  de la Iglesia, la pluralidad litúrgica cons- tituye uno de sus más preciados tesoros, como manifestación admi- rable de su  catolicidad  y  apostolicidad . Las grandes familias litúrgicas:  patriarcados , en el ámbito del Impe- rio romano (Antioquía, Alejandría, Roma, sedes de origen  apostó- lico ; Constantinopla y Jerusalén, sedes de origen  conciliar ) y  katho- likados , fuera de los confines de la cultura grecorromana (Mesopo- tamia, Georgia y Armenia). L 20 de 92
LITURGIAS OCCIDENTALES, 2 En líneas generales, el  proceso de configuración  de las familias litúrgicas comprende  cuatro etapas : 1 . Periodo de  gestación  de los usos locales, primeras oraciones para el culto, organización de tiempos litúrgicos (s.  II-IV ). 2 . Periodo de  estructuración  de las grandes familias impulsado por la  libertad  de la Iglesia,  compilación  de codificaciones de textos (anáforas),  legislación  canónico-litúrgica, desarrollo del catecumenado, articulación del ciclo del  año litúrgico , conden- sación de algunas  lenguas  litúrgicas, multiplicación de  espacios cultuales (basílicas, baptisterios...) (s.  IV-V ). 3 . Periodo de  cristalización  de los ritos particulares dentro de las grandes familias litúrgicas (s.  VI-VIII ). 4 . Periodo de  consolidación  de la propia tradición y de su poste- rior transmisión hasta nuestros días. L 21 de 92
LITURGIAS OCCIDENTALES, 3 Hasta s. IV, restos  arqueológicos  y noticias de carácter funerario. Se forja el substrato ritual común a todas la Iglesias latinas: rito  paleolatino , que afectaría no tanto a las fórmulas oracionales cuanto a las estructuras de culto. Tradición romana, 1 Liturgia  propia  de Roma y sus diócesis sufragáneas. Edad Media : se difunde por todo el  Occidente . S.  IV-VIII : periodo  clásico  de la liturgia romana (hasta la formación del Imperio romano-germánico). Primeras compilaciones de formula- rios litúrgicos:  sacramentarios  (Veronense, Gelasiano y Gregoria- no),  leccionarios ,  antifonarios ,  ordines  (“rúbricas”). Lugar espe- cial: el  Canon  romano. L 22 de 92
LITURGIAS OCCIDENTALES, 4 Tradición romana, 2 El patrimonio litúrgico de la Iglesia romana  se extiende  por las tierras sometidas al ámbito de influencia carolingia: Reino de los  francos  e Imperio  germánico . Tiempo de la cultura románica. S. IX-XII: periodo franco-germánico: Adaptación  del texto romano a las nuevas necesidades da lugar a una liturgia  mixta : formularios para fiestas  propias  de las Iglesias locales, misas  votivas , fórmulas para que el sacerdote, de modo privado , en silencio, confiese su indignidad o satisfaga su piedad. Al final, de manos de los emperadores, la liturgia romana  renovada  y adaptada a la sensibilidad de los pueblos germánicos  regresa  a Roma, donde termina  sustituyendo  a la tradición anterior. L 23 de 92
LITURGIAS OCCIDENTALES, 5 Tradición romana, 3 S. XIII-XV: liturgia de la Curia romana: Las nuevas necesidades pastorales (frailes mendicantes) exigían una  simplificación  de los ritos y libros litúrgicos, para el culto de comunidades pequeñas, rurales. De este modo surgieron el  misal , el  breviario  y las sucesivas elaboraciones (s. XII-XIII) de un nue- vo  pontifical , hasta su compilación definitiva (Guillermo Durando, + 1295). La liturgia de la curia romana recoge el espíritu de la época:  gótico  y  cruzadas . Interés por la humanidad de  Cristo  y, en consecuencia, por la maternidad de  María . Nuevas fiestas como la del  Corpus Christi . Procesiones, via crucis, etc. L 24 de 92
LITURGIAS OCCIDENTALES, 6 Tradición romana, 4 S. XVI-XX: La reforma tridentina: Uno de los objetivos de  Trento : res- tauración del culto. Catálogo de abu- sos litúrgicos y ritual uniforme para toda  la Iglesia. Un  único  misal y bre- viario. Erección de la Congregación de  ritos  (1587). El siglo de la luz (XVIII) y un incipiente mundo secularizado (s. XIX) contribuyeron a una conciencia eclesial de renovación, raíz del movimiento litúrgico.  Pío XII  erigió una comisión especial pa- ra una reforma. Restauración de la  Vigilia Pascual  (1951) y de toda la  Semana Santa  (1955). Nuevo periodo de reforma litúrgica: Vaticano II . L 25 de 92
LITURGIAS OCCIDENTALES, 7 Liturgia afrorromana Las provincias del  África romana  (África proconsular, Numidia y Mauritania) conocieron en la antigüedad tardía un periodo de esplendor. Testimonios de un rito  estructurado y codificado . Pero esta liturgia no tuvo ocasión de consolidarse a causa de las invasio- nes  vándala y musulmana , durante los siglos V a VII. Liturgia galicana Conjunto de tradiciones de culto surgidas durante el periodo en que la  Galia  era una provincia del Imperio romano, que alcanzaron una estructura propia en los reinos francos del periodo merovingio (s. VI-VIII ). En su desarrollo se advierten influjos orientales e itálicos. Pero la adopción oficial de los libros litúrgicos de la Iglesia de  Ro- ma  durante el reinado de  Carlomagno , a finales del siglo VIII, su- puso la definitiva desaparición de los usos galicanos. L 26 de 92
LITURGIAS OCCIDENTALES, 8 Liturgia ambrosiana Los usos y costumbres de la Iglesia de  Milán  se designan así por su adscripción a la tradición litúrgica conocida por  San Ambrosio  en el s.  IV . Tres momentos históricos de esta tradición:  roma- nidad  tardía (siglos IV-V), dominación  longobarda (siglos VI-VIII) y periodo  carolingio  (siglos IX-X). Sus oraciones tienen un carácter polémico frente a la herejía  arriana . Influjos tanto del  Oriente  como de otras tradiciones  latinas  (hispana, galicana, carolingia...). Ha llegado hasta nuestros días ya que cuando la reforma tridentina unificó los ritos de toda la Iglesia latina, la dió- cesis milanesa pudo presentar formularios con más de  doscientos años  de antigüedad, límite prescrito por el mandato conciliar. L 27 de 92
LITURGIAS OCCIDENTALES, 9 Liturgia hispánica Responde a la tradición de culto que, sobre la base del común pa- trimonio  paleolatino  y otros elementos  hispanoromanos , se estruc- turó durante los siglos VI y VII en el  reino visigodo  instalado en la península ibérica y la Septimania provenzal. Se llama también “ visigótica” o “ mozárabe ”pues en un principio la supresión del rito no pudo entrar en vigor en las tierras islámicas. Este rito fue suprimido por  Gregorio VII  (1073), a causa de la sos- pecha de formulaciones “ adopcionistas ” en algunos textos. Pero cuando Alfonso VI reconquista  Toledo  (1085), concede a la ciudad privilegio de la celebración en este rito, y por eso ha llegado hasta nuestros días. Fruto de la revisión según los principios de  Vaticano II :  Misal  Hispano-Mozárabe (1991) y  leccionario  (1995).  L 28 de 92
LITURGIAS ORIENTALES, 1 En el  Oriente  cristiano, las nociones de  liturgia  y  rito  tienen algunas diferencias  respecto a su significado habitual en  Occidente . Rito : no sólo costumbres de culto de una Iglesia, sino también  doc- trinas  dogmáticas, usos  canónicos  e, incluso,  lengua ,  historia  y cultura  = todo aquello que configura a una “ nación ”.  Liturgia : alcance más restrictivo. In- dica tanto el conjunto de usos y cos- tumbres  cultuales  de una Iglesia (“liturgia bizantina”, “liturgia copta”...), como la celebración de la  Eucaristía  (“ divina liturgia ”). L 29 de 92
LITURGIAS ORIENTALES, 2 Notas teológicas comunes a las tradiciones litúrgicas de Oriente, 1   El sentido de la  trascendencia  de las celebraciones (lenguaje, signos y gestos de adoración). Eucaristía como “ mysterium tremendum ”: acontecimiento de salvación que los fieles deben vivir mediante el silencio devoto y la escucha atenta. Iconostasis  (mampara con imágenes que separa el santuario de la nave y lo oculta en el momento de la presencia divina). 1 La celebración entendida como manifestación, presencia y comunicación de la  gloria  de Dios. En la liturgia es  Cristo  mismo quien  obra , mediante su humanidad, unida a la Persona divina. 2 3 L 30 de 92
LITURGIAS ORIENTALES, 3 4 5 Notas teológicas comunes a las tradiciones litúrgicas de Oriente, 2   La acción litúrgica como expresión del  amor infinito   de Dios  por los hombres. Toda celebración es una nueva Pentecostés en la que, me- diante la fuerza del  Espíritu , se actualiza la obra divina de la redención. Importancia de la  epíclesis . La celebración como  anticipación  de la venida gloriosa del Señor ( parusía ). La visión  escatológica  de la liturgia como momento de la presencia anticipadora de la Jerusalén celestial. 6 7 L 31 de 92
LITURGIAS ORIENTALES, 4 Notas teológicas comunes a las tradiciones litúrgicas de Oriente, 3   8 9 La conciencia de que en la celebración se revela la naturaleza profunda de la  Iglesia , comunidad de los  convocados  a la participación en los sagrados misterios. Carácter  antropológico  y  cosmológico : el hombre con to- dos sus sentidos, juntamente con el cosmos, celebra en la liturgia la gloria de Dios (canto, colores, luces, perfumes). Impronta  mariológica : María es invocada de continuo  con sus títulos legítimos. Nu- merosas  fiestas  durante el año litúrgico. 10 L 32 de 92
LITURGIAS ORIENTALES, 5 Tradición  siro-oriental : rito siro-nestoriano; caldeo (católicos); siro-malabar (católicos). Grupo antioqueno Tradición  siro-occidental : 1   liturgia siro-antioquena : rito siro-jacobita (monofisitas); siro- antioqueno (católicos); siro-jacobita de la India (monofisitas); siro-malankar (católicos); maronita (católicos). 2   liturgia bizantina  (ortodoxos y católicos): rito bizantino-griego; bizantino-eslavo; bizantino-árabe o “melkita”; bizantino-albanés; georgiano. 3   liturgia armenia  (ritos monofisita y católico). Grupo alejandrino Rito copto (monofisitas o católicos); etíope (monofisitas o católicos). L 33 de 92
LITURGIAS ORIENTALES, 6 Liturgia siro-oriental La tradición atribuye la primera evangelización en las regiones de Mesopotamia  a santo Tomás apóstol. Su primer desarrollo está marcado por su inclusión en el área de influencia del Imperio persa sasánida. En el  siglo V  se separa de Antioquía, capital de la Siria romana y la sede primada se establece en la ciudad de Seleucia-Ctesifonte, a orillas del Tigris. Aislada del resto de la cristiandad, la comunidad siro-oriental adop- tó la doctrina de Teodoro de Mopsuestia que recogía las afirmacio- nes de  Nestorio , condenadas en Éfeso el año 431: Iglesia  nestoriana . Desde el siglo  XVI , algunas comunidades entraron en comunión con Roma (Iglesia  caldea ). En  India : Iglesia  siro-malabar  ha atra- vesado circunstancias muy complejas. L 34 de 92
LITURGIAS ORIENTALES, 7 Liturgia siro-antioquena Hunde sus raíces en los usos cultuales del patriarcado de Antioquía. Bajo la guía de  Jacobo  Bar-Addai, se separaron en el siglo VI, con jerarquía independiente, de la Iglesia bizantina, siguiendo la herejía monofisita  (condenada en Calcedonia, 451). =  Iglesia jacobita . Después del siglo XVII, una rama de esta Iglesia entró en comunión con  Roma : rito  siro-antioqueno . Dentro de la tradición antioquena, el monje sirio  Ma- rûn  formó una comunidad de cristianos fieles a Cal- cedonia. La comunidad  maronita  es la única Iglesia oriental de ininterrumpida comunión católica. Perse- guidos (jacobitas, y después melkitas y musulmanes, s.  VII-IX ) se refugiaron en el  Líbano . Como lenguas litúrgicas oficiales figuran el  siríaco  y el  árabe . L 35 de 92
LITURGIAS ORIENTALES, 8 Liturgia bizantina, 1 La Iglesia de  Constantinopla , “la nueva Roma” fue constituida a comienzos del siglo  IV . El Concilio del 381 en esta ciudad le concedió una  supremacía ho- norífica  en Oriente, como capital impe- rial. Pronto se amplió su jurisdicción a Asia, Ponto y Tracia. La liturgia  bizantina  encuentra sus raíces en los usos rituales antioquenos (anáforas de San Juan Crisóstomo y de San Basilio). Su estructura  clásica  se forma entre los si- glos  VI y IX  en Santa Sofía. Formas ri- tuales  definitivas : libros s. XVI y XVII. L 36 de 92
LITURGIAS ORIENTALES, 9 Liturgia bizantina, 2 Culto siempre  solemne  y muy sensorial (iconografía, polifonía, luminosidad, incienso, ornamentos...). A partir de la misión de los santos  Cirilo y Metodio  (s.  IX ), se expandió por los pueblos eslavos orientales. Rito bizantino- griego : patriarcados ortodoxos de Constantinopla, Jerusalén, Antioquía y Alejandría; Iglesias autocéfalas de Grecia, Creta, Chipre. Bizantino- eslavo : Rusia, Bulgaria, Rumania, Serbia. Bizantino- albanés : Albania. Bizantino- geor- giano : Georgia. Bizantino- melkita : Líbano, Irak, Palestina... En algunas naciones (Finlan- dia, Letonia, etc.). En comunión con  Roma : Ucrania (rito bizantino- ucraniano ). L 37 de 92
LITURGIAS ORIENTALES, 10 Liturgia armenia El cristianismo llegó muy pronto a Armenia , quizás a finales del siglo I. Primera nación  oficialmente  cristiana (bautismo de su rey Tíridates, 301). En el 506, profesó el monofisismo. A partir de las cruzadas, algunas comunidades entraron en comunión con Roma. Liturgia copta “ copto ” viene del vocablo árabe  al-qubt , derivado del griego  aigyptios . Esta liturgia deriva pues de la comunidad de origen apostólico y len- gua y liturgia griegas que resplandeció en  Egipto  durante los primeros siglos (Clemente alejandrino, Orígenes, Atanasio, Cirilo...). Se pasó al  monofisismo  a partir del siglo V, en contra los “calcedonianos”. L 38 de 92
LITURGIAS ORIENTALES, 11 Liturgia etíope La predicación evangélica llegó a  Etiopía  en el siglo IV, por obra de monjes sirios enviados desde Alejandría. Es una Iglesia  monofisita . Una rama  católica  se remonta a las misiones italianas del siglo XIX. En las celebraciones litúrgicas abundan las lecturas de textos  apó- crifos . Tradiciones rituales de origen  judaico  (circuncisión antes del bautismo, procesión con el arca de la alianza, fiestas de los santos del AT...). Lengua litúrgica: el  etíope antiguo , in- comprensible para los fieles. Usan instrumentos  de origen egipcio, con movimientos rítmicos de los fieles, pro- cedentes de  danzas  litúrgicas antiguas. L 39 de 92
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 1 “ Haced esto en memoria mía” ( 1 Cor 11, 25 ). “Cumplimos este mandato del Señor celebrando el memorial de su  sacrificio . Al hacerlo, ofrecemos al  Padre  lo que Él mismo nos ha dado: los do- nes de la creación, el pan y el vino, convertidos por el poder del Espíritu Santo  y las  palabras  de Cristo, en el  Cuerpo  y la  Sangre del mismo Cristo: así Cristo se hace  real  y misteriosamente pre- sente” ( CCE 1357 ). La santa Misa es acción de  Cristo . En ella se  actualiza  el sacrificio pascual del Señor. La celebración eucarística tiene un dina- mismo  trinitario : acción de gracias y ala- banza al  Padre , memorial del sacrificio de Cristo , presencia real del Señor, por el po- der de su Palabra y de su  Espíritu . L 40 de 92
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 2 La celebración eucarística es también sacrificio de la  Iglesia , Cuerpo y Esposa de Cristo, porque ella, nacida del costado abierto del Señor en la cruz,  se une  a su Cabeza y Esposo mediante la celebración del rito  sacramental. De este modo, la Iglesia ofrece al  Padre  el único sacrificio aceptable, convirtiéndose en  víctima  agradable a su Dios. Toda Eucaristía celebrada en una comunidad local es celebración de  toda  la Iglesia, una y católica. Además, en la Eucaristía, la Iglesia que peregrina en la tierra  se une  al eterno coro de la Iglesia  celestial : ángeles y santos que glorifican y dan gracias a Dios sin interrupción. L 41 de 92
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 3 Relato de la  Última Cena  en el NT: “tomar, bendecir, dar gracias, partir, dar”. Esta secuencia se recoge en la  liturgia  de todas las tradiciones eclesiales: presentación de dones, oración consagratoria de bendición y acción de gracias, fracción del pan y comunión. Periodo  apostólico : en las comunidades pro- cedentes de la gentilidad, el rito se acompa- ñaba de las lecturas de la Sagrada Escritura, costumbre extendida a las comunidades de origen judío tras la expulsión de la sinagoga. La celebración  dominical  aparece ya como una institución consolidada. Siglo II: ya estructura Palabra de Dios – rito eucarístico. Siglo III: la  Traditio Apostolica  incluye todos los elementos de la plegaria eucarística. L 42 de 92
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 4 Celebración eucarística romana hasta la reforma tridentina Fase clásica (siglos  IV-VIII ): nos han llegado libros para la celebración en fascículos ( libelli ) o en co- lecciones completas ( sacramentarios ). Contienen ya los elementos que conocemos ahora: prefacio y ple- garia eucarística, oración colecta, sobre las ofrendas y de poscomunión, lecturas, aleluya y homilía, cantos del Kyrie, Gloria y, a partir del s. VII, Agnus Dei. Siglos  IX-XV : proliferación de las  apologías  (oraciones del sacerdote para su purificación interior), composición de  secuencias , misal ple- nario, costumbre de recitar en secreto partes de la Misa. Se deteriora la  participación  del pueblo y se produce un alejamiento de la  comunión . Nuevos gestos como la  elevación  de la hostia consagrada. L 43 de 92
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 5 Misa tridentina (siglos XVI-XX) Decadencia  litúrgica de la Baja Edad Media, desafío de la doctrina eucarís- tica de la reforma  protestante  y defi- ciente formación del  clero , mostraron la urgente necesidad de una revisión autorizada del rito de la Misa. Con este fin, durante el concilio de  Trento  se decidió la revisión de los libros litúrgicos y la publicación del nuevo misal. Los trabajos concluyeron con san Pío V: promulgó el  misal  reformado en 1570 y lo estableció obligatorio para  toda  la Iglesia latina (salvo liturgias de las diócesis y órdenes religiosas que tuvieran más de doscientos años de antigüedad). Este misal suprimió la mayor parte de las se- cuencias, revisó las oraciones privadas y gestos del celebrante, etc. L 44 de 92
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 6 San  Pío X  impulsó la renovación litúrgica (motu proprio  Tra le sollecitudine  y algunas medidas como misas vespertinas). Labor reformadora de  Pío XII : ya visto. El  misal  romano de 1970, promulgado por  Pablo VI , es fruto de las determinaciones acordadas por el Concilio  Vaticano II . Sacrosanctum Concilium 50 : “Revísese el ordinario  de la Misa, de modo que se mani- fieste con mayor claridad el  sentido  propio de cada una de las partes y su mutua cone- xión y se haga más fácil la piadosa y activa participación  de los fieles”. L 45 de 92
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 7 Estructura de la celebración eucarística, 1 Dos secciones rituales: “Liturgia de la  Palabra  y liturgia  eucarística constituyen juntas un  solo  acto de culto” ( CCE 1346 ). Ritos de  introducción : canto de entrada; saludo del celebrante; acto penitencial para toda la asamblea; Gloria (final s.  IV ); oración co- lecta (a mediados del s.  V ). Liturgia de la Palabra : lecturas de la Sagrada Escritura con cantos interleccionales (salmo res- ponsorial, aleluya, secuencia): el leccionario consta de un ciclo  festivo  trienal de tres lecturas y un ciclo  ferial  de dos lecturas, bienal para la primera; homilía (obligatoria en los días festi- vos); profesión de fe; oración de los fieles. L 46 de 92
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 8 Estructura de la celebración eucarística, 2 Liturgia eucarística, 1 Ofertorio : la presentación de dones significa la  participación  de todos los fieles en el sacrificio sacramental. Concluye con la oración sobre las ofrendas , que prepara a la asamblea para su par- ticipación en la oración eucarística. Plegaria eucarística  ( núcleo  de la celebración): alabanza-acción de gracias ( prefacio , Santo);  epí- clesis  (en la anáfora romana una consagratoria, otra de comunión); relato de la institución ( actua- liza  el sacrificio de la cruz,  presencia  por la fuerza de las palabras y el poder del Espíritu Santo);  aná- mnesis  (evoca el misterio pascual);  intercesiones ; doxología  (alabanza trinitaria, asamblea “amen”). L 47 de 92
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 9 Estructura de la celebración eucarística, 3 Liturgia eucarística, 2 Ritos de comunión :  oración dominical  con embolismo  (suplicar la liberación del mal) y doxología  (aclamada por los fieles); rito de la paz ;  fracción del pan ;  Agnus  Dei; immixtio o  commixtio  (símbolo de la única persona de Cristo glorioso y subraya la unicidad del sa- cramento en sus dos especies);  comunión eucarística (celebración orientada hacia la comunión);  canto  de comunión; oración después  de la comunión. Rito de conclusión : saludo, bendición, despedida L 48 de 92
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 10 Culto eucarístico “ La Iglesia católica ha dado y continúa dando este culto de  adoración  que se debe al sacra- mento de la Eucaristía no solamente durante la misa, sino también  fuera  de su celebración: conservando con el mayor cuidado las hostias consagradas, presentándolas a los fieles para que las veneren con solemnidad, llevándolas en procesión” ( Pablo VI, Mysterium Fidei, 1965 ). Entre los ejercicios de adoración y devoción a la presencia real de Cristo en la Eucaristía, el ritual actualmente en vigor recomienda aquellos que poseen ya una larga tradición eclesial, como la  exposi- ción y bendición  con el santísimo sacramento y las  procesiones . L 49 de 92
CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 1 Bautismo, Confirmación y Eucaristía son los sacramentos de la  iniciación cristiana . NT : numerosas alusiones a los ritos de iniciación sacramental de la Iglesia. Del siglo II hasta los siglos V-VI más noticias y desarrollo del  catecumenado . A partir de entonces el catecumenado se debilitó por la generalización del Bautismo de  niños . El ritual romano de 1614  separó  definiti- vamente Bautismo, Confirmación y Euca- ristía. Después de Vaticano II la costum- bre de  retrasar  la confirmación se genera- liza. L 50 de 92
CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 2 Iniciación cristiana de los adultos Proceso dividido en  cuatro  tiempos de forma- ción:  precatecumenado  (tiempo de la evange- lización, del anuncio de Jesucristo y su miste- rio redentor; culmina con la admisión como catecúmeno:  rito de admisión );  catecumena- do  (formación doctrinal y moral y práctica de las virtudes; después admitido a la preparación inmediata a la celebración sacramental:  rito de elección ); tiempo de la  elección  (generalmente Cuaresma, jalonado por ritos: escrutinios o in- terrogaciones, entregas del símbolo de la fe y de la oración dominical); recepción de los tres sacramentos de iniciación . L 51 de 92
CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 3 Ritual del bautismo de niños Cuatro momentos: Ritos de acogida :  señal de la cruz  que hacen sobre el niño el ministro y los padres y padrinos, símbolo de su recepción en el seno de la  Iglesia  y anticipo de su condición de  cristiano . Liturgia de la palabra : lecturas, homilía, oración de los fieles, exorcismo y unción con el óleo de los catecúmenos. Liturgia sacramental : bendición del  agua , triple renuncia al mal y profesión de la fe trinitaria; triple  ablución  en el nombre tri- nitario ( esencia  sacramento); unción  crisma ; vestidura  blanca; entrega del  cirio ;  effeta . Ritos conclusivos: oración dominical y bendición de los padres. L 52 de 92
CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 4 El sacramento de la  Confirmación  se confiere mediante la unción del  crisma  en la frente, que se hace con la imposición de la mano y mediante las  palabras : “recibe por esta señal el don del Espíritu Santo”. Estructura  de la liturgia sacramental: renovación de las promesas  bautisma- les , imposición de las  manos ;  crisma- ción  (rito  esencial ), saludo de la  paz . Crisma :  aceite vegetal , preferentemente de oliva, al que se añade el  bálsamo  (aromas o sustancias perfumadas) y previamente con- sagrado por el  Obispo . L 53 de 92
CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 5 La celebración sacramental de la  penitencia comunica al fiel la participación en el aconte- cimiento pascual que se había debilitado o perdido por el pecado: “los que se acercan al sacramento de la penitencia obtienen de la misericordia de Dios el  perdón  de los pecados cometidos contra Él y al mismo tiempo, se reconcilian con la  Iglesia , a la que ofendieron” ( Lumen gentium 11 ). “ El sacramento de la penitencia es, según la concepción tradicio- nal más antigua, una especie de  acto judicial ; pero dicho acto se desarrolla ante un tribunal de  misericordia ” ( Juan Pablo II, Reconciliatio et paenitentia, 1984, 31 ). Poder de atar y desatar. L 54 de 92
CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 6 Desarrollo histórico de la penitencia sacramental, 1 Los textos del  NT  atestiguan, para quien pecare gravemente, una  exclusión  de la comunión ecle- sial, de carácter medicinal, mediante una  senten- cia  pronunciada por quien es cabeza de la comu- nidad, seguida de una  readmisión  también oficial en el seno de la Iglesia, tras el  arrepentimiento  y el cambio de vida. Siglos  II  y  III : se confiere la penitencia  una sola vez  en la vida. Concernía a pecados capitales (apostasía, asesinato y adulterio). Estructura: acusación,  secreta , ante el obispo; admisión al estado de los  penitentes  (exclusión de la Eucaristía) y, una vez transcurri- do el periodo de excomunión establecida,  reconciliación  oficial con la Iglesia previa a las fiestas pascuales =  penitencia canónica . L 55 de 92
CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 7 Desarrollo histórico de la penitencia sacramental, 2 Penitencia canónica mostró sus  límites : carácter socialmente discriminatorio  de la condición de penitente, la dificultad para asumir el rigor de la  satisfacción  impuesta y el  temor  a una re- caída contribuyeron a que se extendiera la costumbre de aplazar hasta el  final  de la vida la petición de la disciplina penitencial. En este contexto de crisis, aparece una nueva praxis (s.  VII ) pro- veniente de los monasterios de las islas británicas: la penitencia tarifada . Ministro ( sacerdote ) impone la satisfacción (secreta)  según una “lista de tarifas” o penas. Cuando el penitente la había cumplido,  volvía  a recibir la absolución. Se podía  reiterar  el sacramento cuantas veces fuera necesario. Alrededor s.  IX-X , se introduce la costumbre de conferir la  absolución  inmediatamente después de la  aceptación  de la satisfacción impuesta. L 56 de 92
CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 8 Desarrollo histórico de la penitencia sacramental, 3 Siglo  XVIII : aparece el  confesona- rio  como lugar más apropiado para la celebración del sacramento, en sustitución de la sede presidencial del ministro. Ordo paenitentiae  de  1973 : tres ritos: a) para la reconciliación de un  solo penitente, b) para reconciliar a varios penitentes con con- fesión y absolución  individuales , c) en casos  muy  excepcionales para reconciliar a muchos penitentes con absolución  general ( CIC 961 ). L 57 de 92
CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 9 Elementos de la  celebración  de la penitencia: “ saludo  y bendición del sacerdote,  lectura  de la palabra de Dios para iluminar la con- ciencia y suscitar la contrición, y exhortación al arrepentimiento; la  confesión  que reconoce los pecados y los manifiesta al sacerdo- te; la imposición y la aceptación de la  penitencia ; la  absolución del sacerdote; alabanza de  acción de gracias  y  despedida  con la bendición del sacerdote” ( CCE 1480 ). Sede : hay que asegurar “en todo caso que existan siempre en lugar patente  confesonarios  provistos de rejillas entre el penitente y el confesor que puedan utilizar libremente los  fieles  que así lo deseen” ( CIC 964 ). A su vez el  sacerdote  puede decidir confesar en el con- fesonario con rejillas, “también cuando el  penitente  solicite diver- samente” ( Consejo pontificio para la interpretación de los textos legislativos, 07.07.1998 ). L 58 de 92
CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 10 Liturgia de las ordenaciones, 1 El sacramento del Orden comprende  tres grados : episcopado, presbiterado y diaconado. “El sacerdote, por el sacramento que ha recibido,  hace presente  de una manera totalmente particular a nuestro Señor Jesucristo, Cabeza de la Iglesia. En la administración de los sacramentos actúa  in persona Christi Capitis  y también  in persona Ecclesiae ” ( Congregación para la doctrina de la fe, 2005 ). CCE 1538 : la ordinatio es “acto sacramental que incorpora al orden de los obispos, de los presbíteros y de los diáconos y que va  más allá  de una simple elección, designación, delegación o institución por la comunidad, pues confiere un  don  del Espíritu Santo que permite ejercer un ‘ poder sagrado ’ que sólo puede venir de Cristo a través de su Iglesia”. L 59 de 92
CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 11 Liturgia de las ordenaciones, 2 CCE 1573 : “El rito  esencial  del sacramento del Orden está constituido, para los tres grados, por la  imposición de manos  del obispo sobre la cabeza del ordenando, así como por una oración consecratoria  especial que pide a Dios la efusión del Espíritu Santo y de sus dones apropiados al ministerio para el cual el candidato es ordenado”. Ritos iniciales : presentación y elección del ordenando, alocución del obispo, interrogatorio del ordenando, letanías de los santos. Preparan el acto solemne de la  consagración . L 60 de 92
CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 12 Liturgia de las ordenaciones, 3 Ritos que expresan de manera simbólica el misterio que se ha realizado: Obispo y presbítero : unción con el santo  crisma , signo de la unción especial del Espíritu Santo que hace fecundo su ministerio. Entrega de los instrumentos : Obispo : evangelios, anillo, mitra y báculo, en señal de su misión apostólica de anuncio de la Palabra, de su fidelidad a la Iglesia, de su cargo de pastor. Presbítero : patena y cáliz. Diácono : evangelios por su misión de anunciar el Evangelio de Cristo. L 61 de 92
CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 13 Celebración litúrgica del matrimonio, 1 El matrimonio uno e indisoluble es una realidad que existe ya en la economía de la  creación . Asume en la Iglesia un nuevo significado: el ser  sacramento  de la alianza definitiva e irrevocable entre  Cristo y su Igle- sia , sellada con el sacrificio de la cruz. “ En virtud de la  sacramentalidad  de su matrimonio, los esposos que- dan vinculados uno a otro de la manera más profundamente indiso- luble. Su recíproca pertenencia es representación  real , mediante el signo sacramental, de la misma relación de  Cristo  con su  Iglesia . Los esposos son por tanto el recuerdo permanente, para la Iglesia, de lo que acaeció en la  cruz  (...). De este acontecimiento de salvación el matrimonio, como todo sacramento, es memorial,  actualización  y profecía” ( Juan Pablo II, Familiaris consortio, 1981, 13 ). L 62 de 92
CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 14 Celebración litúrgica del matrimonio, 2 No  testimonios explícitos de un rito de culto para el matrimonio cristiano en los  primeros siglos  de la Iglesia. Trazas de una con- firmación  ritual  eclesial del sacramento. A partir del  s. IV , ritos matrimoniales cristianos más explícitos. Intercambio del  consen- timiento  en la casa. A partir del  s. IX , a las puertas de la iglesia. El concilio de  Trento  exigió que el con- sentimiento mutuo de los contrayentes se proclamara en presencia del  párroco u otro sacerdote con licencia y de, al menos, dos  testigos . Consentimiento ya en el  interior  de la iglesia. L 63 de 92
CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 15 Celebración litúrgica del matrimonio, 3 Celebración: en la  misa  nupcial, tras la proclamación del evangelio y  homilía ; si   no  se celebra la eucaristía, después de la  liturgia de la   palabra . Estructura :  escrutinio  sobre la disposición para contraer ma- trimonio cristiano, bendición de los  anillos , fórmula de  expre- sión del consentimiento , ratificación del  sacerdote  (mediante una plegaria de bendición),  bendición  de los novios (en algunas iglesias, después del Padrenuestro). L 64 de 92
CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 16 Unción de los enfermos, 1 La teología católica ha visto en la carta de  Santiago  (5, 14-15) el fundamento  bíblico  para el sacramento de la unción de los en- fermos. Primer documento llegado hasta nosotros: la  Traditio Apostolica  (a comienzos del  s. III ). Pablo VI, Sacram unctionem, 1972 : “se adminis- tra a los gravemente enfermos ungiéndolos en la frente  y en las  manos  con aceite de oliva debida- mente bendecido o (...) con otro aceite vegetal, y pronunciando  una sola vez  estas palabras (...): ‘ por esta santa unción y por su bondadosa miseri- cordia te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo, para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad’”. L 65 de 92
CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 17 Unción de los enfermos, 2 CCE 1517 : “como en todos los sacramentos, la unción de los en- fermos se celebra de forma  litúrgica y comunitaria , que tiene lu- gar en familia, en el hospital o en la iglesia, para un solo enfermo o para un grupo de enfermos. Es muy conveniente que se celebre dentro de la Eucaristía, memorial de la Pascua del Señor. Si las circunstancias lo permiten, la celebración del sacramento puede ir  precedida  del sacramento de la Penitencia y  seguida  del sacra- mento de la Eucaristía”. Idem : “En cuanto sacramento de la Pascua de Cristo, la  Eucaristía  debería ser siempre el último sacramento de la peregrinación terrenal, el ‘ viático ’ para el ‘paso’ a la vida eterna”. L 66 de 92
CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 18 Unción de los enfermos, 3 Rito ordinario fuera de la misa: Ritos iniciales : saludo, aspersión con agua bendita, alocución para confiar al enfermo a  la misericordia de Cristo, acto penitencial cuando no ha sido prece- dido por la confesión sacramental. Lectura  de la palabra de Dios. Ritos de la unción : plegaria litánica, imposición de las manos en si- lencio, acción de gracias sobre el óleo ya bendecido o, en su caso, bendición,  unción sacramental , oración que especifica los efectos del sacramento. Ritos de conclusión : Padrenuestro y bendición sacerdotal. L 67 de 92
AÑO LITÚRGICO, 1 La liturgia distribuye las celebraciones a lo largo del tiempo, siguiendo las pautas establecidas, pero dándoles un  valor  e  importancia  en función del misterio que se celebra. La liturgia comienza a celebrar determinados días la  víspera : do- mingo y solemnidad: misas vespertinas válidas para cumplir con el  precepto . La semana  judía  empezaba en el día primero, que era nuestro do- mingo. Los cristianos otorgaron enseguida la  centralidad  de la semana al  domingo .  Lunes  es la feria  segunda . L 68 de 92
AÑO LITÚRGICO, 2 Ritmo anual : dos ciclos de fiestas. Unas  fijas  (ejemplo: Navidad), otras  móviles , que cada año caen en un día diferente, en función de la fecha de la  Pascua  (ejemplos: Pentecostés, Corpus,...). La fecha de la Pascua (Nicea, 325) se fija el domingo siguiente al  primer plenilunio  de  pri- mavera . Así puede caer entre el 22 de marzo y el 25 de abril. El día en que comienza el año litúrgico no coin- cide con el del calendario civil: comienza el domingo I de  adviento . L 69 de 92
AÑO LITÚRGICO, 3 La Iglesia vive y celebra la  liturgia  a lo largo del año. La liturgia, celebración del  misterio de Cristo  en el tiempo de la Iglesia, se despliega según un ritmo anual: “en el círculo del  año , desarrolla todo  el misterio de Cristo” ( Sacrosanctum Concilium 102 ). En la  revelación divina , “el tiempo tiene una importancia  fundamental . Dentro de su di- mensión se crea el mundo, en su interior se desarrolla la historia de la salvación, que tiene su cima en la plenitud de los tiempos de la Encarnación , y su término en el  retorno  glo- rioso del Hijo de Dios al final de los tiempos” ( Juan Pablo II, Tertio millenio adveniente, 1994, 10 ). L 70 de 92
AÑO LITÚRGICO, 4 CCE 1076 : “El día de Pentecostés, por la efu- sión del Espíritu Santo, la Iglesia se mani- fiesta al mundo. El don del Espíritu inaugura un  tiempo nuevo  en la ‘dispensación del Misterio’: el tiempo de la Iglesia, durante el cual Cristo  manifiesta ,  hace presente  y  co- munica  su obra de salvación mediante la Liturgia de la Iglesia , ‘hasta que él venga’ ( 1 Co 11, 26 )”. En la celebración litúrgica,  memorial  del misterio de salvación, la presencia  actual  de Cristo acontece en el ahora de la historia. El momento litúrgico se convierte en  tiempo pleno , síntesis de la en- tera  historia de la salvación  que culmina en Cristo y ámbito del admirable  intercambio entre el tiempo y la eternidad. L 71 de 92
AÑO LITÚRGICO, 5 El nuevo calendario, articulado en torno a la Pascua, privilegia los tiempos que celebran el misterio de la salvación: a Ciclo  pascual , centrado en el  santo triduo , y completado por la  Cuaresma  que lo precede y la  cincuentena  que lo prosigue. Ciclo de la manifestación: tiempos de  Adviento  y  Navidad . Tiempo ordinario : gira en torno al domingo. Para que las fiestas de los  santos  no prevalezcan sobre los misterios de la salvación, el calendario procedió a una  simplificación  del santoral. En cualquier caso, el culto a los santos es positivo y  no oscurece  los misterios centrales de la fe, sino que  ayuda  a ilustrar- los y a comprenderlos. b c L 72 de 92
TIEMPOS Y CICLOS, 1 “ A partir del  Triduo pascual , como su fuente de luz, el tiempo nuevo de la Resurrección  llena  todo el año litúrgico  con su resplandor” ( CCE 1168 ). En este sentido, el ciclo anual puede ser considerado como un  despliegue  de los distintos aspectos del misterio pascual . “ El  día del Señor  –como ha sido llamado el domingo desde los tiem- pos apostólicos- ha tenido siempre, en la historia de la Iglesia, una consideración privilegiada por su estrecha relación con el  núcleo mismo del misterio cristiano. En efecto, el domingo recuerda, en la sucesión semanal del tiempo, el día de la  Resurrección  de Cristo. Es la Pascua de la semana” ( Dies Domini 1 ). Por esto el domingo es “ el día  por excelencia  de la asamblea litúrgica” ( CCE 1177 ). L 73 de 92
TIEMPOS Y CICLOS, 2 Según el  NT  y los  Padres , en las incipientes comunidades cristianas, el  domingo  es el día en el que se reúne la asamblea para escuchar la Palabra de Dios, celebrar la  Eucaristía  y los sacramentos de la ini- ciación cristiana; conmemora el primer día de la creación y el pri- mer día de la nueva creación: la  Resurrección  y también Pentecostés. Antes  de la paz de Constantino, el domingo era día laborable . El año  321 , Constantino prohibió todos los trabajos no agrícolas en el “día venerable del sol”. Edad Media : la conmemoración de los  santos  desplazó progresiva- mente a la celebración dominical. Empeora en la  Ilustración  (ata- ques del agnosticismo y del deísmo).  Revolución francesa : nuevo calendario que divide el mes en decenas. Suplanta el domingo por el descanso del “ día décimo ”. L 74 de 92
TIEMPOS Y CICLOS, 3 Ante la amenaza de la creciente secularización,  San Pío X  afrontó la renovación del domingo, reformando el  calendario litúrgico  y recuperando el sentido original del  día del Señor . Vaticano II  presenta una  síntesis  de la doctri- na neotestamentaria, patrística y teológico- litúrgica de la celebración dominical: a)  origen apostólico; b) elementos constitutivos:  reu- nión  de la comunidad, escucha de la  Palabra de Dios  y celebración de la  Eucaristía  como actualización del  misterio pascual ; c) conse- cuencias, tanto para el  día  en sí (día principal de la semana y núcleo del año litúrgico), como para la  comunidad  cristiana (día de alegría y descanso, y de viva esperanza). L 75 de 92
TIEMPOS Y CICLOS, 4 Cuando la Iglesia comenzó a celebrar anual- mente el misterio pascual de Cristo, en el s. II , advirtió la necesidad de una  preparación adecuada, por medio de la oración y el ayuno. Surgió el ayuno del viernes y sábado previos al Domingo de Pascua.  S. IV : estructura orgá- nica del  tiempo cuaresmal . En su formación influyeron las exigencias del  catecumenado  y de la  penitencia canónica : el periodo de preparación para recibir los sacramentos de la iniciación o de la reconciliación se prolongaba durante  seis semanas . Ese tiempo recibió el nombre de quadragesi- ma o Cuaresma.  Vaticano II  señala la doble dimensión de la cuares- ma:  bautismal y penitencial . Preparación para la  Pascua . L 76 de 92
TIEMPOS Y CICLOS, 5 Al origen de la  Semana Santa  se encuentra el influjo de la liturgia de Jerusalén, primera en vivir cronológicamente los acontecimientos que precedieron de modo inmediato a la pasión de Cristo. Inicia  con el  Domingo de Ramos en la Pasión del Señor : encuentro de dos celebraciones distintas: una  romana  (la pa- sión), otra  jerosolimitana  (entrada triunfal). Concluye  la mañana del Jueves Santo con la  misa crismal , que el obispo concelebra con su presbiterio. Durante la celebración se bendicen los santos  óleos  y se consagra el  crisma . L 77 de 92
TIEMPOS Y CICLOS, 6 El  Triduo pascual  constituye la  fuente  y la  cima  del entero año litúrgico, al celebrar la redención de los hombres y la perfecta glorificación del Padre cumplida por Cristo en su misterio pascual. Comienza con la misa  in Cena Domini  que conmemora un triple misterio: la institución de la  Eucaristía , la del  sacerdocio  y el amor infinito de Cristo expresado en el manda- miento de la  caridad fraterna . Terminada la celebración, la Eucaristía es llevada de modo so- lemne hacia el lugar de la  reserva , para que los fieles puedan adorar al Señor, verdadera, real y sustancialmente  presente  en el sacramento. L 78 de 92
TIEMPOS Y CICLOS, 7 Viernes Santo : conmemora la  pasión y muerte del Señor. El oficio romano actual sigue la estructura de la  antigua liturgia  romana: li- turgia de la  palabra  (dos lecturas y la pasión según San Juan) y  oración universal ;  adora- ción  de la Cruz; y  comunión  con la Eucaristía consagrada la tarde anterior. Sábado Santo , denominado gran sábado por los cristianos de Oriente, honra el descanso de Cristo en el sepulcro, su descen- so a los infiernos y su encuentro con cuantos esperaban la aper- tura de los cielos. El cristiano, unido a los dolores de  María , sabe que el silencio de Dios en la historia es sólo aparente y se llena de  esperanza  para la vida futura. L 79 de 92
TIEMPOS Y CICLOS, 8 Vigilia Pascual : noche santa de la Resurrección del Señor, “madre de todas las vigilias” (San Agustín).  Culmina  el Triduo sacro y da inicio al  tiempo pascual . Estructura litúrgica  de la Vigilia pascual: -  Liturgia de la luz : bendición del fuego, bendición y encendido del cirio, procesión con el cirio y pregón pascual. -  Liturgia de la Palabra : 9 lecturas (7 AT), Evange- lio (acontecimientos mañana del Domingo de Pascua). -  Liturgia bautismal : letanías, bendición del agua, bautismo (en su caso) y renovación de las promesas bautismales. -  Liturgia eucarística . L 80 de 92
TIEMPOS Y CICLOS, 9 El  tiempo pascual  está constituido por los cincuenta días que transcurren entre el domingo de  Resurrección  y el domingo de Pentecostés  y constituye un solo y único día festivo: el  gran domingo . La primera semana forma la  octava de pascua , que se celebra como una única solemnidad del Señor. Surgió en el s.  IV  con el fin de asegurar a los neófitos la  catequesis  acerca de los divinos misterios de los sacramentos de  iniciación , recibidos en la vigilia pascual. La celebración de  Pentecostés  surgió a  fina- les  del siglo  III   por influjo de la fiesta ho- mónima del culto de Israel. L 81 de 92
TIEMPOS Y CICLOS, 10 CCE 522 : “La venida del Hijo de Dios a la tierra es un aconteci- miento tan  inmenso  que Dios quiso prepararlo durante siglos”. CCE 524 : “Al celebrar anualmente la liturgia de  Adviento , la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renue- van el ardiente deseo de su  segunda venida ”. El tiempo de  Navidad  conmemora la Encarnación del Hijo de Dios:  su na- cimiento  y sus primeras manifestacio- nes a los hombres. Comprende el con- junto de celebraciones litúrgicas cen- tradas en torno a las fiestas de  Navi- dad  y de  Epifanía . L 82 de 92
TIEMPOS Y CICLOS, 11 Primera  referencia de la celebración del nacimien- to de Cristo: s.  IV . Pudo surgir como  cristianiza- ción  de una superstición pagana (fiesta del solsti- cio de invierno) o de su dependencia de una tra- dición cristiana  previa  (anunciación 25 de marzo). La  liturgia  de este tiempo de Navidad subraya los siguientes aspectos: a) el  misterio  de Dios hecho hombre; b) la  gloria  de Dios que se abaja en la hu- mildad de la carne; c) el  admirable comercio  de Dios con el hombre (incorporación de los hombres a Dios); d) la  regeneración  del hombre (el naci- miento del Dios hecho hombre permite a los hom- bres ser engendrados a la vida de la gracia y con- vertidos en hijos de Dios). L 83 de 92
TIEMPOS Y CICLOS, 12 El  tiempo ordinario  comprende las semanas del año litúrgico que no conmemoran ningún aspecto particular del misterio de Cristo. Varias  fiestas del Señor  en este tiempo: Transfiguración y Exaltación de la santa cruz para  todas  las  familias litúrgicas ; propias de la  tradición romana : Dedicación de la basílica de Letrán, Santísima Trinidad, Corpus Christi, Sagrado Corazón, Cristo Rey, Presentación y Anunciación. El tiempo ordinario celebra la  vida cotidiana como  medio de santificación : vida familiar, relaciones sociales, trabajo. L 84 de 92
TIEMPOS Y CICLOS, 13 “ Al celebrar el tránsito de los  santos  de este mundo al cielo, la Iglesia proclama el  misterio pascual  cumplido en ellos, que sufrieron y fueron glorificados con Cristo, propone a los fieles sus  ejemplos , los cuales atraen a todos por Cristo al Padre y por los méritos de los mismos  implora  los beneficios divinos” ( Sacrosanctum Concilium 104 ). “ En la celebración de este círculo anual de los misterios de Cristo, la santa Iglesia venera con amor especial a la bienaventurada Madre de Dios, la  Virgen María , unida con lazo indisoluble a la obra salvífica de su Hijo; en Ella, la Iglesia admira y ensalza el fruto  más esplén- dido  de la redención y la contempla gozosamente, como una purísi- ma imagen de lo que ella misma, toda entera,  ansía y espera  ser” ( Idem 103 ). L 85 de 92
TIEMPOS Y CICLOS, 14 Casi todas la fiestas de  María  tuvieron su origen en  Oriente . Antes de la proclamación dogmática de Éfeso (431), el  15 de agosto  se celebraba en Jerusalén la “ memoria de Santa María ”. Poco a poco se convirtió en la celebración de la  dormitio . S.  VI :  natividad  de María el 8 de septiembre y  presentación  de María en el templo. También fiestas que celebran juntos a Cristo y a María:  presentación de Jesús  en el Templo y  anunciación  del Se- ñor. Todas admitidas por  Roma  a partir de mediados del siglo  VIII . S.  VIII , en Oriente, fiesta de la  concepción  de la Virgen. En la Iglesia  romana  fiesta particular en 1708. En 1854: Dogma de la  Inmaculada  concepción. S.  XX : incorpora- ción de nuevas festividades marianas como memorias. L 86 de 92
TIEMPOS Y CICLOS, 15 Primeras noticias del culto a los  mártires : marti- rio de  San Policarpo  en 156 en Oriente, y carta de  San Cipriano , obispo de Cartago (210-258), en Occidente. Poco a poco el culto se extendió a los  confesores  (no directamente ejecutados, sino que confesaron la  fe  hasta la muerte, bien en la cárcel, bien en el exilio o a consecuencia de la condena). Terminada la época de las persecuciones, se equiparará con los már- tires y confesores a los cristianos  virtuosos  que durante su vida combatieron victoriosamente contra el misterio de la iniquidad: grandes obispos, vírgenes, ascetas... L 87 de 92
VIDA LITÚRGICA, 1 Como la liturgia consiste en la  actualización  perenne del  misterio de Cristo , la  vida espiritual  del cristiano encuentra sus  raíces  en ella. La liturgia es, por tanto, la fuente de la vida de comunión con el  Dios trinitario  en la propia existencia. “ No olvides que la vida litúrgica es vida de  amor : amor a Dios Padre, por medio de Cristo Jesús, en el Espíritu Santo, con toda la  Iglesia , de la que tú formas parte” ( San Josemaría Escrivá ). CCE 1068 : “Es el misterio de Cristo lo que la Iglesia anuncia y ce- lebra en su liturgia para que los fieles  vivan de él  y den testimonio del mismo en el mundo”. L 88 de 92
VIDA LITÚRGICA, 2 “ La liturgia me remite a la  vida cotidiana , a mí en mi experiencia personal” ( J. Ratzinger ). Cuando se  separa  de la experiencia ordinaria, donde la genuina piedad se convierte en vida, el rito se agosta, se encierra en sí mismo y se transforma en  rutina . Cuando la liturgia es comprendida en toda su hondura teológica, y su celebración es experiencia  viva  que compromete la vida per- sonal, la liturgia obra en los fieles el despliegue  eucarístico  de su existencia, hasta la  cristificación  completa: “alter Christus, ipse Christus” ( San Josemaría Escrivá ). L 89 de 92
VIDA LITÚRGICA, 3 La existencia cristiana es  litúrgica , nacida en y desde la celebración y tendente a ella. Vida cristiana y vida espiritual son siempre  vida litúrgica que, más allá de la participación en los ritos de culto, se actualiza en la  existencia diaria . La  Eucaristía  no es un medio más entre los varios que facilitan al cristiano la progresiva identificación  con Jesucristo y la  comunión de vida  con el Padre. La Eucaristía es real- mente  el centro y la raíz  de la vida espiritual. En torno al misterio eucarístico , giran y se nutren los demás sacra- mentos, las prácticas de oración, el espíritu de penitencia, el ejerci- cio de las virtudes..., en resumidas cuentas, todo lo que constituye la  existencia  del cristiano. L 90 de 92
VIDA LITÚRGICA, 4 San Pío X  utiliza la expresión “ participación activa ” de los fieles en el culto divino.  Vaticano II  recoge esta participación como idea directriz de la celebra- ción litúrgica. Para comprender bien esta participación, hay que superar, al menos, dos posibles tentaciones:  reducir  el acontecimiento litúrgico a  sola celebración, y considerar la participación de los fieles reducida a aspectos  externos y funcional . El alma de la participación activa debe buscarse no tanto en las manifestaciones externas del culto, sino en la  comunión de vida entre Dios y el fiel cristiano , propia del acontecer litúrgico. L 91 de 92
VIDA LITÚRGICA, 5 Para evitar toda posible  confusión  acerca de la participación activa, parece necesario sostener cuatro  principios :  a)  la liturgia no se agota en la celebración, sino que  nace  del misterio y  continúa  en la vida del fiel;  b)  la celebración litúrgica no se reduce a su dimen- sión  ritual , sino que es un hecho teológico-salvífico que exige la presencia y acción de la  Trinidad  (hace presente y comunica aquí y ahora el misterio de la salvación cumplido en Cristo);  c)  la parti- cipación de los fieles no se limita a la sola cele- bración, sino que se vive en la  entera existencia cotidiana;  d)  la participación en la celebración es una realidad primariamente  existencial y sacramental , no funcional, por lo que no debe confundirse ni identificarse con los ministerios litúrgicos, en sí legítimos. L 92 de 92

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Tratado sobre liturgia

  • 1. TEOLOGÍA DE LA LITURGIA SIGLO XX, 1 Cuando la teología abordó el estudio sistemático de las celebraciones sacramentales (s. XII y XIII), se partió de una neta distinción entre su esencia ( sacramento ) y aquello que, según se pensaba, pertenecía a su ornato y significación ( rito ). Aunque Santo Tomás no lo hiciera, se llegó con el tiempo a una excesiva separación entre sacra- mento y rito. La liturgia se identificó con el con- junto de gestos (ceremonias) que acompañan al sacramento; ritos venerables por su tradición, pero carentes de relación directa con el miste- rio de salvación celebrado. L 1 de 92
  • 2. TEOLOGÍA DE LA LITURGIA SIGLO XX, 2 En el siglo XX, el llamado movimiento litúrgico (1909-1963) se esforzó por conseguir una noción integral de liturgia: se trataba de alcanzar una concepción que superara la idea del culto como algo reducido a ceremonia o protocolo y de recuperar la íntima relación entre el misterio de Cristo y su celebración en el culto. Raíces de este movimiento: la restauración mo- nástica iniciada en Francia por Prosper Gué- ranger (+ 1875) y las disposiciones reformado- ras de san Pío X encaminadas a la participación activa de los fieles en los misterios del culto. Primera manifestación pública : Congreso de Malinas (Bélgica, 1909) promovido por Lambert Beauduin (1873-1960). L 2 de 92
  • 3. TEOLOGÍA DE LA LITURGIA SIGLO XX, 3 Primera fase del movimiento (1909-1914): polémica con Maurice Festugière (+ 1950) según el cual la liturgia, lejos de ser una simple institución ceremonial, constituye la auténtica fuente de la vida espiritual de los fieles. Segunda fase (1918-1939): Ildefons Herwegen (+ 1946), abad del monasterio renano de María Laach, concibe un ambicioso proyecto para la formación litúrgica de sus monjes. Romano Guardini (+ 1968): estudios novedosos de liturgia. Pius Parsch (+ 1954): comentarios al misal, al breviario y sobre el año litúrgico. Tercera fase (1947-1963): clima más sereno con las intervenciones de Pío XII (Encíclica Mediator Dei , 1947). Reconoce los valores del movimiento. La fase se cierra con Vaticano II (Constitución Sacrosanctum Concilium , 1963). L 3 de 92
  • 4. TEOLOGÍA DE LA LITURGIA SIGLO XX, 4 La encíclica de Pío XII Mediator Dei (1947), primer documento magisterial que trata de ma- nera estructurada la naturaleza del culto de la Iglesia. La liturgia no es ni sólo una parte exter- na y sensible del culto divino ni un mero con- junto de leyes y preceptos para el rito. Para Pío XII, la liturgia, vista en su contenido teológico , es la “conti- nuación del oficio sacerdotal de Cristo ” o “el ejercicio del sacerdo- cio de Cristo”; y considerada a partir de su celebración , es “el culto público del Cuerpo místico de Jesucristo”. La liturgia comenzó a ser contemplada como el ejercicio del sacer- docio de Cristo en su Iglesia y, por tanto, una obra de Dios . L 4 de 92
  • 5. TEOLOGIA DE LA LITURGIA SIGLO XX, 5 El benedictino Odo Casel (+ 1948) propuso comprender la liturgia como la presencia ri- tual de la obra redentora de Cristo. Recupera la consideración de los sacramentos como “ misterios ” del único misterio de salvación obrado por Dios en la historia. Las celebra- ciones de culto actualizan , según sus distin- tas y propias modalidades, el único misterio de nuestra salvación . La Iglesia, en la liturgia , hace presente la acción salvadora de su redentor, ya que en la celebración del culto Cristo mismo está presente y obra por la Iglesia y con la Iglesia. CCE 1067 : “En la liturgia, la Iglesia celebra principalmente el misterio pascual por el que Cristo realizó la obra de nuestra salvación”. L 5 de 92
  • 6. OBRA DE LA TRINIDAD, 1 La liturgia es en primer lugar una teofanía : Dios manifiesta su fuerza, y el hombre le reconoce, le adora y le glorifica. Se sitúa dentro de la economía salvífica proyectada y revelada por el Padre , cumplida por el Hijo y llevada a cabo por el Espíritu Santo en la etapa de la Iglesia. En la creación , la vida es donada al mundo. Cuando llega el hombre se inicia la historia que vive el drama del rechazo de la comunión con Dios. Llega la “ plenitud de los tiempos ” y la vida es nuevamente do- nada. El Hijo eterno, engendrado antes de todos los siglos y encarna- do en el tiempo por obra del Espíritu Santo, introduce al hombre en el misterio de la comunión del Dios tres veces santo. L 6 de 92
  • 7. OBRA DE LA TRINIDAD, 2 CCE 236 : “Los Padres de la Iglesia distinguen entre la Theologia y la Oikonomia , designando con el primer término el misterio de la vida ín- tima del Dios-Trinidad, con el segundo todas las obras de Dios por las que se revela y comu- nica su vida (...). Las obras de Dios revelan quién es en sí mismo; e inversamente, el miste- rio de su Ser íntimo ilumina la inteligencia de todas sus obras”. Una vez cumplida la voluntad del Padre mediante el misterio pascual , el Hijo entrega su Espíritu a la Iglesia . Desde la hora pascual, el mis- terio de la comunión de la santidad divina ( theologia ), dispensado en el misterio de Cristo ( oikonomia ), se convierte, en cuanto dado en participación a los hombres mediante el culto de la Iglesia, en liturgia . L 7 de 92
  • 8. OBRA DE LA TRINIDAD, 3 La liturgia no es otra cosa en el fondo que la actualización sacra- mental continuada de aquel primer acontecimiento por el cual la Palabra-Dios se hizo carne para santificar a los hombres y dar gloria al Padre. Toda celebración sacramental –y de modo eminente la Eucaristía- vive los tres movimientos de la Pascua de Je- sús: el Padre nos dona a su Hijo a- mado, el Verbo asume nuestra carne y nuestra muerte para que resucite- mos con Él, y su Espíritu nos hace entrar en la comunión eterna del Padre. L 8 de 92
  • 9. OBRA DE LA TRINIDAD, 4 Juan Pablo II, Ecclesia in Europa (28.06.2003) : “ Se trata de vivir la liturgia como acción de la Tri- nidad . El Padre es quien actúa por nosotros en los misterios celebrados; Él es quien nos habla, nos perdona, nos escucha, nos da su Espíritu; a Él nos dirigimos, lo escuchamos, alabamos e invocamos. Jesús es quien actúa para nuestra santificación, ha- ciéndonos partícipes de su misterio. El Espíritu Santo es el que interviene con su gracia y nos con- vierte en el cuerpo de Cristo, la Iglesia”. La liturgia es primariamente misterio , acontecimiento y obra trinita- ria , presencia siempre actual de la inefable santidad de Dios dada por Cristo en comunión a los hombres. Se convierte “en anticipación de la bienaventuranza final y participación de la gloria celestial” ( Idem ). L 9 de 92
  • 10. OBRA DE LA TRINIDAD, 5 El Padre es la fuente y el fin de la liturgia; Cristo, el Hijo en- carnado, es el mediador; y el Espíritu Santo su artífice. La estructura trinitaria de la liturgia im- plica que toda celebración de culto debe ser siempre comprendida y vivida como alabanza de la gloria del Padre ( doxolo- gía ), presencia sacramental de Cristo ( anámnesis ), resplandor de su gloria por obra del Espíritu Santo ( epíclesis ). Todas las fórmulas litúrgicas culminan en una glorificación del Padre , por Cristo , en la unidad del Espíritu Santo . L 10 de 92
  • 11. OBRA DE LA TRINIDAD, 6 La liturgia unifica en su dinámica teológica interna las dimensiones descendente y ascendente – santificación y culto - del misterio de salvación. “ En la liturgia terrena , pregustamos y toma- mos parte en aquella liturgia celestial que se celebra en la santa ciudad de Jerusalén, hacia la cual nos dirigimos como peregri- nos, y donde Cristo está sentado a la dies- tra de Dios como ministro del santuario y del tabernáculo verdadero” ( Sacrosanctum Concilium 8 ). Final de los prefacios y Sanctus . L 11 de 92
  • 12. CELEBRACIÓN DEL MISTERIO DE CRISTO, 1 CCE 1067 : “En la liturgia, la Iglesia cele- bra principalmente el misterio pascual por el que Cristo realizó la obra de nuestra salvación”. En el centro de toda acción li- túrgica se sitúan los ritos y fiestas que ce- lebran el misterio pascual de un modo nu- clear: la Eucaristía y el triduo pascual . Ya desde los tiempos apostólicos , la Iglesia tuvo conciencia de que el anuncio y la presencia del misterio de la salvación acontecían en las celebraciones de culto . Misterio era para la literatura patrística la categoría teológica que expresaba tanto la acción salvadora de Dios en Cristo, como su celebración en el culto . L 12 de 92
  • 13. CELEBRACIÓN DEL MISTERIO DE CRISTO, 2 Para las primeras generaciones cristianas, las acciones de culto no se limitaban a ser la expresión ritual de la propia pertenencia a una comunidad religiosa, sino auténticos misterios y, por consiguiente, obra de Dios. En el AT la Pascua es aquella celebración anual que, en el libro del Éxodo, había recibido el significado de actualizar ritualmente la liberación de la esclavi- tud de Israel. Con la muerte y resurrección de Cristo , acontece la liberación plena de la esclavitud (del pecado y de la muerte ) y la constitución per- fecta del pueblo elegido ( la Iglesia ), la nueva y definitiva Alianza, ahora a favor no sólo de una nación, sino de todos los hombres de todos los tiempos. L 13 de 92
  • 14. CELEBRACIÓN DEL MISTERIO DE CRISTO, 3 En el AT el rito memorial de la Pascua es, al mismo tiempo, signo rememorativo de un acontecimiento de salvación del pasado, mani- festativo de su presencia actual en el hoy y ahora de la celebración de culto, y profético de su consumación futura. En el NT la celebración eucarística, raíz de la liturgia eclesial, fue instituida por el Señor – y así interpretada por la Iglesia- como el memorial litúrgico de la nueva y definitiva Pascua, es decir, de la plena liberación y alianza eterna que Cristo mismo sellaría con su sacrificio en la cruz. L 14 de 92
  • 15. CELEBRACIÓN DEL MISTERIO DE CRISTO, 4 CCE 1363 : “En el sentido empleado por la Sagrada Escritura, el memorial no es sola- mente el recuerdo de los acontecimientos del pasado, sino la proclamación de las ma- ravillas que Dios ha realizado a favor de los hombres. En la celebración litúrgica , estos acontecimientos se hacen, en cierta forma, presentes y actuales ”. CCE 1364 : “El memorial recibe un sentido nuevo en el NT. Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, hace memoria de la Pascua de Cristo y ésta se hace presente : el sacrificio que Cristo ofreció de una vez para siempre en la cruz, permanece siempre actual ”. L 15 de 92
  • 16. CELEBRACIÓN DEL MISTERIO DE CRISTO, 5 En su estructura y realidad última, la liturgia es ante todo una obra del amor misericordioso de las tres divinas Personas en favor de los hombres ( opus Trinitatis ). Pero además, en su dimensión de respuesta humana al don ofrecido, la liturgia es también una acción de la Iglesia ( actio Ecclesiae ). CCE 1076 : “El día de Pentecostés, por la efusión del Espíritu Santo, la Iglesia se ma- nifiesta al mundo. El don del Espíritu inau- gura un tiempo nuevo en la dispensación del Misterio: el tiempo de la Iglesia , durante el cual Cristo manifiesta, hace presente y comunica su obra de salvación mediante la Liturgia de su Iglesia ‘hasta que él venga’ (1 Co 11, 26)”. L 16 de 92
  • 17. CELEBRACIÓN DEL MISTERIO DE CRISTO, 6 La celebración litúrgica “no sólo recuerda los acontecimientos que nos salvaron, sino que los actualiza , los hace presentes” ( CCE 1104 ). CCE 1068 : “es el misterio de Cristo lo que la Iglesia anuncia y celebra en su liturgia, a fin de que los fie- les vivan de él y den testimonio del mismo al mundo”. CCE 1085 : “El misterio pascual de Cristo (...) no puede permanecer solamente en el pasado , pues su muerte destruyó a la muerte, y todo lo que Cristo es y todo lo que hizo y padeció por los hombres parti- cipa de la eternidad divina y domina así todos los tiempos y en ellos se mantiene permanentemente presente . El acontecimiento de la Cruz y de la Resurrección permanece y atrae todo hacia la Vida”. L 17 de 92
  • 18. CELEBRACIÓN DEL MISTERIO DE CRISTO, 7 Sin perder su carácter simbólico, el rito ecle- sial de culto es primordialmente una acción sacramental : “la obra de Cristo en la liturgia es sacramental, porque su misterio de salva- ción se hace presente en ella por el poder de su Espíritu Santo ” ( CCE 1111 ). Este prin- cipio subraya la íntima conexión entre la epíclesis (invocación al Padre para que en- víe su Espíritu santificador) y la presencia del misterio de Cristo ( anámnesis ). Se llama “ economía sacramental ” “la comunicación (o ‘dispensa- ción’) de los frutos del misterio pascual de Cristo en la celebra- ción de la liturgia ‘sacramental’ de la Iglesia” ( CCE 1076 ). L 18 de 92
  • 19. CELEBRACIÓN DEL MISTERIO DE CRISTO, 8 El ser de la celebración litúrgica no es otro que su ser actualización perenne de la Palabra de salvación en y por medio del rito de culto. En la celebración litúrgica, el misterio de la salvación se actualiza y se manifiesta mediante el rito . Ni la Iglesia ni su liturgia crean el misterio de Cristo: antes bien, tanto en el orden de la inteli- gencia (teología) como en el de la historia (reve- lación), primero es el acontecimiento salvador de Cristo y después su celebración memorial. El rito de culto se encuentra en el fundamento mismo de la posibilidad del acontecer litúrgico y de la fe como acontecimiento salvador en la historia. L 19 de 92
  • 20. LITURGIAS OCCIDENTALES, 1 A lo largo de los siglos, la Iglesia ha celebrado el único e idéntico misterio de Cristo –la tradición litúrgica- se- gún una diversidad de usos y de costumbres de venera- ble antigüedad –las tradiciones litúrgicas . Lejos de dañar a la unidad de la Iglesia, la pluralidad litúrgica cons- tituye uno de sus más preciados tesoros, como manifestación admi- rable de su catolicidad y apostolicidad . Las grandes familias litúrgicas: patriarcados , en el ámbito del Impe- rio romano (Antioquía, Alejandría, Roma, sedes de origen apostó- lico ; Constantinopla y Jerusalén, sedes de origen conciliar ) y katho- likados , fuera de los confines de la cultura grecorromana (Mesopo- tamia, Georgia y Armenia). L 20 de 92
  • 21. LITURGIAS OCCIDENTALES, 2 En líneas generales, el proceso de configuración de las familias litúrgicas comprende cuatro etapas : 1 . Periodo de gestación de los usos locales, primeras oraciones para el culto, organización de tiempos litúrgicos (s. II-IV ). 2 . Periodo de estructuración de las grandes familias impulsado por la libertad de la Iglesia, compilación de codificaciones de textos (anáforas), legislación canónico-litúrgica, desarrollo del catecumenado, articulación del ciclo del año litúrgico , conden- sación de algunas lenguas litúrgicas, multiplicación de espacios cultuales (basílicas, baptisterios...) (s. IV-V ). 3 . Periodo de cristalización de los ritos particulares dentro de las grandes familias litúrgicas (s. VI-VIII ). 4 . Periodo de consolidación de la propia tradición y de su poste- rior transmisión hasta nuestros días. L 21 de 92
  • 22. LITURGIAS OCCIDENTALES, 3 Hasta s. IV, restos arqueológicos y noticias de carácter funerario. Se forja el substrato ritual común a todas la Iglesias latinas: rito paleolatino , que afectaría no tanto a las fórmulas oracionales cuanto a las estructuras de culto. Tradición romana, 1 Liturgia propia de Roma y sus diócesis sufragáneas. Edad Media : se difunde por todo el Occidente . S. IV-VIII : periodo clásico de la liturgia romana (hasta la formación del Imperio romano-germánico). Primeras compilaciones de formula- rios litúrgicos: sacramentarios (Veronense, Gelasiano y Gregoria- no), leccionarios , antifonarios , ordines (“rúbricas”). Lugar espe- cial: el Canon romano. L 22 de 92
  • 23. LITURGIAS OCCIDENTALES, 4 Tradición romana, 2 El patrimonio litúrgico de la Iglesia romana se extiende por las tierras sometidas al ámbito de influencia carolingia: Reino de los francos e Imperio germánico . Tiempo de la cultura románica. S. IX-XII: periodo franco-germánico: Adaptación del texto romano a las nuevas necesidades da lugar a una liturgia mixta : formularios para fiestas propias de las Iglesias locales, misas votivas , fórmulas para que el sacerdote, de modo privado , en silencio, confiese su indignidad o satisfaga su piedad. Al final, de manos de los emperadores, la liturgia romana renovada y adaptada a la sensibilidad de los pueblos germánicos regresa a Roma, donde termina sustituyendo a la tradición anterior. L 23 de 92
  • 24. LITURGIAS OCCIDENTALES, 5 Tradición romana, 3 S. XIII-XV: liturgia de la Curia romana: Las nuevas necesidades pastorales (frailes mendicantes) exigían una simplificación de los ritos y libros litúrgicos, para el culto de comunidades pequeñas, rurales. De este modo surgieron el misal , el breviario y las sucesivas elaboraciones (s. XII-XIII) de un nue- vo pontifical , hasta su compilación definitiva (Guillermo Durando, + 1295). La liturgia de la curia romana recoge el espíritu de la época: gótico y cruzadas . Interés por la humanidad de Cristo y, en consecuencia, por la maternidad de María . Nuevas fiestas como la del Corpus Christi . Procesiones, via crucis, etc. L 24 de 92
  • 25. LITURGIAS OCCIDENTALES, 6 Tradición romana, 4 S. XVI-XX: La reforma tridentina: Uno de los objetivos de Trento : res- tauración del culto. Catálogo de abu- sos litúrgicos y ritual uniforme para toda la Iglesia. Un único misal y bre- viario. Erección de la Congregación de ritos (1587). El siglo de la luz (XVIII) y un incipiente mundo secularizado (s. XIX) contribuyeron a una conciencia eclesial de renovación, raíz del movimiento litúrgico. Pío XII erigió una comisión especial pa- ra una reforma. Restauración de la Vigilia Pascual (1951) y de toda la Semana Santa (1955). Nuevo periodo de reforma litúrgica: Vaticano II . L 25 de 92
  • 26. LITURGIAS OCCIDENTALES, 7 Liturgia afrorromana Las provincias del África romana (África proconsular, Numidia y Mauritania) conocieron en la antigüedad tardía un periodo de esplendor. Testimonios de un rito estructurado y codificado . Pero esta liturgia no tuvo ocasión de consolidarse a causa de las invasio- nes vándala y musulmana , durante los siglos V a VII. Liturgia galicana Conjunto de tradiciones de culto surgidas durante el periodo en que la Galia era una provincia del Imperio romano, que alcanzaron una estructura propia en los reinos francos del periodo merovingio (s. VI-VIII ). En su desarrollo se advierten influjos orientales e itálicos. Pero la adopción oficial de los libros litúrgicos de la Iglesia de Ro- ma durante el reinado de Carlomagno , a finales del siglo VIII, su- puso la definitiva desaparición de los usos galicanos. L 26 de 92
  • 27. LITURGIAS OCCIDENTALES, 8 Liturgia ambrosiana Los usos y costumbres de la Iglesia de Milán se designan así por su adscripción a la tradición litúrgica conocida por San Ambrosio en el s. IV . Tres momentos históricos de esta tradición: roma- nidad tardía (siglos IV-V), dominación longobarda (siglos VI-VIII) y periodo carolingio (siglos IX-X). Sus oraciones tienen un carácter polémico frente a la herejía arriana . Influjos tanto del Oriente como de otras tradiciones latinas (hispana, galicana, carolingia...). Ha llegado hasta nuestros días ya que cuando la reforma tridentina unificó los ritos de toda la Iglesia latina, la dió- cesis milanesa pudo presentar formularios con más de doscientos años de antigüedad, límite prescrito por el mandato conciliar. L 27 de 92
  • 28. LITURGIAS OCCIDENTALES, 9 Liturgia hispánica Responde a la tradición de culto que, sobre la base del común pa- trimonio paleolatino y otros elementos hispanoromanos , se estruc- turó durante los siglos VI y VII en el reino visigodo instalado en la península ibérica y la Septimania provenzal. Se llama también “ visigótica” o “ mozárabe ”pues en un principio la supresión del rito no pudo entrar en vigor en las tierras islámicas. Este rito fue suprimido por Gregorio VII (1073), a causa de la sos- pecha de formulaciones “ adopcionistas ” en algunos textos. Pero cuando Alfonso VI reconquista Toledo (1085), concede a la ciudad privilegio de la celebración en este rito, y por eso ha llegado hasta nuestros días. Fruto de la revisión según los principios de Vaticano II : Misal Hispano-Mozárabe (1991) y leccionario (1995). L 28 de 92
  • 29. LITURGIAS ORIENTALES, 1 En el Oriente cristiano, las nociones de liturgia y rito tienen algunas diferencias respecto a su significado habitual en Occidente . Rito : no sólo costumbres de culto de una Iglesia, sino también doc- trinas dogmáticas, usos canónicos e, incluso, lengua , historia y cultura = todo aquello que configura a una “ nación ”. Liturgia : alcance más restrictivo. In- dica tanto el conjunto de usos y cos- tumbres cultuales de una Iglesia (“liturgia bizantina”, “liturgia copta”...), como la celebración de la Eucaristía (“ divina liturgia ”). L 29 de 92
  • 30. LITURGIAS ORIENTALES, 2 Notas teológicas comunes a las tradiciones litúrgicas de Oriente, 1 El sentido de la trascendencia de las celebraciones (lenguaje, signos y gestos de adoración). Eucaristía como “ mysterium tremendum ”: acontecimiento de salvación que los fieles deben vivir mediante el silencio devoto y la escucha atenta. Iconostasis (mampara con imágenes que separa el santuario de la nave y lo oculta en el momento de la presencia divina). 1 La celebración entendida como manifestación, presencia y comunicación de la gloria de Dios. En la liturgia es Cristo mismo quien obra , mediante su humanidad, unida a la Persona divina. 2 3 L 30 de 92
  • 31. LITURGIAS ORIENTALES, 3 4 5 Notas teológicas comunes a las tradiciones litúrgicas de Oriente, 2 La acción litúrgica como expresión del amor infinito de Dios por los hombres. Toda celebración es una nueva Pentecostés en la que, me- diante la fuerza del Espíritu , se actualiza la obra divina de la redención. Importancia de la epíclesis . La celebración como anticipación de la venida gloriosa del Señor ( parusía ). La visión escatológica de la liturgia como momento de la presencia anticipadora de la Jerusalén celestial. 6 7 L 31 de 92
  • 32. LITURGIAS ORIENTALES, 4 Notas teológicas comunes a las tradiciones litúrgicas de Oriente, 3 8 9 La conciencia de que en la celebración se revela la naturaleza profunda de la Iglesia , comunidad de los convocados a la participación en los sagrados misterios. Carácter antropológico y cosmológico : el hombre con to- dos sus sentidos, juntamente con el cosmos, celebra en la liturgia la gloria de Dios (canto, colores, luces, perfumes). Impronta mariológica : María es invocada de continuo con sus títulos legítimos. Nu- merosas fiestas durante el año litúrgico. 10 L 32 de 92
  • 33. LITURGIAS ORIENTALES, 5 Tradición siro-oriental : rito siro-nestoriano; caldeo (católicos); siro-malabar (católicos). Grupo antioqueno Tradición siro-occidental : 1 liturgia siro-antioquena : rito siro-jacobita (monofisitas); siro- antioqueno (católicos); siro-jacobita de la India (monofisitas); siro-malankar (católicos); maronita (católicos). 2 liturgia bizantina (ortodoxos y católicos): rito bizantino-griego; bizantino-eslavo; bizantino-árabe o “melkita”; bizantino-albanés; georgiano. 3 liturgia armenia (ritos monofisita y católico). Grupo alejandrino Rito copto (monofisitas o católicos); etíope (monofisitas o católicos). L 33 de 92
  • 34. LITURGIAS ORIENTALES, 6 Liturgia siro-oriental La tradición atribuye la primera evangelización en las regiones de Mesopotamia a santo Tomás apóstol. Su primer desarrollo está marcado por su inclusión en el área de influencia del Imperio persa sasánida. En el siglo V se separa de Antioquía, capital de la Siria romana y la sede primada se establece en la ciudad de Seleucia-Ctesifonte, a orillas del Tigris. Aislada del resto de la cristiandad, la comunidad siro-oriental adop- tó la doctrina de Teodoro de Mopsuestia que recogía las afirmacio- nes de Nestorio , condenadas en Éfeso el año 431: Iglesia nestoriana . Desde el siglo XVI , algunas comunidades entraron en comunión con Roma (Iglesia caldea ). En India : Iglesia siro-malabar ha atra- vesado circunstancias muy complejas. L 34 de 92
  • 35. LITURGIAS ORIENTALES, 7 Liturgia siro-antioquena Hunde sus raíces en los usos cultuales del patriarcado de Antioquía. Bajo la guía de Jacobo Bar-Addai, se separaron en el siglo VI, con jerarquía independiente, de la Iglesia bizantina, siguiendo la herejía monofisita (condenada en Calcedonia, 451). = Iglesia jacobita . Después del siglo XVII, una rama de esta Iglesia entró en comunión con Roma : rito siro-antioqueno . Dentro de la tradición antioquena, el monje sirio Ma- rûn formó una comunidad de cristianos fieles a Cal- cedonia. La comunidad maronita es la única Iglesia oriental de ininterrumpida comunión católica. Perse- guidos (jacobitas, y después melkitas y musulmanes, s. VII-IX ) se refugiaron en el Líbano . Como lenguas litúrgicas oficiales figuran el siríaco y el árabe . L 35 de 92
  • 36. LITURGIAS ORIENTALES, 8 Liturgia bizantina, 1 La Iglesia de Constantinopla , “la nueva Roma” fue constituida a comienzos del siglo IV . El Concilio del 381 en esta ciudad le concedió una supremacía ho- norífica en Oriente, como capital impe- rial. Pronto se amplió su jurisdicción a Asia, Ponto y Tracia. La liturgia bizantina encuentra sus raíces en los usos rituales antioquenos (anáforas de San Juan Crisóstomo y de San Basilio). Su estructura clásica se forma entre los si- glos VI y IX en Santa Sofía. Formas ri- tuales definitivas : libros s. XVI y XVII. L 36 de 92
  • 37. LITURGIAS ORIENTALES, 9 Liturgia bizantina, 2 Culto siempre solemne y muy sensorial (iconografía, polifonía, luminosidad, incienso, ornamentos...). A partir de la misión de los santos Cirilo y Metodio (s. IX ), se expandió por los pueblos eslavos orientales. Rito bizantino- griego : patriarcados ortodoxos de Constantinopla, Jerusalén, Antioquía y Alejandría; Iglesias autocéfalas de Grecia, Creta, Chipre. Bizantino- eslavo : Rusia, Bulgaria, Rumania, Serbia. Bizantino- albanés : Albania. Bizantino- geor- giano : Georgia. Bizantino- melkita : Líbano, Irak, Palestina... En algunas naciones (Finlan- dia, Letonia, etc.). En comunión con Roma : Ucrania (rito bizantino- ucraniano ). L 37 de 92
  • 38. LITURGIAS ORIENTALES, 10 Liturgia armenia El cristianismo llegó muy pronto a Armenia , quizás a finales del siglo I. Primera nación oficialmente cristiana (bautismo de su rey Tíridates, 301). En el 506, profesó el monofisismo. A partir de las cruzadas, algunas comunidades entraron en comunión con Roma. Liturgia copta “ copto ” viene del vocablo árabe al-qubt , derivado del griego aigyptios . Esta liturgia deriva pues de la comunidad de origen apostólico y len- gua y liturgia griegas que resplandeció en Egipto durante los primeros siglos (Clemente alejandrino, Orígenes, Atanasio, Cirilo...). Se pasó al monofisismo a partir del siglo V, en contra los “calcedonianos”. L 38 de 92
  • 39. LITURGIAS ORIENTALES, 11 Liturgia etíope La predicación evangélica llegó a Etiopía en el siglo IV, por obra de monjes sirios enviados desde Alejandría. Es una Iglesia monofisita . Una rama católica se remonta a las misiones italianas del siglo XIX. En las celebraciones litúrgicas abundan las lecturas de textos apó- crifos . Tradiciones rituales de origen judaico (circuncisión antes del bautismo, procesión con el arca de la alianza, fiestas de los santos del AT...). Lengua litúrgica: el etíope antiguo , in- comprensible para los fieles. Usan instrumentos de origen egipcio, con movimientos rítmicos de los fieles, pro- cedentes de danzas litúrgicas antiguas. L 39 de 92
  • 40. CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 1 “ Haced esto en memoria mía” ( 1 Cor 11, 25 ). “Cumplimos este mandato del Señor celebrando el memorial de su sacrificio . Al hacerlo, ofrecemos al Padre lo que Él mismo nos ha dado: los do- nes de la creación, el pan y el vino, convertidos por el poder del Espíritu Santo y las palabras de Cristo, en el Cuerpo y la Sangre del mismo Cristo: así Cristo se hace real y misteriosamente pre- sente” ( CCE 1357 ). La santa Misa es acción de Cristo . En ella se actualiza el sacrificio pascual del Señor. La celebración eucarística tiene un dina- mismo trinitario : acción de gracias y ala- banza al Padre , memorial del sacrificio de Cristo , presencia real del Señor, por el po- der de su Palabra y de su Espíritu . L 40 de 92
  • 41. CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 2 La celebración eucarística es también sacrificio de la Iglesia , Cuerpo y Esposa de Cristo, porque ella, nacida del costado abierto del Señor en la cruz, se une a su Cabeza y Esposo mediante la celebración del rito sacramental. De este modo, la Iglesia ofrece al Padre el único sacrificio aceptable, convirtiéndose en víctima agradable a su Dios. Toda Eucaristía celebrada en una comunidad local es celebración de toda la Iglesia, una y católica. Además, en la Eucaristía, la Iglesia que peregrina en la tierra se une al eterno coro de la Iglesia celestial : ángeles y santos que glorifican y dan gracias a Dios sin interrupción. L 41 de 92
  • 42. CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 3 Relato de la Última Cena en el NT: “tomar, bendecir, dar gracias, partir, dar”. Esta secuencia se recoge en la liturgia de todas las tradiciones eclesiales: presentación de dones, oración consagratoria de bendición y acción de gracias, fracción del pan y comunión. Periodo apostólico : en las comunidades pro- cedentes de la gentilidad, el rito se acompa- ñaba de las lecturas de la Sagrada Escritura, costumbre extendida a las comunidades de origen judío tras la expulsión de la sinagoga. La celebración dominical aparece ya como una institución consolidada. Siglo II: ya estructura Palabra de Dios – rito eucarístico. Siglo III: la Traditio Apostolica incluye todos los elementos de la plegaria eucarística. L 42 de 92
  • 43. CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 4 Celebración eucarística romana hasta la reforma tridentina Fase clásica (siglos IV-VIII ): nos han llegado libros para la celebración en fascículos ( libelli ) o en co- lecciones completas ( sacramentarios ). Contienen ya los elementos que conocemos ahora: prefacio y ple- garia eucarística, oración colecta, sobre las ofrendas y de poscomunión, lecturas, aleluya y homilía, cantos del Kyrie, Gloria y, a partir del s. VII, Agnus Dei. Siglos IX-XV : proliferación de las apologías (oraciones del sacerdote para su purificación interior), composición de secuencias , misal ple- nario, costumbre de recitar en secreto partes de la Misa. Se deteriora la participación del pueblo y se produce un alejamiento de la comunión . Nuevos gestos como la elevación de la hostia consagrada. L 43 de 92
  • 44. CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 5 Misa tridentina (siglos XVI-XX) Decadencia litúrgica de la Baja Edad Media, desafío de la doctrina eucarís- tica de la reforma protestante y defi- ciente formación del clero , mostraron la urgente necesidad de una revisión autorizada del rito de la Misa. Con este fin, durante el concilio de Trento se decidió la revisión de los libros litúrgicos y la publicación del nuevo misal. Los trabajos concluyeron con san Pío V: promulgó el misal reformado en 1570 y lo estableció obligatorio para toda la Iglesia latina (salvo liturgias de las diócesis y órdenes religiosas que tuvieran más de doscientos años de antigüedad). Este misal suprimió la mayor parte de las se- cuencias, revisó las oraciones privadas y gestos del celebrante, etc. L 44 de 92
  • 45. CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 6 San Pío X impulsó la renovación litúrgica (motu proprio Tra le sollecitudine y algunas medidas como misas vespertinas). Labor reformadora de Pío XII : ya visto. El misal romano de 1970, promulgado por Pablo VI , es fruto de las determinaciones acordadas por el Concilio Vaticano II . Sacrosanctum Concilium 50 : “Revísese el ordinario de la Misa, de modo que se mani- fieste con mayor claridad el sentido propio de cada una de las partes y su mutua cone- xión y se haga más fácil la piadosa y activa participación de los fieles”. L 45 de 92
  • 46. CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 7 Estructura de la celebración eucarística, 1 Dos secciones rituales: “Liturgia de la Palabra y liturgia eucarística constituyen juntas un solo acto de culto” ( CCE 1346 ). Ritos de introducción : canto de entrada; saludo del celebrante; acto penitencial para toda la asamblea; Gloria (final s. IV ); oración co- lecta (a mediados del s. V ). Liturgia de la Palabra : lecturas de la Sagrada Escritura con cantos interleccionales (salmo res- ponsorial, aleluya, secuencia): el leccionario consta de un ciclo festivo trienal de tres lecturas y un ciclo ferial de dos lecturas, bienal para la primera; homilía (obligatoria en los días festi- vos); profesión de fe; oración de los fieles. L 46 de 92
  • 47. CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 8 Estructura de la celebración eucarística, 2 Liturgia eucarística, 1 Ofertorio : la presentación de dones significa la participación de todos los fieles en el sacrificio sacramental. Concluye con la oración sobre las ofrendas , que prepara a la asamblea para su par- ticipación en la oración eucarística. Plegaria eucarística ( núcleo de la celebración): alabanza-acción de gracias ( prefacio , Santo); epí- clesis (en la anáfora romana una consagratoria, otra de comunión); relato de la institución ( actua- liza el sacrificio de la cruz, presencia por la fuerza de las palabras y el poder del Espíritu Santo); aná- mnesis (evoca el misterio pascual); intercesiones ; doxología (alabanza trinitaria, asamblea “amen”). L 47 de 92
  • 48. CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 9 Estructura de la celebración eucarística, 3 Liturgia eucarística, 2 Ritos de comunión : oración dominical con embolismo (suplicar la liberación del mal) y doxología (aclamada por los fieles); rito de la paz ; fracción del pan ; Agnus Dei; immixtio o commixtio (símbolo de la única persona de Cristo glorioso y subraya la unicidad del sa- cramento en sus dos especies); comunión eucarística (celebración orientada hacia la comunión); canto de comunión; oración después de la comunión. Rito de conclusión : saludo, bendición, despedida L 48 de 92
  • 49. CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA, 10 Culto eucarístico “ La Iglesia católica ha dado y continúa dando este culto de adoración que se debe al sacra- mento de la Eucaristía no solamente durante la misa, sino también fuera de su celebración: conservando con el mayor cuidado las hostias consagradas, presentándolas a los fieles para que las veneren con solemnidad, llevándolas en procesión” ( Pablo VI, Mysterium Fidei, 1965 ). Entre los ejercicios de adoración y devoción a la presencia real de Cristo en la Eucaristía, el ritual actualmente en vigor recomienda aquellos que poseen ya una larga tradición eclesial, como la exposi- ción y bendición con el santísimo sacramento y las procesiones . L 49 de 92
  • 50. CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 1 Bautismo, Confirmación y Eucaristía son los sacramentos de la iniciación cristiana . NT : numerosas alusiones a los ritos de iniciación sacramental de la Iglesia. Del siglo II hasta los siglos V-VI más noticias y desarrollo del catecumenado . A partir de entonces el catecumenado se debilitó por la generalización del Bautismo de niños . El ritual romano de 1614 separó definiti- vamente Bautismo, Confirmación y Euca- ristía. Después de Vaticano II la costum- bre de retrasar la confirmación se genera- liza. L 50 de 92
  • 51. CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 2 Iniciación cristiana de los adultos Proceso dividido en cuatro tiempos de forma- ción: precatecumenado (tiempo de la evange- lización, del anuncio de Jesucristo y su miste- rio redentor; culmina con la admisión como catecúmeno: rito de admisión ); catecumena- do (formación doctrinal y moral y práctica de las virtudes; después admitido a la preparación inmediata a la celebración sacramental: rito de elección ); tiempo de la elección (generalmente Cuaresma, jalonado por ritos: escrutinios o in- terrogaciones, entregas del símbolo de la fe y de la oración dominical); recepción de los tres sacramentos de iniciación . L 51 de 92
  • 52. CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 3 Ritual del bautismo de niños Cuatro momentos: Ritos de acogida : señal de la cruz que hacen sobre el niño el ministro y los padres y padrinos, símbolo de su recepción en el seno de la Iglesia y anticipo de su condición de cristiano . Liturgia de la palabra : lecturas, homilía, oración de los fieles, exorcismo y unción con el óleo de los catecúmenos. Liturgia sacramental : bendición del agua , triple renuncia al mal y profesión de la fe trinitaria; triple ablución en el nombre tri- nitario ( esencia sacramento); unción crisma ; vestidura blanca; entrega del cirio ; effeta . Ritos conclusivos: oración dominical y bendición de los padres. L 52 de 92
  • 53. CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 4 El sacramento de la Confirmación se confiere mediante la unción del crisma en la frente, que se hace con la imposición de la mano y mediante las palabras : “recibe por esta señal el don del Espíritu Santo”. Estructura de la liturgia sacramental: renovación de las promesas bautisma- les , imposición de las manos ; crisma- ción (rito esencial ), saludo de la paz . Crisma : aceite vegetal , preferentemente de oliva, al que se añade el bálsamo (aromas o sustancias perfumadas) y previamente con- sagrado por el Obispo . L 53 de 92
  • 54. CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 5 La celebración sacramental de la penitencia comunica al fiel la participación en el aconte- cimiento pascual que se había debilitado o perdido por el pecado: “los que se acercan al sacramento de la penitencia obtienen de la misericordia de Dios el perdón de los pecados cometidos contra Él y al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia , a la que ofendieron” ( Lumen gentium 11 ). “ El sacramento de la penitencia es, según la concepción tradicio- nal más antigua, una especie de acto judicial ; pero dicho acto se desarrolla ante un tribunal de misericordia ” ( Juan Pablo II, Reconciliatio et paenitentia, 1984, 31 ). Poder de atar y desatar. L 54 de 92
  • 55. CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 6 Desarrollo histórico de la penitencia sacramental, 1 Los textos del NT atestiguan, para quien pecare gravemente, una exclusión de la comunión ecle- sial, de carácter medicinal, mediante una senten- cia pronunciada por quien es cabeza de la comu- nidad, seguida de una readmisión también oficial en el seno de la Iglesia, tras el arrepentimiento y el cambio de vida. Siglos II y III : se confiere la penitencia una sola vez en la vida. Concernía a pecados capitales (apostasía, asesinato y adulterio). Estructura: acusación, secreta , ante el obispo; admisión al estado de los penitentes (exclusión de la Eucaristía) y, una vez transcurri- do el periodo de excomunión establecida, reconciliación oficial con la Iglesia previa a las fiestas pascuales = penitencia canónica . L 55 de 92
  • 56. CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 7 Desarrollo histórico de la penitencia sacramental, 2 Penitencia canónica mostró sus límites : carácter socialmente discriminatorio de la condición de penitente, la dificultad para asumir el rigor de la satisfacción impuesta y el temor a una re- caída contribuyeron a que se extendiera la costumbre de aplazar hasta el final de la vida la petición de la disciplina penitencial. En este contexto de crisis, aparece una nueva praxis (s. VII ) pro- veniente de los monasterios de las islas británicas: la penitencia tarifada . Ministro ( sacerdote ) impone la satisfacción (secreta) según una “lista de tarifas” o penas. Cuando el penitente la había cumplido, volvía a recibir la absolución. Se podía reiterar el sacramento cuantas veces fuera necesario. Alrededor s. IX-X , se introduce la costumbre de conferir la absolución inmediatamente después de la aceptación de la satisfacción impuesta. L 56 de 92
  • 57. CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 8 Desarrollo histórico de la penitencia sacramental, 3 Siglo XVIII : aparece el confesona- rio como lugar más apropiado para la celebración del sacramento, en sustitución de la sede presidencial del ministro. Ordo paenitentiae de 1973 : tres ritos: a) para la reconciliación de un solo penitente, b) para reconciliar a varios penitentes con con- fesión y absolución individuales , c) en casos muy excepcionales para reconciliar a muchos penitentes con absolución general ( CIC 961 ). L 57 de 92
  • 58. CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 9 Elementos de la celebración de la penitencia: “ saludo y bendición del sacerdote, lectura de la palabra de Dios para iluminar la con- ciencia y suscitar la contrición, y exhortación al arrepentimiento; la confesión que reconoce los pecados y los manifiesta al sacerdo- te; la imposición y la aceptación de la penitencia ; la absolución del sacerdote; alabanza de acción de gracias y despedida con la bendición del sacerdote” ( CCE 1480 ). Sede : hay que asegurar “en todo caso que existan siempre en lugar patente confesonarios provistos de rejillas entre el penitente y el confesor que puedan utilizar libremente los fieles que así lo deseen” ( CIC 964 ). A su vez el sacerdote puede decidir confesar en el con- fesonario con rejillas, “también cuando el penitente solicite diver- samente” ( Consejo pontificio para la interpretación de los textos legislativos, 07.07.1998 ). L 58 de 92
  • 59. CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 10 Liturgia de las ordenaciones, 1 El sacramento del Orden comprende tres grados : episcopado, presbiterado y diaconado. “El sacerdote, por el sacramento que ha recibido, hace presente de una manera totalmente particular a nuestro Señor Jesucristo, Cabeza de la Iglesia. En la administración de los sacramentos actúa in persona Christi Capitis y también in persona Ecclesiae ” ( Congregación para la doctrina de la fe, 2005 ). CCE 1538 : la ordinatio es “acto sacramental que incorpora al orden de los obispos, de los presbíteros y de los diáconos y que va más allá de una simple elección, designación, delegación o institución por la comunidad, pues confiere un don del Espíritu Santo que permite ejercer un ‘ poder sagrado ’ que sólo puede venir de Cristo a través de su Iglesia”. L 59 de 92
  • 60. CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 11 Liturgia de las ordenaciones, 2 CCE 1573 : “El rito esencial del sacramento del Orden está constituido, para los tres grados, por la imposición de manos del obispo sobre la cabeza del ordenando, así como por una oración consecratoria especial que pide a Dios la efusión del Espíritu Santo y de sus dones apropiados al ministerio para el cual el candidato es ordenado”. Ritos iniciales : presentación y elección del ordenando, alocución del obispo, interrogatorio del ordenando, letanías de los santos. Preparan el acto solemne de la consagración . L 60 de 92
  • 61. CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 12 Liturgia de las ordenaciones, 3 Ritos que expresan de manera simbólica el misterio que se ha realizado: Obispo y presbítero : unción con el santo crisma , signo de la unción especial del Espíritu Santo que hace fecundo su ministerio. Entrega de los instrumentos : Obispo : evangelios, anillo, mitra y báculo, en señal de su misión apostólica de anuncio de la Palabra, de su fidelidad a la Iglesia, de su cargo de pastor. Presbítero : patena y cáliz. Diácono : evangelios por su misión de anunciar el Evangelio de Cristo. L 61 de 92
  • 62. CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 13 Celebración litúrgica del matrimonio, 1 El matrimonio uno e indisoluble es una realidad que existe ya en la economía de la creación . Asume en la Iglesia un nuevo significado: el ser sacramento de la alianza definitiva e irrevocable entre Cristo y su Igle- sia , sellada con el sacrificio de la cruz. “ En virtud de la sacramentalidad de su matrimonio, los esposos que- dan vinculados uno a otro de la manera más profundamente indiso- luble. Su recíproca pertenencia es representación real , mediante el signo sacramental, de la misma relación de Cristo con su Iglesia . Los esposos son por tanto el recuerdo permanente, para la Iglesia, de lo que acaeció en la cruz (...). De este acontecimiento de salvación el matrimonio, como todo sacramento, es memorial, actualización y profecía” ( Juan Pablo II, Familiaris consortio, 1981, 13 ). L 62 de 92
  • 63. CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 14 Celebración litúrgica del matrimonio, 2 No testimonios explícitos de un rito de culto para el matrimonio cristiano en los primeros siglos de la Iglesia. Trazas de una con- firmación ritual eclesial del sacramento. A partir del s. IV , ritos matrimoniales cristianos más explícitos. Intercambio del consen- timiento en la casa. A partir del s. IX , a las puertas de la iglesia. El concilio de Trento exigió que el con- sentimiento mutuo de los contrayentes se proclamara en presencia del párroco u otro sacerdote con licencia y de, al menos, dos testigos . Consentimiento ya en el interior de la iglesia. L 63 de 92
  • 64. CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 15 Celebración litúrgica del matrimonio, 3 Celebración: en la misa nupcial, tras la proclamación del evangelio y homilía ; si no se celebra la eucaristía, después de la liturgia de la palabra . Estructura : escrutinio sobre la disposición para contraer ma- trimonio cristiano, bendición de los anillos , fórmula de expre- sión del consentimiento , ratificación del sacerdote (mediante una plegaria de bendición), bendición de los novios (en algunas iglesias, después del Padrenuestro). L 64 de 92
  • 65. CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 16 Unción de los enfermos, 1 La teología católica ha visto en la carta de Santiago (5, 14-15) el fundamento bíblico para el sacramento de la unción de los en- fermos. Primer documento llegado hasta nosotros: la Traditio Apostolica (a comienzos del s. III ). Pablo VI, Sacram unctionem, 1972 : “se adminis- tra a los gravemente enfermos ungiéndolos en la frente y en las manos con aceite de oliva debida- mente bendecido o (...) con otro aceite vegetal, y pronunciando una sola vez estas palabras (...): ‘ por esta santa unción y por su bondadosa miseri- cordia te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo, para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad’”. L 65 de 92
  • 66. CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 17 Unción de los enfermos, 2 CCE 1517 : “como en todos los sacramentos, la unción de los en- fermos se celebra de forma litúrgica y comunitaria , que tiene lu- gar en familia, en el hospital o en la iglesia, para un solo enfermo o para un grupo de enfermos. Es muy conveniente que se celebre dentro de la Eucaristía, memorial de la Pascua del Señor. Si las circunstancias lo permiten, la celebración del sacramento puede ir precedida del sacramento de la Penitencia y seguida del sacra- mento de la Eucaristía”. Idem : “En cuanto sacramento de la Pascua de Cristo, la Eucaristía debería ser siempre el último sacramento de la peregrinación terrenal, el ‘ viático ’ para el ‘paso’ a la vida eterna”. L 66 de 92
  • 67. CELEBRACIÓN SACRAMENTOS, 18 Unción de los enfermos, 3 Rito ordinario fuera de la misa: Ritos iniciales : saludo, aspersión con agua bendita, alocución para confiar al enfermo a la misericordia de Cristo, acto penitencial cuando no ha sido prece- dido por la confesión sacramental. Lectura de la palabra de Dios. Ritos de la unción : plegaria litánica, imposición de las manos en si- lencio, acción de gracias sobre el óleo ya bendecido o, en su caso, bendición, unción sacramental , oración que especifica los efectos del sacramento. Ritos de conclusión : Padrenuestro y bendición sacerdotal. L 67 de 92
  • 68. AÑO LITÚRGICO, 1 La liturgia distribuye las celebraciones a lo largo del tiempo, siguiendo las pautas establecidas, pero dándoles un valor e importancia en función del misterio que se celebra. La liturgia comienza a celebrar determinados días la víspera : do- mingo y solemnidad: misas vespertinas válidas para cumplir con el precepto . La semana judía empezaba en el día primero, que era nuestro do- mingo. Los cristianos otorgaron enseguida la centralidad de la semana al domingo . Lunes es la feria segunda . L 68 de 92
  • 69. AÑO LITÚRGICO, 2 Ritmo anual : dos ciclos de fiestas. Unas fijas (ejemplo: Navidad), otras móviles , que cada año caen en un día diferente, en función de la fecha de la Pascua (ejemplos: Pentecostés, Corpus,...). La fecha de la Pascua (Nicea, 325) se fija el domingo siguiente al primer plenilunio de pri- mavera . Así puede caer entre el 22 de marzo y el 25 de abril. El día en que comienza el año litúrgico no coin- cide con el del calendario civil: comienza el domingo I de adviento . L 69 de 92
  • 70. AÑO LITÚRGICO, 3 La Iglesia vive y celebra la liturgia a lo largo del año. La liturgia, celebración del misterio de Cristo en el tiempo de la Iglesia, se despliega según un ritmo anual: “en el círculo del año , desarrolla todo el misterio de Cristo” ( Sacrosanctum Concilium 102 ). En la revelación divina , “el tiempo tiene una importancia fundamental . Dentro de su di- mensión se crea el mundo, en su interior se desarrolla la historia de la salvación, que tiene su cima en la plenitud de los tiempos de la Encarnación , y su término en el retorno glo- rioso del Hijo de Dios al final de los tiempos” ( Juan Pablo II, Tertio millenio adveniente, 1994, 10 ). L 70 de 92
  • 71. AÑO LITÚRGICO, 4 CCE 1076 : “El día de Pentecostés, por la efu- sión del Espíritu Santo, la Iglesia se mani- fiesta al mundo. El don del Espíritu inaugura un tiempo nuevo en la ‘dispensación del Misterio’: el tiempo de la Iglesia, durante el cual Cristo manifiesta , hace presente y co- munica su obra de salvación mediante la Liturgia de la Iglesia , ‘hasta que él venga’ ( 1 Co 11, 26 )”. En la celebración litúrgica, memorial del misterio de salvación, la presencia actual de Cristo acontece en el ahora de la historia. El momento litúrgico se convierte en tiempo pleno , síntesis de la en- tera historia de la salvación que culmina en Cristo y ámbito del admirable intercambio entre el tiempo y la eternidad. L 71 de 92
  • 72. AÑO LITÚRGICO, 5 El nuevo calendario, articulado en torno a la Pascua, privilegia los tiempos que celebran el misterio de la salvación: a Ciclo pascual , centrado en el santo triduo , y completado por la Cuaresma que lo precede y la cincuentena que lo prosigue. Ciclo de la manifestación: tiempos de Adviento y Navidad . Tiempo ordinario : gira en torno al domingo. Para que las fiestas de los santos no prevalezcan sobre los misterios de la salvación, el calendario procedió a una simplificación del santoral. En cualquier caso, el culto a los santos es positivo y no oscurece los misterios centrales de la fe, sino que ayuda a ilustrar- los y a comprenderlos. b c L 72 de 92
  • 73. TIEMPOS Y CICLOS, 1 “ A partir del Triduo pascual , como su fuente de luz, el tiempo nuevo de la Resurrección llena todo el año litúrgico con su resplandor” ( CCE 1168 ). En este sentido, el ciclo anual puede ser considerado como un despliegue de los distintos aspectos del misterio pascual . “ El día del Señor –como ha sido llamado el domingo desde los tiem- pos apostólicos- ha tenido siempre, en la historia de la Iglesia, una consideración privilegiada por su estrecha relación con el núcleo mismo del misterio cristiano. En efecto, el domingo recuerda, en la sucesión semanal del tiempo, el día de la Resurrección de Cristo. Es la Pascua de la semana” ( Dies Domini 1 ). Por esto el domingo es “ el día por excelencia de la asamblea litúrgica” ( CCE 1177 ). L 73 de 92
  • 74. TIEMPOS Y CICLOS, 2 Según el NT y los Padres , en las incipientes comunidades cristianas, el domingo es el día en el que se reúne la asamblea para escuchar la Palabra de Dios, celebrar la Eucaristía y los sacramentos de la ini- ciación cristiana; conmemora el primer día de la creación y el pri- mer día de la nueva creación: la Resurrección y también Pentecostés. Antes de la paz de Constantino, el domingo era día laborable . El año 321 , Constantino prohibió todos los trabajos no agrícolas en el “día venerable del sol”. Edad Media : la conmemoración de los santos desplazó progresiva- mente a la celebración dominical. Empeora en la Ilustración (ata- ques del agnosticismo y del deísmo). Revolución francesa : nuevo calendario que divide el mes en decenas. Suplanta el domingo por el descanso del “ día décimo ”. L 74 de 92
  • 75. TIEMPOS Y CICLOS, 3 Ante la amenaza de la creciente secularización, San Pío X afrontó la renovación del domingo, reformando el calendario litúrgico y recuperando el sentido original del día del Señor . Vaticano II presenta una síntesis de la doctri- na neotestamentaria, patrística y teológico- litúrgica de la celebración dominical: a) origen apostólico; b) elementos constitutivos: reu- nión de la comunidad, escucha de la Palabra de Dios y celebración de la Eucaristía como actualización del misterio pascual ; c) conse- cuencias, tanto para el día en sí (día principal de la semana y núcleo del año litúrgico), como para la comunidad cristiana (día de alegría y descanso, y de viva esperanza). L 75 de 92
  • 76. TIEMPOS Y CICLOS, 4 Cuando la Iglesia comenzó a celebrar anual- mente el misterio pascual de Cristo, en el s. II , advirtió la necesidad de una preparación adecuada, por medio de la oración y el ayuno. Surgió el ayuno del viernes y sábado previos al Domingo de Pascua. S. IV : estructura orgá- nica del tiempo cuaresmal . En su formación influyeron las exigencias del catecumenado y de la penitencia canónica : el periodo de preparación para recibir los sacramentos de la iniciación o de la reconciliación se prolongaba durante seis semanas . Ese tiempo recibió el nombre de quadragesi- ma o Cuaresma. Vaticano II señala la doble dimensión de la cuares- ma: bautismal y penitencial . Preparación para la Pascua . L 76 de 92
  • 77. TIEMPOS Y CICLOS, 5 Al origen de la Semana Santa se encuentra el influjo de la liturgia de Jerusalén, primera en vivir cronológicamente los acontecimientos que precedieron de modo inmediato a la pasión de Cristo. Inicia con el Domingo de Ramos en la Pasión del Señor : encuentro de dos celebraciones distintas: una romana (la pa- sión), otra jerosolimitana (entrada triunfal). Concluye la mañana del Jueves Santo con la misa crismal , que el obispo concelebra con su presbiterio. Durante la celebración se bendicen los santos óleos y se consagra el crisma . L 77 de 92
  • 78. TIEMPOS Y CICLOS, 6 El Triduo pascual constituye la fuente y la cima del entero año litúrgico, al celebrar la redención de los hombres y la perfecta glorificación del Padre cumplida por Cristo en su misterio pascual. Comienza con la misa in Cena Domini que conmemora un triple misterio: la institución de la Eucaristía , la del sacerdocio y el amor infinito de Cristo expresado en el manda- miento de la caridad fraterna . Terminada la celebración, la Eucaristía es llevada de modo so- lemne hacia el lugar de la reserva , para que los fieles puedan adorar al Señor, verdadera, real y sustancialmente presente en el sacramento. L 78 de 92
  • 79. TIEMPOS Y CICLOS, 7 Viernes Santo : conmemora la pasión y muerte del Señor. El oficio romano actual sigue la estructura de la antigua liturgia romana: li- turgia de la palabra (dos lecturas y la pasión según San Juan) y oración universal ; adora- ción de la Cruz; y comunión con la Eucaristía consagrada la tarde anterior. Sábado Santo , denominado gran sábado por los cristianos de Oriente, honra el descanso de Cristo en el sepulcro, su descen- so a los infiernos y su encuentro con cuantos esperaban la aper- tura de los cielos. El cristiano, unido a los dolores de María , sabe que el silencio de Dios en la historia es sólo aparente y se llena de esperanza para la vida futura. L 79 de 92
  • 80. TIEMPOS Y CICLOS, 8 Vigilia Pascual : noche santa de la Resurrección del Señor, “madre de todas las vigilias” (San Agustín). Culmina el Triduo sacro y da inicio al tiempo pascual . Estructura litúrgica de la Vigilia pascual: - Liturgia de la luz : bendición del fuego, bendición y encendido del cirio, procesión con el cirio y pregón pascual. - Liturgia de la Palabra : 9 lecturas (7 AT), Evange- lio (acontecimientos mañana del Domingo de Pascua). - Liturgia bautismal : letanías, bendición del agua, bautismo (en su caso) y renovación de las promesas bautismales. - Liturgia eucarística . L 80 de 92
  • 81. TIEMPOS Y CICLOS, 9 El tiempo pascual está constituido por los cincuenta días que transcurren entre el domingo de Resurrección y el domingo de Pentecostés y constituye un solo y único día festivo: el gran domingo . La primera semana forma la octava de pascua , que se celebra como una única solemnidad del Señor. Surgió en el s. IV con el fin de asegurar a los neófitos la catequesis acerca de los divinos misterios de los sacramentos de iniciación , recibidos en la vigilia pascual. La celebración de Pentecostés surgió a fina- les del siglo III por influjo de la fiesta ho- mónima del culto de Israel. L 81 de 92
  • 82. TIEMPOS Y CICLOS, 10 CCE 522 : “La venida del Hijo de Dios a la tierra es un aconteci- miento tan inmenso que Dios quiso prepararlo durante siglos”. CCE 524 : “Al celebrar anualmente la liturgia de Adviento , la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renue- van el ardiente deseo de su segunda venida ”. El tiempo de Navidad conmemora la Encarnación del Hijo de Dios: su na- cimiento y sus primeras manifestacio- nes a los hombres. Comprende el con- junto de celebraciones litúrgicas cen- tradas en torno a las fiestas de Navi- dad y de Epifanía . L 82 de 92
  • 83. TIEMPOS Y CICLOS, 11 Primera referencia de la celebración del nacimien- to de Cristo: s. IV . Pudo surgir como cristianiza- ción de una superstición pagana (fiesta del solsti- cio de invierno) o de su dependencia de una tra- dición cristiana previa (anunciación 25 de marzo). La liturgia de este tiempo de Navidad subraya los siguientes aspectos: a) el misterio de Dios hecho hombre; b) la gloria de Dios que se abaja en la hu- mildad de la carne; c) el admirable comercio de Dios con el hombre (incorporación de los hombres a Dios); d) la regeneración del hombre (el naci- miento del Dios hecho hombre permite a los hom- bres ser engendrados a la vida de la gracia y con- vertidos en hijos de Dios). L 83 de 92
  • 84. TIEMPOS Y CICLOS, 12 El tiempo ordinario comprende las semanas del año litúrgico que no conmemoran ningún aspecto particular del misterio de Cristo. Varias fiestas del Señor en este tiempo: Transfiguración y Exaltación de la santa cruz para todas las familias litúrgicas ; propias de la tradición romana : Dedicación de la basílica de Letrán, Santísima Trinidad, Corpus Christi, Sagrado Corazón, Cristo Rey, Presentación y Anunciación. El tiempo ordinario celebra la vida cotidiana como medio de santificación : vida familiar, relaciones sociales, trabajo. L 84 de 92
  • 85. TIEMPOS Y CICLOS, 13 “ Al celebrar el tránsito de los santos de este mundo al cielo, la Iglesia proclama el misterio pascual cumplido en ellos, que sufrieron y fueron glorificados con Cristo, propone a los fieles sus ejemplos , los cuales atraen a todos por Cristo al Padre y por los méritos de los mismos implora los beneficios divinos” ( Sacrosanctum Concilium 104 ). “ En la celebración de este círculo anual de los misterios de Cristo, la santa Iglesia venera con amor especial a la bienaventurada Madre de Dios, la Virgen María , unida con lazo indisoluble a la obra salvífica de su Hijo; en Ella, la Iglesia admira y ensalza el fruto más esplén- dido de la redención y la contempla gozosamente, como una purísi- ma imagen de lo que ella misma, toda entera, ansía y espera ser” ( Idem 103 ). L 85 de 92
  • 86. TIEMPOS Y CICLOS, 14 Casi todas la fiestas de María tuvieron su origen en Oriente . Antes de la proclamación dogmática de Éfeso (431), el 15 de agosto se celebraba en Jerusalén la “ memoria de Santa María ”. Poco a poco se convirtió en la celebración de la dormitio . S. VI : natividad de María el 8 de septiembre y presentación de María en el templo. También fiestas que celebran juntos a Cristo y a María: presentación de Jesús en el Templo y anunciación del Se- ñor. Todas admitidas por Roma a partir de mediados del siglo VIII . S. VIII , en Oriente, fiesta de la concepción de la Virgen. En la Iglesia romana fiesta particular en 1708. En 1854: Dogma de la Inmaculada concepción. S. XX : incorpora- ción de nuevas festividades marianas como memorias. L 86 de 92
  • 87. TIEMPOS Y CICLOS, 15 Primeras noticias del culto a los mártires : marti- rio de San Policarpo en 156 en Oriente, y carta de San Cipriano , obispo de Cartago (210-258), en Occidente. Poco a poco el culto se extendió a los confesores (no directamente ejecutados, sino que confesaron la fe hasta la muerte, bien en la cárcel, bien en el exilio o a consecuencia de la condena). Terminada la época de las persecuciones, se equiparará con los már- tires y confesores a los cristianos virtuosos que durante su vida combatieron victoriosamente contra el misterio de la iniquidad: grandes obispos, vírgenes, ascetas... L 87 de 92
  • 88. VIDA LITÚRGICA, 1 Como la liturgia consiste en la actualización perenne del misterio de Cristo , la vida espiritual del cristiano encuentra sus raíces en ella. La liturgia es, por tanto, la fuente de la vida de comunión con el Dios trinitario en la propia existencia. “ No olvides que la vida litúrgica es vida de amor : amor a Dios Padre, por medio de Cristo Jesús, en el Espíritu Santo, con toda la Iglesia , de la que tú formas parte” ( San Josemaría Escrivá ). CCE 1068 : “Es el misterio de Cristo lo que la Iglesia anuncia y ce- lebra en su liturgia para que los fieles vivan de él y den testimonio del mismo en el mundo”. L 88 de 92
  • 89. VIDA LITÚRGICA, 2 “ La liturgia me remite a la vida cotidiana , a mí en mi experiencia personal” ( J. Ratzinger ). Cuando se separa de la experiencia ordinaria, donde la genuina piedad se convierte en vida, el rito se agosta, se encierra en sí mismo y se transforma en rutina . Cuando la liturgia es comprendida en toda su hondura teológica, y su celebración es experiencia viva que compromete la vida per- sonal, la liturgia obra en los fieles el despliegue eucarístico de su existencia, hasta la cristificación completa: “alter Christus, ipse Christus” ( San Josemaría Escrivá ). L 89 de 92
  • 90. VIDA LITÚRGICA, 3 La existencia cristiana es litúrgica , nacida en y desde la celebración y tendente a ella. Vida cristiana y vida espiritual son siempre vida litúrgica que, más allá de la participación en los ritos de culto, se actualiza en la existencia diaria . La Eucaristía no es un medio más entre los varios que facilitan al cristiano la progresiva identificación con Jesucristo y la comunión de vida con el Padre. La Eucaristía es real- mente el centro y la raíz de la vida espiritual. En torno al misterio eucarístico , giran y se nutren los demás sacra- mentos, las prácticas de oración, el espíritu de penitencia, el ejerci- cio de las virtudes..., en resumidas cuentas, todo lo que constituye la existencia del cristiano. L 90 de 92
  • 91. VIDA LITÚRGICA, 4 San Pío X utiliza la expresión “ participación activa ” de los fieles en el culto divino. Vaticano II recoge esta participación como idea directriz de la celebra- ción litúrgica. Para comprender bien esta participación, hay que superar, al menos, dos posibles tentaciones: reducir el acontecimiento litúrgico a sola celebración, y considerar la participación de los fieles reducida a aspectos externos y funcional . El alma de la participación activa debe buscarse no tanto en las manifestaciones externas del culto, sino en la comunión de vida entre Dios y el fiel cristiano , propia del acontecer litúrgico. L 91 de 92
  • 92. VIDA LITÚRGICA, 5 Para evitar toda posible confusión acerca de la participación activa, parece necesario sostener cuatro principios : a) la liturgia no se agota en la celebración, sino que nace del misterio y continúa en la vida del fiel; b) la celebración litúrgica no se reduce a su dimen- sión ritual , sino que es un hecho teológico-salvífico que exige la presencia y acción de la Trinidad (hace presente y comunica aquí y ahora el misterio de la salvación cumplido en Cristo); c) la parti- cipación de los fieles no se limita a la sola cele- bración, sino que se vive en la entera existencia cotidiana; d) la participación en la celebración es una realidad primariamente existencial y sacramental , no funcional, por lo que no debe confundirse ni identificarse con los ministerios litúrgicos, en sí legítimos. L 92 de 92