1. ANTROPOLOGIA CRIMINAL
La antropología criminal es la disciplina que se ocupa de la investigación y desenvolvimiento
de los factores primordialmente biológicos que intervienen en la génesis de la personalidad
antisocial y de la delincuencia como factores predisponentes y potencialmente activables en
la interacción sociocultural, sean hereditarios, constitucionales o adquiridos.
Esta disciplina se desenvuelve bajo la mirada de la observación, y en su evolución se
distinguen dos fases: La lombrosiana y la postlombrosiana.
EL CRIMINAL NATO DE CESARE LOMBROSO.
La doctrina se muestra prácticamente unánime al considerar que la Criminología, tal y como
la conocemos hoy en día, con el rango de una ciencia empírica independiente del Derecho
penal y de otras ciencias afines, se debe a Cesare LOMBROSO, quien fundamentalmente en
su famosísima obra “L’Uomo delinquente”, desarrolló su teoría sobre el “delincuente nato” o
“criminal atávico”.
Mantenía LOMBROSO en base a sus estudios biológicos y antropomórficos realizados sobre
presidiarios que el delincuente era una especie de ser atávico “que reproduce en su persona
los instintos feroces de la humanidad primitiva y los animales inferiores”, degenerado,
marcado por una serie de anomalías corporales y cerebrales fácilmente reconocibles
(mandíbulas enormes, pómulos altos, orejas grandes, frente prominente, insensibilidad al
dolor, tatuajes, etc).
2. El delincuente nato se caracterizaba por los siguientes rasgos psicológicos:
Insensibilidad moral.
Precocidad antisocial.
Vanidad.
Imprevisión.
Incorregibilidad.
La conclusión a la que llegaba no podía ser otra que la existencia de individuos que debían
ser considerados delincuentes desde su nacimiento, ya que estaban fuertemente
predestinados al delito.
Lombroso, quien pertenecía a la llamada escuela de antropología criminal, establece el
concepto de criminal atávico, según el cual el delincuente representaba una regresión a
estados evolutivos anteriores, caracterizándose la conducta delincuente por ser innata. Este
criminal atávico podía ser reconocido debido a una serie de estigmas físicos o anomalías,
como por ejemplo, el excesivo desarrollo del cerebelo, asimetría del rostro, dentición
anormal, y lo que se considera como la característica más atávica en los criminales, a saber,
un hoyuelo en medio del occipital.
En su tesis, se considera al criminal como una subespecie anormal del género humano y esta
subespecie estaría compuesta por una serie de tipos criminales, como los asesinos, los
3. ladrones, las prostitutas, etc.; todos con características morfológicas comunes pero también
propias que los diferencian del resto. Siendo el psiquiatra y médico legista italiano César
Lombroso, quien iniciara el estudio científico del delincuente en 1871, luego de hacer la
necropsia a un famoso bandolero llamado Villella, encontrando en su cráneo, en el sitio de la
habitual y normal cresta occipital, un hoyuelo similar a los que presentan los vertebrados
superiores más próximos al hombre, precisamente los simios antropoides.
Por esta razón concibió la naturaleza atávica del delito, lanzando las bases científicas de la
antropología criminal, que fueron expuestas en 1876 en su primer trabajo denominado
“L’uomo Delinquente”, en donde daba vida a la doctrina del “delincuente nato”.
Lombroso defiende en su teoría, la tendencia de los seres humanos a reproducir los
caracteres de remotos antepasados; según este planteamiento, se concebía al tipo criminal
como producto hereditario, ese legado ancestral provocaría la presencia en el delincuente de
propensiones del hombre primitivo del que carecía el no delincuente.
Ulteriores investigaciones, practicados siempre sobre caracteres no sólo morfológicos, sino
también funcionales y psíquicos de los delincuentes, permitieron a Lombroso poner de
relieve la gran frecuencia con que en los delincuentes se encontraban anomalías
morfológicas y funcionales de naturaleza anormal degenerativa; desarrollándose otro
concepto fundamental de su teoría, aquel de la relación y de la afinidad entre degeneración y
criminalidad, considerando César Lombroso al “hombre delincuente” como un tipo
4. antropológico definido por caracteres específicos, es decir, como una suerte de subespecie
humana, del que destacó el significado de sus caracteres físicos y morfológicos.
El estudio de los delitos cometidos por un soldado llamado Misdea, le hicieron entrever otro
factor causal de la criminalidad, el morboso, y le permitió reconocer la naturaleza epiléptica
de algunos graves delitos, denominándose a esta teoría como patológica o degenerativa.
Después de otras numerosas y rigurosas búsquedas, Lombroso sostuvo que la criminalidad
era una variedad de epilepsia en la cual muchas veces las convulsiones son sustituidas por
impulsos violentos e irresistibles de cometer delito.
El delincuente nato sería un epiléptico que posee los rasgos del atávico, por eso es que actúa
como un salvaje, con accesos de furia Esta teoría considera al delincuente como un primitivo
y salvaje, un degenerado de naturaleza más o menos patológica, un loco moral, y un neuro-
psicopático epiléptico.
A sus concepciones atávica y epiléptica Lombroso agregó posteriormente la tesis de la
“locura moral” de Prichard, afirmando que el criminal nato era insensible moralmente
hablando, se caracterizaba por la ausencia de sentimientos, y que éste era así por la erosión
psicofísica ocasionada por la epilepsia.
La importancia de la teoría de Lombroso es más de carácter referencial e histórico, porque
marcó un hito precursor de la Criminología; pero hoy en día no es posible pensar en la
5. existencia de un delincuente natural o “nato”, por cuanto el comportamiento humano se
explica por una interrelación de factores.
Biotípologia criminal
La Biotipología Criminal llamada por algunas escuelas Crimino -biológica, pretende relacionar
tipo físico (hábito) con tipo psicológico temperamental e incluso tipo físico con peculiar
forma de comportamiento delictivo, de producirse éste.
Conocidas son las proposiciones, a este respecto, de Ernesto Kretschmer en Alemania (1921).
Por su parte, William Sheldon en los Estados Unidos ( "Las variedades de la estructura física",
1940; las variedades del temperamento", 1942).
No lo son menos, los resultados relativamente contradictorios de estos estudios: "potencia"
criminal aparece asociada a los tipos atléticos y leptosomático, en las realizadas en Estados
Unidos, por el propio Sheldon y Eleanor Glueck, -el tipo ectomorfo, relativamente similar al
leptosómico de Kretschner aparece escasamente relacionado con el delito.
La biotipología criminal es la ciencia del tipo humano, el cual es concebido como una unidad
vital (biotipo), con varias facetas: Morfología, fisiología y psicología; esta es una disciplina
científica cuyas precursoras fueron la fisonomía y la psicología; versa sobre el tipo humano
atendiendo al predominio de un órgano o función; su premisa es que existe una correlación
entre las características físicas del individuo y sus rasgos psicológicos, entre el tipo somático
o corporal y el tipo mental o temperamento.
6. La biotipología busca establecer correlaciones entre las formas corporales y el
temperamento, considerando que a determinada constitución somática corresponden
ciertos rasgos temperamentales y conductuales.
La Escuela Francesa.
En la Escuela francesa destaca Claudio Sigaud (1862-1921), quien distinguía cuatro “tipos”
humanos según el sistema que predomine en los mismos (respiratorio, digestivo, muscular y
cerebral), sistemas que conectan a su vez, con los cuatro medios principales (atmosférico,
alimenticio, físico y social).
Cada “tipo” según Sigaud, tiene sus propias características: El tipo respiratorio presenta
tórax, cuello y nariz largos, senos de la cara desarrollados y particular sensibilidad a los
olores;
el tipo digestivo presenta boca y maxilar inferior grandes, ojos chicos y cuello corto, tórax
ancho y abdomen desarrollados, propios de individuos obesos; el tipo muscular presenta
desarrollo armónico de esqueleto y músculos; y el tipo cerebral, figura frágil y delicada,
frente grande y extremidades cortas.
La Escuela Italiana.
Sobresalen en esta escuela: Pende, Viola y Barbara. Viola señala que la constitución humana
descansa en dos sistemas: el visceral y el de la vida de relación (nervioso y muscular), de
donde se extraen dos tipos: el brevilíneo y el longilíneo.
7. En el tipo brevilíneo, el desarrollo del cuerpo es horizontal, el predominio del sistema
vegetativo produce individuos enérgicos y vitales.
El tipo longilíneo significa la prioridad de la vida de relación; por ello, son personas de mayor
estatura, tórax alargado y miembros largos, abúlicos y depresivos, con tendencia a la
introversión y a la fantasía.
Barbara, entiende que el tronco expresa la vida vegetativa, y las extremidades la de relación;
de donde resultarían dos tipos extremos y un tercero intermedio, con sus correspondientes
subtipos: el braquitipo (excedente, antagónico y deficiente), el longitipo (con las mismas
modalidades) y el normotipo (macrosómico y microsómico).
Pende elabora su tipología considerando, también, factores endocrinológicos; distingue el
tipo longilíneo-esténico (individuos fuertes, delgados, con hiperfunción de tiroides y
suprarrenales), el longilíneo-asténico (débiles, delgados, de escaso desarrollo muscular e
hipofunción de las suprarrenales), el brevilíneo-esténico (fuertes, musculados, de reacciones
lentas, con hipotiroidismo y con hiperfunción de las suprarrenales) y el brevilíneo-asténico
(gordos, débiles, lentos de reacciones y con hipofunción de pituitaria y tiroides).
La Escuela Alemana.
Ernest Kretschmer (1888-1964), es el máximo representante de esta escuela, en su obra se
propuso hallar las correlaciones entre la estructura somática y la psíquica, es decir,
comprobar si a determinados tipos somáticos corresponden determinados tipos psíquicos y
8. viceversa; decía que la afinidad entre la forma corporal y el carácter solo puede demostrarse
estadísticamente; y que si es demostrable de esta manera basta para que tenga importancia
biológico criminal.
Kreschner elabora una doble clasificación tipológica, distingue, por una parte, los tipos
(constitucionales) leptosomático, el atlético, pícnico y displástico; y de otra, el tipo
esquizotímico, el ciclotímico, y el viscoso, estableciendo las oportunas correlaciones e
interdependencias.
El tipo leptosomático: cuerpo alargado y delgado, cabeza pequeña, nariz puntiaguda (su
representación gráfica es una línea vertical); el tipo atlético: gran desarrollo del esqueleto y
musculatura, tórax y cabeza grande (su representación geométrica es una pirámide
invertida);
el tipo pícnico: Gran desarrollo de las cavidades viscerales, abdomen prominente, cabeza
redonda y ancha, extremidades cortas y tendencia a la obesidad (representación circular); y
el tipo displástico: Que cuenta con características muy exageradas y son individuos que no
encajan en los tipos anteriores, con tres variantes o subtipos (como el gigantismo, la
obesidad o el infantilismo eunocoide).
Relacionando los tipos constitucionales anteriores con las correspondientes características
psicológicas, formula una segunda tipología: tipos esquizotómicos, ciclotómicos y viscosos.
9. Al tipo esquizotímico pertenecen los individuos de constitución leptosómica y de
temperamento introvertido; al tipo ciclotómico le corresponde las personas extrovertidas,
de constitución pícnica; aunque puedan oscilar de un extremo a otro, de la alegría a la
tristeza; al tipo viscoso le pertenecen los individuos de constitución atlética, que oscilan
entre el tipo leptosomático y el pícnico, por lo general pasivos, tranquilos.
En cuanto a las relaciones entre tipo y criminalidad, Kretschmer llega a la conclusión de que
los pícnicos arrojan los índices más bajos de delincuencia, constituyéndose raras veces en
delincuentes habituales; los leptosòmicos son de difícil tratamiento y proclives a la
reincidencia, siguiendo a los atléticos en porcentajes de criminalidad; abundan entre estos
los ladrones y estafadores; los atléticos son violentos y representan los índices más altos de
delincuencia.
A Kretschmer le corresponde el mérito histórico de haber iniciado las teorías somatotípicas;
pero su tesis se limita a resaltar la afinidad estadísticamente comprobable entre constitución
somática o corporal y rasgos caracterológicos-temperamentales, sin pretensiones causales o
etiológicas. Kretschmer rechazó la hipótesis de un tipo somático delincuente. A esta
clasificación se le critica fundamentalmente, porque aun cuando pueda demostrarse una
limitada proporción en que se da una correspondencia biológico-temperamental, los tipos no
son útiles para describir a la mayoría de la población normal, por lo que no es aceptable la
existencia de una predestinación constitucional.
La Escuela Americana.
10. En esta escuela deben destacarse los trabajos de William Sheldon y S.S. Stevens; Sheldon
mejoró considerablemente el soporte metodológico de las teorías constitucionales, su
enfoque e incluso su terminología tiene claras connotaciones embriológicas. Elabora dos
tipologías física y mental -rasgos corporales y características temperamentales
correspondientes-, según el predominio del estrato en cuestión de los órganos o funciones
que representa: las vísceras digestivas (el endodermo), huesos, músculos, tendones, etc., del
sistema motor (el mesodermo), y el tejido nervioso, piel, etc., (el ectodermo).
El endomorfo evidenciaría: vísceras digestivas pesadas y muy desarrolladas, con estructura
somática relativamente débil; bajo peso específico, tendencia a la gordura, formas
redondeadas, miembros cortos, piel con vello y suave.
El mesomorfo tendría un gran desarrollo de las estructuras somáticas (huesos, músculo,
tejido conjuntivo), alto peso específico, dureza, erecto, fuerte, resistente, tronco grande,
pecho consistente, de manos grandes. (predomina en el Criminal).
El ectomorfo; presentaría un cuerpo frágil, alargado, delicado, con extremidades largas y
delgadas, músculos pobres, tórax chato, huesos poco consistentes y finos, hombros caídos
cara pequeña, nariz, afilada y pelo fino.
A cada tipo físico o corporal le corresponderían unos rasgos caracterológicos y
temperamentales propios de tres tipos respectivamente: el tipo viscerotónico, el
somatotónico y el cerebrotónico.
11. El tipo viscerotómico es endomorfo, cómodo, lento, glotón, sociable, cortés, amable,
tolerante, hogareño, extrovertido.
El somatotómico es mesomorfo, firme, aventurero, energético, atlético, ambicioso, osado,
valiente, agresivo, inestable, escrupuloso, estridente, dinámico.
El cerebrotónico es ectomorfo, rígido, rápido, aprensivo, controlado, asocial, desordenado,
hipersensible, solitario, pleno de problemas de carácter funcional, alergias, insomnios,
sensible al ruido, introvertido, etc.
FACTORES DE HERENCIA Y GENETICA COMO EXPLICACION A LA CRIMINALIDAD.
Un intento de determinar si la herencia es una parte importante en la inducción al crimen,
consistió en buscar similitudes en los comportamientos de individuos que estaban
genéticamente relacionados unos con otros. Este fue el propósito el general ”pedigree or
family studies”, el cual se basaba en la presunción de que existen familias con una herencia
genética común, más determinadas hacia el crimen que otras. Un estudio de este tipo
realizado en España, destinado a averiguar laascendencia criminal de 250 chicos
delincuentes, no llevó, en palabras de su autor, “a nada positivo a favor de la transmisión
hereditaria de la criminalidad”.
Una teoría muy difundida, a la vez que limitada y contestada, es la que intentó hallar la causa
de la predisposición genética al delito en la alteración cromosómica. Cada ser humano
contiene 23 pares de cromosomas. Un par son los cromosomas sexuales, que determinan las
12. características sexuales de los individuos. La pareja normal de cromosomas complementarios
es en la mujer XX y en el hombre XY. En un número muy reducido de casos se encuentran
hombres cuya combinación de cromosomas sexuales es XYY (lo que se conoce como
síndrome de Klinefelter). Lo que esta sin investigaciones intentaron demostrar, sin
conseguirlo, es que todos los hombres con esta alteración cromosómica tenían una
predisposición congénita al delito.
Estudios como los desarrollados en instituciones mentales por JACOBS et al(1965), PRICE et
al (1966) o SHAW y ROTH (1974), mostraron que la característica física más notable en los
hombres con alteración cromosómica XYY, consistía en que eran extremadamente altos
comparados con los otros pacientes. Además tenían un buen desarrollo genital y tendencia a
un leve acne, así como una apariencia de inferioridad intelectual. Pero ni estos estudios, ni
otros posteriores como el de WITKIN et al (1976),encontraron ningún dato fiable que
relacionara esta alteración cromosómica con comportamientos agresivos y/o delincuentes.
POLITICA CRIMINAL.
POLITICA CRIMINAL.
La política criminal se centra en dos fases, prevención y represión, aunque para algunos hay
una tercera fase, la de control de la criminalidad.
La prevención busca evitar que las personas delincan atacando las causas de la criminalidad.
13. La segunda con el aislamiento social de la cárcel busca primero resocializar al criminal y luego
proteger al resto de la ciudadanía.
EL CONTROL SOCIAL.
control SOCIAL.
El control social es el conjunto de mecanismos que tratan de garantizar que los individuos se
someten a las normas establecidas. Es llevado a cabo mediante distintos mecanismos dando
lugar al control formal y al informal.
Control social formal: mecanismos con que cuenta el Estado para implantar el control social.
Son, fundamentalmente, la Policía, la Administración de Justicia e Instituciones
Penitenciarias.
Su función es garantizar el cumplimiento de la norma, aplicando sanciones en caso de que
ésta no sea observada
·Control social informal: aquellas instancias que hacen que las pautas de conducta sean
interiorizadas por el individuo, es un proceso de socialización llevado a cabo por la familia, la
escuela, el entorno laboral, las amistades,…
Posee unas normas propias, distintas de las legales o jurídicas, cuya finalidad es la integración
de la persona en la sociedad. Con la integración se logra la aceptación de los demás.
14. El fallo de las instancias de control informal conlleva la entrada en escena del formal,
acompañado de sus consecuencias sancionadoras.
El Control social admite múltiples definiciones:
-Proceso mediante el que un colectivo impone su dirección sobre cada uno de los individuos
que lo integran, con el objetivo de lograr la cohesión social.
-Conjunto de instituciones, estrategias o sanciones con las que se pretende garantizar que el
individuo se somete a los patrones sociales establecidos.
Con respecto al control de la delincuencia, ha de tenerse en cuenta el concepto de delito del
que se parte. No existe un concepto universalmente válido, varía con la sociedad y el
momento histórico. No todas las conductas que pueden parecer claramente criminales lo son
en todo momento, lugar y contexto histórico.
Las teorías del control social no se refieren a delito sino a conducta desviada. Todo delito es
una conducta desviada, pero no al revés.
Otra consideración se refiere al origen del control social. Se ha señalado que nace en el
contexto de la sociología norteamericana, es por tanto un concepto inglés. Esto tiene
importancia porque el término “control” tiene connotaciones positivas en ese idioma,
mientras que posee cargas negativas en castellano o italiano.
EL CONTROL SOCIAL PENAL.
15. Entre las instancias de control social formal pueden distinguirse distintos tipos de sanciones,
las más gravosas son las de carácter penal.
El Derecho Penal el último recurso (la última ratio), sólo se acude a él ante los mayores
ataques a bienes jurídicos. Han de agotarse todas las posibles vías de control social antes de
optar por el orden penal.
Las penas y medidas de seguridad afectan a los bienes jurídicos más importantes de la
persona. La Constitución abole la pena de muerte y garantiza la vida y la integridad personal
asi como la libertad personal, aunque establece una serie de requisitos y formalidades, por lo
que las medidas de control que restrinjan la libertad están sometidas a muchas garantías.
Teoría del Aprendizaje Social.
Considera la conducta como consecuencia del aprendizaje, por lo que el delito, al tratarse de
un comportamiento humano, también se deriva de él. Se aparta por tanto del concepto de
anormalidad del delincuente.
Desde el nacimiento vamos adquiriendo una serie de pautas de conducta mediante el
proceso de socialización, dependiendo de los esquemas se pueden dirigir hacia el
cumplimiento de las normas o a su violación.
Por lo tanto la delincuencia no es más que el resultado de un proceso de aprendizaje de la
conducta ajena, es decir, aprendemos lo que vemos en otros. En este sentido cobran
16. relevancia las consecuencias de los actos de los otros. Así si una conducta desviada de la
norma recibe una respuesta beneficiosa, o incluso queda impune, la probabilidad de que sea
imitada por quienes están formando su personalidad es mayor, por el contrario si esa
conducta recibe una sanción servirá de modelo ejemplarizante para no ser realizada.
Teoría del Control Social
Está basada en la relación existente entre el grado en que el individuo consigue asumir un
sistema de valores socialmente admitido y el que el sujeto recibe por parte del entorno
social. Se trata del vínculo existente entre entorno e individuo.
El distanciamiento de la realidad social mayoritaria es considerado como desencadenante de
la actividad criminal. Por tanto, la participación del sujeto en actividades de índole social
reduce la probabilidad de que infrinja la norma, actúa como un refuerzo. La premisa es lograr
el mayor grado de aceptación mutua.
Esta teoría considera que todo individuo puede actuar criminalmente, pero este potencial
está influenciado por sutiles vínculos sociales que demandan una conducta conforme a las
normas sociales establecidas.
El fracaso de los mecanismos de asociación entre contexto e individuo provoca la quiebra de
sus respuestas al orden social, provocando el delito.
17.
Teoría de la reacción social o “etiquetado”
Se centra el la desviación secundaria, desligándose de las motivaciones etiológicas del delito
y trasladando su atención al proceso de criminalización.
La teoría del “etiquetado” presenta las siguientes características:
1. Consiste en un cambio de enfoque dentro de las teorías del proceso social, no se interesa
por las causas del delito sino que analiza las situaciones postdelictivas, es decir, cuando el
delincuente es castigado y “etiquetado” como criminal.
2. La actividad criminal no existe como tal, ningún comportamiento humano, por desviado
que sea, se convierte en delito sino en virtud de la actividad de las instancias de control
formal (si alguien roba y no es detenido no puede ser calificado de ladrón).
3. No existe una distribución uniforme de la delincuencia entre la población, la realidad
carcelaria tampoco es representativa de la objetiva medida de la criminalidad. El estatus
social es el filtro que selecciona discriminatoriamente el adjetivo de “delincuente”.
4. Proceso de estigmatización: el individuo interioriza el rol de delincuente como
consecuencia del “etiquetado”, lo cual le aboca hacia la carrera criminal. Es la denominada
desviación secundaria.
18. Esta teoría se denomina también de la reacción social ya que, atendiendo a la
estigmatización o efecto criminógeno, la sanción se base en dos conceptos:
-La calificación de una conducta como desviada la hace la propia sociedad cuando una
conducta se aparta de lo socialmente establecido.
-La reacción social es el proceso generado tras el etiquetado. Es una estigmatización que
aumenta cuando el individuo, además de haber delinquido, ingresa en prisión. Es apartado
de su contexto social y sometido a otro que va a influir en él.
Tras ser etiquetado, el individuo ingresa en el grupo penitenciario, asume nuevos roles que le
provocan cambios de distinta naturaleza, ese nuevo entorno acentúa su estigmatización.
El etiquetado de delincuente aboca al sujeto a la carrera delictiva.