El Capitán Alatriste

1. ARTURO PÉREZ-REVERTE
Isabel Cabañas Bógalo
2º Bachiller B

2. ÍNDICEÍNDICE
I Resumen de la historia
II Personajes: protagonista, sus amigos, enemigos y
III Contexto histórico: antecedentes y hechos históricos
IV Opinión personal
V Autor de la novela
otros reales

3. RESUMENRESUMEN
Íñigo de Balboa es el criado del Capitán Alatriste, veterano soldado de los
Tercios de Flandes, quien malvive en las calles de Madrid y visita con frecuencia
la cárcel por su oficio de espadachín a sueldo y por impago de deudas. Diego
Alatriste recibe un encargo de Martín Saldaña, teniente de alguaciles, cuyo
objetivo es asaltar a unos ingleses y robarles los documentos. En la emboscada,
junto a Gualterio Malatesta, logra salvar la vida de los asaltados incumpliendo la
orden dada. Refugiados en casa de Álvaro de la Marca, amigo del capitán, se
revela la verdadera identidad de los extranjeros: el príncipe Carlos de Inglaterra y
el marqués de Buckingham. La finalidad de su visita era conocer a la infanta
María, hermana de Felipe IV, con quien pretendía casarse el príncipe.

4. RESUMENRESUMEN
Malatesta quiere vengarse de Alatriste y se produce una pelea donde Íñigo
salva la vida de su amo, y también durante una representación en el Corral del
Príncipe, el capitán logra salir ileso gracias a la intervención del propio rey.
Al ser interrogado en el Alcázar Real por el conde de Olivares, se descubre la
doble conspiración en contra de los británicos: la suya propia y la de Luis de
Alquézar, secretario del rey. Olivares entrega al capitán un salvoconducto en
forma de anillo con sello y carta de parte del príncipe de Gales.
Al final, Íñigo se encuentra con el italiano quien advierte que tiene una deuda
pendiente con Alatriste.

5. La mayoría de los personajes del relato son
ficticios.
Solamente, Felipe IV, el conde de Olivares,
Francisco de Quevedo, el príncipe de Gales y
el marqués de Buckingham se corresponden
con la realidad.
PERSONAJESPERSONAJES

6. Diego Alatriste y Tenorio
Soldado de los tercios viejos de Flandes, espadachín a sueldo en el Madrid del rey don
Felipe IV.
Tiene un bigote grande y negro, su mirada es “muy clara y muy fría, glauca como el agua
de los charcos en las mañanas de invierno”.
Se le conocía con el apodo de “capitán” porque tras una batalla contra los holandeses, ya
muerto el capitán, sólo Diego y el padre de Íñigo salvaron la vida.
“No era el hombre más honesto ni el más piadoso, pero era un hombre valiente”, por eso
nunca atacaba por la espalda.
Al igual que muchos de su época, sacaba a pasear a menudo la espada por asuntos de
juego, mujeres o palabras inconvenientes. Él había matado a once hombres sin contar la
guerra. De estas muertes no tenía remordimiento alguno, excepto en dos casos: Carmelo
Tejada, soldado con el que se batió en un duelo flamenco y el marqués Álvaro de Soto.
No era fanfarrón sobre los recuerdos de su larga vida como soldado en Flandes y en el
Mediterráneo.

7. Su trayectoria como soldado le había dejado huellas. “Una pequeña cicatriz sobre la ceja
izquierda… una en forma de media luna, otra en un muslo, como un zigzag… una en la
espalda que tenía forma de estrella… y un tajo de casi un palmo en el costado izquierdo.”
Es aficionado a la lectura y a recitar versos, siendo Lope de Vega su autor preferido y
Fuenteovejuna su drama favorito.

8. Íñigo Balboa
Es el narrador de la historia.
Su padre, Lope Balboa, fue compañero del
capitán en la batalla de los holandeses. “…
guipuzcoano, hombre valiente, muerto de un tiro
de arcabuz”.
Al morir éste, pide a Diego Alatriste que se
ocupe de su hijo, convirtiéndose en su paje.
Se enamora de Angélica de Alquézar cuando la
ve pasar en un carruaje. Es menina de la reina y
sobrina de Luis de Alquézar.
“Rubia. Pálida. Bellísima… Una mano diminuta,
perfecta, blanca de nácar… Suaves labios
pálidos.”
Más tarde sería la perdición de Íñigo porque “…
pobre de mí, que acababa de conocer a mi más
dulce, peligrosa y mortal enemiga”.
En el Portillo de las Ánimas, el italiano y otros atacan al capitán, entonces Íñigo dispara y
mata por primera vez a un hombre, salvando así la vida a su amo.

9. AMIGOS DE ALATRISTEAMIGOS DE ALATRISTE
Francisco de Quevedo (1580 – 1645 )
Poeta de la época. “Era un poco
cojitranco y valentón, putañero, corto de
vista, caballero de Santiago, tan rápido
de ingenio y lengua como de espada,
famoso en la Corte por sus buenos
versos y su mala leche”.
Felipe IV y el conde de Olivares
apreciaban sus versos, siempre que no
los protagonizaran, ya que Quevedo
escribía sonetos y quintillas anónimos
donde los criticaba. Como consecuencia,
pasaba días o meses encarcelado.
También había estado desterrado tras la
caída en desgracia de su protector el
duque de Osuna.

10. Sus principales rivales en la escritura eran Ruiz de Alarcón y Góngora. A éste
último, lo acusaba de “sodomita, perro y judío”.
Yo te untaré mis versos con tocino
porque no me los muerdas, Gongorilla…
En todo momento, criticaba la España de su tiempo, luchando así “contra la
estupidez, la maldad, la superstición, la envidia y la ignorancia. Que es como
decir contra España, y contra todo”.
Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados…
Es el mejor amigo de Alatriste, “…excelente compañero de mesa y buen amigo
para sus amigos”.
Además, siempre tenía ganas de bulla, diciendo muy a menudo:
“No queda sino batirnos”.

11. El Dómine Pérez
Padre jesuita de la iglesia de San Pedro y San Pablo.
“Era hombre vivido, buen teólogo, comprensivo con las flaquezas humanas, benévolo y
apacible en extremo”.
En su presencia, sus amigos nunca hablaban de mujeres ni de duelos.
“… apenas probaba el vino y nunca le oí decir mal de nadie. Lo que en la España de entonces
y en la de ahora, incluso para un clérigo, resultaba insólito”.
Como los clérigos de su época, utilizaba abundantes latinismos.
El Licenciado Calzas
“Un leguleyo, listo, cínico y tramposo, asiduo de los tribunales… le encantaba la bulla y
siempre andaba picando a todo hijo de vecino”.
El Tuerto Fadrique
Boticario de Puerta Cerrada.

12. Dueña de la Taberna del Turco y
amante del capitán.
“… tenía treinta o treinta y cinco años, y
era una andaluza vulgar y hermosa,
morena… ojos grandes, negros y vivos,
y pecho opulento”.
Había sido actriz durante varios años y
puta en la calle de las Huertas.
Caridad, la Lebrijana
Juan Vicuña
Era un antiguo sargento de caballos,
muy fuerte y corpulento.
En la batalla de Nieuport había perdido
la mano derecha y tenía una pequeña
casa de juego.

13. Martín Saldaña
Teniente de alguaciles. “Era todo lo honrado que podía esperarse en un jefe de
alguaciles de la época”.
“Era duro y tostado como un
ladrillo… cornudo. Bravo y con malas
pulgas”.
Había sido soldado en Flandes con
Alatriste y Lope Balboa.
Tenía un tajo desde la boca a la
oreja derecha, recuerdo de los
holandeses en el Asedio de
Ostende.
“Era la suya una amistad vieja,
profesional; ruda como corresponde
a hombres de su talante, pero
realista y sincera”.

14. Conde de Guadalmedina Álvaro Luis Gonzaga de la Marca y
Álvarez de Sidonia cuyo padre, don
Fernando, fue héroe en las batallas
de Flandes con Felipe II y Felipe III.
Era uno de los grandes de España, y
muy amigo del rey, a quien
acompañaba en sus aventuras
amorosas nocturnas.
“Soltero, mujeriego, cortesano, culto,
algo poeta, galante y seductor”.
Alatriste había servido a su padre en
Flandes y, en Nápoles, estuvo al
mando de Álvaro, en la jornada de
las Querquenes.
Muchas veces, alquilaba sus servicios
como espadachín para solventar
asuntos de dinero o amoríos.

15. OTROS PERSONAJESOTROS PERSONAJES
Gualterio Malatesta
Espadachín y soldado de Palermo.
“… sus ojos muy negros y brillantes… su expresión amenazadora y
fantasmal… Era alto, flaco y silencioso; rondaba los 34 años, rostro picado
con antiguas marcas de viruela, y un bigote fino y muy recortado.”
Eterno enemigo de Alatriste, con quien rivalizó al no cumplir el cometido de
matar a los ingleses.
“Era de esos que buscas en un libro las palabras espadachín y asesino, y sale
su retrato”.

16. Luis de Alquézar
Secretario privado del rey Felipe IV y miembro de la Orden de Calatrava.
“El de la cabeza redonda y el
cabello ralo y escaso… tenía las
uñas sucias y manchas de tinta en
los dedos… Lucía un grueso sello
de oro en el meñique de la
siniestra”.
Existían intereses religiosos y
políticos por parte de Richelieu,
Saboya y Venecia, para asesinar a
los ingleses y evitar así una alianza
de España con Inglaterra. Por ello,
se alía con Emilio Bocanegra e
intenta cambiar el plan del conde de
Olivares.
Finalmente, es obligado por éste a pagar la deuda que tenía pendiente con
Alatriste, advirtiéndole que se cuidara de hacerle nada al capitán.

17. Fray Emilio Bocanegra
Miembro del Santo Tribunal de la Inquisición.
“Un rostro flaco, ascético…
Debía andar por los
cincuenta y tantos. El
cabello gris lo llevaba corto
con una gran tonsura… Las
manos eran secas y
descarnadas, igual que las
de un cadáver”.
Se aprovecha de su
condición de inquisidor para
incitar a los espadachines,
Alartriste y Malatesta, a
cumplir con el encargo,
acusándolos:
“Sois manos mercenarias y pecadoras, manchadas de sangre como vuestras
espadas y vuestra conciencia”.

18. LOS INGLESESLOS INGLESES
Príncipe de Gales, de 22 años. Hijo de Jacobo I y futuro rey de
Inglaterra, Escocia e Irlanda.
“Bigotito rubio, manos finas, apariencia aristocrática. Joven
ardiente y optimista”.
Resulta herido por Malatesta en la emboscada y es Alatriste
quien le salva la vida.
Carlos I de Inglaterra (1600 – 1649)
Marqués de Buckingham
(1592 – 1628)
Jorge Villers es favorito del rey Jacobo de Inglaterra.
“… bigotillo rizado y rubio, aire elegante. Apenas 30 años y
mucha calidad. Pálido como la cera”.
Acompaña a Carlos en su viaje a España y cuando son
atacados, pide piedad para su señor. “¡Cuartel para mi
compañero...!

19. Conde de Olivares ( 1587 – 1645)
Hombre inteligente, culto, patriota y ambicioso.
Como decía el conde de Guadalmedina, “… es
listo y sabe improvisar. Un hideputa con pintas,
hábil y peligroso, más listo que el hambre”.
Es uno de los que organiza la emboscada de
los ingleses, insistiendo en que no sean
asesinados. “Ni muertos, ni sangre. Al menos,
no mucha”.
Pertenece a la Orden de Calatrava, llevando la
cruz roja sobre su pecho. Ejerce gran poder
sobre el rey, habiendo sometido o mandado
matar a sus predecesores (duque de Uceda,
Fray Luis de Aliaga, duque de Osuna, duque
de Lerma y Rodrigo Calderón).
Gaspar de Guzmán tenía 35 años y era el
valido de Felipe IV. Dos años más tarde sería
nombrado también duque.
“Era corpulento, de cabeza grande y tez
rubicunda, con un pelo negro y fuerte, barba
oscura y cerrada y enormes bigotes”.

20. Felipe IV (1605 - 1665)
Era un rey bueno y gallardo pero incapaz de gobernar, ya que estaba a merced de
los aciertos y errores del conde de Olivares.
“… ese rey joven, simpático, mujeriego, piadoso y fatal para las pobres Españas”.
“… sus rasgos pálidos, el cabello rubio y
ondulado en la frente y las sienes, y
aquella boca con el labio inferior
prominente, tan característico de los
Austrias”.
Él y la reina Isabel de Borbón eran
aficionados al teatro, acudiendo con
frecuencia a las representaciones en el
Corral del Príncipe. Entre sus amantes, la
actriz María Calderón, la Calderona; madre
de don Juan de Austria.
Reinó durante 44 años “sin mover en
público una ceja ante los imprevistos ni
alterar el semblante”.

21. CONTEXTO HISTÓRICOCONTEXTO HISTÓRICO
ANTECEDENTES HISTÓRICOSANTECEDENTES HISTÓRICOS
La Armada Invencible Felipe III y María I de Inglaterra
María I de Inglaterra, esposa
de Felipe II (1554 – 1558),
instaura el catolicismo en su
país. A su muerte, Isabel I
reinstaura la iglesia anglicana
y apoya a los rebeldes
holandeses.
Por ello, Felipe II envía la
Armada Invencible para
implantar de nuevo el
catolicismo siendo derrotado
en 1588.

22. Guerras de Flandes (1568-1648)
En la época de los Austrias, se organizaron los tercios de Flandes para defender la
soberanía española sobre las 17 provincias que componían los Países Bajos.
El Tercio Viejo de Cartagena fue famoso por su resistencia en el campo de batalla.
Algunos de los personajes, el capitán, Lope Balboa, Martín Saldaña y Juan Vicuña, sirvieron
en estos Tercios militares.

23. Tercios de Flandes

24. Algunas batallas destacables de esta guerra de los 80 años, fueron:
• Batalla en las dunas de Nieuport (julio 1600)
Entre las Provincias Unidas de los Países Bajos, al mando de Nassau, y el ejército
español dirigido por el archiduque Alberto de Austria; resultando derrotados los
españoles.
“… 5000 compatriotas, incluidos 150 jefes y capitanes, que dejaron la piel frente a
holandeses, ingleses y franceses; que aunque a menudo guerreaban entre sí, no tenían
reparo en coaligarse unos con otros cuando se trataba de jodernos bien”.
En esta afrenta, Juan Vicuña fue herido en el brazo, que más tarde perdería.
• Asedio de Ostende (1601 – 1604)
Los tercios españoles cercaron y conquistaron esta ciudad dado su valor estratégico
para controlar el mar del Norte.
A pesar de la victoria española, el coste económico y el importante número de muertos,
darían lugar a la Tregua de los doce años.
El teniente de alguaciles Martín Saldaña, había recibido un tajo que “… se lo habían
hecho los holandeses en el asedio de Ostende, cuando el asalto a los reductos del
Caballo y la Cortina”.
• Batalla de Fleurus (agosto 1622)
Fue una lucha entre los españoles y las potencias protestantes del Sacro Imperio
Germánico durante la Guerra de los Treinta Años, en la que venció España.
Alatriste intervino en ella, quedándole como recuerdo una gran cicatriz en el costado.

25. LOCALIZACIÓN DE LAS
BATALLAS

26. Campaña del Palatinado
Región alemana que facilitaba el paso de los soldados españoles desde Italia hasta
los Países Bajos. Comenzó en 1620 estando al frente el general Ambrosio Spínola,
marqués de los Balbases.
Tribunal de la Inquisición
La Inquisición española tiene sus orígenes en el
sur de Francia en 1184, de donde pasó al Reino
de Aragón. Después se extendió a Castilla
(1478 – 1821) en tiempo de los Reyes Católicos,
con la autorización del Papa Sixto IV; y de aquí
al resto del reino hispano.
En España estaba controlada por los reyes, al
contrario que en el resto de Europa, que la
dirigía el Papa. La empleaban como un órgano
de control social en defensa de la fe y la moral
pública, y para solventar la amenaza judía,
supuesta causante de las crisis económicas y
pestes durante los siglos XIV y XV.

27. HECHOS HISTÓRICOSHECHOS HISTÓRICOS
España de la época
• Reinado de Felipe IV (1621 – 1665)
Rey de España, Portugal, Nápoles, Sicilia, Cerdeña y Países Bajos, duque de
Milán y conde de Borgoña.
Felipe el Grande, se casó con Isabel de Francia en 1615 y con su sobrina Mariana
de Austria en 1644.
Su reinado fue reflejo de la incapacidad de la monarquía española para continuar
con su dominio en los territorios europeos.
“Si Felipe IV se hubiera puesto al frente de los viejos y gloriosos tercios y hubiera
recobrado Holanda, vencido a Luis XIII de Francia y a su ministro Richelieu,
limpiado el Atlántico de piratas y el Mediterráneo de turcos, invadido Inglaterra,
izado la cruz de San Andrés en la Torre de Londres y en la Sublime Puerta…” la
historia habría sido de otra manera.
“…nuestro buen e inútil monarca…” delegó sus obligaciones en su valido, el conde
de Olivares.

29. • Política interior
Felipe IV, el rey Planeta, fue muy querido por el pueblo español, “que siempre
consideró a sus reyes los más justos y magnánimos de la tierra”.
Las malas cosechas, las epidemias y las numerosas guerras influyeron en el
cambio de opinión de los españoles.
“Al orgullo y la admiración por sus reyes siguió el menosprecio; al entusiasmo, la
acerba crítica; a los sueños de grandeza la depresión más profunda y el
pesimismo general”.
La España de los Austrias era una España corrupta donde todo estaba en venta,
desde los puestos eclesiásticos hasta los de la Corte y otros de menos categoría.
“En aquel tiempo, cualquier cosa en la corte podía ser comprada con dinero; hasta
las conciencias”.

30. El conde de Olivares y el conde
de Guadalmedina poseían esta
consideración.
Martín Saldaña compró su cargo de
teniente de alguaciles, a cambio de
consentir relaciones de su mujer con
un corregidor que “… había
propiciado el nombramiento del
marido, cargo que equivalía a jefe de
las rondas que vigilaban los barrios de
Madrid”.
También existía el título de Grande
de España, otorgado por el rey con
carácter vitalicio y hereditario, y
unido a un título nobiliario.
Manto heráldico sobre el que los
Grandes plasman su escudo de armas

31. • Política exterior
Felipe III había firmado la Tregua de los 12 años en 1609 con los rebeldes
holandeses. Felipe IV sube al trono cuando finaliza esta tregua, causante “…de que
tantos soldados veteranos anduviesen todavía sin trabajo por las Españas y el resto
del mundo, incrementando las filas de desocupados fanfarrones, jaques y
valentones…”
La guerra de los 30 años (1618-1648) se inició también en época de Felipe III por la
oposición de los príncipes alemanes y por motivos religiosos. El conde-duque de
Olivares creó la “Unión de armas” por la que todos los reinos de la monarquía
hispánica contribuían con hombres y fondos a la contienda.
“… Alatriste, como mi padre y tantos hombres valientes se había apresurado a
alistarse de nuevo con su antiguo general don Ambrosio Spínola…”
La Paz de Westfalia, en 1648, pone fin a este conflicto, reconociendo España la
independencia de las Provincias Unidas.
Al mismo tiempo, España prosigue la guerra contra Francia, siendo derrotados los
tercios españoles en la batalla de Rocroi, en 1643.
Este es el inicio del fin de la hegemonía española en Europa.
“…aquella pobre España nuestra, todavía poderosa y temida en el exterior, pero
tocada de muerte en el alma.”

32. PAZ DE WESTFALIA

33. Jacobo I de Inglaterra, pretende casar a su hijo Carlos con la infanta María de
Austria, hermana del monarca español, con la intención de:
-Tener de cuñado de su hijo al rey de España, “rey de la nación más poderosa del
mundo”.
- Finalizar la vieja enemistad entre España e Inglaterra.
- Abrir a Inglaterra el comercio en las Islas Occidentales.
Sin embargo, este enlace nunca se celebró. Estaban en contra el valido del rey, la
iglesia y la Inquisición que veían en Inglaterra “…un país de herejes y una raza
pérfida, funesta para España y la religión católica”; y el papa Gregorio XV pues
“…no puede ver a los españoles ni en pintura”. Francia, Saboya y Venecia
tampoco quieren la alianza entre los dos países.
La emboscada que se prepara para los caballeros ingleses pretende evitar esta
boda. Al resultar fallida, el príncipe Carlos permanece en la corte española unos
meses, sin alcanzar su objetivo.

34. • Siglo de Oro
El S.XVII, a pesar de coincidir con el declive del imperio español en Europa,
resultó ser un siglo glorioso en el arte y en las letras.
“…aquel tiempo a la vez magnífico, decadente, funesto y genial…”
Felipe IV fue un hombre culto y mecenas de grandes artistas. Su colección de
cuadros llegó a ser la más importante de la época.
En La toma de Breda, el
artista coloca a Alatriste
cerca del caballo.
Velázquez, pintor de
cámara, realizó
numerosos retratos
sobre la familia real,
sus aficiones,
personajes de la corte
y hechos históricos.

35. Otras obras referidas
estaban en la casa del
conde de Guadalmedina.
Danae a punto de ser fecundada por Zeus, de Tiziano
Tapiz de El saqueo de Amberes

36. “…desde el monarca hasta el último villano, la España del Cuarto Felipe amó con locura el
teatro”. Fueron muchos los escritores: Lope de Vega, Quevedo, Calderón de la Barca, Juan
Ruiz de Alarcón, Vélez de Guevara, Rojas, Saavedra Fajardo, Góngora…quienes a menudo
rivalizaban con sus obras.
En el corral del Príncipe se representa El
Arenal de Sevilla, de Lope de Vega. Allí,
intentan acabar con la vida de Alatriste.
Las comedias tenían tres actos, eran en verso
con diferentes metros y rimas. Se
representaban en los corrales de comedias
donde hombres y mujeres estaban separados,
igual que en las iglesias.
“Dos había en Madrid: el del Príncipe, también
llamado de La Pacheca, y el de la Cruz”.
“…siglo de oro…quienes lo vivimos y sufrimos, de oro vimos poco; y de plata, la justa. Lo
que pasa es que luego uno va y mira un cuadro de Diego Velázquez, oye unos versos de
Lope o de Calderón, lee un soneto de don Francisco de Quevedo, y se dice que bueno, que
tal vez mereció la pena”.

37. • La Inquisición
El Tribunal de la
Inquisición, compuesto por
seis jueces, continúa su
labor de preservar la
doctrina católica en todo el
reino.
Emilio Bocanegra es el
presidente de este tribunal.
“…enemistarse con la
poderosa Inquisición
significaba afrontar una
serie de horrores… prisión,
tortura, hoguera y muerte.
Hasta los hombres más
crudos temblaban a la sola
mención del Santo Oficio”.
• Los jesuitas
Estos religiosos son miembros de la Compañía de Jesús, fundada en 1534 por Ignacio de
Loyola.
El rey mandó construir diferentes instituciones, como el Colegio Real de Madrid, dirigidas
principalmente por jesuitas para fomentar la educación de los españoles.
El dómine Pérez, amigo del capitán Alatriste, era un padre jesuita.

38. • Las Órdenes militares
Aparecieron en el S. XII en los reinos cristianos, con el objetivo de luchar
contra los musulmanes y repoblación de los territorios reconquistados.
Las más importantes eran la de Calatrava, la de Santiago, la de
Alcántara y la de Montesa.
Alcanzaron gran fuerza política y económica. Ser nombrado caballero era
un signo de distinción. Se disolvieron en 1931.
La Orden de Calatrava, creada en 1158, contaba entre sus miembros
con el conde de Olivares y Luis de Alquézar.
La Orden de Santiago surgió en 1170. Quevedo fue nombrado caballero
en 1617, por sus servicios a Felipe III.

40. En 1622, había en la capital unas 400 tabernas, “donde podían apagar su sed los
70.000 vecinos de Madrid”.
La Taberna del Turco, lugar de reunión de Alatriste y sus amigos, estaría “situada
en la esquina de las calles de Toledo y del Arcabuz, a quinientos pasos de la
Plaza Mayor”.
En aquel tiempo, la gente hacía la rúa, que era “… el paseo tradicional que todo
Madrid recorría en carroza, a pie o a caballo, bien por la carrera de la calle Mayor,
entre Santa María de la Almudena y las gradas de San Felipe y la Puerta del Sol,
o bien hasta las huertas del duque de Lerma, el monasterio de los Jerónimos y el
Prado del mismo nombre.”
Todos los sitios referidos están cercanos a la Plaza Mayor madrileña.
Madrid de la época

41. - Calles, como la de las Huertas, Montera, Alcalá, Correo, Esparteros.

42. - Lugares, como el Prado y Monasterio de San Jerónimo, el Alcázar Real, la
Puerta del Sol y la de Guadalajara, la Casa de las Siete Chimeneas, Santa María
de la Almudena y los Corrales del Príncipe y de la Cruz.
Puerta del Sol

43. Catedral de la Almudena
Alcázar Real

44. Monasterio de San
Jerónimo
Casa de las
Siete Chimeneas

46. Además, entre los mentideros
de la Corte “lugar de cita de
los ociosos y centro de toda
suerte de noticias, hablillas y
murmuraciones que por
Madrid corrían”, fueron tres
los más frecuentados:
Las Gradas de San Felipe
Losas de Palacio
Representantes
Gradas de San Felipe

47. La vestimenta propia de los espadachines de la época se componía de capa,
sombrero de ala ancha, botas altas y coleto (chaleco de piel que cubría el cuerpo
evitando las heridas de arma blanca).
La capa, además de
proteger del frío, era muy
práctica en las riñas
nocturnas.
“Terciada a pecho o
enrollada sobre el brazo
izquierdo, servía como
broquel para protegerse
del adversario; y arrojada
sobre su acero, podía
embarazarlo mientras se
le asestaba una estocada
oportuna”.
El arcabuz, la daga, el
puñal y las pistolas eran
las armas más utilizadas,
además de las espadas,
la toledana y la vizcaína.

48. El propio rey Felipe IV era muy aficionado a todo tipo de festejos, por lo que durante la
estancia del príncipe Carlos de Inglaterra, que pretendía a la infanta, “Madrid ardía en
fiestas: cabalgatas, saraos en el real Alcázar, banquetes, recepciones, máscaras y una
fiesta de toros y cañas en la Plaza Mayor”. Todo el mundo, desde el más noble hasta los
más miserables, participaban en las fiestas.
En la España de los Austrias, a pesar de las malas condiciones económicas, políticas y sociales,
los españoles son “más bravos, soberbios y orgullosos que en la opulencia y la prosperidad…”.

49. OPINIÓN PERSONALOPINIÓN PERSONAL
Al principio, El Capitán Alatriste no me ha gustado demasiado, ya que me
resultaba difícil entender el vocabulario característico de la época. Después, con
el transcurso de la historia y algunos rasgos humorísticos, la lectura se me ha
hecho más leve.
Está escrita en un estilo ágil, en el que abundan las descripciones físicas de
personajes y lugares, así como palabras y expresiones propias de aquel tiempo
(pardiez, por Belcebú, ¡agua va!, noche toledana, hacer la rúa...).
Además, se entremezclan con la narrativa sonetos, décimas y octavillas de Lope
de Vega, Calderón y, sobre todo, de Quevedo.
También el autor utiliza a menudo términos latinos (sine die, sub conditione),
onomatopeyas (tirurí-ta-ta, cling clang), ironías y refranes.
Me ha llamado la atención que las fechas y los años de algunos personajes son
imprecisos, aunque los hechos referidos sí se corresponden con la época.
La presencia de palabras inglesas, transcritas tal cual suenan (fockyú, sons ofde
gritbich, uergoin tucat yurbols) dan un toque de humor a la historia.

50. AUTORAUTOR
Arturo Pérez-Reverte es un periodista y escritor español, miembro de la
Real Academia Española desde 2003.
Escribió esta novela con
su hija Carlota, y la
historia continua en seis
libros más.