Las colonias españolas y portuguesas en América consiguieron su independencia a finales del siglo XVIII y principios del XIX, estableciéndose como nuevos estados. Los criollos, descendientes de españoles nacidos en América, desempeñaron un papel clave en la lucha por la independencia debido a su poder económico y deseo de autogobierno. Las ideas liberales y nacionalistas de las revoluciones francesa y estadounidense también influyeron en el proceso.