2. ¿Qué es la Cuaresma?
• Es un tiempo de preparación a la Pascua. Tiempo de reflexión, de
penitencia, de arrepentirnos de nuestros pecados que nos han alejado
de Dios, de convertirnos para ser mejores y recuperar el ritmo y estilo
de vida de verdaderos creyentes e hijos de Dios.
• El color litúrgico es el morado que significa luto y penitencia. Dura 40
días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la
Cena del Señor del Jueves Santo. .
• La Iglesia nos invita a vivirla escuchando la Palabra de Dios, orando,
compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. La Cuaresma
es tiempo de perdón y de reconciliación, de arrojar de nuestros
corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a
nuestro amor a Dios y a los hermanos.
• En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús, y a
tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la
resurrección.
4. “Pero Dios dejó
constancia del
amor que nos
tiene: Cristo murió
por nosotros
cuando todavía
éramos pecadores”.
(Romanos 5, 8)
5. Lee y contempla la Pasión de Jesús en
respetuoso silencio. No olvides que el
Señor padeció y murió por ti. La
Cuaresma es un buen tiempo para que
leas diariamente la Biblia, que tal vez la
tienes como adorno en la sala o como un
libro más de tu biblioteca. Recuerda: Dios
quiere hablarte, quiere darte Vida y Vida
en abundancia.
7. “Nos presentamos, pues,
como embajadores de
Cristo, como si Dios
mismo les exhortara por
nuestra boca. En nombre
de Cristo les rogamos:
¡déjense reconciliar con
Dios!”
(2 Corintios 5, 20)
8. Los pecados nos causan la muerte
espiritual y nos apartan de Dios. ¿Hace
cuánto tiempo te confesaste por última
vez? Siempre que estamos muy enfermos
buscamos al médico. Si estás enfermo del
alma busca al Señor en el sacramento de
la Reconciliación. La Cuaresma es un
tiempo especial de Gracia, aprovéchala.
10. “Porque tuve hambre y ustedes
me dieron de comer; tuve sed y
ustedes me dieron de beber. Fui
forastero y ustedes me
recibieron en su casa.
Anduve sin ropas y me vistieron.
Estuve enfermo y fueron a
visitarme. Estuve en la cárcel y
me fueron a ver”.
(Mateo 25, 35-36)
11. Un cristiano que no practica la caridad es
como un árbol que no da frutos. Ayuda
de manera especial en esta Cuaresma a
aquellos que sabes que están pasando
necesidad. Siempre habrá quien esté más
necesitado que uno mismo, y siempre
podemos ayudarles en alguna forma.
Inténtalo y veras que sí se puede.
13. “Sean humildes y amables, sean
comprensivos y sopórtense unos
a otros con amor”.
(Efesios 4, 2)
14. Aprende a vivir en humildad, no te
sientas superior a nadie. En la Cuaresma
se nos recuerda que somos polvo y en
polvo nos convertiremos. Sin Dios, sin su
amor, no somos nada, por qué entonces
te vas a sentir más grandes que los
demás. Jesús nos enseñó por eso a ser
humildes.
16. “Por eso acepto con gusto
lo que me toca sufrir por
Cristo: enfermedades,
humillaciones, necesidades,
persecuciones y angustias”.
(2 Corintios 12, 10)
17. En esta cuaresma no tengas miedo ni
vergüenza de proclamar tu fe. Sabes que
muchas veces no va a ser fácil en un
mundo que cada vez más le da las
espaldas a Dios… pero mira a la cruz y, en
la cruz, encontrarás a uno para quien,
por enfrentarse al mundo, no todo le fue
de color de rosa en la vida.
19. “Estén siempre alegres, oren sin cesar y den gracias
a Dios en toda ocasión; esta es, por voluntad de
Dios, su vocación de cristianos”.
(1 Tesalonicenses 5, 16-18)
20. Practica la lectura orante de la Sagrada
Escritura. Ora siempre y en todo lugar. Habla
diariamente con Dios como con el Padre
bueno que es y que ama a todos sus hijos.
Háblale de ti, de tus alegrías y tristezas, y de
como te sientes. Y hazlo con tus propias
palabras, no solo repitiendo y repitiendo
oraciones ya escritas. No lo dudes, Él te
espera cada día.
22. “En cuanto a mí, no quiero sentirme orgulloso más
que de la cruz de Cristo Jesús, nuestro Señor. Por él
el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el
mundo”. (Gálatas 6, 14)
23. En la Cruz Cristo murió por ti. Es sin duda
meritorio que la veas y la respetes como
algo sagrado. Pero más importante aun
es que la tengas en un lugar de honor en
tu casa, donde todos puedan verla y
venerarla. En ese pesado madero que
Cristo cargó por la Vía Dolorosa, se llevó
a cabo la salvación de la humanidad.
Nunca lo olvides.
25. “A partir de entonces muchos de sus discípulos se
volvieron atrás y dejaron de seguirle. Jesús
preguntó a los Doce: ¿Quieren marcharse también
ustedes?”. (Juan 6, 66-67)
26. Esta cuaresma hazte el propósito de
estar más cerca del Señor. Participa en
todas las prácticas de piedad. Todos los
viernes, ayuna y abstente de lo que más
te apetece. Asiste piadosamente al
viacrucis parroquial y no dejes de manera
especial de visitar a Cristo en el
Santísimo Sacramento cuantas veces
puedas, a veces el Señor está muy solo y
ansiando verte.
28. “Jesús les dijo: Yo soy el pan de
vida. El que vienen a mí nunca
tendrá hambre y el que cree en
mí nunca tendrá sed”.
(Juan 6, 35)
29. No hay mejor tiempo para asistir
diariamente a la Santa Misa que la
Cuaresma. El Señor te espera en la Mesa
de la Palabra y en la Mesa de la
Eucaristía. Recuerda, la Cuaresma es un
tiempo especial de Gracia, no la eches en
saco roto por tu pereza.
31. “…ustedes se despojaron del hombre
viejo y de sus vicios y se revistieron del
hombre nuevo que no cesa de renovarse
a la imagen de su Creador hasta alcanzar
el perfecto conocimiento”. (Colosenses 3, 9-10)
32. Cuando el día llegue a su fin haz un revisión
de todo lo que viviste: en el trabajo, en el
camino de regreso a la casa, y ya de vuelta
en tu hogar. Haz memoria de lo conversado
con los amigos, tus familiares y gente con la
que te encontraste. Pide perdón a Dios por
aquello en que fallaste y reconcíliate con
quienes fuere necesario. Trata de renovarte
cada día en el Señor.
33. CUARESMA
Debe ser como un retiro penitencial de
cuarenta días, durante los cuales, imitando a
Cristo en su retiro al desierto, nos preparamos
para la celebración de las solemnidades
pascuales, purificando nuestro corazón con
una práctica perfecta de la vida cristiana.