Tema 5. "LA CIUDAD EN PALACIO, Asig "La imagen de la ciudad..." GRADO ARTE UNED
1. TEMA 5.- LA CIUDAD EN PALACIO
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Introducción.
1.- Imágenes de dominio en los grandes palacios italianos.
1.1.- Florencia.
1.2.- Caprarola y Roma.
2.- La monarquía y la nobleza hispánicas.
2.1.- Las vistas perdidas de las casas del rey.
2.2.- El palacio de un noble.
3.- Libros y tapices.
Introducción.
La imagen de la ciudad llegó a los palacios en distintos soportes y con
distintas técnicas, por un lado en pintura (mural, tabla o lienzo), por otro
dibujos, normalmente en forma de atlas y referidos a las ciudades
fortificadas, que se guardaban en las coleccione y bibliotecas privadas de
los monarcas. Y, por último los tapices o ricos escritorios.
Esto no agota el repertorio de imágenes urbanas en palacio, si buscamos
en los fondos de pinturas de tema histórico, mitológico o incluso retratos,
nos podemos encontrar con magníficas representaciones de las ciudades
de los siglos XVI al XVIII.
Imágenes urbanas no absolutamente realistas, pero sí verosímiles e
identificables.
La representación de la ciudad en palacio incorporó a la ciudad ideal
renacentista, como las que aparecen en las taraceas del palacio ducal
de Urbino, y en escenarios urbanos que son la expresión pura de los
ideales políticos, como la Alegoría del Buen Gobierno de Lorenzetti
en el Palacio Público de Siena. Los gobernantes siempre estuvieron
interesados por vistas de ciudades que reflejaran la realidad, y este
proceso estuvounido al desarrollo de la cartografía.
Parece que Carlomagno tuvo mapas de Roma y Constantinopla, aunque
poco más se sepa de ello, salvo que ya entonces se comenzó a
2. considerar que el estudio de los mapas formaba parte de la
educación de las elites.
En los mapas las representaciones de las ciudades eran mediante
signos que se asemejaban a su forma urbana, vistas “icónicas” pero
cuando se liberaron del mapa, empezaron a ser reconocibles.
Las vistas urbanas procedentes de la cartografía, de los
descubrimientos, de la expansión imperial o de los hechos de armas
de las dinastías gobernantes europeas se añadieron a las colecciones
y de ahí, a las galerías de los palacios.
La representación de los territorios y ciudades de las monarquías se
convirtió en un símbolo de poder tan importante como los retratos
dinásticos, por lo que los mapas y las vistas urbanas coexistieron en
los palacios con las galerías de retratos. Algunos mapas del
Renacimiento incluían el árbol genealógico, como sucede en uno de la
familia real danesa y por supueto muchos retratos incluyeron mapas,
para unir la idea del poder de un linaje a las tierras y ciudades que
poseía., un ejemplo de esto es un “tapiz del mapa de Gloucestershire”
que era parte de cuatro tapices-mapas de condados ingleses
realizados hacia 1590 .
Las vistas de las ciudades en los palacios se movieron entre la
ostentación y el secreto. Algunos atlas fueron publicados, como el
«Théâtre de France», de Maurice Bougereau, realizado para Enrique
IV, y otros no llegaron a la imprenta, como la monarquía española
(atlas de Turriano y Texeira).
En el norte de Europa se desarrolló un género, nacido en Italia, que combinaba
lo general con lo particular, representando un mapa rodeado por una orla de
imágenes correspondientes a los territorios descritos, como el mapa de
Bélgica de Cloes Jansz, en forma de león, que tiene a la izquierda las
ciudades dominadas por los Estados Generales y la Casa de Orange, y a la
derecha las que controlaba España, en concreto Felipe III, durante cuyo
reinado transcurrió la Tregua de los 12 años con los Países Bajos.
En la obra de Vermeer se unen la historia y la geografía, pues muestra un
retrato de Clío, musa de la historia y, al fondo, cuelga un mapa con las
3. provincias de los Países Bajos, antes de la separación de las provincias
holandesas.La decoración de viviendas con mapas no era exclusiva de los
palacios, tanto en los Países Bajos como en las casas venecianas (Tolias
2007).
1.- Imágenes de dominio en los grandes palacios italianos.
Saber leer mapas formó parte de la educación de los príncipes , y uno de
sus entretenimientos era pasear por sus ciudades sin moverse de palacio.
Desde el Quattrocento, en los palacios italianos fueron apareciendo
imágenes de los dominios de los gobernantes, incluidas las ciudades. La
ciudad como escenario va tomando carta de naturaleza, aunque se trate
de la ciudad ideal vinculada al humanismo y a la antigua Roma.
Eso sucede con la Cámara de los Esposos de Mantua, mientras una
Mantua real, con el puente es el fondo de la «Muerte de la Virgen».
1.1.- Florencia.
Adornar los palacios con mapas y vistas urbanas fue algo generalizado en
las cortes europeas. Desde los palacios de Enrique VIII de Inglaterra
hasta el palacio de los Médicis.
Las cartas geográficas del Palacio Vecchio se deben al cosmógrafo
Egnazio Danti, que más tarde hizo las de la galería vaticana, quién realizó
los mapas entre 1563 y 1575. A Danti se deben 30 mapas siendo el resto
realizados por Stefano Buonsignori y otros. En una estancia de este
palacio el cielo y la tierra estaban representados con ambición de
totalidad, de dominio del Universo, de modo que el gran duque Cosme I de
Médicis se pudo sentir en ella poseedor del cosmos, como si la sala fuera
un gran emblema de su nombre. No seria la única estancia decorda con
Mapas, porque el mismo duque, gran experto en Cartografía encargó a
Vasari vistas de Florencia y otras ciudades toscanas.
También hubo patronazgo femenino en este tema, pues Eleonora de
Aragón para Ferrara, Isabella d’Este para Mantua y Leonor de Toledo,
esposa de Cosme de Médicis encargaron vistas urbanas.
Cuando en 1565 el duque Francesco I se casó con Juana de Austria, hija
del emperador Fernando I, se pintaron en el patio Michelozzo del Palacio
Vecchio se representaron diecisiete vistas de ciudades del imperio,
4. simbolizando la alianza de los Médicis y los Habsburgo.
En otras estancias del palacio están representadas ciudades de la
Toscana, a veces como fondo de historias o alegorías, celebrando el poder
del ducado.
Hay que citar también los mapas de los dominios venecianos encargados
para el palacio de esa ciudad por el Consejo de los Diez en el siglo XV, y
la decoración de la villa de Belvedere con vistas urbanas encargadas a
Pinturichio.
1.2.- Caprarola y Roma.
Como muestra de su poder, los Farnesio construyen su palacio de
Caprarola con forma aproximada de pentágono abaluartado propio de las
ciudadelas, y además expresan ese poder familiar por medio de la imagen,
con retratos de Marco Polo, Colón y Hernán Cortés, mostrando su
admiración por los descubrimientos de otras tierras en la sala de la
Cosmografía “Sala di Mappamondo”, pintada hacia 1570 que exponía ante
el visitante el alcance de sus conocimientos, posesiones y poder. Fue un
encargo del cardenal Alejandro Farnesio y refleja su ambición y su deseo
del poder universal que hubiera alcanzado de haber sido elegido papa. En
la Sala de Hércules había vistas de las ciudades más importantes
dominadas por esa familia, entre ellas Parma y Piacenza.
Hay un convencimiento generalizado de la fusión entre la geografía y la
historia, que se plasma en los espacios palaciegos europeos.
La galería de mapas del Vaticano se pintó por orden del papa Gregorio
XIII, fue realizada por el cosmógrafo y matemático Egnazio Danti,
ayudado por otros pintores, y su influencia llegaría hasta Nápoles donde
el virrey conde de Olivares, que había sido antes embajador en el
vaticano, hizo pintar a finales del S XVIimágenes de ese reino así como
las posesiones en Toscana de la monarquía hispánica, en el refectorio del
monasterio de San Lorenzo, donde se reunía el Parlamento.
La belleza de la Galería de mapas del Vaticano llevo a Danti a pensar en
hacer un libro con sus imágenes. Danti trasladó a la galería lo que define
el espacio geográfico de la península italiana dividida en dos vertientes
por los Apeninos al representar en cada una de las paredes laterales
ciudades y territorios correspondientes a estas zonas, mientras las
paredes que cierran la galería albergan imágenes del norte y el sur
5. peninsular. No fue una galeria que se mantuviera intacta ya que otros
papas la fueron actualizando fundamentalmente Urbano VIII
añadiendoe algunas imágenes urbanas a los mapas, puesto que esta
galería se convirtió la imagen del poder del papado.
2.- La monarquía y la nobleza hispánicas.
En el caso español, nos vamos a encontrar entre la propaganda y el
ocultamiento, entre lo que se mostraba con orgullo al visitante y lo que se
ocultaba celosamente. Felipe II encargó las «Relaciones topográficas»,
con una detallada información de cómo eran las ciudades españolas,
incluyendo las americanas. Éstas últimas, incluidas en las «Relaciones
geográficas», tuvieron una difusión muy restringida y nunca fueron
publicadas por peligro de que cayeran en manos enemigas. Estas
relaciones han proporcionado vistas urbanas en las que los sistemas de
representación occidentales se mezclan con la tradición prehispánica,
como se puede ver en el mapa de Texupa. Entre las vistas con difusión
permitida se encuentra el fresco de la Sala de Batallas del Monasterio de
El Escorial que representa la batalla de la Higueruela, en el que se
encuentra representada la ciudad de Granada, contribuyendo a la
identificación del lugar de la batalla. En la Sala del Trono del mismo
Monasterio se colgó una selección de mapas del «Theatrum Orbis
Terrarun» de Ortelius, obra que tuvo un gran éxito, traduciéndose del
latín al francés, alemán, inglés y español. De la afición de Felipe II a las
vistas urbanas es un buen ejemplo el encargo que le hizo a Jacop van
Deventer en 1559 de realizar los planos de las ciudades de los Países
Bajos. Y s¡ nos vamos al siglo XVIII, cuando el espíritu de las Luces
triunfaba, nos encontraremos en los palacios europeos con vistas de
ciudades que celebraban el triunfo de la obra pública emprendida por los
monarcas para el progreso de sus reinos, que era anto como decir el de
sus ciudades.
2.1.- Las vistas perdidas de las casas del rey.
Anton van den Wyngaerde viajó a España en 1561, Felipe II le había
encargada una labor que le llevaría años, como era la de dibujar todas las
ciudades españolas. Este pintor era famoso como pintor de vistas
6. urbanas, como las de Londres, Oxford, Brujas y Génova , era experto en
el topográfico, dando a la vez una visión global de la ciudad.
También estaba especializado en vistas de batallas tomadas de la
experiencia directa, como la toma del Peñón de Vélez. Había acompañado
anteriormente al Emperador Carlos V y después a Felipe II, y estuvo
presente en las batallas de San Quintín y Gravelinas.
Sus dibujos de batallas fueron tomados como modelo por otros pintores
para pinturas de hechos de guerra de las salas del Monasterio de El
Escorial.
Felipe II distribuyó las vistas entre el Monasterio de El Escorial, el
Palacio del Pardo y el Alcázar de Madrid. Gran parte de ellas
desaparecieron en devastadores incendios.
2.2.- El palacio de un noble.
El conjunto más completo de “vistas de ciudades” es el del palacio del
Viso del Marqués, y las vistas más representadas son las ciudades que
había conocido, algunas de las cuales habían sido escenario de su triunfo.
el Marqués de Santa Cruz. Llegó a ser Capitán General de Galeras de
España recorrió con sus barcos tanto el Mediterráneo como parte del
Atlántico.
Muchas de las imágenes urbanas acabadas en 1585, pueden estar
tomadas de los libros y grabados que circulaban por Europa.
Siguiendo los modelos de los palacios de Florencia y Génova, en las
galerías del patio del palacio del Viso del Marques se encuentran las
vistas de las ciudades, por ser el lugar más representativo de los palacios,
lugar para el recibimiento y las ceremonias, frontera entre lo público y lo
privado, antes de pasar a las salas y galerías, que están decoradas con
hechos de armas e historias mitológicas creando un lugar de la memoria
para un linaje, aplicando gran número de recursos visuales para
personificar naciones y ciudades con imágenes alegóricas.
3.- Libros y tapices.
Hubo un material enorme de vistas urbanas ligadas a lo militar y a la
defensa de los reinos que pasaron a formar parte de las colecciones de
7. los reyes o de la nobleza, sin llegar jamás a la imprenta.
En las cortes europeas se fue generalizando el gusto por esos atlas que
describían territorios y ciudades fortificados por sus respectivos
gobernantes desde finales del siglo XVI y sobretodo a lo largo del siglo
XVII. Hubo gran cantidad de vistas urbanas ligadas a lo militar y la
defensa de los reinos que formaron parte de las colecciones de los reyes
o de la nobleza y que, por motivos de seguridad, nunca fueron publicados.
Se hicieron atlas de tres tipos, atlas creados por el propio ingeniero,
atlas realizados por pintores partiendo de dibujos proporcionados por
otros. Y atlas militares, recopilaciones de vistas y plantas sin intención de
unificación visual.
Entre los atlas del primer tipo elaborados en España hay que mencionar
los de Texeira, Leonardo Turriano (con la descripción de las plazas de
Orán y Mazalquivir), y los encargados por Felipe III a Bautista Antonelli,
una descripción de los puertos y fortificaciones de las Indias,
y a Tiburzio Spannocchi, con una descripción de las fortificaciones
españolas, aunque se prohibió la publicación de estas últimas obras.
Dentro del segundo tipo de atlas hay que citar el de Leonardo de Ferrari
por encargo del marqués de Heliche, unificando una colección de dibujos
de ciudades fortificadas.
En la corte de los Médicis Fernando I encargó a Matteo Neroni un atlante
de ciudades fortificadas, que unificó los diseños que en origen habían sido
realizados por distintos autores.
En Francia se confeccionaron atlas del tercer tipo durante los reinados
de Luis XIII, Luis XIV y Luis XV, mezclando vistas de ciudades
fortificadas grabadas y manuscritas hasta convertir esos conjuntos
artificiales en auténticos atlas.
En los escritorios que viajaron a la corte con los virreyes de Nápoles en
su camino de retorno incluían imágenes reproducidas en marfil que
constituían un teatro del mundo con el que deleitarse y aprender.
En los tapices, las ciudades aparecen como escenario de la acción que se
desarrolla ante ellos. En tapices de tema mitológico o alegórico suelen ser
imaginarios, pero en los tapices destinados a recordar los hechos
históricos de los reyes intentaban representar ciudades verosímiles, a
veces auténticos retratos. La serie de los tapices de Pastrana relata
la conquista de Arcila por los portugueses y la ocupación de Tánger se
reproducen imágenes urbanas que debieron basarse en descripciones
8. escritas o relatos orales, pues reflejan ciudades del estilo de las
ciudades flamencas. Aún siendo imágenes ficticias son muy explícitas
acerca del distinto valor que tuvo la conquista y ocupación de ambas en la
expansión africana del imperio portugués.
La serie de tapices más emblemática de la monarquía española fue la de la
conquista de Túnez por el emperador Carlos V, encargada por Maria de
Hungría en 1546, hermana del emperador a Jan Cornelisz Vermeyen quien
acompañó al monarca en la empresa militar, junto con historiadores, para
dejar constancia de sus hechos gloriosos.
La serie se inicia con un gran mapa y había vistas de Túnez y otras
ciudades mediterráneas que habían sido escenario de la historia narrada.
Aquí si hubo dibujos tomados directamente del natural, que servirían
para los cartones, porque es realmente una ciudad africana. El autor ser
representa dibujando o tomando notas en un cuaderno, de nuevo imagen y
palabra construyeron la historia.
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