1. Clase 1
Sitio: FLACSO Virtual
Curso:
Taller del proyecto de inserción curricular de la EIS en la
Educación Superior El Salvador
Clase: Clase 1
Impreso por: PEDRO ADALBERTO CASTRO CRUZ
Día: martes, 19 de julio de 2022, 17:00
2. Tabla de contenidos
Introducción
1. Características
2. Conceptos relacionados
3. Sexualidad y generaciones
4. Género
5. Género: una construcción
6. Diversidad
7. Breve síntesis de la historia de la Educación Sexual
8. Modelos de Educación Sexual
9. Definiciones de Educación Integral de la Sexualidad
10. Contribuciones y beneficios de la Educación Integral de la Sexualidad
11. Referencias
3. Introducción
Este módulo es una invitación a pensar en el significado de la Educación Integral de la Sexualidad (EIS) y en el proceso de su
implementación, recorriendo críticamente otros modelos y fijando la atención en los conceptos claves que la constituyen como un derecho
una educación de carácter integral.
OBJETIVO GENERAL
Reconocer que la EIS, un derecho humano fundamental, es un proceso planificado para aportar al desarrollo y a la formación de los seres
humanos, que permite incorporar el concepto de sexualidad como una dimensión de la personalidad, desde un enfoque de Género y
Derechos.
PALABRAS CLAVE
Sexualidad
Educación Integral de la Sexualidad (EIS)
Género
4. 1. Características
En Fundamentos de la Educación Integral de la Sexualidad (2014) en el Sistema Educativo de El Salvador, se define: La sexualidad es una
dimensión de la personalidad que se construye y expresa, desde el nacimiento y a lo largo de toda la vida, a través del conjunto
de representaciones, conceptos, pensamientos, emociones, necesidades, sentimientos, actitudes y comportamientos que conforman el
hecho de ser psicológica y físicamente “sexuado”, masculino o femenino, lo que trasciende la relación de pareja para manifestarse en todo
lo que la persona “es” y “hace” (…).
En otras palabras, la sexualidad es la manera de pensar, de sentir y de actuar de hombres y de mujeres en una sociedad y grupo
determinado. Por tanto, la sexualidad se relaciona con nuestras ideas, palabras, deseos, fantasías, emociones, valores y comportamientos,
es decir, con todo nuestro ser, con nuestra humanidad y por tanto es diversa en sus manifestaciones. Se torna imprescindible entonces,
realizar un abordaje integral de la sexualidad basado en los derechos de niñas, niños, adolescentes y jóvenes (NNAJ) en todo el trayecto
educativo –desde inicial a la universidad– como una manera planificada de aportar al desarrollo y a la formación de los seres humanos. La
sexualidad planteada como una dimensión de la personalidad humana se refiere a un proceso complejo, ya no solo biológico, sino social,
cultural, político y económico. Vale decir, es un entramado entre lo individual y lo colectivo, determinado por cada cultura, en un lapso
histórico con sus formas de valorar lo moral, sus reglas, sus mitos, sus tabúes, entre otros. Se enfrentan dos miradas: una esencialista y
biologicista (que sostiene que la sexualidad es innata o sea biológicamente determinada) y otra humanista y constructivista (que afirma
que se construye en base a mandatos sociales y culturales).
Esta postura es dinámica, flexible, diversa y puede ser modificada en el proceso vital.
Integra sentimientos, afectos, emociones, deseos, subjetividades- como formas de ser y
estar en el mundo-, vínculos y maneras de relacionarse con los demás seres humanos.
Debe recordarse que cada persona es única e irrepetible, de igual forma lo es su
sexualidad.
Al respecto, Jeffrey Weeks (1993) puntualiza que:
Aspectos que caracterizan y le otorgan un perfil propio a la sexualidad humana
Placentera: Contribuye al bienestar individual, al enriquecimiento de la personalidad y al desarrollo del vínculo con los otros.
Afectiva: La capacidad de amar constituye un componente eminentemente humano y es un elemento sustantivo en la plenitud y
profundidad de las relaciones entre las personas.
Comunicacional: Constituye un modo de expresión integral y resulta la forma de comunicación de mayor profundidad y
trascendencia entre los seres humanos.
Creativa: Como forma de expresión integral, potencia la creatividad en la que se conjugan elementos estéticos y lúdicos.
Ética: Como toda dimensión humana, la sexualidad se estructura en un marco de valores que resultan patrimonio de cada grupo y
sociedad, orientadores acerca de lo “bueno”
La sexualidad está configurada por fuerzas sociales. Y lejos de ser el elemento más natural en la vida
social, es el que más se resiste a la modelación cultural, es tal vez uno de los más susceptibles a la
organización. De hecho, yo diría incluso que la sexualidad sólo existe a través de sus formas y su
organización social. Además, las fuerzas que configuran y modelan las posibilidades eróticas del
cuerpo varían de una sociedad a otra. Por su parte, Guacira Lopes (1999) señala que La sexualidad se aprende y construye a lo largo de toda la vida,
de diversos y variables modos y no se reduce a la cuestión biológica o genital”, La definición en términos amplios remarca que esta construcción
también implica rituales, lenguajes, fantasías, representaciones, símbolos y convenciones. (...). En suma, son “procesos profundamente culturales y
plurales (…). Las posibilidades de la sexualidad, las formas de expresar los deseos y placeres- también son siempre socialmente establecidas y
codificadas.
5. Procreativa: Se destaca esta potencialidad como un extraordinario logro de dos personas que consciente, libremente y con
responsabilidad compartida asumen la procreación de un nuevo ser humano.
(Administración Nacional de Educación Pública- Comisión de Educación Sexual. Uruguay 2006)
La sexualidad, en suma, se vincula y entreteje junto a la vida misma. En ella se distinguen las funciones eróticas, placenteras y la función
reproductiva. Cada sociedad, en su contexto histórico- cultural crea un conjunto de creencias y normas en torno al erotismo, al placer, la
reproductividad y a la vez les asigna un determinado valor. La reproductividad es valorada positivamente si la comparamos con el erotismo
y el placer. Dichas formas de valoración permean de manera simbólica la manera de vivir, pensar, sentir y comunicar nuestra sexualidad.
Aún hoy se mantienen y defienden posturas en las que a las mujeres se les asigna la reproductividad y a los varones el placer. Ello habilita
permisos y prohibiciones para ambos, se naturaliza lo “femenino” y lo “masculino” como dos mundos separados. Se asocia lo “femenino” a
un no saber, a la pasividad, al cuidado de su familia, que incluye a niñas, niños y adolescentes (NNA) y adultos mayores, es en ese espacio
privado donde se invisibilizan sus trabajos y sentires. Lo “masculino” se vincula al saber, a la actividad, a dirigir, a decidir; en suma, a
integrar la esfera pública. Lo público es político y lo privado y lo íntimo ya no deben mantenerse en silencio. Lo que sucede puertas adentro
también debe ser una cuestión política donde el Estado pueda intervenir y asegurar el bienestar de las personas.
Marcela Lagarde (1990) plantea una sexualidad escindida de las mujeres en la que el placer y el erotismo se asignan a la puta y la
reproducción a la madre-esposa. Lo “natural” para las mujeres es la procreación y el cuidado de la prole. El erotismo y el placer para unas
pocas mujeres ”las putas”. Mientras unas ponen su cuerpo al servicio de quienes cuidan, las otras los aportan para el placer de otras/os,
casi como si ello fuera una regla que vale para todas.
6. 2. Conceptos relacionados
Hablar de sexualidad siempre implica considerar además otros conceptos:
Sexo - Características biológicas diferenciales que existen entre hombres y mujeres. Actualmente se puede considerar que no son dos
categorías únicas y determinadas- macho o hembra – sino que son personas que nacen con genitales que se asignan a la categoría macho,
hembra y personas intersexuales. Este término o intersex refiere a personas cuyos cuerpos no son coincidentes con el correspondiente a
macho o hembra, sino que tienen una o más características de uno u otro sexo biológico visibles en el momento del nacimiento o a
posteriori.
Sexo asignado al nacer- Esta idea trasciende el concepto de sexo como masculino o femenino. La asignación del sexo no es un hecho
biológico innato; más bien, el sexo se asigna al nacer en base a la percepción que otros tienen sobre sus genitales. La mayoría de las
personas son fácilmente clasificadas pero algunas personas no encajan en el binario mujer/hombre (Ref: Comisión Interamericana de
Derechos Humanos-CIDH;22. 2015. Actualizado en 2020). “La identidad sexual es la parte de la identidad total de las personas que les
permite reconocerse, aceptarse, asumirse y actuar como seres sexuales (Ref: Administración Nacional de Educación Pública. Comisión de
Educación Sexual. Uruguay. 2006)”. Se pueden señalar tres componentes de la identidad sexual: orientación sexual, identidad de género y rol
de género. Orientación sexual - es la capacidad de cada persona de sentir una profunda
atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un género diferente al suyo,
o de su mismo género, o de más de un género (Ref: Comisión Interamericana de
Derechos Humanos-CIDH;22. 2015. Actualizado en 2020). La orientación sexual refiere
a la orientación de nuestro deseo erótico afectivo, quién nos gusta, quién nos
enamora. Cómo se organiza el erotismo en relación con el sexo de la o las personas
a la que está orientado. La orientación sexual puede expresarse en el amor y el
deseo hacia personas de igual o distinto sexo y puede denominarse de distintas
maneras: Orientación heterosexual: El amor, deseo o erotismo se dirige a
personas de sexo diferente al propio. Ejemplo: hombre atraído por una mujer o
mujer atraída por un hombre. Orientación homosexual: El amor, deseo o erotismo se dirige a personas de igual sexo. Hombres atraídos
por hombres (gay) o mujeres atraídas por mujeres (lesbianas). Orientación bisexual: El amor, deseo o erotismo se dirige a personas del
mismo sexo u otro distinto. Estas personas se denominan bisexuales. Asexualidad: Las personas que se consideran asexuales, no sienten
atracción sexual hacia otras o no manifiestan interés hacia las relaciones sexuales. La asexualidad es considerada como la ausencia de
orientación sexual.
La orientación sexual
No es una opción, no la elegimos, sí tiene que ver con nuestros gustos y deseos.
No se nota en nuestro cuerpo a simple vista. No tiene que ver con gestos, formas de vestirnos o hablar.
No es una enfermedad y por esto no se debe intentar curar.
7. 3. Sexualidad y generaciones
Pensar sobre la sexualidad también nos invita a mirar a las diferentes generaciones. Quienes comparten una generación, no solo conviven
en cuanto a sus edades, sino usos, costumbres y percepciones que también alcanzan a la sexualidad. La “moral sexual” y los valores de
cada tiempo lo cuestionan todo y determinan qué es lo esperable en relación con los comportamientos y vínculos.
A continuación, te presentamos una tabla con los principales rasgos de las generaciones.
Figura 2: Taxonomía de generaciones
Después de leerlas, le invitamos a realizar dos actividades.
1. Sumar las características de cada una en relación con el ejercicio de la sexualidad
2. Reflexionar sobre la influencia de la EIS en el ejercicio de la sexualidad.
8. 4. Género
La Comisión Europea (2016) puntualiza que el Género es la construcción social y cultural de mujeres y hombres, que establece modelos de
comportamiento para la feminidad y la masculinidad.
Es relacional implica las relaciones entre mujeres y varones.
Es jerárquico se basa en una desigualdad de poder.
Es cambiante se puede modificar.
Es contextual, su expresión depende del contexto- clase social, etnia, edad, etc.
Es institucional, son las instituciones sociales las que lo sustentan.
Esta construcción varía en el tiempo, en el espacio y entre culturas. Incluye normas de género (actitudes), relaciones de género (roles) e
identidades de género. Identidad de género: es la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente profundamente,
la cual podría corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo (Ref: CIDH.
2015 actualizado en 2020). Lopes Louro enfatiza la distinción entre identidades de género- refieren a las identificaciones, que social e
históricamente hacen los sujetos sobre lo femenino y lo masculino –e identidades sexuales– formas de cómo las personas viven la
sexualidad (con personas del mismo sexo, de ambos sexos o de otro sexo)-. Ambas identidades de género y sexual, son construcciones
flexibles, móviles, nunca definitivas. Rol de género: expresión de femineidad o de masculinidad que presenta una persona, de acuerdo con
las normas de su grupo y sociedad. Se expresa en relaciones de poder e inequidades. La antropóloga Marcela Lagarde (1990), sostiene que
el rol de género es el conjunto de tareas y funciones que se designan a mujeres y hombres en una sociedad dada y en un momento
histórico concreto.
Los más representativos son:
Rol productivo: sus actividades son remuneradas.
Rol reproductivo: actividades de cuidados, son la base de la convivencia y no siempre son pagas.
Rol de gestión comunitaria: actividades comunitarias.
Expresiones de género: Generalmente se refiere a la manifestación del género de la persona, que podría incluir la forma de hablar,
manerismos, modo de vestir, comportamiento personal, comportamiento o interacción social, modificaciones corporales, entre otros (Ref:
CIDH:1.2015 Actualizado en 2020). Hace referencia a las maneras en que una persona comunica su identidad de género a través de su
apariencia física (incluidos su vestimenta, cabello y el uso o no de maquillaje), gestos, modos de hablar y patrones de comportamiento en
la interacción con los demás. Los roles sociales asignados y ejercidos por mujeres y varones en la historia no responden a diferencias
biológicas, no son naturales, sino el resultado de construcciones sociales y culturales. Por lo tanto, hay muchas formas de ser mujeres o
varones.
9. 5. Género: una construcción
Es clave conceptualizar que el género se construye socialmente, tal como la clase social, la etnicidad, la sexualidad, entre otros. Una
formación con perspectiva de género, invita a pensar con miradas diferentes a las necesidades, actitudes y comportamientos de la
población. Se logra así una mejoría en el entorno social y cultural, basada en
conocimientos científicos y tecnológicos innovadores. El ejercicio de la docencia con
perspectiva de género habilita al estudiantado a pensar en forma crítica, a cuestionar roles
de género, normas y estereotipos. Sólo así se evita que se produzca la llamada “ceguera
de género” que la Unión Europea (Ref: EIGE, 2016), define como: La falta de reconocimiento
de que los roles y las responsabilidades de las mujeres/niñas y los hombres/niños se les
atribuyen o se les imponen en contextos sociales, culturales, económicos y políticos
específicos. Los proyectos, los programas, las políticas y las actitudes ciegas al género no
tienen en cuenta estos roles diferentes y necesidades diversas y, por lo tanto, mantienen
el statu quo y no ayudan a transformar la estructura desigual de las relaciones de género.
Según la definición proporcionada la docencia universitaria también se ve afectada por la
ceguera de género, como señala un informe reciente de la Red Vives de Universidades
(Ref: Verge y Cabruja, 2017). Esta ceguera impide visibilizar el pensamiento femenino o de grupos minoritarios y prioriza el mundo
masculino. En las aulas será vital valorar las formas de relacionamiento profesores/estudiantes y estudiantes entre sí. Será necesario
analizar de modo consciente cómo se permiten intervenciones, indagando si se priorizan los argumentos de mujeres o varones o si se
reconocen todas las opiniones como válidas; lo mismo ocurrirá a la hora de evaluar y calificar. ¿Mujeres y varones se miden bajo los
mismos criterios? ¿Se les exige igual? Por todo ello es indisoluble el vínculo entre derechos, EIS y perspectiva de género.
La construcción sexual del género se expresa de diversas formas en lo social, cultural e institucional. En la educación los mandatos de
género están presentes desde la escuela hasta la universidad, tanto en el currículo explícito como en el “currículo oculto”; que se conforma
por modos esperados de comportamiento en mujeres y varones. El ejemplo más clásico en la escuela, se manifiesta en el uso del patio: en
los recreos los varones se adueñan de los espacios compartidos, corren en el lugar, toman la cancha de deportes, invaden el lugar físico
disponible y las niñas se repliegan. Por su parte, de ellas se espera buen comportamiento, aceptación de las normas, mesura, que sean las
encargadas de los libros de la biblioteca, de repartir cuadernos, compartir tareas, etcétera. Visualizar estas situaciones permite analizarlas
e impulsar cambios posibles y necesarios. Al mismo tiempo esta apertura permitirá incluir otras formas de ser mujer o varón. La
construcción de género es dinámica y flexible. Como no es estática permite que lo cotidiano la interpele y la transforme. Se construyen,
reproducen y legitiman estereotipos y formas de comunicación que pueden cambiarse cada vez que se analizan y piensan nuevamente.
En este sentido, el género puede considerarse una cuestión política con
implicancias morales que sensibilizan a todas las personas. Si antes se
impuso el modelo heteronormativo, hoy se habilitan nuevas formas de
relacionamientos. Joan W. Scott (1996) enfatiza que el género es “un
elemento constitutivo de las relaciones sociales”. La categoría de género
permite analizar las estructuras sociales y sus dimensiones, muestra así las
relaciones de poder y desigualdades que permean a las construcciones
sociales de feminidades y masculinidades. El género constituye un sistema
de relaciones de poder que se pone de manifiesto en toda la sociedad: en
aspectos culturales, sociales, familiares, económicos, entre otros.
Al hablar de género nunca nos referimos sólo a identidades, sino también a
un sistema institucional que -por acción u omisión- define y legitima
relaciones de poder basadas en diferencias sexo-genéricas. Así se
determinan tareas, roles y responsabilidades distintas y se construyen otras
desigualdades basadas en dicha asimetría de poder. Salvando las
diferencias entre cultura, contexto y momento histórico el sistema sexo-
género define una característica común: la segregación en diversas áreas.
Por ejemplo, entre lo productivo (corresponde a los varones) y lo
reproductivo (a las mujeres). Aun cuando las mujeres se integran al mundo productivo se observa una relación desigual de poder que se
traduce en mayores oportunidades para los hombres, mejores ingresos (aunque desempeñen la misma tarea, reciben mejor paga) y en
que ellos ocupan los cargos de mayor jerarquía. En la distribución del trabajo también hay un sesgo de género: históricamente las mujeres
ocupan lugares relacionados a lo reproductivo y al cuidado de otros, las áreas de salud, educación dan cuenta de esto. Incluso en el área
de la educación, donde las mujeres son mayoría, están más preparadas y obtienen las mejores calificaciones, son los varones quienes
ocupan puestos de toma de decisiones. Reconocer las diferencias y explicitarlas permite discutir la temática, pero ello no es suficiente si el
grupo de docentes no trabajan sobre sí, qué piensan, sienten y transmiten incluso con lo que no dicen. La cultura patriarcal les brinda
10. legitimidad a estas relaciones desiguales de poder. Las desigualdades se gestan antes de la inserción laboral, las niñas son criadas para
servir y los varones para dirigir. Basta preguntarse cuántas veces a una niña se la juzgó por ser mandona y a un varón con la misma actitud
se lo tildó de ser un líder. La connotación no es igual ante la misma situación. Por otra parte, cuando la mujer se inserta al mercado laboral
no deja de trabajar en su hogar y lo doméstico se considera su obligación cuando en realidad este es un “trabajo no remunerado”. En el
caso de las mujeres rurales, la división del trabajo aún se mantiene, es muy rígida y sus tareas son invisibilizadas. Es más, cuando se
insertan al mercado laboral lo harán con menores salarios y en puestos precarios.
Las desigualdades se mantienen por acciones de la cultura y de las representaciones sociales. La falta de políticas públicas por parte del
Estado, como ser un sistema de cuidados, no impulsa la igualdad en el mundo laboral que aún está marcado por la división sexual del
trabajo. La igualdad de género es un factor determinante en el desarrollo social y productivo de un país por lo que el Estado debe crear
políticas públicas específicas para lograrla. Se benefician así las sociedades y la humanidad en su totalidad. La Agenda 2030 y Los Objetivos
de Desarrollo Sostenible. Una Oportunidad para América Latina y el Caribe (2016), establece que “La igualdad entre los géneros no es solo
un derecho humano fundamental, sino la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible”.
Para reflexionar
En la universidad o en los profesorados ¿Quiénes son protagonistas? En profesorado ¿Quiénes son las/los autores que más se
estudian? En la escuela o en el secundario ¿Quiénes eran más escuchados?
11. 6. Diversidad
Hablar de diversidad es una forma de enriquecer los aportes sobre sexualidad y género. Es hablar de toda la humanidad y a la vez de cada
persona que es única e irrepetible. Las personas somos sexuadas, sexuales y diversas y, desde una mirada amplia, la diversidad sexual
incluye a todas las orientaciones sexuales (incluida la heterosexualidad), identidades y expresiones de género y corporalidades. Si
hablamos de diversidad: Somos más libres. Aceptamos las diferencias. Se vuelve un tema cotidiano sobre el que se reflexiona, argumenta
y discute. En relación con quiénes integran la diversidad sexual se destacan dos posturas: Quienes consideran que solo la integran aquellas
personas no hegemónicas ni heterosexuales, solo lo hacen homosexuales, bisexuales, trans e intersexuales. Una de mayor amplitud que
incluye la heterosexualidad pues existen diversas formas de ser heterosexual. El patriarcado impone un heterocentrismo, una
heteronormatividad y una heterosexualidad obligatoria y para ello se vale de mecanismos de disciplinamiento (Foucault) desde la cultura,
las ciencias, la religión, las instituciones, entre otras.
terocentrismo: la heterosexualidad es la norma, equivale a una forma de pensar el mundo, lo deseable y lo esperable para las
personas.
Heterosexualidad obligatoria: modelo único de relacionamiento sexual.
Heteronormatividad: poder heterosexual, sus normas y reglas que lo garantizan. Según Butler, este poder atraviesa las
subjetividades, las representaciones sociales y los marcos jurídicos institucionales.
Este modelo incluye todo lo que pertenezca al mundo heterosexual pero excluye a quienes no lo son como gays, lesbianas, trans, no
heteroconformes, entre otros. La lucha de diversos movimientos entre ellos los feministas e integrantes LGBTIQ+ ha logrado introducir
cambios, especialmente legales.
La sigla LGBTIQ+
L. Lesbiana- mujer a quien le atraen afectiva y/ o sexualmente otras mujeres.
G. Gay- varón a quien le atraen afectiva y/o sexualmente otros varones.
B. Bisexual- persona a quien le atraen afectiva y/ o sexualmente mujeres o varones. Ello implica que siente deseo por ambas, no que
mantenga vínculos afectivos o sexuales en forma simultánea.
T. Trans- persona que se le asignó al nacer un determinado género, en función de su sexo biológico, y en el transcurso vital se
identifica con otro género.
Q. Queer- persona que rechaza todo tipo de calificación hegemónica del sistema binario mujer/ varón. Además, refiere a la teoría
queer que rechaza todas las categorías estancas sobre la sexualidad, la orientación sexual, la identidad de género, etc.
+ Se suma el signo de + para incluir y representar a todas las demás identidades y refiere a personas que no forman parte de las
clasificaciones anteriores.
Algunos puntos que destacar en un marco de inclusión e igualdad
Se respetan los derechos de todas las personas independientemente de clase social, etnia, identidad sexual, orientación sexual, etc.
Existen juguetes para niñas y niños (NN).
12. Se practican deportes sin diferenciación.
Se comparten tareas, entre ellas las domésticas.
Se conforman muchos tipos de familias diferentes: monoparentales, biparentales, ensambladas, de acogida, etc.
Existen historias de amor.
Es interesante recordar que en un marco de derechos humanos, sexualidad, género y diversidad están unidos casi indisolublemente lo que
conlleva a una vida más libre, sin prejuicios, en igualdad y sin discriminación. En la actualidad algunos países aún luchan por la igualdad
jurídica de toda su población, otros ya la han logrado, entonces es necesario pensar la transformación de la educación, en especial la
universitaria, para evitar mantener desigualdades y violentar los derechos ya consagrados de las/os estudiantes prioritariamente. Este
desafío implica problematizar el presente y conocer los procesos vividos en especial el de la educación sexual.
Ejercicio
1. Mencione frases que ejemplifiquen situaciones de heterocentrismo y heteronormatividad.
2. ¿Cuáles de estas expresiones se escuchan en el ámbito académico?
3. ¿Cuáles deberían dejar de utilizarse?
13. 7. Breve síntesis de la historia de la Educación Sexual
En América Latina la implementación de la Educación Sexual, tanto en el área formal como informal, desde sus comienzos ha sido un
proceso complejo de avances y retrocesos. El mismo responde a diferentes momentos históricos, sociales y culturales vivenciados en cada
uno de los países que la integran. Los conceptos sobre Educación Sexual, manejados en nuestros países, van desde un enfoque médico-
biologicista, hasta el actual que se relaciona con el concepto de educación integral de la sexualidad (EIS). Este último, más reciente, se
alimenta de los distintos enfoques y aportes conceptuales en este campo, pero a diferencia de los otros, considera las particularidades del
ámbito educativo y del desarrollo de las/os niñas, niños y adolescentes. A su vez el modelo de EIS contempla un enfoque de sexualidad,
género, identidad y derechos de todas las personas. Se dejan atrás los años 30 en los que surgen los primeros programas con sus
enfoques médico- biologicistas, los años 70 y su revolución sexual, llegan los 80 con el VIH-Sida y nuevamente aparecen modelos de
“comportamientos adecuados” y sus reglas. Los cambios más importantes surgen en los 90 al realizarse la Conferencia Internacional de
Derechos Humanos (1993) cuyo eje son los derechos humanos. Luego le siguen la IV Conferencia Internacional de Población y Desarrollo
(CIPD)- El Cairo en 1994- y cuyo Plan de Acción se constituyó como punto de arranque, junto con el derivado de la IV Conferencia
Internacional de la Mujer (Ref: Beijing, 1995). Se renuevan así los conceptos de sexualidad y educación de la sexualidad o educación integral
de la sexualidad- EIS- como se la denomina hoy.
El desarrollo del concepto de género, aportó también elementos sustanciales para pensar la educación integral de la sexualidad y
erróneamente, a veces, se ha equiparado a la EIS con el enfoque de género. Si bien integra esta perspectiva, la EIS es mucho más amplia y
a diferencia de los otros enfoques, que provenían de otros sectores y se aplicaban a la educación, la misma se ha generado a partir de
debates en el sector educativo, sobre el rol de la escuela en este tema, y por lo tanto, como se dijo previamente considera aspectos
sustanciales de la educación. El avance de la Educación Sexual implicó ampliar sus fines y objetivos. Se trata de aportar a la formación de
ciudadanas y ciudadanos con compromisos con su sociedad, su cultura, la democracia, la justicia social, la equidad de géneros y el medio
ambiente. Por ello Derechos Humanos, Género y Educación Integral de la Sexualidad hoy se amalgaman en un único proceso.
14. 8. Modelos de Educación Sexual
La Educación Sexual es un proceso complejo, gradual, paulatino, acorde a la edad de estudiantes, cuya base, desde hace un tiempo, son
los derechos humanos, la ética y el conocimiento científico. Transitar este camino implicó un largo recorrido en el cual, de acuerdo con el
momento histórico, se proponen, coinciden o se mantienen diversos modelos de Educación Sexual, entre ellos se destacan:
Modelo tradicional
Se relaciona a la sexualidad con el mundo adulto, donde se prioriza la genitalidad y la reproducción, siendo su única finalidad el
mantenimiento de la especie. De esta forma en este modelo no se valoran el erotismo ni el placer. Niñas, niños y adolescentes no se
consideran sujetos de derechos, por lo tanto serán meros receptores de las propuestas, no existiendo espacios para las posturas críticas.
Sus principales contenidos son: anatomía, concepción, embarazo, parto, familia, relaciones familiares, contenidos morales y cívicos. Su
metodología de abordaje se basa en las “charlas” en el marco de determinadas asignaturas ética, moral o religión. Reivindica la Educación
Sexual como un derecho a ser impartida por las madres y padres en las familias.
Modelo médico- biologicista o para prevenir riesgos
En el mismo se transmiten informaciones, basadas en la forma de prevenir enfermedades, y/ o riesgos y/o embarazos no deseados. Se
promueve la abstinencia como forma de prevenirlos. Los contenidos más comunes son: nociones anatomo- fisiológicas, “peligros” posibles,
infecciones de transmisión sexual, entre otros. Su metodología está basada en el desarrollo de conferencias de especialistas, por lo general
del ámbito de la salud, charlas aisladas para adolescentes brindadas por personal técnico del ámbito de la salud y campañas publicitarias.
Ambos enfoques planteados son reduccionistas dado que no apuestan a la formación de personas críticas, que pueden elegir libremente
cómo vivir su vida.
Modelo participativo
Se trata de un proceso amplio, flexible que apuesta a un desarrollo pleno de los seres humanos, capaces de ser protagonistas de su
historia y responsables de sus elecciones y decisiones. Este enfoque desarrolla contenidos vinculados a: derechos humanos, género,
diversidad, equidad, responsabilidad, entre otros. Las propuesta metodológica se basa en una metodología: participativa, donde se respeta
la individualidad y se promociona un proceso colaborativo.
Modelo integral
Es el enfoque que contempla una visión amplia de la sexualidad humana que implica a cada persona, su historia, la construcción de esta,
en un determinado momento histórico, social y cultural. El enfoque de educación sexual integral a diferencia de los otros enfoques, se ha
construido considerando las particularidades del ámbito educativo. Este enfoque resalta la necesidad de que la EIS se base en un currículo
(o planificación escrita), sea sistemática y continua, imparta conocimientos científicamente validados, sea progresiva a la edad y etapa de
desarrollo evolutivo de las y los estudiantes, vaya más allá de la información y desarrolle competencias psicosociales. Los principales
contenidos que se abordan son: derechos, afectividad, relaciones interpersonales, habilidades para la vida (expresión de emociones y
sentimientos, comunicación asertiva, toma de decisiones, resolución de conflictos, etc.), género, diversidad, ética, entre otros. Se basa en
una propuesta metodológica de participación- acción, que contempla opiniones y decisiones de estudiantes.
15. 9. Definiciones de Educación Integral de la Sexualidad
El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de El Salvador (2014) define a la Educación Integral de la Sexualidad (EIS) como: Un proceso
de construcción de conocimientos, valores ciudadanos fundamentados en los derechos humanos, actitudes, habilidades para vivir una vida
plena, sin coerción ni violencia, sin estereotipos de género, ni discriminación y constituye una dimensión de la educación integral. Es una
acción formativa presente en todo el proceso educativo, que contribuye al desarrollo de competencias para que el estudiantado viva su
sexualidad, en el marco del ejercicio de sus derechos y responsabilidades con las demás personas, de una manera saludable, placentera y
responsable, teniendo en cuenta las particularidades de cada etapa de su desarrollo, tiene una visión holística que integra la dimensión
biológica-reproductiva, socio afectiva y ético- moral. De acuerdo con la UNESCO (2019) la Educación Sexual se define como: Es el proceso
intencional, gradual y sistemático de enseñanza y aprendizaje sobre los aspectos cognitivos, emocionales, biológicos y sociales de la
sexualidad humana. El mismo aspira a proveer a niñas, niños, adolescentes y jóvenes con los conocimientos, habilidades, actitudes y
valores que los empoderen para vivir la sexualidad de modo auténtico, saludable, enriquecedor y responsable, y desarrollar relaciones
interpersonales sociales y sexuales basadas en el respeto de los derechos humanos, la equidad social y de género, el respeto de la
diversidad en todas sus formas, la solidaridad, la paz y la justicia, en el marco de las construcción de una ciudadanía democrática. Las
Orientaciones Técnicas Internacionales sobre Educación en Sexualidad: Un Enfoque Basado en la Evidencia de las Naciones Unidas (2018)
señalan:
La educación integral en sexualidad es un proceso de enseñanza y
aprendizaje basado en planes de estudios que versa sobre los aspectos
cognitivos, psicológicos, físicos y sociales de la sexualidad. Su propósito es
dotar a los niños y jóvenes de conocimientos basados en datos empíricos,
habilidades, actitudes y valores que los empoderarán para disfrutar de salud,
bienestar y dignidad; entablar relaciones sociales y sexuales basadas en el
respeto; analizar cómo sus decisiones afectan su propio bienestar y el de
otras personas; y comprender cómo proteger sus derechos a lo largo de su
vida y velar por ellos.
En el Marco conceptual de la Propuesta de implementación en Uruguay
(Administración Nacional de Educación Pública Comisión de Educación Sexual. Uruguay 2006), se establece la Educación como
estrategia para la formación personal y elemento de construcción de ciudadanía y convivencia social:Que apunte al crecimiento
interiorCriticistaDemocrática y participativaVinculada a la realidad de vida de la personaQue junto a la rigurosidad científica,
considere e incorpore en el proceso de enseñanza aprendizaje las dimensiones afectiva, lúdica y creativa del estudiantado.
Fuente: Dra. Stella Cerruti Basso. OMS en Administración Nacional de Educación Pública. Comisión de Educación Sexual. Uruguay (2006).
La EIS es un proceso permanente, sistemático e intencional que debe construirse con la participación de estudiantes, docentes, miembros
de las familias y de la comunidad. La Educación Integral de la Sexualidad es un derecho universal. El derecho a la educación incluye el
derecho a la educación sexual como un derecho humano, base para disfrutar otros derechos. El estudiantado, en especial el universitario y
quienes se dedicarán a la docencia, deben participar activamente en la elaboración de posibles propuestas, brindar sus opiniones, aportar
vivencias y comunicarlas. El cuerpo docente no solo debe actualizar sus conocimientos académicos en la temática, sino también, debe
realizar un trabajo consigo mismo, analizar su manera de escuchar a sus estudiantes, apostar al diálogo permanente y sobretodo generar
confianza. Se establece así una forma de relación con el otro que estará siempre presente y se extenderá a sus afectos, a su vida privada e
íntima. Es en este contexto que estarán presentes diferentes variables, entre ellas: la clase social, la etnia, las historias familiares y lo
religioso. El mundo adulto debería considerar que niñas, niños, adolescentes y jóvenes (NNAJ) llegan a las aulas con un bagaje adquirido
fuera del ámbito educativo y que tienen su propia cultura sexual. Estos grupos aprenden de sus propios vínculos, con ayuda de la
tecnología y con la sociedad que los rodea. Pero también debemos tener presente que al alcance de todos están los de medios de
comunicación, las páginas de internet, la pornografía; hay miles de estímulos y/ o canales de aprendizaje. Lejos de censurarlos, es
necesario fomentar el pensamiento crítico sobre los discursos o imágenes a los que son expuestos.
La implementación de la Educación Integral de la Sexualidad, permite a El Salvador cumplir con los marcos jurídico- normativos
internacionales y nacionales. La propuesta debe contemplar el abordaje de los derechos humanos, los derechos sexuales y los derechos
reproductivos con enfoques de género, diversidad, inclusión y desarrollo humano. Una real educación integral de la sexualidad que
promueva autonomía, capacidad de decidir y planificar libre y responsablemente una vida con proyectos. Es imprescindible, además,
considerar a las personas con discapacidad y sus múltiples formas de relacionamientos afectivos y sexuales. Las personas con
16. discapacidad tienen derecho a ser informadas, tener educación sexual, expresar su sexualidad y de tener una vida sexual independiente
con derechos reproductivos. Los enfoques de las concepciones de Derechos Humanos, Género, Generaciones y Diversidad tienen un
impacto positivo en la vida de las personas, aportan a la construcción de ciudadanías responsables capaces de defender lo individual, lo
social y lo colectivo, en especial la paz, la solidaridad, la justicia y el ambiente. Se garantiza así una educación inclusiva, equitativa, de
calidad para todas las personas y a lo largo de toda su vida. Los derechos humanos valen para cada persona, su titularidad deberían
ejercerla 7.700 millones y su garante principal debe ser el Estado. Al hacer uso de nuestra ciudadanía deberíamos ser capaces no solo de
conocerlos, promoverlos, sino también exigirlos.
Ejercicio
Realizar una línea de tiempo sobre los principales hitos en la historia de la Educación Sexual en El Salvador.
Citar algunos datos relevantes de sus protagonistas.
Mencionar tres obstáculos en su implementación.
17. 10. Contribuciones y beneficios de la Educación Integral de la Sexualidad
Luego de realizar el monitoreo y la evaluación de diferentes experiencias de Educación Sexual en el mundo, se concluye que los Programas
de Educación Sexual, basados en currículos, contribuyen a: (Unesco, 2018).
Figura 3: Los programas efectivos de EIS
Los principales beneficios se refieren a:
Estudiantes
Fortalece la autonomía, la autoestima y el asertividad. Facilita la comunicación cotidiana con quienes integran sus familias. Generan
habilidades en resolución de conflictos. Desarrolla la capacidad de discernir y de tomar decisiones de manera informada, responsable y
constructiva en relación con la sexualidad. Propician vidas y relaciones más responsables y satisfactorias. Favorece el aprendizaje del
cuerpo, como cuidarlo y respetarlo, tanto el propio como el ajeno. Contribuye al desarrollo de actitudes y formas de valoración que dan
confianza acerca de la sexualidad independiente de su ejercicio o no. Coadyuva a consolidar la propia identidad sexual. Cuestiona
condicionamientos de género que limitan el desarrollo individual.
Educación
Otorga una educación de mayor calidad y pertinencia. Representa una preparación para la vida. Propicia un clima favorable para el
aprendizaje, libre de prejuicios, violencia y exclusiones. Acompaña al estudiantado en su proceso educativo al disipar dudas y anticipar
necesidades de acuerdo con cada etapa evolutiva. Favorece un pensamiento crítico y la capacidad de diferenciar la información científica
de ideas sin fundamento. Genera un aprendizaje vivencial y cotidiano del respeto a las libertades de las personas: libertad de expresión, de
conciencia, de pensamiento, de culto y de libre desarrollo de la personalidad.
Relaciones interpersonales
Apoya el desarrollo de relaciones igualitarias entre mujeres y varones y entre generaciones. Alienta la igualdad de género y el respeto a los
derechos humanos. Favorece la comunicación asertiva y la expresión clara de los deseos y los límites. Ayuda a reconocer las situaciones
que son perjudiciales para ellos mismos o para los demás. Proporciona elementos para prever las consecuencias, a corto y largo plazo, de
las acciones y evitar aquellas que pueden causarle sufrimiento, o hacérselo a otras personas, cercanas o lejanas.
Salud sexual y salud reproductiva
Favorece el conocimiento y el cuidado del cuerpo y los órganos sexuales. Apoya el desarrollo de conductas y actitudes libres, responsables
y sin riesgo. el autocuidado de la salud, la sexualidad y la capacidad reproductiva de cada persona. Impulsa el conocimiento y la defensa de
los derechos relacionados con la sexualidad y la reproducción.
Prevención y eliminación de la violencia de género
Genera una actitud crítica y resolutiva ante situaciones de violencia. Ayuda a evitar relaciones basadas en la explotación y la manipulación.
Favorece prácticas como la denuncia que ayudan a romper el silencio frente a los abusos que vulneran los derechos sexuales. Contribuye a
reconocer y rechazar las situaciones de exclusión o discriminación en su medio escolar, familiar, social y a colaborar con acciones para
evitarlas.
Construcción de ciudadanía
Fomenta el conocimiento y la capacidad para hacer valer los derechos. Mejora las capacidades de expresión y participación. Insta a
reconocer y actuar en contra de toda forma de discriminación. Abre nuevos horizontes. Otorga claridad sobre la importancia de culminar la
educación para alcanzar las metas que se han propuesto. Proporciona la información necesaria, científica y veraz, para tomar las
decisiones que consideren más adecuadas para sus diferentes proyectos en el transcurso de sus vidas.
19. 11. Referencias
Documentos citados
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Innovation. En: https://bit.ly/3q0Ui1U
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aproximación al estado de las Organizaciones no Gubernamentales (ONG) actuantes en el campo de Educación de la Sexualidad en
América Latina en 2009. UNFPA, DEMYSEX, México, DF.
Educación para la Sexualidad con Bases Científicas: Documento de Consenso de Madrid. España. 2011.
EIGE (2016). Gender Equality Glossary and Thesaurus. Vilnius: European Institute for Gender Equality. En:
http://eige.europa.eu/rdc/thesaurus/terms/1157
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