1. HUERTOS EN EL COLEGIO O EN CASA,
UNA BUENA HERRAMIENTA DE
EDUCACIÓN
Cada vez es más difícil para las familias educar a sus hijos en contacto
con la naturaleza, por eso los huertos en el ámbito escolar o en casa es una
manera fácil y divertida de no perder ese contacto
A medida que nos alejamos de la vida en el campo muchas familias reconocen
que esta ausencia de la vida
en contacto con el medio
ambiente es una carencia
para la educación de sus
hijos. Pero en realidad, es
más fácil de lo que parece
recuperar ese contacto, ya
que no hace falta un gran
terreno para que los niños
puedan aprender a cultivar
sus propias verduras
¿Por qué empezar un huerto?
Tradicionalmente se han asociado los huertos escolares a lugares de
experimentación e investigación. Sin embargo la Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura, FAO reivindica su valor pedagógico
para niños desde edades tempranas.
Es cierto que es poco factible organizar un huerto capaz de dar fruto para toda
una comunidad escolar, por eso, incluirlo como parte del “proyecto de
ecología escolar” es clave para garantizar que todos los alumnos, en algún
momento de su etapa educativa, forman parte de este proyecto.
En algunos centros que tienen su patio completamente asfaltado puede ser
materialmente imposible lanzar este proyecto, sin embargo, utilizando
pequeñas jardineras en cada aula se puede lograr que todos los alumnos
aprendan a cultivar verduras y hortalizas.
2. ¿Cómo empezarlo?
Lo ideal es intentar que en el huerto se cultiven las plantas más adecuadas a
la zona en la que está ubicada la escuela. Además, hemos de procurar que
todos los materiales utilizados sean orgánicos ya que uno de los objetivos de
mantener este espacio verde escolar es despertar una conciencia
medioambiental en los niños.
Es importante que las semillas que utilicemos sean de calidad para que el
proyecto no se frustre en poco tiempo, por eso, contactar con tiendas donde
pueden suministraros las semillas adecuadas. Para comenzar a lanzar el huerto
podéis adquirir también plantones o injertos, de esta manera la evolución
será más patente para los niños y su motivación se mantendrá más despierta.
Además, os ofrecerán asesoramiento personalizado y profesional sobre el
mejor tipo de plantas para cultivar teniendo en cuenta la zona y el espacio del
que disponéis.
¿Y en casa?
Aunque vivamos en un piso también podemos empezar a inculcar en nuestros
hijos una conciencia medioambiental y, con un poco de suerte y de cuidado,
podremos saborear las verduras que nosotros mismos hemos cultivado.
Necesitaremos una jardinera, tierra fértil y semillas. Hemos de buscar un
lugar que tenga luz directa, si es posible, lo más aconsejable es que sea en el
balcón o la terraza, donde estará también al aire libre.
Las semillas podemos cogerlas de las propias verduras que consumimos, pero
para garantizar que el “experimento” tiene éxito, es recomendable que
compremos las semillas.
Si el espacio del que disponemos es muy pequeño, la mejor opción son las
plantas aromáticas como el tomillo, la albahaca o el perejil. Si podemos
habilitar un espacio de nuestra terraza, podemos cultivar hortalizas como la
zanahoria, los puerros, patatas o cebollas. Todas ellas son muy fáciles de
cultivar.
3. Y, con un poco de paciencia y dedicación ¡pronto podremos disfrutar de la
satisfacción de consumir nuestros propias hortalizas! Toda una lección de
ecología para nuestros hijos.