La educación virtual se centra en el autoaprendizaje del estudiante más que en la enseñanza del maestro. El profesor actúa como facilitador de recursos en lugar de expositor de contenidos, y no está sujeta a horarios fijos como las asignaturas presenciales. Además, ofrece flexibilidad temporal y espacial para que los estudiantes avancen a su propio ritmo de manera independiente.