La transfiguración de Jesús muestra su verdadera identidad como Hijo de Dios, más allá de Moisés o Elías. Los discípulos no entendieron esto al principio, pero la voz de Dios les corrigió, diciendo que escucharan solo a Jesús. La Iglesia necesita recuperar la importancia de escuchar los evangelios, que invitan a seguir a Jesús y cambiar, más que ser meros libros doctrinales. Interiorizar el mensaje del Evangelio fortalecería la fe de los cristianos.