1. OTOÑO
Esparce octubre, al blando movimiento
del sur, las hojas áureas y las rojas,
y, en la caída clara de sus hojas,
se lleva al infinito el pensamiento.
Qué noble paz en este alejamiento
de todo; oh prado bello que deshojas
tus flores; oh agua fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!
¡Encantamiento de oro! Cárcel pura,
en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,
echado en el verdor de una colina!
En una decadencia de hermosura,
la vida se desnuda, y resplandece
la excelsitud de su verdad divina.
El poema pertenece a su libro Sonetos espirituales, perteneciente a su
primera etapa, la sensitiva, aunque es el último de dicha etapa y sirve de
puente, casi, entre esta época y la segunda, la intelectual. El valor
metafórico de la lengua juanramoniana con la estructura renacentista del
soneto y bajo la apariencia de la poesía amorosa, desarrolla una reflexión
sobre la poesía y su proceso de escritura.
El hecho de inventar la palabra en cada poema le posibilita la posibilidad
de expresarlo nuevo y lo personal, lo absolutamente íntimo; nada se cuenta,
porque no hay nada exterior al poema, todos son conjuntos simbólicos.
Esta obra es típicamente modernista por la utilización del color, la
abundancia de elementos sensoriales, las brillantes adjetivaciones y por el
empleo del metro largo.
Esta obra obre la segunda etapa de la poesía de Juan Ramón, en la que se
revela una voluntad de ver el mundo con ojos nuevos y propios, un tenaz
esfuerzo por, libre de la visión convencional de las cosas y libre de la
visión deformadora de cualquier código literario, mirar el mundo con ojos
recién estrenados. Las cosas son el vestido y Juan Ramón busca “el
desnudo” que hay tras ella: Así desde el libro Sonetos espirituales somete
a sus poemas a una progresiva descontextualización y, para ello, le es
preciso inventar una “nueva palabra” que le permita hablar de ese
“desnudo” que las cosas visten. Tal palabra será la base de su poesía
2. desnuda, una poesía que se hace extensiva a todos los niveles: fónico-
rítmico, léxico, temático, etc. Como consecuencia de todo esto, el poema
llega, a veces, a unos niveles tales de concisión expresiva, de abstracción y
de ambigüedad que la crítica ha definido la escritura juanramoniana de esta
etapa como “intelectualista” y como “hermética”. A esta impresión
contribuye también la brevedad característica de los poemas de esta época,
ya que Juan Ramón se esfuerza por dejar fuera del poema todo lo que
suscita la emoción poética para darnos ésta desnuda.
El texto que vamos a comentar pertenece al libro ya mencionado, obra que
sorprende por la tremenda disciplina formal a que se somete la materia: nos
referimos a la elección del soneto endecasílabo como estrofa común y
unitaria de todos los poemas del libro. El soneto que comentamos tiene por
título “Otoño” y es el poema que cierra el libro.
En una primera lectura puede percibirse una temática amorosa; sin
embargo, observamos que, en un plano más profundo, se plantea el
problema de la difícil coexistencia entre “el anhelar divino” y “la miseria
de la carne umbrosa”. Desde esta perspectiva, el lenguaje amoroso se
revela como lenguaje metafórico. Así, el título del poema “Otoño”
funciona a modo de epifonema, dándonos el tema del soneto: el otoño al
fondo como norma de recogimiento y renuncia, el otoño, época en que
caen las hojas y se desnudan los árboles. Así observamos la dualidad a la
que antes nos referíamos: el cuerpo se desnuda y se ve su belleza, la poesía
se deshace de ropajes típicos modernistas y se convierte en poesía pura:
podemos observarlo en los versos 3 y 4: “y en la caída clara de sus hojas/
se lleva al infinito al pensamiento.” También en los versos 3 y 4 del
segundo cuarteto: “De todo, oh, prado bello, que deshojas/ tus flores, oh,
agua, fría ya, que mojas”
Por otro lado, el poeta parece decirnos que cuando la hermosura, la belleza
física decae, se aprecia realmente el verdadero amor, la poesía pura. Ello
podemos observarlo en el último terceto: “En una decadencia de
hermosura/ la vida se desnuda, y resplandece / la excelsitud de su verdad
divina”. Esta pureza, parece perderse en el cuerpo, en todo aquello
superficial que lo rodea. De esta forma nos encontramos con el sentido
metafórico del cuerpo como cárcel, cárcel en que se encierra el alma, lo
que indica la aceptación de la existencia humana y el deseo de llegar a la
desnudez. Lo podemos apreciar en el primer soneto: “¡Encantamiento de
oro!¡cárcel pura / en que el cuerpo, hecho alma, se enternece / echado en el
verdor de una colina”. Todo se dice de manera rápida, marcada por la
presencia del asíndeton, es decir, por la ausencia de conjunciones, por la
abundancia de adjetivos como “de oro”, pura, etc.
En línea generales podríamos decir que éste es el tema del soneto: la poesía
pura, la búsqueda de la pureza, todo ello expresado en formas metafóricas
y cargado de una numerosa adjetivación llena de elementos sensoriales:
3. “blando movimiento”, “caída clara”, “hojas áureas y rojas” (rojas porque
son las hojas del otoño), “prado bello”, “agua fría”, “estremecido viento”,
etc. Junto a esa adjetivación cromática: “rojo”, “de oro”, enlazadas por
términos metafóricos, hemos de resaltar los sustantivos que encabezan
cada una de las cuatro partes formales que componen el soneto; ellos están
situados en el primer verso de cada parte y son el tema sobre el que el
poeta va a hablar a continuación apoyándose en otros sustantivos y
adjetivos, pero siempre del mismo modo, con un tono descriptivo y lento,
utilizando para ello el asíndeton, recurso que, junto a la metáfora,
predomina en todo el poema:
Primer cuarteto: Octubre
Segundo cuarteto: Paz
Primer terceto: Encantamiento.
Segundo terceto: Decadencia.
Hemos de destacar, también, los dos últimos versos del poema, en los que
podemos resaltar una anáfora en los dos últimos versos: “la”…/ “la…”. En
ellos vemos claramente reflejada la idea de la desnudez y lo que
“resplandece” tras ella: “la verdad divina”.
Concluyendo, este poema que, como dijimos, cierra el libro Sonetos
espirituales es un soneto clave en la idea de la “desnudez”, que tanta
importancia tendrá en su obra posterior.