El documento resume cuatro obras de arte religioso de diferentes épocas y estilos. Incluye "Cristo en casa de sus padres" de Millais, "Agnus Dei" de Zurbarán, "Expulsión del Paraíso" de Masaccio y "Cristo abrazado a la cruz" de El Greco. Describe los detalles de cada obra como el artista, fecha, museo, características y breve análisis del estilo y contenido.
3. Milláis es, junto con Rossetti y Hunt , el fundador en 1848 de la Hermandad prerrafaelita que intentaba recuperar un arte más espontáneo inspirado en la naturaleza, recurriendo como fuente a la obra de los artistas del renacimiento italiano hasta Rafael , enfrentándose contra el academicismo oficial que fomentaba los paisajes, los retratos y los asuntos sociales. Así, los prerrafaelitas utilizaron la temática religiosa como vehículo de su "rebelión artística" tal y como podemos observar en esta obra, una de las más importantes de Melláis, junto a la Ofelia. Para la elaboración del lienzo realizó un magnífico estudio en el que ya vemos las líneas generales de la composición -aunque existan importantes diferencias en el lienzo definitivo-, buscando huir del convencionalismo académico y establecer un estilo propio. En primer plano podemos contemplar a María arrodillada besando al pequeño Jesús -en cuyos pies y manos contemplamos ya los estigmas de la cruz- mientras que en un segundo plano observamos a san José junto a sus ayudantes ya que la escena se desarrolla en la carpintería, dejando la puerta del fondo abierta a un luminoso paisaje. Milláis se interesa no solo por el mensaje religioso sino por los hechos anecdóticos como la labor de los carpinteros o las herramientas del taller. El acertado colorido, la luminosidad que envuelve la estancia, la disposición de las figuras en el espacio y la correcta disposición de las sombras ponen de manifiesto la calidad del artista, aunque en esta composición encontremos aún ciertas dosis de naturalismo que paulatinamente irán desapareciendo en favor de un estilo más idealista e incluso simbolista.
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5. Zurbarán realiza aquí una imagen del Cordero de Dios o Agnus Dei extraordinariamente naturalista. Podría tomarse como un estudio del natural para insertarlo después en composiciones como la Adoración de los pastores; sin embargo, hay corderos que contienen un sentido claramente religioso, sobre todo si llevan nimbo. La belleza del cordero puede sugerir que estamos ante Cristo pero, por lo demás, es un corderito exento de idealizaciones, según la religiosidad española de la primera mitad del siglo XVII. Zurbarán ha atado las cuatro patas del Cordero de Dios y las saca hacia el espectador para dar mayor sensación de volumen y hacerle partícipe de la escena. La figura se recorta sobre un fondo neutro que destaca la minuciosidad con que ha pintado el artista los bucles de lana.
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7. La escena de la expulsión de los primeros padres del Paraíso se sitúa en el compartimiento superior del lateral izquierdo de la capilla Brancacci Algunos especialistas quieren ver aquí la primera obra que realizó Masaccio en la capilla, aunque existen diversas opiniones. También se ha lanzado la idea de un fresco en sucesivas fases, considerándose que la primera figura sería el ángel de la zona superior, después se ejecutó Adán, posteriormente Eva y, por último, la puerta del Paraíso de donde procede la luz divina. A finales del siglo XVII los sexos de ambas figuras se cubrieron de ramajes - especulándose que ocurriera en tiempos de Cósimo III, de famosa mojigatería - que han sido recientemente eliminados. La escena está cargada de dramatismo, destacando los rostros de ambos personajes y la actitud de Adán al llevarse las manos a la cara, así como la dureza y sequedad del paisaje por donde se encaminan las figuras. Sus cuerpos desnudos están inspirados en las estatuas clásicas y en las obras de Dónatelo, interesándose por los efectos anatómicos y volumétricos a través de la iluminación empleada. El fondo azulado se aleja de la capa de pan de oro que servía de cierre en los tiempos góticos, iniciándose con Masaccio la búsqueda de la perspectiva típica del Quattrocento.
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9. Dentro del tema de la Pasión de Cristo uno de los momentos más admirados por El Greco sería el camino del Calvario, con Cristo portando la cruz y dirigiendo su mirada al cielo. Esta imagen será muy repetida - véase el que guarda el Museo del Prado - aportando escasas variaciones. La escena que contemplamos parece más dibujada, recuerda a Miguel Ángel en la figura amplia y escultórica al tiempo que marca los pliegues de las telas. Cristo se recorta ante un fondo nuboso que indica el momento próximo de la Crucifixión, concentrando en el rostro de Jesús una fuerza espiritual difícilmente superable. Las tonalidades rojas y azules empleadas recuerdan a la Escuela veneciana, uniendo de esta manera las dos influencias aprendidas durante su estancia italiana.