El niño nuevo fingía cometer errores en matemáticas para animar a sus compañeros a corregirle de forma divertida y aprender, bajo la supervisión del profesor. Luis sospechó que el niño se entristecía en privado, pero lo descubrió hablando alegremente de matemáticas con el profesor, quien explicó que el niño actuaba así para enseñar a los demás de manera entretenida. Los estudiantes continuaron aprendiendo rotando el papel del "niño bobo".