El documento argumenta que desde una perspectiva didáctica, los errores deberían usarse de forma constructiva como oportunidades de aprendizaje mediante la reflexión y revisión de las tareas del profesor y el estudiante. Esto requiere diálogo y análisis cuidadoso de los factores que llevaron al error, y esta forma de abordar los errores debe considerarse tanto en la metodología como en la interacción continua entre profesor y estudiante.