El documento discute cómo la semiótica, el estudio de los símbolos, puede usarse para dominar a las masas. Explica que los símbolos son representaciones de ideas con convenciones socialmente aceptadas. Plantea que los discursos políticos y religiosos a menudo usan símbolos de esta manera para dividir a la gente entre "el bien" y "la desigualdad".