El documento critica la parcialidad y superficialidad de los medios de comunicación modernos. Argumenta que se han convertido en empresas privadas más interesadas en proteger intereses económicos que en informar verazmente. También sugiere que la libertad de expresión se ha distorsionado y que los medios contribuyen a una "leteomasis" o enfermedad social que difumina la memoria colectiva. El autor asistió a una conferencia sobre redes sociales que encontró reiterativa, improvisada y carente de análisis crítico.
1. Los medios de comunicación: ilusiones de verdad<br />Por Paloma Botero<br />Hoy por hoy los medios de comunicación son galerías de estilos, vitrinas de cuerpos hiperestesiados, almacenes de ilusiones, escenarios dedicados al espectáculo de su propia humanidad, lugares dedicados a la farándula del morbo y especializados en vulgarizar cualquier tipo de oposición. <br />La libertad de expresión se ha convertido en la bandera que dan los medios de comunicación ante la opinión pública para dar una apariencia de verdad y ante todo de imparcialidad. Lugares con apariencia de cárceles de alta seguridad, que más que proteger la verdad y velar por los intereses colectivos. Están más ocupados protegiendo intereses privados de cemento o lo que es peor tierras hurtadas. <br />Porque los medios de comunicación se han transformado en aparatos privados, enajenados y olvidados de las realidades polisémicas que transitan por las calles. El problema entre otras cosas consiste en que la libertad de expresión se ha desvirtuado, ha perdido su esencia, al punto que hemos olvidado cual es su verdadero propósito, cual es su fin y su principio. <br />Pero como sí acaso se tratara de la más escalofriante historia de terror jamás contada o acaso estuviésemos transitando por las calles de Macondo en compañía de ese ambiguo personaje llamado Rebeca Buendía cuyo equipaje constaba sencillamente de una bolsita en, la cual, cargaba los huesos de sus padres y que al ser abierta difuminaba la enfermedad del insomnio que como efecto colateral genera olvido. Nuestra sociedad se sumergió en la más tenebrosa de las epidemias. La leteomasis.<br />La leteomasis es definida como una enfermedad social, que deteriora altera y difumina la memoria de la solitaria población. De esa población ensoñadora y mítica que asiste a su propia enajenación y acude a quien hábilmente la engaña, con un descaro sorprendente, con una facilidad asombrosa. <br />Los medios de comunicación, salvo contadas excepciones, están parcializados con sus apreciaciones poco sensibles y su cinismo. Se han convertido en una galería que carga pornomiseria a cuestas, de manera frívola, superflua, que no hace análisis profundos de los asuntos y se olvida de la pluridimensionalidad de la existencia humana. En el marco de un mundo convulsionado, triste y asustado al vislumbrar su propia barbarie.<br />En el evento “La libertad de expresión en los medios digitales y convergentes” estuve presente en una exposición que tuvo como nombre: Nuevas formas de socialización: Posibilidades en las nuevas redes sociales virtuales. En este trabajo los ponentes hablaban acerca de cómo las redes sociales en tanto espacios para la socialización se daban relaciones (a su juicio) interesantes, dado que había una gran libertad para comentar hechos de actualidad. <br />A mi juicio, considero que la exposición era reiterativa y tenía apariencia de ser improvisada. No decía nada innovador, se tornaba densa y poco critica. Dichas conclusiones las saco desde la formación que he tenido como periodista en el cual el discurso sobre redes sociales y manejo de la red, era prejuiciosa e improvisada debido a su manejo del lenguaje, interpretación de la información, entre otros. Que llevaron a perder la expectativa por que la formación de los expositores demostraron no poder rebasar mi formación como periodista.<br />