2. ¿Cuál es la teoría tríadica de Charles Pierce?
Desde sus primeros escritos Peirce rechazó tajantemente tanto el dualismo cartesiano como la tesis de
Locke de que todo pensamiento era percepción interna de ideas. El ariete de toda su reflexión es la
comprensión de la estructura triádica básica que conforma la relación lógica de nuestro conocimiento
como un proceso de significación. La función representativa del signo no estriba en su conexión material
con el objeto ni en que sea una imagen del objeto, sino en que sea considerado como tal signo por un
pensamiento. En esencia, el argumento es que toda síntesis proposicional implica una relación
significativa, una semiosis (la acción del signo), en la que se articulan tres elementos:
El signo o representamen (que es el nombre técnico que emplea Peirce), es algo que está para alguien en
lugar de algo bajo algún aspecto o capacidad. Se dirige a alguien, esto es, crea en la mente de esa
persona un signo equivalente o quizá un signo más desarrollado. Ese signo creado es al que llamo
interpretante del primer signo. Este signo está en lugar de algo, su objeto. Está en lugar de algo no en
todos sus aspectos, sino sólo en relación con alguna idea a la que a veces he llamado la base (ground) del
representámen. El objeto es aquello por lo que está el signo, aquello que representa.
El interpretante es el signo equivalente o más desarrollado que el signo original, causado por ese signo
original en la mente de quien lo interpreta. Se trata del elemento distintivo y original en la explicación de la
significación por parte de Peirce y juega un papel central en toda interpretación no reduccionista de la
actividad comunicativa humana. Este tercer elemento convierte a la relación de significación en una
relación triádica —frente a todo dualismo cartesiano o estructuralista post-saussureano—, pues el signo
media entre el objeto y el interpretante, el interpretante relaciona el signo y el objeto, y el objeto funda la
relación entre el signo y el interpretante.
3. Todo signo es un representamen. Representar es la operación más propia del signo, es estar en lugar del
objeto como el embajador toma el lugar de su país, lo representa en un país extranjero como el embajador
toma el lugar de su país, lo representa en un país extranjero Representar es «estar en una relación tal con
otro que para un cierto propósito es tratado por una mente como si fuera ese otro. Así, un portavoz, un
diputado, un agente, un vicario, un diagrama, un síntoma, una descripción, un concepto, un testimonio,
todos ellos representan, en sus distintas maneras, algo más a las mentes que los consideran Pensar es el
principal modo de representar, e interpretar un signo es desentrañar su significado. El representamen no
es la mera imagen de la cosa, la reproducción sensorial del objeto, sino que toma el lugar de la cosa en
nuestro pensamiento. El signo no es solo algo que está en lugar de la cosa (que la sustituye, con la que
está en relación de «equivalencia»), sino que es algo mediante cuyo conocimiento conocemos algo más.
Al conocer el signo inferimos lo que significa. El representamen amplía así nuestra comprensión, de forma
que el proceso de significación o semiosis llega a convertirse en el tiempo en un proceso ilimitado de
inferencias. Por ello los signos no se definen sólo porque sustituyan a las cosas, sino porque funcionan
realmente como instrumentos que ponen el universo al alcance de los intérpretes, pues hacen posible que
pensemos también lo que no vemos ni tocamos o ni siquiera nos imaginamos.
Las personas o intérpretes son portadores de interpretantes, de interpretaciones. El signo crea algo en la
mente del intérprete, y ese algo creado por el signo, ha sido creado también de una manera indirecta y
relativa por el objeto del signo. En este sentido, puede decirse que la aportación capital de Peirce consiste
en poner de manifiesto que, si se acepta que los procesos de significación son procesos de inferencia, ha
de aceptarse también que la mayor parte de las veces, esa inferencia es de naturaleza hipotética
(«abductiva» en terminología de Peirce), esto es, que implica siempre una interpretación y tiene un cierto
carácter de conjetura. Nuestra interpretación es siempre falible, esto es, puede ser siempre mejorada,
corregida, enriquecida o rectificada.
5. ¿Cómo se relaciona la semiótica con la semiologia?
Semiología es la ciencia que estudia sistemas de signos:
códigos, lenguas, señales, entre otras. Esta definición abarca
todos los sistemas de signos: las lenguas de signos de los
sordos, las señales de tráfico, los códigos, el alfabeto Morse,
etc.
La semiótica de Charles Peirce o semiótica peirciana tiene
como propósito elaborar una teoría general de los signos que
los clasifique e identifique.
6. ¿Cuál es la teoría general de los signos?
A diferencia de Saussure, a Charles S. Peirce no le preocupaba el
funcionamiento de la lengua; su preocupación era más general, ya que le
interesaba cómo el ser humano conoce la realidad.
Peirce definió al signo como:
«Un signo o representamen, es algo que, para alguien, representa o se
refiere a algo en algún aspecto o carácter. Se dirige a alguien, esto es, crea
en la mente de esa persona un signo equivalente, o, tal vez, un signo más
desarrollado. Este signo creado es lo que yo llamo el interpretante del primer
signo. El signo está en lugar de algo, su objeto. Esta en lugar de ese objeto
no en todos los aspectos si no solo con referencia a una suerte de idea, que
a veces he llamado el fundamento del representamen»
7. Para Peirce, el signo es una entidad de tres caras:4
Representamen: Es una cualidad material que está en lugar de otra cosa.1
Interpretante: Aclara lo que significa el representamen y a su vez representa el mismo
objeto. Peirce distingue tres interpretantes de un signo:
Interpretante Dinámico: se trata del efecto particular que un signo provoca en la mente de un
intérprete en una situación concreta de enunciación, en un contexto determinado de
utilización.
Interpretante Inmediato: es pensado como el concepto o significado que comporta todo signo,
independientemente del contexto y circunstancias de su enunciación. Peirce afirma que se
trata de una abstracción y de una posibilidad.
Interpretante Final: presupone a los otros dos tipos de interpretantes. Es el interpretante
pensado como un hábito que hace posible la interpretación recurrente y estable de un signo.
Objeto: Peirce hace hincapié en que para que algo sea un signo, debe representar a
otra cosa, llamada su objeto. Se referirá a los signos como si tuvieran un único objeto,
pero aclara que un signo puede tener más de un objeto. Distingue dos tipos de objeto:
Objeto Inmediato: (interior a la semiosis) es el objeto tal como es representado por el signo
mismo, cuyo ser es dependiente de la representación de él en un signo.
Objeto Dinámico: (exterior a la semiosis) es la realidad que por algún medio arbitra la forma de
determinar el signo a su representación.
8. Según Peirce es necesario que existan tres condiciones para que algo sea
un signo:
El signo debe tener cualidades que sirvan para distinguirlo.
El signo debe tener un objeto, aunque la relación del representamen con
el objeto no basta para hacer de uno el signo del otro; para ello se
necesita un interpretante.
La relación semiótica debe ser triádica: comportar un representamen que
debe ser reconocido como el signo de un objeto a través de un
interpretante. La semiosis, es el instrumento de conocimiento de la
realidad, y es siempre para Peirce un proceso triádico de inferencia
mediante el cual a un signo (llamado representamen) se le atribuye un
objeto a partir de otro signo (llamado interpretante) que remite al mismo
objeto.
Peirce distingue también tres clases de signos y los clasifica según cómo
se presente a sí mismo, cómo se relacione con su objeto y cómo se
relacione con su interpretante. De esta manera los clasificó
en indicios, íconos y símbolos:
9. Índices: El signo guarda relación física de causa-efecto o proximidad con
el objeto al cual representa, y son espontáneos. Muestran algo sobre las
cosas por estar físicamente conectados con ellas. Por ejemplo, el síntoma
de una enfermedad.
Iconos: Se dan cuando el signo se parece al objeto representado. Sirven
para transmitir ideas de las cosas que representan simplemente
imitándolas. Tiene la naturaleza de una apariencia y, como tal, sólo existe
en la conciencia. Las representaciones artísticas (escultura, pintura...) son
un ejemplo, pero las onomatopeyas, en el plano oral, también.
Símbolos: Se dan cuando hay una relación injustificada entre signo y
objeto, como resultado de la conveniencia. El símbolo está conectado con
su objeto en virtud de la idea de la mente que usa símbolos, sin la cual no
existiría tal conexión. Las palabras, números, signos religiosos y
banderas, son, entre otros, algunos ejemplos.
10. ¿Cuál es la Teoria de Saussure?
Ferdinand de Saussure se opone a que se considere al signo lingüístico como
una entidad unitaria, que implique concebir a la lengua como una nomenclatura
(es decir, una simple lista de términos que se corresponden con las cosas),
suponiendo que las ideas son preexistentes a los signos. Él plantea que la unidad
lingüística es una entidad biplánica compuesta por dos términos: un concepto y
una imagen acústica. El concepto está archivado en la mente de los hablantes de
la lengua y puede ser descrito como un haz de elementos mínimos de significado,
de modo tal que el concepto “perro” se expresaría como el conjunto integrado por
“animal”, “mamífero”, “canino”, “masculino”. En cambio, la imagen acústica no es
el sonido (cosa netamente material), sino la huella psíquica que deja en nuestro
cerebro. Estos dos elementos están íntimamente unidos y se reclaman entre sí.
Luego Saussure reemplazó concepto e imagen acústica
por significado y significante respectivamente.
11. En otras palabras: Saussure plantea que el signo lingüístico es una unidad compuesta por la unión
de un significado y un significante.
Para Saussure el signo lingüístico posee dos características principales:
La arbitrariedad del signo lingüístico: hace referencia a que el signo es arbitrario en el sentido que la
unión entre el significado y el significante es inmotivada, es decir, puramente convencional. Arbitrario
con relación al significado, ya que el enlace que une el significado con el significante es inmotivado;
es decir que el significado puede estar asociado a cualquier nombre y que por lo tanto no existe un
nexo natural entre ellos. Por ejemplo, en los sinónimos (varios significantes y un solo significado),
las lenguas (español: tiza, inglés: chalk), incluso en las onomatopeyas (español: quiquiriquí,
francés: coquerico) y las exclamaciones (español:¡ay!, alemán:¡au!).
Carácter lineal del significante: Los elementos del significante lingüístico se presentan uno tras otro
formando una cadena ya que el significante se desenvuelve en el tiempo únicamente y tiene los
caracteres que toma de éste. El signo es lineal porque el significante se desenvuelve sucesivamente
en el tiempo, es decir, no pueden ser pronunciados en forma simultánea, sino uno después del otro,
en unidades sucesivas que se producen linealmente en el tiempo. Por ejemplo, ¡a-c-a-b-o-d-e-ll-e-g-
a-r!.
Por otra parte Saussure hace referencia al concepto de “Mutabilidad e Inmutabilidad del Signo”. Lo
que Saussure intenta diferenciar, por un lado, es que la Inmutabilidad se refiere a que un significante
es elegido libremente con relación a la idea que representa pero impuesto con relación a la
comunidad lingüística que lo usa. Por el otro, se refiere a la Mutabilidad del signo, es decir, a un
cambio o alteración del mismo ya que éste se continúa en el tiempo, la cual siempre conduce a un
desplazamiento de la relación entre el significado y el significante.