2. El Paradigma Perdido
-la bioantropología- E. Morìn (1974)
Universo 7,000 millones de años
Tierra 5,000 millones de años
Vida 2,500 millones de años
Vertebrados 600 millones de años
Reptiles 300 millones de años
Mamíferos 200 millones de años
Antropoides 10 millones de años
Homínidos 4 millones de años
Homo sapiens Entre 100,000 y 50,000 años
Ciudad, Estado 10,000 años
Filosofía 2,500 años
Ciencia del hombre 0
3. El Paradigma Perdido
-la bioantropología- E. Morìn (1974)
Ni por decretos de la escuela, ni por la majestad de
las autoridades espirituales… es imposible dejar de
reconsiderar el nudo gordiano que la Antropología
Científica creía haber zanjado perfectamente….
Como teoría dominante su fuerza se funda, no
solamente sobre la separación, sino sobre la
oposición entre las nociones de hombre y animal,
de cultura y de naturaleza…
Todo lo que no encaja en este paradigma viene
condenado como “biologismo”, “naturalismo”,
“evolucionismo”…
4. Por todo lo que ahora tenemos en el naciente siglo XXI…
Por toda una acumulación de conocimiento que macro y
magníficamente se ha desarrollado en los últimos
cincuenta y cinco años…
Por haber encontrado todas las respuestas a todas nuestras
preguntas o así creerlo… sin caer en cuenta en el sentido
de la “anomia” y…
Sin tomar en cuenta el conocimiento humano integrado…
Que continúa preguntando ¿qué somos?, ¿qué es el
hombre en el mundo?
Y aunque las formulaciones paradigmáticas antropo-
cosmológicas, siempre nos ofrecen una explicación de las
concepciones del mundo… estas son siempre
fragmentadas y superficiales
5. Esta aseveración hace necesario consagrarse a
estas problemáticas y en donde pudieran, no solo
efectuarse intercambios interdisciplinarios entre
ciencias biológicas y ciencias humanas, sino
además favorecer un pensamiento
verdaderamente transdisciplinario, preguntarnos
en términos de una soldadura epistemológica… la
aseveración que Serge Moscovoci nos regalo y que
dice “Todo nos incita a abandonar de una vez la
visión de una naturaleza no humana y de un
hombre no natural”
6. La ciencia cerrada nos brinda reiteradamente muestras de
una evidencia estéril…como por ejemplo, sabemos muy
bien, desde cierta perspectiva, que somos animales de la
clase de los mamíferos, del orden de los primates, de la
familia de los homínidos, del género homo, de la especie
sapiens…
Que nuestro cuerpo es una máquina de treinta mil millones
de células, controlado y procreado por un sistema genético,
el cual se constituyó en el transcurso de una evolución
natural a lo largo de 2 a 3 millones de años…
Por lo tanto sabemos también que el cerebro con el cual
pensamos, la boca con la cual hablamos, la mano con la
cual escribimos son órganos biológicos…
7. Este saber es tan inoperante, como el que nos informa que
nuestro organismo está constituido por combinaciones de C,
de H, de O y de N.
Si Darwin hubiera leído a Mendel, hubiera sospechado claros
indicios de la evolución, aunque esta experimentación
hubiera sido hecha en el cultivo de vegetales…
Por ello desde Darwin admitimos que somos hijos de
primates, pero no que nosotros mismos seamos primates…
estamos convencidos de que, una vez descendidos del árbol
genealógico tropical donde vivían nuestros antepasados, nos
hemos alejado para siempre de él, y de que hemos
construido, al margen de la naturaleza, el reino
indepenndiente de la cultura.
8. Nuestra vida, la situada en los seres humanos,
resulta excepcional en relación a los demás
animales, incluidos los primates, a quienes hemos
domesticado, reducido, rechazado, encerrado…
El ser humano ha edificado ciudades de piedra y
acero, inventado máquinas, creado poemas y
sinfonías, navegado por el espacio… etc. etc.
¿Cómo no creer que, aunque salidos de la
naturaleza, no seamos, a pesar de ello,
extranaturales y sobrenaturales?
9. Desde Descartes pensamos contra natura,
seguros de que nuestra misión consiste en
dominarla, someterla y conquistarla…
El crístianismo es la religión de un hombre
cuya muerte sobrenatural le permite escapar
al destino común reservado a otras criaturas
vivas; el humanismo es la filosofía de un
hombre cuya vida sobrenatural le permite
escapar a tal destino
10. El ser humano es sujeto en un mundo de objetos, y
soberano en un mundo de sujetos
A pesar de todo, el tema de la naturaleza humana
no ha dejado de planteársele al hombre de todas
las épocas, como un inquietante problema a
resolver, desde Sócrates a Montaigne y Pascal, pero
siempre lo ha sido para en ella lo desconocido, la
incertidumbre, la contradicción el error. Los
interrogantes no alimentaban un conocimiento sino
la duda sobre el conocimiento.
11. Después con Jean-Jacques la naturaleza
humana emergió como plenitud, virtud,
verdad y bondad, éste tuvo buen cuidado
en mostrarnos de inmediato que nos
hallábamos exiliados de ella y en deplorar
la irremediable pérdida de tal estado
paradisíaco, pero pronto se descubrió que
este paraíso era tan imaginario como el
otro.
12. Paradigma inencontrable en Pascal,
paraíso perdido en Rousseau, la
idea de naturaleza humana iba a
terminar perdiendo su núcleo,
convertida en blando protoplasma,
gracias a la toma de conciencia de
la evolución histórica y de la
diversidad de las civilizaciones.
13. Puesto que los hombres son tan
diferentes en el espacio y en el tiempo
y se transforman según las sociedades
en las que se hallan inmersos, debe
admitirse que la naturaleza humana
no es más que una materia prima
maleable a la que sólo pueden dar
forma la cultura y la historia
14. En este sentido en la medida en que la
idea de naturaleza humana se ha visto
inmovilizada por el conservadurismo, con
el objetivo de usarla a modo de freno
frente a los cambios sociales, la ideología
del progreso ha extraído la conclusión de
que para que se produzcan cambios no es
necesario que exista ninguna naturaleza
humana.
15. Asípues, acosada por todas partes,
vaciada de virtudes, riquezas y
dinamismo, la naturaleza humana
aparece como un residuo amorfo,
inerte, monótono: no ya como la
base sobre la que se sustenta el
hombre, sino como algo que ha sido
superado.
16. ¿Pero acaso la naturaleza no lleva en
su seno un principio de variedad, tal
como lo testimonian los millones de
especies vivas? ¿acaso no alberga un
principio de transformación? ¿acaso no
lleva implícita la evolución que ha
conducido hasta el hombre?
¡privaremos a la naturaleza humana de
toda cualidad biológica?
17. Después de Marx, cuando menciona “el
primer objeto del hombre –el hombre es
naturaleza”