1. Lo que dijo, y lo que no dijo, Leopoldo Abadía
Si se me permite el atrevimiento, voy a comentar sobre la conferencia de Leopoldo Abadía en el
Observatorio ESTEMA, el pasado 7 de Junio.
Coincidiendo con una sesión de presentación del XIII Executive MBA en Dirección de Empresas,
muchos asistimos a la conferencia del Dr. Abadía en ESTEMA, bajo el título “Qué hacen los sensatos
en una crisis como ésta”. De entrada, hay que decir que la sala estaba llena, como era de esperar.
El conferenciante tiene tirón. Allí había directivos, consultores, profesores, alumnos, y…¡hasta un
bebé! (Estoy seguro que al profesor Abadía estas anécdotas le estimulan aún más).
El profesor Abadía es agradable de escuchar. Su vitalidad, su tono distendido y su sentido del
humor hacen que las anécdotas y ejemplos - un verdadero torrente - aunque mil veces repetidos en
sus conferencias, conserven un tinte de espontaneidad y adquieran la necesaria verosimilitud. La
sonrisa, incluso risa, de los asistentes, es permanente y, el aplauso final, digno de un concierto en el
Palau.
Con un personaje así, uno siempre espera que aparezca el factor sorpresa. No sucedió, pues
estábamos en un entorno académico, por lo que, he de confesarlo, yo podía haber salido de la sala
un poco defraudado. Cuando ya se habían visto varios videos suyos en Youtube y leído sus
artículos, no podía ser de otra forma. Pero, tratándose de un ingeniero y profesor, y no de un
político, me resistía a pensar que allí sólo brillaba el comunicador, por lo que he repasado las notas
tomadas en la conferencia. Y me quedo con algunas ideas que, por sencillas y evidentes, podían
pasar casi desapercibidas, si no se someten a reflexión posterior. Abadía no se pierde en
complicados razonamientos, como haría un teórico de la economía, tiene un discurso basado en el
sentido común, que es su gran argumento.
Leopoldo Abadía nos describió los rasgos de una persona “sensata” en estos tiempos de crisis. Los
voy a transcribir, cambiando el sujeto PERSONA por DIRECTIVO:
- El Directivo Sensato debe tener criterio. El criterio es la capacidad para discernir entre lo que
debe hacer y lo que NO debe hacer su empresa. El mejor medio para dotarse de ese criterio es
la formulación clara del Plan Estratégico.
- Debe ser optimista. Tener una visión estratégica de su empresa y el plan adecuado para
alcanzarla. El optimismo es una obligación cuando se está al frente de una organización, pero
hay que poder transmitirlo al equipo. La comunicación de la visión y el plan estratégico es el
buen camino para contagiar el optimismo.
- No debe distraerse. Focalizado en lo importante, teniendo a la vista un sistema de referencia
claro, tal como la representación gráfica de la planificación estratégica.
- Debe tener prudencia. Eso “va de soi”, como dirían algunos. Lo que no dijo es que hay que
quedarse quietos. Seguramente sería más imprudente quedarse parados, esperando a que
pase la crisis. Prudencia significa tener un estudio económico del plan estratégico, desagregarlo
en pequeñas acciones alcanzables y disponer del sistema de control que asegure su
cumplimiento.
A continuación, Leopoldo Abadía recetó una fórmula para afrontar una crisis larga, larga, larga…,
poniendo, a partes iguales:
2. - Esfuerzo. En la empresa, esfuerzo coordinado, todos en la misma dirección
- Trabajar mejor. No dijo trabajar más, sino mejor. Dedicar el esfuerzo a mejorar en los factores
clave que se traduzcan en eficiencia y satisfacción del cliente.
- Innovación. Reinventar la empresa cuantas veces sea necesario. Encontrar una propuesta de
valor diferencial para el cliente.
Digamos que de la crisis saldremos todos, pero unos por su propio pie, y otros con los pies por
delante. La diferencia está en cómo la afrontemos.
Por último, me quedó anotada una anécdota a propósito de una pregunta y su repregunta. En
efecto, a la pregunta de una señora “¿Qué mundo dejamos a nuestros hijos?” alguien respondía
repreguntando, muy oportunamente, “¿Qué hijos dejamos a este mundo?”. Como estamos
hablando de empresas, pensé en aquellos empresarios, en trance de transferencia generacional,
bastante angustiados por la pregunta “¿Qué empresa dejo a mis hijos?”. Esta pregunta se responde
desde la planificación estratégica. La repregunta, como arriba, no procede aquí, ni a nosotros,
realizarla.
No dijo Leopoldo Abadía que el Directivo Sensato debe tener un Plan Estratégico, pero estoy seguro
que lo piensa. Así me lo pareció a mí.