Tema sobre la guerra civil redactado siguiendo los criterios de corrección propuestos por el armonizador de la materia en el distrito universitario de Zaragoza.
1. LA GUERRA CIVIL DE 1936-1939
1- Introducción
2- Causas
3- Apoyos de cada uno de los bandos y dimensión internacional de la guerra
4- Desarrollo militar del conflicto
5- Organización política de ambos bandos
6- Las consecuencias de la guerra
Desde el 18 de julio de 1936 hasta el 1 de abril de 1939 España se vio envuelta en una larga y dura
guerra civil que conmocionó al mundo occidental. La fuerte división de la sociedad española
impidió la estabilzación del sistema republicano, que se vio asediado tanto por la derecha como por la
izquierda. Los sectores más conservadores, que se oponían frontalmente a las reformas iniciadas,
terminaron por considerar como única salida una intervención militar. El fracaso del golpe de estado
del 17-18 de julio de 1936 será el punto de inicio de la guerra civil. El conflicto alcanzará dimensión
internacional al contar cada uno de los bandos con apoyo de otros países.
Entre las causas de la guerra civil se pueden identificar problemas estructurales no resueltos de la
sociedad española; causas coyunturales relacionadas con el panorama internacional; finalmente, unas
causas inmediatas, relacionadas con el panorama nacional que condujeron de manera directa al
enfrentamiento.
Las causas estructurales se refieren a problemas que procedían de etapas anteriores y que la
República no pudo solucionar: una cuestión agraria en un país con una oligarquía terrateniente y una
mayoría de jornaleros, especialmente en el sur, cada vez màs radicalizados e impacientes ante unas
reformas que no llegaban; la cuestión religiosa, origen de una fuerte oposición a la república y que
polarizó a la sociedad española; la cuestión territorial, con las reivindicaciones de nacionalistas y
regionalistas que inquietaba a los sectores conservadores y del ejército que las veían como una
amenaza contra la unidad de España.
Entre las causas coyunturales podemos señalar la crisis económica de los años Treinta, que
contribuyó a agudizar las tensiones sociales, y la crisis de las democracias y auge de los totalitarismos
del periodo de entreguerras; la guerra española fue percibida en el plano internacional como la primera
lucha entre fascismo y democracia.
Como causas inmediatas que condujeron al conflicto hay que destacar las deslealtades hacia el
régimen republicano tanto por parte de la derecha como por parte de la izquierda; la polarización de
la sociedad española que llevó a la adopción de posturas irreconciliables y a la voluntad de imponerse
al contrario y, finalmente, la actitud conspiradora de algunos militares que les llevó a preparar un
golpe de estado. Será, precisamente, el fracaso de ese golpe de estado en las principales ciudades
españolas lo que convierta ese intento de toma de poder por parte de los militares en una guerra civil.
La sublevación militar solo triunfó en una parte de España: Ceuta y Melilla y territorios de
Marruecos, Sevilla, Galicia, Navarra, Álava, Castilla la Vieja y las capitales de Aragón. Los centros
industriales y las grandes ciudades se mantuvieron fieles a la República. Desde el mismo día 18 de
julio de 1936 era evidente la existencia de dos Españas.
Los sublevados, que adoptaron el nombre de “nacionales” fueron apoyados por diferentes grupos
políticos (falangistas, carlistas, monárquicos alfonsinos y la CEDA); por la Iglesia Católica y las
élites tradicionalmente dominantes como latifundistas y alta burguesía, que financiaron el golpe por
el temor a las reformas del Frente Popular; entre las fuerzas armadas contaron con 14.000 oficiales y
150.000 soldados, entre ellos el ejército de Marruecos, que era la fuerza de élite y la única con
experiencia en combate.
El bando sublevado recibió apoyo incondicional de la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini,
que aportaron material bélico y de transporte que facilitó el traslado de las tropas de Marruecos a la
Península; Alemania colaboró con la “Legión Códor”, formada por unos 100 aviones y personal de
tierra; Italia mandó a España a unos 50.000 integrantes del “Corpo Truppe Volontarie”.
Por su parte, la República contó con el apoyo de los grupos políticos de la izquierda, proletariado
urbano, jornaleros y pequeña burguesía progresista; con un grupo importante de oficiales (8.500) y
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2. unos 160.000 soldados, además de seguir controlando la aviación y la flota de guerra. En el plano
internacional, la República se verá perjudicada por la política de neutralidad impulsada por Gran
Bretaña y Francia y que se materializó en la creación del Comité de No Intervención. La República
contará con la ayuda de la URSS de Stalin que consistió en el envío de material bélico, pilotos,
tripulaciones de tanques y asesores. También lucharán del lado de la República las Brigadas
Internacionales, formadas por voluntarios extranjeros, muchos de ellos comunistas.
Una vez fracasado el golpe militar, los sublevados comprendieron que era necesario ocupar
militarmente el territorio que había permanecido fiel a la República. El objetivo prioritario será la
toma de Madrid. El fracaso de las diferentes ofensivas para lograrlo hace que, finalmente, a partir de
abril de 1937, los nacionales centren sus esfuerzos en liquidar el frente norte y ocupar el territorio
republicano en parte del País Vasco, Santander y Asturias.
Tras la conquista del norte Franco prepara una gran ofensiva contra Madrid. Los republicanos, para
aliviar la presión sobre la capital, lanzan una ofensiva en Teruel. La derrota republicana permite a
Franco avanzar hasta el Mediterráneo (abril, 1938) dividiendo en dos el territorio que estaba todavía en
manos de la República. La derrota en la Batalla del Ebro agota los medios materiales y humanos de la
República y el frente se hunde en Cataluña. En enero de 1939, las tropas franquistas ocupan
Cataluña. Madrid se rinde el 28 de marzo de 1939; el 1 de abril se redacta el último parte de guerra.
Ante la evidencia de que el golpe de estado fracasaba y que iba a ser necesario mantener el
esfuerzo de guerra, ambos bandos deben organizarse. El bando republicano careció en los primeros
meses de unidad en la dirección política y militar de la guerra pues el poder real y la capacidad de
acción había pasado a manos de las milicias populares creadas por partidos y sindicatos, causando
una fragmentación de la autoridad y una descoordinación que contribuyó a la derrota republicana.
Las diferencias mayores se plantearon entre anarquistas, que defendían que guerra y revolución debían
ser procesos simultáneos y los comunistas y socialistas que planteaban que la prioridad era ganar la
guerra. Así, la gran tarea de los gobiernos republicanos será la reconstrucción de la autoridad del
estado y la centralización del esfuerzo de guerra, labor en la que el Partido Comunista jugará un
papel fundamental. Con Juan Negrín, la República recupera la autoridad que había quedado en manos
de las milicias tras el golpe de estado pero ya será demasiado tarde.
En el bando nacional, tras el inicio de la guerra, se produjo rápidamente una concentración de
poderes. Los sublevados deben empezar a construir un aparato institucional que recoja los poderes
militar y político. A finales de julio de 1936 se crea la Junta de Defensa Nacional, con sede en
Burgos. En octubre de 1936 Franco es nombrado por la Junta de Defensa jefe de todos los ejércitos
con el título de “Generalísimo” y jefe de gobierno. Franco asumía así poderes ilimitados tanto en lo
político como en lo militar. Su labor en lo político irá encaminada a desmantelar el sistema
democrático liberal y las reformas de la República y a favorecer los intereses económicos de las
clases conservadoras que apoyaron el alzamiento y de la Iglesia. En lo político se unifican en un
partido único todos los grupos políticos que habían apoyado el golpe y que se denominará Falange
Española Tradicionalista y de las JONS, también conocido como “Movimiento Nacional”.
Las consecuencias demográficas y económicas del conflicto fueron muy importantes y
determinaron la evolución posterior de la España Franquista. Las pérdidas demográficas son difíciles
de evaluar y difieren mucho entre unos historiadores y otros. Las cifras en las que hay más consenso
hablan de unos 300.000 muertos, sumando los caídos en combate y las víctimas de la violencia
política en ambos bandos; otros 300.000 españoles marcharon al exilio y un número similar sufrieron
penas de prisión entre 1939 y 1945.
Desde el punto de vista económico hay que destacar la destrucción de infraestructuras de
transporte y de material ferroviario. La paralización de la economía a causa de la guerra civil
provocará que los años entre 1939 y 1942 fueran años de hambre. Las pérdidas demográficas también
repercutirán sobre la economía al tratarse de un grupo de población activa formada por adusltos
jóvenes. Por otra parte, el exilio incluía un importante número de técnicos y personal cualificado cuya
ausencia perjudicará a la economía española.
En lo político, el desenlace de la guerra civil supuso el inicio de la dictadura de Franco, que se
prolongó durante cuarenta años, mucho más que cualquier dictadura de la Europa occidental. España
siguió un camino diferente al del resto de países europeos tras la Segunda Guerra Mundial.
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