1. Edwin Gallego Franco
Teología
Categoría: Ensayo
Ensayo:
“Las palabras: desde su interior hasta el mundo externo”
Algunos consideran que las palabras les afectan en la medida en que lo permiten. La cuestión
es que en última instancia son ellos los responsables en determinar en qué medida y sentido los
influenciaran. Es decir, no se puede controlar lo que otra persona pueda o no decir, pero sí de qué
manera deja que le afecte, pues, solo uno mismo puede responsabilizarse de lo que siente. Por
otro lado, en las últimas décadas, la terapia sicológica1
ha hecho muy popular esta premisa: la
gente debe expresar todo lo que siente, sobre todo lo negativo, para librarse de sus efectos
perniciosos. Sin embargo, esto no es del todo cierto, las palabras que se emplean son poderosas
para influir en el cerebro, no solo creando emociones, sino también acciones. El poder con que se
revisten, llegan al punto de configurar el mundo de las personas. Pero, ¿será qué se entiende
suficientemente cuál es el impacto de las palabras a nivel cerebral, así como su incidencia en lo
emocional y conductual?
Las palabras tienen un poder que se desconoce aún, pero cada vez más se descubre su gran
influencia en el cerebro al enviarle distinta información. Según la investigación de Waldman y
Newberg (2012, c.p. Diario La Tercera, de Chile, Edición Impresa, 2012) explica que cuando se
escucha:
1
En el psicoanálisis, la asociación libre es el método descrito por Sigmund Freud como la «regla fundamental»,
constitutiva de la técnica y que consiste en que el analizado exprese, durante las sesiones de la cura psicoanalítica,
todas sus ocurrencias, ideas, imágenes, emociones, pensamientos, recuerdos o sentimientos, tal cual como se le
presentan, sin ningún tipo de selección, sin restricción o filtro, aun cuando el material le parezca incoherente,
impúdico, impertinente o desprovisto de interés.
2. UN “NO” NO ES IGUAL a un “sí” y no sólo porque expresen contenidos
completamente diferentes. Cuando escuchamos la primera palabra, el cerebro comienza
a liberar cortisol, la hormona del estrés y encargada de ponernos en alerta, lo que hace
decaer nuestras funciones lógicas y nos vuelve prejuiciosos frente a los demás. La
segunda produce liberación de dopamina, la hormona que regula el mecanismo de
recompensa del cerebro, y nos deja con una sensación de bienestar y apertura frente a la
comunicación.
Es claro que se puede cambiar el funcionamiento del cerebro con las palabras que se emplean,
generándose sentimientos, pensamientos y actitudes positivas o negativas. Para el neurólogo
Palacios (2012, c.p. El Tiempo, 2012) “toda expresión hablada, sea positiva o negativa, produce
una descarga emocional desde el cerebro. Una palabra negativa o insultante activa la amígdala2
,
estructura del cerebro vinculada a las alertas, y genera una sensación de malestar, ansiedad o ira.”
Son en estas situaciones donde la persona debe determinar si responde de igual manera, sea en
forma agresiva o con indiferencia.
Es así, que las palabras que se utilizan para elevar, motivar, animar y dar confianza tienen un
alto significado y valor. No solo tienen el poder de cambiar cómo se siente una persona. Su
impacto emocional puede definir una vida o cambiar una actitud. Según Meyer (2012) “Las
palabras que salen de nuestra boca entran en nuestros propios oídos al igual que en los oídos de
otras personas, y después pasan a nuestra alma, donde nos causan gozo o tristeza, paz o disgusto,
dependiendo del tipo de palabras que hayamos pronunciado” (p. 7). La carga emocional que traen
las palabras influye no solo en los que le oyen, sino también sobre sí mismos. De igual forma si
2
Glándula encargada del procesamiento de las respuestas emocionales y de la liberación de docenas de hormonas y
neurotransmisores relacionados con el estrés, incluyendo el cortisol.
3. las palabras que se pronuncian son alentadoras, estimulantes y edificantes el beneficio será en
ambos sentidos.
Para los griegos era muy relevante cuidar los pensamientos, pues estos se convertían en
palabras, y así mismo era importante cuidar las palabras, porque ellas marcarían el destino. Para
Mahony (2009), modificar lo que se dice y el modo en que se dice puede producir cambios en la
conducta de quien escucha (p. 27). Esta arma mortal por medio de la que se han iniciado
revoluciones, conflictos y hasta guerras3
. Con su poder de convencimiento, su efectividad para
herir o sanar a las demás personas, son un reflejo del interior humano que influye evidentemente
en su mundo externo.
Finalmente, las palabras que se pronuncian ¿cuánta influencia tienen? ¿Depende de cada
individuo decidir cuánto le afectan? ¿Es beneficioso expresar con libertad lo primero que se viene
a la mente? Al contrario, se observa que las palabras que se usan influyen poderosamente sobre el
cerebro produciendo una sensación de bienestar o de estrés, dependiendo de cuan positivas o
negativas sean las expresiones. Cada uno de los estímulos generados por las palabras se ven
reflejados en emociones saludables que terminaran en últimas instancias, afectando su actitud y
conducta.
Siendo conscientes del daño que se puede ocasionar por las palabras, se debería cultivar un
lenguaje donde se elija dentro de un amplio vocabulario, aquellas palabras que elevaran y serán
un poder transformador para su vida y la de otros. No subestime el poder que tienen las palabras,
son ellas las que pueden aumentar o disminuir su nivel de gozo y valor. Son aquellas cosas
3
El 18 de noviembre de 1956, durante un discurso frente a embajadores del bloque occidental en la embajada de
Polonia, Khrushchev pronunció unas polémicas palabras que impresionaron a los presentes: «Os guste o no, la
Historia está de nuestro lado. ¡Os enterraremos!», aumentando las tensiones que condujeron finalmente a la Guerra
Fría.
4. positivas que se expresan, las que revelan aspectos íntimamente ligados a su ser. Que las palabras
que se seleccionen consistentemente cada día, cada momento, sean de gran provecho. White
(2007) expreso, “tengamos por regla no proferir nunca palabras de duda o desaliento. Si
hablamos palabras de santo gozo y de esperanza, podremos hacer mucho más para alumbrar el
camino de otros y fortalecer sus esfuerzos” (p, 217). No se olviden que “en la lengua hay poder
de vida y muerte” Prov. 18: 21 (Nueva Versión Internacional).
5. Listado de referencias
Abate, J. (09 de junio de 2012). Las palabras pueden cambiar su cerebro. Diario La Tercera,
Edición impresa. Recuperado de
http://diario.latercera.com/2012/06/09/01/contenido/tendencias/26-110775-9-las-palabras-
pueden-cambiar-su-cerebro.shtml
Asociación libre. (2013, 10 de mayo). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta:
02:12, abril 1, 2014 desde
http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Asociaci%C3%B3n_libre&oldid=66796042.
Cuerpo amigdalino. (2014, 28 de enero). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta:
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desde http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Cuerpo_amigdalino&oldid=72180069.
Guerra Fría. (2014, 20 de marzo). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 10:21,
marzo 26, 2014 desde
http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Guerra_Fr%C3%ADa&oldid=73295403.
Mahony, T. (2009). El poder de las palabras: el uso de la PNL para mejorar la comunicación,
el aprendizaje y la conducta. España: Editorial Desclée de Brouwer.
Meyer, J. (2012). Cambia tus Palabras, Cambia tu Vida. FaithWords.
6. Redacción Viva de Hoy. (Ed), (2012, 03 de noviembre). El poder de las palabras y su impacto
en el cerebro. El Tiempo. Recuperado de http://www.eltiempo.com/vida-de-
hoy/salud/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12354500.html
White, E. G. (2007). Mente, Carácter y Personalidad. Vol. 2. Miami, Estados Unidos:
Asociación Publicadora Interamericana.