5. Escritor judío checo, cuya
desasosegante y simbólica
narrativa, escrita en alemán,
anticipó la opresión y la angustia
del siglo XX. Está considerado
como una de las figuras más
significativas de la literatura
moderna; de hecho, el término
'kafkiano' se aplica a situaciones
sociales angustiosas o grotescas,
o a su tratamiento en la literatura.
6. Kafka nació en Praga (que entonces
pertenecía al Imperio Austro-húngaro) el
3 de julio de 1883, en una familia de
clase media. Su padre, un comerciante,
fue una figura dominante cuya influencia
impregnó la obra de su hijo y (según
Kafka) agobió su existencia. En Carta
al padre, escrita en 1919, pero
publicada, como casi toda su obra,
póstumamente, Kafka expresa sus
sentimientos de inferioridad y de
rechazo paterno.
8. A pesar de lo cual, Kafka
vivió con su familia la mayor
parte de su vida y no llegó a
casarse, aunque estuvo
prometido en dos
ocasiones. Su difícil relación
con Felice Bauer, una joven
alemana a la que pretendió
entre 1912 y 1917, puede
ser analizada en Cartas a
Felice (1967).
9. Los temas de la obra de Kafka son la
soledad, la frustración y la angustiosa
sensación de culpabilidad que
experimenta el individuo al verse
amenazado por unas fuerzas
desconocidas que no alcanza a
comprender y se hallan fuera de su
control. En filosofía, Kafka es afín al
danés Sören Kierkegaard y a los
existencialistas del siglo XX. En cuanto
a técnica literaria, su obra participa de
las características del expresionismo y
del surrealismo.
10. El estilo lúcido e irónico de Kafka, en el
que se mezclan con naturalidad fantasía
y realidad, da a su obra un aire
claustrofóbico y fantasmal, como
sucede por ejemplo en su relato La
metamorfosis (1915). Gregorio Samsa,
el protagonista, un voluntarioso viajante
de comercio, descubre al despertar una
mañana que se ha convertido en un
enorme insecto; su familia lo rechaza y
deja que muera solo.
15. Otro de sus relatos, En la
colonia penitenciaria (1919),
es una escalofriante fantasía
sobre las cárceles y la tortura.
Contraviniendo el deseo de
Kafka de que sus manuscritos
inéditos fuesen destruidos a su
muerte, el escritor austriaco Max
Brod, su gran amigo y biógrafo,
los publicó póstumamente.
16. Entre esas obras se encuentran las tres novelas
por las que Kafka es más conocido: El proceso
(1925), El castillo (1926), y América (1927).
Pese a haber estudiado Derecho en la
Universidad de Praga, Kafka encontró un trabajo
en una compañía de seguros hasta que la
tuberculosis le obligó a abandonarlo. Intentó
reponerse primero junto al lago de Parda y
después en Meramo, hasta que en 1920 tuvo
que internarse en el sanatorio de Kierling, cerca
de Viena, donde murió el 3 de junio de 1924
22. • En El castillo, se cuenta lo que le ocurre durante seis días invernales a un personaje
llamado K. en un pueblo alemán, al que ha llegado contratado como agrimensor por
parte de los propietarios del mismo, que residen en un castillo. La acción de la
novela gira en torno a las averiguaciones, con resultado infructuoso, acerca de su
trabajo y la autoridad que le ha contratado, que el protagonista se ve obligado a
realizar para aclarar su situación.
• K. llega al pueblo casi al anochecer. Busca alojamiento en una posada, pero allí se le
importuna con la información de que para alojarse en el pueblo necesita una
autorización del castillo (en el que se supone que se halla la autoridad condal). K.
informa de que es un agrimensor que ha sido contratado, dato que se confirma
después de una consulta telefónica con el castillo. A la mañana siguiente, K. se
dirige hacia el castillo. Sin embargo, el camino resulta lo suficientemente enrevesado
como para tener la sensación de que nunca se aproxima a él; cansado, además, de
caminar por la nieve, regresa a la posada. Conoce allí a sus ayudantes, nombrados
por el castillo, y a un mensajero llamado Barnabás que le entrega una carta de parte
de una de las autoridades, un tal Klamm, que le comunica que ha sido contratado
como agrimensor y que su superior inmediato será el alcalde del pueblo.
23. • Deseando conseguir otro lugar para alojarse, consigue llegar con una
hermana de Barnabás, Olga, hasta la Posada Señorial, donde se alojan los
señores del castillo cuando tienen que hacer gestiones en el pueblo.
Mientras intenta ver a Klamm, que está precisamente alojado allí, conoce a
la amante de este, la camarera Frieda; se acuesta con ella y se
comprometen. A la mañana siguiente, los dos se van hasta la posada y
duermen allí todo el día.
• Durante el cuarto día, K. recibe del alcalde la noticia de que, en realidad, el
pueblo no necesita ningún agrimensor. Al tiempo que indaga cómo ponerse
en contacto con Klamm, acepta el puesto de bedel de una escuela, adonde
se traslada a vivir con Frieda, que ha abandonado su puesto de camarera
en la posada imperial. K. recibe también una carta del castillo en la que se
le comunica que las autoridades están satisfechas con su trabajo.
• Al quinto día, K. abandona la escuela para intentar otra vez contactar con
Klamm. En la casa del mensajero Barnabás, se entera de que su familia
lleva aislada socialmente durante años tras el rechazo de una de sus
hermanas, Amalia, a entablar en el pasado relaciones con uno de los
funcionarios del castillo. Mientras está en casa del mensajero, Frieda se
marcha también de la escuela y vuelve a la Posada Señorial.
24. • Al anochecer, K. ha de ir precisamente a ese lugar porque ha sido
citado por el secretario de Klamm, Erlanger. Tras discutir durante la
espera con Frieda, al encontrarse con el secretario este le
comunica simplemente que debe dejar que ella vuelva a ser la
amante de Klamm. K. se queda a dormir en la posada.
• Durante la tarde del sexto día, K. conversa con la que era la
sustituta de Frieda, que le propone irse ahora con ella; con la
posadera, que le cuenta su pasión por la ropa; y con Gerstäcker, un
cochero de los funcionarios del castillo, que le ofrece trabajo como
caballerizo.
• La novela se interrumpe en este punto, sin que K. haya podido
aclarar en absoluto su situación profesional y con una completa
confusión en cuanto a las normas legales y de comportamiento del
pueblo en el que está.
25.
26. • Alguien debió haber calumniado a Josef K., porque sin
haber hecho anda malo, fueron a detenerlo una
mañana". Un par de funcionarios detienen al gerente
bancario Josef K., limitándose a decirle que se
encuentra procesado. Desde ese momento Josef K. es
sujeto de un asfixiante procedimiento judicial que poco a
poco se apodera de su vida; es interrogado en infectas
dependencias de tribunales decadentes, instalados en
buhardillas de la periferia; es espectador de extrañas
situaciones relacionadas a los burócratas que lo rodean
y conoce a personajes que parecen querer ayudarlo,
pero son tan impotentes como él frente a las muchas
instancias y niveles del poder judiciales. Todos, como
señala Titorelli el pintor son parte del tribunal.
27. • Un tío de Josef llega del campo a ayudarlo, puesto que la noticia
del proceso en su contra se expande rápidamente. Lo lleva con un
abogado "de los pobres" viejo amigo del tío, quien asumirá su
defensa a pesar de la enfermedad que lo mantiene en cama. Es un
hombre bien relacionado y de posición que le explica el
funcionamiento del poder, y las pocas posibilidades de intervenir
que tienen los acusados y sus defensores. En la desesperación de
K., producida por el nulo avance observable en la defensa, decide
hacerse cargo por si mismo de su proceso, que valga decirlo, cada
día lo consume más; en ese escenario recurre a un pobrísimo pintor
que se dedica a retratar a los jueces, quien le indica que puede
serle de gran ayuda, si bien no para obtener una sentencia positiva,
al menos para aplazar o suspender el proceso. Finalmente, K.
termina por confusas circunstancia conversando con un sacerdote,
capellán de la cárcel, que le relata la famosa historia del hombre
ante la ley.
28. • Una noche dos guardias vienen a
buscarlo. Sin decirle nada, lo acompañan
hasta las afueras de la ciudad donde, a
pesar de un leve brillo de esperanza,
terminan por ejecutar su condena. Josef
K. en sus últimos momentos solo desea
aligerar la misión de sus captores y poner
fin al proceso, asumiendo de algún modo
como cierta una culpa desconocida.