1. Publicado en: Observatorio de Recursos Humanos y Relaciones Laborales, Nº 22, marzo 2008
Foto:Baharri
http://confidenciasdeungerente.blogspot.com
Efrén Martín, gerente de y profesor de la Universidad de Deusto
www.fvmartin.net
Dos operarios tenían que montar una mesa en
un despacho. El primero se fijó en las
dimensiones de pasillo y puertas, calculando la
mejor forma de introducir las piezas
embaladas, para evitar daños al producto y al
local. El segundo, al entrar en aquella oficina,
miró su reloj…¡y no miró nada más! Este
hombre desembaló descuidadamente una pieza
dañándola, rayó otra y montó al revés la parte
que se le encomendó. Hubo que desmontar y
montar de nuevo. Debido a su prisa por salir,
un trabajo de media hora se convirtió en hora
y media, para desesperación de todos.
Muchas personas tienen el objetivo de
librarse del trabajo. Otras, aspiran a ser más
libres dentro de él. Pasar de esclavos dirigidos
a reyes autónomos. Trabajar como un rey no
significa no trabajar, sino hacerlo con criterio y
responsabilidad, siendo tu propio jefe.
Son cuatro los niveles de desarrollo
profesional y económico:
1-Trabajar como un esclavo y vivir como un esclavo.
La primera etapa profesional es la de novato.
Necesitamos iniciarnos laboralmente por cuenta
ajena, para que nos expliquen qué hacer y cómo
hacerlo de forma que, si hay errores, esté cerca
alguien experto y los corrija.
Aprenderemos sin hundir el negocio y
hemos de hacerlo lo más rápidamente
posible; porque en este primer nivel de
desarrollo laboral se gana muy poco dinero.
2- Trabajar como un rey y vivir como un esclavo.
Ser un asalariado problemático, significa
hacer lo que te da la gana, olvidando papel y
metas. Odiar el trabajo y quejarse de todo.
Estas personas conciben su oficio como un
“estar allí 8 horas” y los resultados les
importan un comino. Quieren ganar más
dinero, incluso lo exigen, sin darse cuenta de
que ya se les está pagando demasiado por su
poco rendimiento y mucha desidia.
3- Trabajar como un esclavo y vivir como un rey.
Existen también asalariados que cualquier
jefe multiplicaría por mil. Si pudieran, los
clonarían. Estas personas logran resultados y
crean riqueza, pero tienen una inseguridad
básica que reducen haciéndose dependientes
de otros, aunque ellos son el verdadero motor
de su propia economía. Para quienes no
quieran complicarse la vida y sepan ganarse
la confianza de sus jefes, éste es el mejor
nivel de desarrollo laboral y económico,
evitando la tensión de la vida empresarial.
4- Trabajar como un rey y vivir como un rey.
Afrontando riesgos e incertidumbres, en el
diseño, producción o venta de una solución
completa, se obtienen los mayores beneficios.
Todo el mundo trabaja para sí mismo, pero
éstos son los únicos que lo hacen por cuenta
propia. Trabajan en lo que quieren y como
quieren. Creen en sí mismos y tienen algo
que aportar; algo por lo que los clientes estén
dispuestos a pagar, sea porque soluciona
problemas o porque da satisfacciones.
Merece la pena esforzarse, porque están en
juego los mayores motivadores: dinero y
libertad.
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