Presenta una recopilación de los trabajos en equidad en Ecuador, Guatemala, Argentina y Perú.

1. Aportes de
la sociedad civil
para la construcción
de equidad en
América Latina
Brief

2. Esta nota está basada en el estudio elaborado por
FARO, con el apoyo de RACI (Argentina), Desco
(Perú), Jóvenes Contra la Violencia (Guatemala),
en el marco del componente de investigación de
la región de América Latina y el Caribe (LAC Hub)
de Innovación para el Cambio, y su Iniciativa So-
ciedad Civil y Equidad.
Directora Ejecutiva (I) FARO
Estefanía Terán V.
Directora de Investigación y Evaluación FARO
María Caridad Ortiz
Equipo de investigación, FARO
Karina Morillo
María Emilia Valencia
Asistente de investigación, FARO
Elías Zambrano
Supervisión editorial:
Andrea Zumárraga, FARO.
Corrección de estilo:
Ma. Del Pilar Cobo, Emepecé.
Traducción al inglés:
Haydee Addo, Tracendio.
Diseño y diagramación:
Storymakers.
Julio, 2023.

3. Aportes de
la sociedad civil
para la construcción de
equidad en
América Latina
Brief
La investigación “Aportes de la sociedad civil para la construcción de
equidad en América Latina” aporta con un análisis del estado de la
desigualdad socioeconómica en América Latina y el Caribe (ALC), con
especial énfasis en los efectos producidos por la pandemia del CO-
VID-19, y su relación transversal con el cambio climático y el espacio
cívico. Aun cuando los países de la región comparten características
similares, los efectos de la desigualdad pueden evidenciarse de ma-
nera distinta, dependiendo del país o territorio, por lo que se presen-
tan cuatro casos de estudio: Argentina, Ecuador, Guatemala y Perú.
Estos casos permiten comprender la dinámica de la desigualdad en
cada país y el rol de las organizaciones de la sociedad civil (OSC) en la
construcción de equidad.

4. 4
Aportes de la sociedad civil para la construcción de equidad en América Latina
Está presente en todos los sectores y pue-
de darse sobre la base del acceso a recur-
sos sin tomar en cuenta el grupo social al
que pertenece una persona. A esto se le
conoce como desigualdad vertical. Tam-
bién puede darse entre grupos y familias
por características como la raza, el sexo, la
religión o el lugar de nacimiento, también
conocida como desigualdad horizontal
(Beyond 2015 Campaign, 2012). Ambos
conceptos, de desigualdad vertical y ho-
rizontal, se fortalecen alternativamente, y
perpetúan y crean ciclos de desigualdad y
pobreza1 en el tiempo (OAS, 2011). De esta
manera, la desigualdad se puede reflejar en
las brechas de la distribución de ingresos,
renta de capital, acceso a bienes y servi-
cios, pero también se puede representar
en relaciones de poder arbitrarias como
resultado de procesos de acumulación,
apropiación y concentración económica,
política y cultural que excluyen a otros.
Aunque la desigualdad de los ingresos en
ALC es alta, con un 10 % de la población
que concentra el 55 % de los ingresos y el
77 % de la riqueza (ver Gráfico 1), existen
otros factores que aportan a que la región
sea considerada una de las más desigua-
les del planeta. La pobreza alcanzó al 32,3
% de la población de la región y la pobre-
za extrema al 12,9 %2 en 2021. En términos
de educación, la población de ALC tiene
un promedio de 9 años de escolarización,
frente a los 10,6 años de la población eu-
ropea. En cuanto a salud, un claro ejem-
plo de desigualdad se refiere a las altas
tasas de desnutrición crónica infantil;
Guatemala y Ecuador encabezan la lista
en ALC. Corregir estas cifras es de vital
importancia, pues la desnutrición infantil
se ha convertido en uno de los principales
mecanismos de transmisión intergenera-
cional de la pobreza y la desigualdad en
países de la región (CEPAL, 2007).
La desigualdad perjudica la
distribución entre personas,
países y generaciones,
en consecuencia, afecta
las relaciones sociales e
institucionales.
1 Se puede describir a la pobreza como la privación del bienestar físico y mental relacionada con recursos económicos y de
consumo (Baratz y Grigsby, 1971). Por esta razón, la pobreza es considerada una forma y un producto de la desigualdad (Ste-
zano, 2021).
2 Ambas cifras se ubican por encima de niveles registrados en el periodo 2010 - 2019.

5. 5
Brief
Asimismo, en el acceso a servicios bási-
cos existe un 25 % de la población en la
región que no tiene una fuente de agua
potable3 en todo momento y libre de
contaminación. Según estimaciones de
la CEPAL, el 66 % no tiene servicios de
saneamiento4 gestionados de forma se-
gura. Estos dos servicios son vitales en
términos de salud y calidad de vida, pero
también pueden ayudar a contrarrestar
los efectos de eventos adversos como la
pandemia por el COVID-19.
3 Al 2020 se registra un 75 % de la población que utiliza servicios de agua potable gestionados de forma segura (CEPAL, 2022).
4 En 2020 las estimaciones de CEPAL llegan a un 34 % de la población de la región con servicios de saneamiento gestionados
de forma segura, incluido un centro de lavado de manos con agua y jabón.
Gráfico 1.
Participación del ingreso nacional por región (%), 2021
Fuente: Chancel et al. (2022).
La pandemia recrudeció los indicadores
sociales, y se convirtió en un periodo de
generación de mayor desigualdad. Esto
último se observa en el proceso de va-
cunación: la Organización Mundial de la
Salud (OMS) tuvo que fijar en septiembre
de 2021 una meta de vacunación del 70
% de la población global para mediados
de 2022, en vista de que hasta ese mo-
mento solo el 3 % de las personas de los
países de bajos ingresos se había vacu-
nado con al menos una dosis, frente al
60,2 % de los países de altos ingresos.
Para marzo de 2022, 6 meses después
de fijada la meta, se observó cómo, de
los 10.700 millones de dosis suministra-
das en todo el mundo, solo el 1 % había
llegado a los países de bajos ingresos. A
mayo de 2023, 3 de cada 4 personas de
países de ingresos altos han sido vacu-
nadas con al menos una dosis, mientras
que en los países de ingresos bajos solo
1 de cada 3 personas ha sido vacunada
(PNUD, 2023).

6. Aportes de la sociedad civil para la construcción de equidad en América Latina
6
ALC fue una de las regiones
más afectadas con la pérdida
en un año del equivalente al
30 % de su progreso previo al
COVID-19 desde 1990, medido
a través del Índice de Desarrollo
Humano, IDH (PNUD, 2022).
Ante estos eventos, la importancia de la
protección social cobra todavía más sen-
tido y se intensifica, pero no se limita al
ámbito de salud. Aunque la pandemia
obligó a los gobiernos a dar respuestas a
la ciudadanía, los esfuerzos se quedaron
cortos. Según cifras de la OIT, en 2020
ALC registró un 56,3 % de la población
cubierta por al menos una prestación de
protección social. Esto quiere decir que
un importante 43,7 % de la población en
la región no está protegida ante contin-
gencias como enfermedad, desempleo,
accidentes del trabajo o enfermedades
profesionales, responsabilidades familia-
res, maternidad, discapacidad, pobreza,
invalidez y vejez. Esto responde también
a que 1 de cada 2 personas ocupadas en
ALC está trabajando en condiciones de
informalidad (OIT, 2021b). Además, la
brecha de género también está presente
en la región, ya que las mujeres ganan 17
% menos que los hombres por hora tra-
bajada, tienen una mayor tasa de desem-
pleo y una menor tasa de participación en
el mercado laboral (OIT, 2019; OIT, 2021).
Cuando los indicadores socioeconómi-
cos presentan brechas tan grandes, otros
riesgos y desastres pueden exacerbar
las desigualdades existentes, debilitar
la capacidad de respuesta a las crisis, e
incrementar la demanda de asistencia
humanitaria. Además, la exclusión de de-
terminados grupos y poblaciones de la
toma de decisiones, junto con la falta de
recursos económicos también aumenta
su exposición y vulnerabilidad ante ries-
gos ambientales. Es decir, la desigualdad
se transforma en un círculo vicioso que se
sigue reproduciendo, pues los países que
generalmente enfrentan un mayor riesgo
de desastres naturales tienen una redu-
cida capacidad de respuesta presente
y futura. En el caso de ALC, el Índice de
Riesgo Mundial5 para 2021 ubica al con-
tinente americano dentro de un riesgo li-
geramente menor que el de África, a sufrir
eventos naturales extremos (IFHV, 2021),
pese a que el nivel de contaminación y
aporte al cambio climático es menor en
los países latinoamericanos frente a los
países desarrollados.
En función de estas desigualdades y lo
que esto conlleva para la población, gru-
pos de ciudadanos sin fines de lucro, tam-
bién conocidos como organizaciones de
la sociedad civil (OSC), trabajan desde
hace varias décadas en la reducción de
desigualdades y en la construcción de so-
ciedades más justas y resilientes. La evo-
lución de las OSC que se conocen hoy no
5 El IRM evalúa el riesgo de desastres para 181 países y cubre el 99 % de la población mundial. El índice fue desarrollado por
Bündnis Entwicklung Hilft en cooperación con la Universidad de las Naciones Unidas en Bonn, y es calculado desde 2018 por
el Instituto de Derecho Internacional de la Paz y los Conflictos Armados (IFHV), de la Universidad Ruhr de Bochum.

7. 7
Brief
ha estado exenta de dificultades; sin em-
bargo, en el largo camino que ha recorrido
la sociedad civil se destaca su capacidad
de adaptación, innovación y generación
de incidencia a nivel de gobierno y del
sector privado. Todo esto con el objetivo
de proponer y generar soluciones a pro-
blemas sociales, supervisar la ejecución
de políticas públicas locales, nacionales
e internacionales, y fomentar la participa-
ción política a nivel comunitario (Nacio-
nes Unidas, 2022).
A continuación se presenta una pequeña muestra de algunas de las iniciativas innova-
doras de la sociedad civil en los cuatro países analizados, que aportan a la construc-
ción de equidad desde sus diferentes espacios y ámbitos de acción.
ARGENTINA
ECUADOR
GUATEMALA
PERÚ
Chicas en Tecnología
Zona Libre de
Embarazo Adolescente
Instituto Puente
Banco de Alimentos
de Perú
Nilus
Fútbol para el
Desarrollo
EspantaCacos
Foro Salud
La Base
Comunidades de
Aprendizaje
COCULTURA
Ideele radio
Equidad de género
Embarazo adolescente
Acceso a educación y
transformación de las
comunidades
Seguridad alimentaria
Seguridad alimentaria
Adolescentes en situación
de vulnerabilidad y de
escasos recursos
Inseguridad ciudadana
Acceso a salud
Acceso a financiamiento
para empresas
recuperadas
Mejora de la calidad de la
educación
Acceso a financiamiento
Promoción de derechos
humanos
Acceso a ciencia y tecnología de niñas
y adolescentes
Participación y liderazgo de las niñas y
adolescentes
Transformación comunitaria con enfoque
participativo
Acceso a alimentación, reducción de
desperdicios y contaminación
Tecnología y reducción de costos de
alimentos de poblaciones en condición
de pobreza
Se utiliza el fútbol como vínculo y punto
de partida para desarrollo educativo y
personal de los adolescentes
Aplicativo móvil para la denuncia de
delincuencia y espantapájaros de agentes
policiales para prevención de delitos
Iniciativa comunitaria de acceso a salud
de primer nivel ante el colapso del
sistema sanitario
Acceso a financiamiento de grupos
que generalmente no logran acceder a
financiamiento tradicional
Escuelas como el punto de partida para
la mejora del bienestar de toda una
comunidad (enfoque participativo)
Inclusión económica de artistas,
que generalmente no acceden a
financiamiento
Formación de periodistas y socialización
de información sobre derechos humanos
PAÍS
NOMBRE DE
LA INICIATIVA TEMA
COMPONENTE INNOVADOR
DE LAS INICIATIVAS

8. Aportes de la sociedad civil para la construcción de equidad en América Latina
8
Entre las principales reflexiones que se
originan del estudio, se tiene que, si bien
el Estado y la sociedad civil han estado a
lo largo de la historia en conflicto por las
demandas sociales, son sectores que de-
ben trabajar articuladamente para redu-
cir la desigualdad y construir sociedades
en donde todos los ciudadanos puedan
ejercer sus derechos y tengan acceso
a los recursos necesarios para una ade-
cuada calidad de vida, sin importar su ni-
vel socioeconómico, edad, género, raza,
religión o lugar de nacimiento. Es decir,
el Estado, el sector privado y la sociedad
civil necesitan articularse para generar
cambios relevantes.
Por otro lado, se encuentra que la labor de
las OSC da cuenta de soluciones funda-
mentadas en los individuos, en donde las
OSC son solo facilitadoras del cambio. En
este sentido, la participación activa y plu-
ral se convierte en eje central de las ac-
ciones de la sociedad civil.
A lo largo del estudio también se encuen-
tra que las principales características de
la sociedad civil, como innovación y ca-
pacidad de adaptabilidad, han ayudado
a sobrellevar eventos tan críticos como
la pandemia, en donde los Estados expe-
rimentaron el desborde de los sistemas
económicos y sanitarios.
Entre los retos para el futuro de las OSC
está la búsqueda constante de propues-
tas participativas, en las cuales no pri-
men los intereses de los donantes sino
los intereses de la población. Esto, de la
mano de planes que brinden sostenibili-
dad a las iniciativas y pertenencia de las
poblaciones con las que interactúan, es
fundamental para mantener vigentes los
cambios sociales que persiguen.
Para acceder al estudio completo
puedes dar clic aquí, y para obtener
los datos más relevantes sobre
desigualdad en los cuatro países
analizados te invitamos a dar clic aquí.

9. 9
Bibliografía:
Baratz, M., y Grigsby, W. (1971). Thoughts on poverty and its elimination. Journal of So-
cial Policy.
Beyond 2015 Campaign. (2012). A Holistic and Human Rights-Based Approach for Ad-
dressing Inequality in the Post-2015 Development Agenda.
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tina y el Caribe. Naciones Unidas.
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Chancel, L., Piketty, T., Saez, E., Zucman, G. et al. (2022). World Inequality Report 2022.
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10. 10
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https://www.ilo.org/americas/oficina-regional/direcci%C3%B3n-regional/
WCMS_755605/lang--es/index.htm#:~:text=Seg%C3%BAn%20las%20
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17%25.
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https://data.undp.org/vaccine-equity/
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https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/46405/4/S2100026_es.pdf

11. www.grupofaro.org
@FARO.org.ec @FARO_org @FARO_org FARO-org