1. 1
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Mujeres en la educación
Tuvieron que transcurrir más de 100 años para que se autorice
el acceso a la educación superior de la primera mujer
ecuatoriana. En 1988 la tasa bruta de matrícula de mujeres en
nivel terciario fue de 21,90%, mientras que en 2020 incrementó
a 64,30%, es decir aumentó en 42,4 puntos porcentuales (ver
Gráfico 1). Superando en 12,5 puntos porcentuales a la tasa
bruta de matrícula de nivel terciario de los hombres.
Según la UNESCO, a nivel mundial, las mujeres
representan sólo el 35% de quienes cursan estudios
de enseñanza superior en STEM1
y representan
menos del 30% de los investigadores científicos
(ONU MUJERES, 2022).
En Ecuador, para
el año 2018, se
registra un
En los campos de
conocimiento relacionados
a ingeniería, industria,
construcción, tecnologías
de la información, ciencias
naturales, matemáticas y
estadísticas.
Mientras que, en carreras
relacionadas con ciencias
sociales, periodismo,
educación, administración
de empresas salud y
bienestar,
(SENESCYT, 2020)
(SENESCYT, 2020)
Alrededor del En esta línea, Guzmán (2021)
menciona que la elección de
la carrera profesional
constituye el primer paso para
una posterior segregación
laboral de las mujeres.
Gráfico 1
Tasa bruta de matrícula de nivel terciario, según sexo
1Acrónimo de los términos en inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas)
En 1788 se registra en
Ecuador la primera
universidad pública y secular
con participación abierta
únicamente para hombres.
Algunos investigadores argumentan
que existe una tendencia
mayoritaria de mujeres que eligen
profesiones en el ámbito de la
salud, educación y servicios
sociales, mientras que los hombres
se inclinan por carreras de ciencia y
tecnología mejor remuneradas.
Esta problemática, señalan, no es
particular de la región. A nivel
mundial apenas el 35% de las
mujeres optan por matricularse en
carreras de ciencias, tecnologías
e ingenierías (Guzmán &
Zambrano, 2023) (Vásquez,
Llamuca, Morales, & Vélez, 2023).
En el año 2019,
los títulos
PERTENECIENTES
A MUJERES
representan el
en el campo
de la
educación
en ingeniería, industria,
construcción y tecnologías
de la información
en las áreas
de salud y
bienestar
Con base a datos del Censo 2022,
19,66% de mujeres mayores de 24
años posee un título en educación
superior. En el caso de los hombres
este porcentaje es de 17,34.
64 % 68 %
DE MATRICULACIÓN
DE HOMBRES
70 % DE MATRÍCULAS
CORRESPONDEN
A MUJERES
60 %
22 % en el campo de
la ciencia
40 %
Fuente: CEPALSTAT.
Elaboración propia.
1988 2008 2012 2015 2018 2019 2020
HOMBRES
MUJERES
21,90
41,20
44,90
48,40
51,70 51,80
64,30
32,40
35,60
34,10
41,60
45,10 44,50
51,80
2. 2
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Mujeres en la educación
2Porción del desempeño de la empresa que es atribuible a la persona que ocupa el cargo de director ejecutivo.
Gráfico 2
Promedio de años de estudio de la PEA de 15 años y más, según sexo
AÑO 2001 AÑO 2022
En este periodo el promedio de años de
escolaridad de las mujeres que forman parte
de la PEA supera ligeramente al promedio
de los hombres (10) (ver Gráfico 2).
8,5 10,3
PROMEDIO
HOMBRES
10
PROMEDIO
MUJERES
10,3
AÑO 2021
1 %
AÑO 2000
35 %
Al analizar el promedio de
escolaridad de las mujeres que
forman parte de la PEA, se
evidencia que esta ha ido
creciendo paulatinamente.
Un estudio del BID para Ecuador sugiere que el nivel educativo
más alto en promedio de las mujeres ecuatorianas en
comparación con los hombres está contribuyendo a la reducción
de la brecha total de ingresos.
En el año 2000 la brecha era de 35%
mientras en 2021 fue de 1%. Sin embargo, la
investigación hace hincapié que, sin mayor
nivel de educación, un buen perfil laboral y
el CEO effect2
la brecha de ingresos totales
en 2021 sería de 31% (BID, 2023).
Esta investigación estimó la
brecha de ingresos totales de
2000 a 2021, y muestra una
reducción en la brecha de
ingresos totales en el tiempo
analizado.
El porcentaje
de mujeres
nini ha sido
superior al
20 %
Según el Banco Mundial, el perfil típico del nini es una
mujer que no ha terminado la educación secundaria y
vive en un hogar urbano pobre o vulnerable. Los factores
de riesgo más importantes asociados a la condición de
nini son el matrimonio precoz y el embarazo durante la
adolescencia, o ambos (Banco Mundial, 2016).
A nivel global, cada año un estimado de 12 millones de
niñas afronta esta situación y, en Ecuador, el 26% de
mujeres, entre 18 y 49 años, se unió o casó antes de
cumplir 18 (INEC, 2018).
En contraste, el 23,5% de mujeres
entre 15 a 29 años no asiste a
ningún centro educativo y está
desempleada (nini), mientras que,
dentro de este rango de edad, los
hombres representaron el 8,6%
en esta situación.
desde 2001
Fuente: CEPALSTAT.
Elaboración propia.
HOMBRES
MUJERES
2001 2003 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021 2022
8,5
8,9 9,0 9,0
9,2
9,3
9,4
9,7 9,7
9,9 9,9 9,8
10,1 10,0 10,1
9,9 10,0
10,1
10,3 10,3
8,3 8,3
8,6
8,7 8,7 8,8 8,8
8,9
9,1
9,2
9,3 9,4
9,6 9,6
9,7
9,6 9,6
9,7
10,0 10,0
3. 5
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Mujeres en la educación
DE POBLACIÓN
ANALFABETA
entre los 15 a 49
años en el país
Aún existe un
9,2 %
SON MUJERES
INDÍGENAS
16,4 %
SON NIÑAS Y
ADOLESCENTES
17,9 %
SON MUJERES
ADULTAS
24 %
Reflexiones y conclusiones
A pesar de que las mujeres ecuatorianas están mejor
posicionadas en tasas brutas de matrícula a nivel terciario,
mayor escolaridad, y ha existido una reducción en la brecha
de ingresos totales a su favor, se debe puntualizar que sólo
aplica para las mujeres que pueden acceder al sistema
educativo, o que se encuentran ocupadas y tienen ingresos.
La otra cara de la moneda muestra que, en las últimas dos
décadas, alrededor del 20% de la población de mujeres entre
15 y 24 años no tienen posibilidad de estudiar o trabajar. En
este contexto, los datos evidencian que es necesario no solo
reducir las tasas de analfabetismo, y aumentar la matrícula y
permanencia de las niñas en el sistema educativo, sino
también abordar las causas subyacentes de la exclusión y el
abandono escolar, como la pobreza, la discriminación de
género y las normas culturales restrictivas.
En Ecuador, la desigualdad de género por nivel educacional es
más evidente en el acceso a la educación superior por tipo de
carreras. Como se observó, existe una tendencia mayoritaria de
mujeres que eligen profesiones en el ámbito de la salud,
educación y servicios sociales, mientras que los hombres se
inclinan por carreras de ciencia y tecnología que son mejor
remuneradas y tienen más oportunidades de empleo.
Por otra parte, el informe Perfil de
País según Igualdad de Género
para Ecuador del Sistema de
Naciones Unidas con cierre a
2021 reveló que: (Naciones Unidas,
2022)
A nivel educativo, las
estadísticas evidencian que las
mujeres no solo cursan en
mayor proporción la educación
terciaria, sino que desde 2001
hasta 2022 también muestran
más años de escolaridad
promedio que los hombres.
Gráfico 3
Jóvenes de 15 a 24 años de edad que no estudian ni trabajan
Fuente: CEPALSTAT.
Elaboración propia.
HOMBRES
MUJERES
2001 2003 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021 2022
24,6
28,3
25,2 25,3 24,7
22,9 23,6
22,3
24,9
22,3
25,8
29,1
27,4
24,7 24,3
22,7 22,3 23,4 23,8 23,5
6,9
9,5
6,3 6,2 6,6 7,4 7,1 6,6 6,6
8,0 7,7 8,5 8,1 8,1 7,4 7,7
6,4
7,8 8,3 8,6
4. 5
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Mujeres en la educación
Esta problemática señala la necesidad de desarrollar y mejorar
las políticas públicas en función de eliminar la presencia de
estereotipos de género y modelos de división sexual del trabajo
en el sistema educativo. Es esencial reconocer que esta brecha
en la elección de carreras no es simplemente una cuestión de
preferencia individual, sino que está influenciada por una serie de
factores socioeconómicos y culturales que limitan las opciones
de las mujeres y perpetúan la desigualdad de género. El sesgo
de género en la educación, las expectativas sociales y familiares,
así como las normas culturales arraigadas, pueden desalentar a
las mujeres a considerar carreras en STEM, perpetuando la
división de roles tradicionales basados en el género.
Es importante garantizar la igualdad de oportunidades de las
mujeres ecuatorianas en las carreras STEM como un medio para
abordar múltiples desafíos sociales y económicos. Promover la
equidad de género en estas carreras implica garantizar que las
mujeres tengan acceso equitativo a educación, capacitación y
oportunidades en campos laborales históricamente
predominados por hombres. Esto no solo es esencial para
promover la equidad de género, sino también aprovechar
plenamente el talento humano de un país en el eje de innovación
y desarrollo tecnológico.
Existe una persistente percepción social de que las carreras
STEM son más adecuadas para hombres, lo que puede llevar a
estereotipos que desalientan a las mujeres a seguir carreras en
estos campos. Al aumentar la presencia de mujeres en roles
técnicos y de liderazgo en industrias STEM, se envía un mensaje
fuerte sobre la igualdad de género y se establecen modelos a
seguir. Así, es posible que las generaciones futuras opten por
elegir carreras relacionadas con ingeniería, ciencias,
matemáticas, entre otras.
En el aspecto económico, garantizar el acceso de mujeres a
carreras STEM contribuiría a reducir la brecha salarial y de
ingresos. El acceso a las carreras STEM tiende a ofrecer salarios
más altos y mayores oportunidades de crecimiento profesional
en comparación con otros campos. Esto no solo beneficia a las
mujeres individualmente, sino que también tiene un impacto
positivo en sus familias y comunidades, al contribuir a la
reducción de la pobreza y la mejora del bienestar general.
En conclusión, si bien es alentador ver avances en los
indicadores de educación para las mujeres en Ecuador, es
fundamental reconocer que aún queda mucho trabajo por hacer
para garantizar que todas las mujeres y niñas tengan igualdad de
oportunidades para acceder a la educación y alcanzar su
máximo potencial. Este esfuerzo requiere un compromiso
continuo tanto a nivel gubernamental como de la sociedad en su
conjunto para abordar los estereotipos y desigualdades de
género de manera integral y crear un futuro más inclusivo para
todas las mujeres ecuatorianas.
5. Fecha de publicación: 08 de marzo 2024.
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Mujeres en la educación
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