La gastronomía francesa se caracteriza por su variedad regional y refinamiento. Cada región posee su propia cocina, utilizando ingredientes como mantequilla, aceite de oliva, quesos y vinos. La cocina francesa se desarrolló durante la Edad Media y fue refinada por chefs como Taillevent, La Varenne y Escoffier. Platos emblemáticos incluyen la baguette, el paté y diversos quesos y vinos.
1. La gastronomía de Francia se caracterizada por la
variedad fruto de la diversidad regional francesa, así
como por el refinamiento. Desde el 16 de noviembre
de 2010, está incluida en la lista del Patrimonio
Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Tradicionalmente, cada región posee su propia cocina:
en el noreste se utiliza la mantequilla, la crème fraîche
y la manzana; en el suroeste utilizan el aceite, el foie
gras, las setas y el armañac; en el sureste la cocina se
caracteriza por influencias italianas y se sirve de la
aceituna, las finas hierbas y el tomate; en el norte se
utiliza mas las papas, la carne de cerdo; el este se
cocina mas el tocino, las salchichas, la cerveza.
La gastronomía de Francia, altamente refinada, es heredera directa de las cocinas
regionales de Lyon (con sus conocidos bouchons) y de la región de París.
Existen productos como: la baguette, el paté, los vinos y quesos franceses, que
cuentan con amplia variedad y elevada calidad, y que conforman el eje central de esta
gastronomía.
El inicio de su desarrollo se remonta a la Edad Media, época en que los franceses
trataron de desarrollar platos más elaborados.
En esta época, los banquetes terminaban con un “issue de table”, que con el tiempo
evolucionó hasta convertirse en el postre actual.
El chef de cocina más importante de este periodo es Guillaume Tirel (también conocido
como Taillevent), quien alcanzaría el título de Maestre de las guarniciones de cocina
del Rey. Su obra “Le Viandier” constituye el primer libro de recetas que se aparta de la
cocina romana.
Posteriormente, durante el Antiguo Régimen, se van incorporando al acervo culinario
los productos traídos de América como las alubias, con las que se empieza a elaborar
el cassoulet.
Más tarde, durante el Siglo XVII, es cuando se sientan las bases del auge culinario que
conocemos actualmente. El padre de este cambio es el cocinero François Pierre La
Varenne, autor del libro “Cuisinier François”, que supone una auténtica revolución en
materia culinaria. Su obra se trata del primer recetario donde los platos aparecen
clasificados por orden alfabético.
2. Luego, durante el periodo de la Revolución francesa, aparece Marie-Antoine Carème,
cuyo legado es la denominación de unos fondos o salsas a partir de las cuales llega a
crear un amplísimo repertorio. Se trata de las salsas: española, velouté , bechamel,
holandesa y de tomate. Los métodos y usos culinarios franceses sufrieron una revisión
en las últimas décadas del siglo XIX, tras la aparición del chef Georges Auguste
Escoffier, quien creó un sistema de división del trabajo en equipos llamados brigades
de cuisine.
De esta forma cada plato, en vez de ser preparado íntegramente por un único
cocinero, lo es por un grupo de ellos donde cada uno se encarga únicamente de la
parte en la que está especializado. Durante el siglo XX surgen nuevas tendencias, en
especial aquellas que tratan de simplificar la forma de cocinar. Se hace hincapié en
salsas y caldos más livianos y condimentados con hierbas y especias más finas.
Por un lado se simplifica el servicio presentando los platos ya preparados desde la
cocina y por otro se trata de potenciar los cinco sentidos en el emplatado del alimento
con colores, olores y formas vistosas e innovadoras. También se reducen las raciones
y en algunos casos se aumenta el número de platos por menú.
El orden habitual de los platos en el almuerzo francés es el siguiente: en primer lugar
se sirve el apéritif, el cual incluye vinos dulces o cocteles, así como canapés,
encurtidos, charcutería, frutos secos, aceitunas, etcétera.
Luego se toma la entrée o hors d’oeuvre, en la cual son habituales las ensaladas,
sopas, platos de verduras crudas, charcutería variada, patés, entre otros.
Sigue el plat principal o plat de résistance, en el que se sirve la carne o el pescado,
aunque también pueden ser a base de arroz, pasta o legumbres. En seguida, el
fromage, mismo que se sirve entre el plato principal y el postre, y que se compone de
una selección de quesos. Para finalizar, se toma el dessert, el cual puede ir desde
simple fruta o yogur, a cualquier tipo de dulce más elaborado. Lo habitual es cerrar la
comida con un café o una copa de licor.
3. Ratatouille
Ratatouille es una receta provincial muy popular
en Francia. Es un plato que se puede elaborar con
todo tipo de hortalizas.
La receta de Ratatouille es una receta originaria de
la gastronomía francesa. Es un plato a base de
verduras: calabacines, berenjenas, cebolla, etc,
muy cocinado en esa zona. Originario en la zona
sur este de Francia, zona provenzal.
Es un plato ideal para los vegetarianos, consistente en guisar con aceite de oliva al
horno una serie de verduras. Es como si fuese el típico plato de pisto aquí en nuestra
gastronomía española. Como aromatizador se suelen emplear además diversas
mezclas de hierbas como tomillo, romero, albahaca, orégano, entre otros, las llamadas
hierbas provenzales.
Se suele servir solo, o acompañado de arroz, cuscus, pero sobre todo con carnes y
pescados. Es un plato realmente nutritivo, por los beneficios que nos aportan todas esas
verduras a nuestro organismo, además de ser un plato totalmente bajo en grasas.
Se trata de un plato vegetariano resultante de guisar en aceite de oliva unas hortalizas
que se pueden cocinar todas juntas o por separado (los puristas del plato dicen que
deben prepararse por separado y luego cocinarlas todas juntas en su fase final). Existen
recetas en las que se determinan secuencias concretas de preparación de las
hortalizas. Por regla general se incluye siempre tomates, ajo, pimientos (poivrons),
cebollas, calabacín (courgettes) y berenjenas (aubergine) en proporciones variables.
Además, se puede añadir el bulbo del hinojo (fenouil) cortado, lo que aromatiza más al
plato. Como aromatizador se suelen emplear además diversas mezclas de hierbas
como tomillo, romero, albahaca, orégano, entre otros, las llamadas hierbas provenzales.
Como muchos platos de verduras en salsa, suele adquirir mejor sabor si se deja reposar
algún tiempo o si se recalienta. El plato puede quedar en el refrigerador durante varios
días.
Es un plato frecuente en los meses calurosos del verano en Francia. Se sirve solo,
acompañado de pan (a veces croûtons), arroz, cuscús o patatas o muy frecuentemente
como guarnición de algún plato de carne o pescado. Se puede servir frío o caliente, al
gusto del comensal. A veces se emplea la ratatouille como relleno o acompañamiento
de la tortilla francesa.
Resumen Nutricional:
Cals
81
Grasa
3,63g
Carbh
12,24g
Prot
2,53g
5. Ingredientes
2 berenjenas
3 calabazas italianas
5 gramos de pimienta negra molida
2 pimientos morrón verde
2 dientes de ajo
2 ramas de romero fresco
5 ramas de albahaca fresca
200 mililitros de puré de tomate
3 jitomates bola rojos
1 cebollablanca
200 gramos de jamón cocido de pierna
200 gramos de salami ahumado
1 lata de media crema
150 gramos de queso parmesano rallado
5 gramos de tomillo seco
5 gramos de orégano seco
3 piezas de hojas de laurel
10 gramos de sal
6. Procedimiento
1. Pelar las cebollas y se corta en brunoise
2. Cortar las puntas a las calabazas, lavar y se corta en
rodajas, pero sin palabras
3. Pelar las berenjenas y cortar en rodajas
4. Asar y limpiar los pimientos, cortar los pimientos en
juliana
5. Escalfar los jitomates y cortar en gajos
6. Pelar los dientes de ajo y aplastar.
7. Calentar el aceite en un sartén y saltear las
berenjenas
8. Añadir por orden los pimientos, los jitomates, las
cebollas, las calabazas, diente de ajo y el puré de
tomate
9. Añadir un ramillete generoso de hierbas aromáticas
10. Se salpimienta y se cuece durante media hora a
fuego suave; se le añade otro chorro de aceite y se
sigue cociendo hasta que las verduras estén a medio
punto de cocción.
7. 11. En un refractario colocar una capa de puré de
tomate, una capa de jamón y salami, crema y queso,
repartir la opresión hasta llenar el recipiente.
Hornear por 10 minutos o hasta que se seque un poco
de la mezcla y se funda el queso.
Conclusion
Al degustar el Ratatouille, se puede observar,
saborear y comprobar que:
Desde lejos se podía observar que el
ratatouille habían quedado muy rico, y ni
qué decir del sabor, estaba delicioso; de sal
quedo bien, llegaba un olor riquísimo,
sinceramente sabía muy, rico, nos había
quedo muy bien, a mi parecer, su textura era
blando, el color que más predominaba era el
color naranja y un poco el blanco.